En efecto, en un mundo donde la información es poder, y donde todo lo que hacemos deja una huella digital, la capacidad de poder procesar ese enorme volumen de datos constituye una herramienta con un potencial excepcional en todos los ámbitos de la actividad humana. Desde determinar cual es la canción más depresiva dentro de la biblioteca de Spotify, hasta optimizar la cantidad de móviles que una institución de salud debería tener en cada una de sus instalaciones para minimizar el tiempo de respuesta. Para tener una idea, si se explotaran mejor los datos, la asistencia sanitaria en EE.UU. podría ahorrar hasta USD 300 billones al año, el equivalente a reducir los costos en USD 1.000 para cada hombre, mujer y niño.

Por este motivo, la edición de octubre 2012 de la Harvard Business Review destaca a la analítica de datos como la actividad profesional más atractiva del siglo XXI ("Getting control of Big Data"). En la misma línea, para la revista británica The Economist, "el recurso más valioso del mundo ya no es el petróleo, sino los datos", y por eso, "los científicos de datos son ahora los unicornios del mercado laboral a nivel global".