Tres científicos que abrieron los ojos a la bioquímica recibieron el premio Nobel
Los tres científicos galardonados con el Nobel de Química han revolucionado la bioquímica, construyendo cada uno sobre los logros del anterior y permitiendo a los investigadores ver biomoléculas a nivel atómico.
"Los investigadores pueden ahora congelar biomoléculas" y "visualizar procesos que no habían visto nunca antes, algo decisivo para el entendimiento básico de la química de la vida y el desarrollo de medicinas", argumentó la Real Academia Sueca de las Ciencias en su fallo.
El británico Richard Henderson, el germano-estadounidense Joachim Frank y el suizo Jacques Dubochet han desarrollado a lo largo de casi tres décadas esa nueva ventana a las mínimas unidades de la vida, la denominada "criomicroscopía electrónica", rompiendo todas las barreras que hasta entonces lo impedían.
Henderson nació en 1945 en Edimburgo (Escocia) y, tras estudiar Físicas en la universidad de su ciudad natal, saltó a la biología molecular, ámbito en el que se doctoraría en 1969, indica su perfil en la página web en el Laboratorio de la Biología Molecular de Cambridge.
Luego entró como investigador en el Laboratorio de Biología Molecular de Cambridge, institución en la que continuaría su labor docente e investigadora hasta la actualidad.
Su gran aportación fue en 1990, cuando Henderson logró generar una imagen tridimensional de una proteína con resolución atómica gracias a un microscopio electrónico, evidenciando el potencial de esta nueva tecnología.
A lo largo de su trayectoria ha obtenido varios reconocimientos por sus logros, como el Ernst-Ruska (1980), el Rosenstiel (1991), el Louis Jeantet (1993) y el Gregori Aminoff de Cristalografía (1999).
Además ha sido nombrado miembro honorífico de la Sociedad Biofísica Británica (2003), científico distinguido de la sociedad Americana de Microscopía (2005) y doctor Honoris Causa por la Universidad de Edimburgo (2008).
Frank, el segundo galardonado, nació en 1940, en plena II Guerra Mundial, en la ciudad alemana de Siegen, en el Land de Renania del Norte-Westfalia, territorio que quedó bajo tutela de los estadounidenses tras la derrota del nazismo.
Ya en la infancia empezó a interesarse por la técnica aplicada a la química y tras completar los estudios secundarios ingresó en la Universidad de Friburgo, en el sur de Alemania, para doctorarse luego en la de Múnich.
Ya como postdoctorado se incorporó en el Instituto de Tecnología de California, posteriormente al Instituto Max Plank de Bioquímica, de nuevo en Alemania, y en 1973 pasó a ejercer en la Universidad de Cambridge, para saltar por último a la de Columbia, en Nueva York.
La Academia Sueca destaca en su argumentación del Nobel que consiguió generalizar las aplicaciones de la nueva tecnología microscopía biomolecular y desarrolló un método para procesar las imágenes en dos dimensiones y transformarlas en 3D.
Dubochet nació en Aigle, en la Suiza francófona, en 1942 y, según un perfil suyo publicado por el Laboratorio de Biología Molecular Europeo (EMBL) de Heidelberg (Alemania) desarrolló su curiosidad científica desde niño como una forma para enfrentar sus temores.
Dubochet, según ese perfil, le tenía miedo a la oscuridad y un día, viendo como el sol se ocultaba en el horizonte, se fue a la biblioteca pública a buscar libros que le explicarán lo que estaba pasando.
"Tenía que enfrentar mis miedos con el conocimiento", explicó Dubochet, en frase citada por el EMBL cuando le concedió, en 2015, el Premio Lennart Philippson.
El EMBL fue además el lugar de trabajo de Dubochet antes de ser nombrado profesor en la Universidad de Lausana.
Dubochet estudió Ingeniería y Físicas, y luego cambió su campo principal por el de la biología molecular y la biofísica, campo en el que se doctoró en 1973. EFE