Basura informática, un problema sin solución en Uruguay
La disposición final de las computadores obsoletas es un problema a nivel mundial. Mientras China, India y Pakistán tienen los cementerios electrónicos más grandes y poluidos del mundo, en Uruguay no existen planes para el reciclaje de los 100.000 aparatos que se estima se desechan anualmente. Juan Grompone dijo que un sistema de reciclaje podría recuperar para la educación unos 30.000 equipos por año.
(Emitido a las 08.41)
EMILIANO COTELO:
"La información digital será etérea, pero las computadoras que la contienen son bien materiales. Tanto, que ya existen cementerios a los que van a parar los modelos obsoletos para ser desarmados por ejércitos de desdichados en la peor pobreza. Esos cementerios son pesadillas de veneno, servidumbre infantil y vidas cortas marcadas por el cáncer y la intoxicación. La clave está, por supuesto, en los materiales con que se hacen las computadoras", dice un artículo publicado por Página 12.
Y agrega:
"La vida útil promedio de una computadora en el primer mundo es de dos años. Cada día, los norteamericanos sacan de servicio 163.240 unidades: 3.513 toneladas de tecnología transformadas en basura. Para fines del 2002 se habían tirado a la basura o "entregado para reciclaje", como se dice entre gente educada 12.800.000 computadoras, de las cuales una ínfima cantidad se recomercializa como repuestos. Uno en cinco de estos cadáveres es desarmado, reciclado, compactado o enterrado en Estados Unidos. El 80 por ciento es retirado del país por brokers a los que se les paga para que los lleven a desarmaderos en lo más profundo del tercer mundo.
Los tres más grandes son el de Chennai, en India; el de Karachi, en Pakistán; y el de Guiyu, en China, un pueblito al este de Hong Kong donde hasta hace pocos años se cultivaba arroz y en el que viven ahora 100.000 (hurgadores) cartoneros del plástico, desarmando computadoras.
Lo que buscan son sus componentes químicos. Con un martillo, se rompe la cobertura del tubo catódico del monitor para sacar el alambre de cobre de la bobina, que se revende a 80 centavos de dólar. Los martillazos siempre quiebran el tubo, que es de vidrio revestido internamente de plomo, y los pedazos van a parar a los desagües y arroyos. No sorprende que Guiyu tenga 190 veces el nivel de plomo aceptable en su agua potable, y que los informes sobre defectos de nacimiento, tuberculosis y problemas respiratorios sean astronómicos.
Luego viene el wok. Sobre un fueguito de carbón, al aire libre, se pone estaño de soldadura a hervir y se sumerge cada placa de circuitos. Al minuto, ya flojos, se pueden sacar con una pinza los chips, que se sumergen en una mezcla de ácido hidroclórico y ácido nítrico. Esto desprende cantidades ínfimas de oro de los conductores, que son rescatados porque valen el equivalente a dos dólares. El ácido es arrojado sin más en el desagüe (junto al plomo), lo que explica que la tierra en Guiyu tenga un Ph de 0 y que desde hace cinco años el gobierno lleve agua en camiones para que nadie pruebe siquiera la de las napas locales.
Mientras se rescata el oro, otros queman los cables en zanjas al aire libre para rescatar los 9 centavos de dólar de cobre que contiene cada uno. El problema es que los cables están cubiertos de PVC, que al quemarse expide cantidades de dioxinas, un carcinógeno de particular eficiencia.
En todos los cementerios de computadoras, los chicos caminan por el barro contaminado y respiran el aire envenenado mientras separan por colores los plásticos en grandes pilas para reciclado, éste sí industrial. El ingreso promedio por día de sus padres es el equivalente a un dólar con 30 centavos. ¿Por qué? Porque, como siempre, la parte del león se la lleva el intermediario, el que recibe en Estados Unidos entre 10 y 30 dólares por computadora para llevárselas a alguna parte y que luego se las vende a los desarmadores chinos, paquistaníes o indios".
Duro, ¿no? Estremecedor, incluso, este informe titulado: "El fantasma en la máquina", del suplemento especializado del diario Página 12. Habla de qué ocurre en el mundo, sobre todo con las computadoras de Estados Unidos que van a parar a estos cementerios ubicados en India, Pakistán o China.
Ahora, este problema de las máquinas obsoletas y su destino no sólo es de Estados Unidos. Supongo que también lo tenemos nosotros. Entonces, nos interesa ver de qué manera se analiza este problema, este desafío, aquí en Uruguay,.
Para eso estamos en diálogo con el ingeniero Juan Grompone, a quien los oyentes conocen muy bien. Es director de la empresa Interfase y es un ex integrante de nuestras Tertulias.
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Juan, ¿cómo te resultó este artículo?
JUAN GROMPONE:
Aproximadamente coincide con los números que yo tengo y la información que yo tenía. Creo que no hay ninguna discrepancia con eso, tal vez solo un punto que es que hay una Convención de las Naciones Unidas, la Convención de Basilea, que prohibe la exportación de materiales tóxicos. Casualmente Estados Unidos es uno de los no firmantes de esta Convención, lo cual precisamente necesitan para exportar esos residuos.
