El equipo liderado por la investigadora del Centro de Automática y Robótica Elena García, explicó que el exoesqueleto pesa 12 kg y está compuesto por largos soportes que se ajustan y adaptan a las piernas y tronco de los niños. Se utilizará en hospitales como terapia de entrenamiento muscular para que los niños con atrofia muscular espinal (enfermedad degenerativa que afecta a 1 de cada 10.000 bebés que nacen en el mundo) aprendan a caminar y mantener la movilidad.

Lo podrán utilizar niños de entre 3 y 14 años con atrofia muscular de tipo dos, que "se diagnostica entre los 7 y los 18 meses de vida y los niños que lo padecen no llegan a caminar nunca, lo que provoca un importante deterioro de su estado", explicó la investigadora.

Gracias a este mecanismo, los niños evitarán o retrasarán la aparición de varios problemas físicos como escoliosis, osteoporosis, insuficiencia respiratoria y otras complicaciones que disminuyen su calidad de vida, a la vez que incrementarán su esperanza de vida.

García anunció que "este dispositivo podría estar en el mercado en un año y medio" con la "financiación necesaria" que implica 50.000 euros solo para el prototipo, una construcción a escala industrial rebajaría este precio hasta los 30.000 euros por unidad.

It helps children to walk and aims to prevent the setting in of sclorosis which results from a loss of agility. pic.twitter.com/bpKrLCGYwI

— CSIC (@CSIC) 8 de junio de 2016

La principal dificultad de desarrollo radica en el hecho de que los síntomas de las enfermedades neuromusculares como la atrofia muscular espinal "varían sus efectos con el tiempo tanto en las articulaciones como en el conjunto del cuerpo". Es por ello que este modelo puede adaptarse al problema particular de cada niño ya que "incluye articulaciones inteligentes que modifican la rigidez de forma automática", explica García. EFE