"Arbitreitor", el salvador del fútbol
Bayern está que arde. La eliminación en cuartos de final de la Champions caló hondo y desde el sur se escuchan voces que claman porque la tecnología sea incorporada al fútbol.
Una expulsión injusta: la de Vidal; una expulsión perdonada: la de Isco; dos goles en claro fuera de lugar: los dos últimos de Ronaldo.
Al final del encuentro ante el Real Madrid, los jugadores del Bayern no se ahorraron críticas en contra del árbitro Viktor Kassai, que según los bávaros fue determinante en su eliminación.
Resulta extraño escuchar a la plantilla albirroja quejarse del arbitraje. En Alemania, normalmente son los otros quienes señalan que el Bayern es favorecido por los hombres de negro.
Pero, en la zona mixta del Bernabéu, Arjen Robben, Matt Hummels, Arturo Vidal y Jérôme Boateng responsabilizaron por completo al cuerpo colegiado de su derrota. El propio Thomas Müller habló de que "es tiempo de pensar en un ‘video-árbitro' para evitar injusticias";.
Terminator con silbato
En deportes como el fútbol americano, el básquetbol e incluso el tenis, una de las disciplinas más tradicionalistas, la utilización de la repetición a través de video se ha instaurado desde hace ya varios años.
Bayern reclamó por un arbitraje deficiente en el partido de la Champions contra Real Madrid.
En el deporte blanco, los tenistas pueden recurrir al "challenge";, retando la decisión del juez de silla, mientras que en el "emparrillado"; los mismos réferis recurren por iniciativa propia a la revisión de jugadas en la que dudan de su propio criterio.
Los experimentos han funcionado y la tecnología muestra torneo tras torneo que llegó para quedarse. Es muy difícil leer algún titular en la prensa deportiva que se centre en destacar que una decisión de un juez fue determinante en el resultado de un partido.
Sin embargo, la instrumentalización de interrupciones para las revisiones arbitrales pudo ser introducida a estos deportes con naturalidad, porque en ningún caso corta el ritmo de los encuentros, pues en todos ellos siempre se contemplaron las pausas constantes.
Cuestión de ritmo
Precisamente ese es uno de los principales argumentos esgrimidos por los detractores del fútbol 2.0: el balompié se juega casi ininterrumpidamente durante 45 minutos e incluir cortes para revisar decisiones entorpecería su fluidez.
Quienes están a favor de utilizar la magia de la repetición instantánea proponen que podría regularse este recurso a través de una utilización limitada de "retos"; a los juicios de quien dirige los encuentros.
La sencillez es el alma donde radica la belleza del fútbol.
Aunque probablemente lo más sabio para tomar una decisión sería hacer un balance de "costos y beneficios";, puesto que si una especie de "arbitreitor"; pudiera ayudar a eliminar las injusticias, basta con acostumbrarse a otro "tempo";.
El temor a los robots
Posiblemente, la razón de mayor peso que ha frenado la instauración de este recurso, que irrefutablemente contribuiría a evitar las victorias y derrotas infames, reside en el subconsciente de todos aquellos que aman el balompié.
La tecnología ha cambiado las conversaciones en los cafés y el trabajo en las fábricas, pues cada vez se necesitan menos empleados. Al mismo tiempo, las condiciones laborales de los mismos han mejorado, liberándolos de trabajos físicos extenuantes que ahora realizan robots.
Pero si la tecnología se instala en el fútbol profesional, abrirá una brecha entre la fantasía de un partidito en el barrio y el partido que vemos por televisión, porque dejarán de parecerse. Y la mayor virtud de esta disciplina, en comparación a todas las demás, es su sencillez.