EC ¿Podemos ver qué pasa en nuestro país? ¿Cuáles son los números de Uruguay en cuanto a "la muerte de computadoras"?.
JG Los números son aproximaciones porque no hay cifras precisas pero la estimación más o menos corriente es que en Uruguay hay 500.000 computadoras personales en uso, que se encienden todos los días. Es más o menos es una estimación coherente que todas las fuentes citan. Y esto quiere decir que entre 50 y 100.000 computadoras son descartadas todos los años. Estas computadoras descartadas tarde o temprano van a parar a la basura, a veces no inmediatamente, porque muchas veces lo que sucede es que ya sea en las casas o en las empresas quedan ahí depositadas en algún rincón hasta que alguien se aburre y decide tirarlas, es decir. Pide una volqueta o hace algún tipo de servicio de ese estilo porque no es fácil desprenderse de las máquinas.
Ahora estas 50 a 100.000 computadoras descartadas por año, significa una fuente de contaminación porque acá terminan en la basura. Terminan de una manera o de otra en la basura.
Vamos a concentrarnos por ejemplo en un problema los tubos de imagen que es uno de los residuos más contaminantes. Cada computadora tiene un tubo de imagen, la pantalla, entonces 50.000 tubos de imagen que se descartan, para usar una cifra relativamente pequeña, significa que tarde o temprano son ocho toneladas de plomo por año que estamos volcando al medio ambiente. Es una cifra impresionante.
EC Repito, son números que tú estimas para nuestro país.
JG En el Uruguay son 50.000 tubos de imagen que tarde o temprano terminan en el basura todos los años y eso produce unas ocho toneladas de plomo que se vuelcan al medio ambiente.
EC ¿Otros elementos contaminantes?
JG Otros elementos contaminantes. Es difícil estimar la cantidad de los materiales no ferrosos pero en los circuitos de las computadoras además hay cables, hay antimonio, hay berilio, hay plomo, hay mercurio, y por supuesto, hay cantidades absolutamente ínfimas de metales preciosos como oro, plata o platino que simplemente se pierden.
Lo importante es que en Uruguay, que yo sepa, no hay ningún programa de reciclado ni siquiera un programa de eliminación de residuos, de éstos residuos.
EC Yo decidí llamarte a ti porque recuerdo que en algún momento tú estuviste involucrado por lo menos en un intento de poner en marcha un plan de reciclaje de computadoras.
JG Hace varios años que lo estoy intentando porque la recomendación principal que hay sobre el tema de las computadoras es prolongarle la vida. Tarde o temprano van a convertirse en basura, de modo que hay que tener un programa de eliminación de residuos tóxicos. No cabe duda. Pero en la medida que se le prolonga la vida ese impacto se minimiza y la manera más natural de prolongarle la vida es reciclarla para la educación.
Hace años que estoy luchando para que de esas 50 o 100.000 computadoras que se tiran todos los años se puedan extraer 20 o 30.000 computadoras por año para que ingresen al sistema educativo. Este número para el Uruguay no es despreciable es un número importantísimo, permitiría cubrir casi todas las necesidades.
EC - ¿Efectivamente esas máquinas pueden ser utilizadas? ¿Tienen todavía un uso factible a nivel de la educación, no son viejas a esos efectos?
JG No, no, porque esas máquinas por ejemplo, permitirían ser usadas para las dos funciones principales que se necesita en la educación: internet y correo electrónico, por empezar. Aparte de eso un procesador de texto o una planilla electrónica funciona perfectamente en esas máquinas, no serán de última generación pero funcionan las cosas. De modo que por supuesto no quiere decir que cada máquina se pueda convertir en una máquina para la educación, posiblemente con tres máquinas se haga una, pero de todas maneras sería una inyección impresionante poner a la educación todos los años 30.000 computadoras, cuando en realidad los programas más optimistas del Codicen han puesto 2.000 computadoras.
EC ¿Y qué ha pasado con las intenciones en esa materia?
JG Lo de siempre, quedan en buenas intenciones y no se hace nada. Además el reciclado para la educación no es un invento de Juan Grompone, Canadá, que es un país rico, hace años que tiene programas de reciclado en operación, no es una utopía es algo que los países ricos hacen.
EC Hubo una delegación uruguaya que viajó a Canadá para conocer esa experiencia.
JG Sí, hubo pero no se concretó en nada. Yo diría que sigue siendo uno de los temas interesantes porque ese programa tiene muy bajo costo, daría trabajo a mucha gente, capacitaría a mucha gente pero, por sobre todas las cosas, permitiría poner computadoras en la educación media y primaria de modo de mejorar bastante el nivel de actualización de la enseñanza.
EC De todos modos, en primer lugar queda claro que ahí hay una asignatura pendiente de beneficios indudables. Puede ser esta una buena oportunidad para exhortar a que las autoridades correspondientes reactiven esos proyectos y se ponga en marcha en nuestro país efectivamente un plan de reciclaje de computadoras en desuso. Ahora tú aclarabas que, más tarde o más temprano, esas máquinas van a terminar saliendo de servicio, van a terminar en un cementerio y ahí tenemos la segunda asignatura pendiente. En Uruguay no existe que yo sepa un programa de tratamiento de ese tipo de residuos.
JG Yo creo que los dos programas son inseparables. El programa de reciclado de máquinas va a descartar necesariamente equipos. Posiblemente una de cada tres termine en la educación pero habrá que destruir dos de cada tres. De modo que ese programa de reciclado al mismo tiempo tiene que ser un programa de residuos tóxicos porque todo va a terminar pasando por allí.
EC Tú mencionaste alguno de los componentes contaminantes que contiene una computadora, hablaste de lo que ocurre en el tubo de imagen, hablaste de los metales pesados pero en realidad todavía podríamos seguir con la lista porque hay plásticos y también hay pilas.
JG Sí, hay plástico y hay pilas. Dentro de los metales pesados, por ejemplo, el mercurio de las pilas es uno de los componentes tóxicos. Ahora el problema es realmente un problema serio porque las cifras que mencionaban el artículo que leíste son exactas, la cifra que se manejan en el mundo es que lo recuperable en una computadora es del orden de los seis dólares. En otras palabras, sólo en condiciones de pobreza extrema tiene sentido recuperarla. Básicamente no es rentable recuperar computadoras, lo que hay que hacer es tratar de anularlas como residuos tóxicos, creo que esa es la única medida sensata. Y eso significa simplemente hacer un cementerio de computadoras en condiciones razonables, tal vez enterrarlas a profundidades grandes o cosas por el estilo, en lugares que sean geológicamente razonables.
EC Estamos concentrándonos en la computadora pero a los efectos de esos cementerios de materiales contaminantes en realidad tendríamos que pensar en otro tipo de aparatos también.
JG Sí, los televisores son exactamente el mismo problema, tienen el mismo tubo de imagen, tal vez tienen menos componentes tóxicos pero no muchos menos. Los televisores son exactamente el mismo problema. Pero la diferencia está en que las computadoras quedan obsoletas más rápido, se recambian más las computadoras que los televisores. Los tubos de los televisores duran diez años en las computadoras en nuestro país tal vez duran cinco.
EC Tenemos otro problema por ejemplo con las baterías, las baterías de los automóviles y de los camiones.
JG Bueno, las baterías de los automóviles son un excelente problema. Supongamos, por ejemplo, que sobre unos 300.000 autos -para poner una estimación de algún número, es pequeño como número de autos en el Uruguay-, suponiendo que la batería se cambia cada tres años eso significa que hay 100.000 baterías por año que quedan fuera de uso. Eso produce unas 1.000 toneladas de plomo.
Entonces, en general, la mayoría de esas baterías entran en algún programa informal de reciclado para recuperar el plomo, pero un pequeño porcentaje que no entre significa echar muchas toneladas de plomo al medio ambiente y los casos de plombemia en el Uruguay existen, en Montevideo tenemos.
EC Sigo con la lista, simplemente para agregar algún ejemplo más, a ti te preocupa también el caso de los discos compactos.
JG Exactamente, uno piensa que los CDs son absolutamente inofensivos pero un CD tiene una vida útil entre cero y dos años, no duran mucho porque en general o pasan de moda o se usan para otra cosa o se pierdan o se dejan de leer. Ese CD va a circular por el planeta y, así como está, va a seguir circulando por el planeta 200 años por lo menos. Tiene un plástico de excelente calidad hecho para resistir muchas cosas, de modo que ese trozo de plástico va a circular varios siglos antes de que realmente se destruya.
Una exhortación allí sería usar discos regrabables de modo que se podría disminuir en un factor 5 o 10 el uso de estos dispositivos. Una de las fuentes más importantes son los discos de computadora, ya sea porque son discos de computadoras o porque son copias ilegales de música, copias que se bajan de internet de música. Los discos regrabables son apenas más caros que los discos comunes y se pueden reutilizar muchas veces, más de diez tal vez. Entonces esto disminuiría mucho la cantidad de plástico que tiramos por este concepto y que va a circular por el Uruguay.
EC Con respecto a esta parte de la solución, la de implementar un sistema de enterramiento adecuado para los materiales tóxicos contenidos en este largo listado de artículos, máquinas, que forman parte de la vida cotidiana, ¿sabes de algún proyecto que esté en marcha, es un asunto que esté ya consolidado, sobre el cual haya experiencia en otros países?
JG Experiencia hay sí, en particular en la Comunidad Europea está muy preocupada porque se preocupa mucho por el medio ambiente además tiene una larga historia de contaminación, de modo que allí existen planes de esos.
En Uruguay el único plan que recuerdo fue hace unos diez años cuando la Intendencia de Montevideo hizo un plan para de alguna manera tratar las pilas, creo que lo que se proponía era segregar las pilas de la basura común y darles algún destino, pero ese plan ha perdido vigor, yo no veo más ni la publicidad para no tirar las pilas ni los lugares para depositarlas.