"Hace unos meses era impensado", dijo el científico José Badano. "En este caso no estoy sacrificando nada, voy a poder hacer lo que me gusta rodeado de los que quiero", afirmó.

El primer repatriado para el Pasteur

Investigaba en un instituto de primer nivel y optó por volver. Y eso no significó resignar algo en su carrera gracias a la filial local del Instituto Pasteur. "Hace unos meses era impensado", dijo el científico José Badano. Siempre quiso volver pero habría sido un sacrificio académico. "Ahora no estoy sacrificando nada, podré hacer lo que me gusta rodeado de los que quiero", afirmó.

(Emitido a las 9.05)

EMILIANO COTELO:
Les propongo un ejercicio. Tomemos el caso de un uruguayo, estudiante posdoctoral de genética médica en la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos, uno de los centros de referencia a nivel mundial.

¿Se imaginan a ese uruguayo volviendo al país, para radicarse aquí y continuar trabajando en su área de especialización en Uruguay?

Ustedes pensarán que sólo un milagro puede hacerlo posible. Pero, resulta que, justamente, a este tipo de "milagros" vamos a tener que acostumbrarnos a partir de la presencia en nuestro país del Instituto Pasteur de París.

Les propongo conocer la historia real de José Badano, un joven de 34 años, doctor en genética médica, que ya ha logrado publicar artículos en la revista Nature, y que esta semana se convirtió en el primer científico uruguayo que será "repatriado" por la filial del Pasteur en Montevideo.

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Doctor Badano, este lunes, el Consejo Administrativo del Instituto Pasteur filial Montevideo aprobó la incorporación de un primer grupo de científicos que en pocos meses van a estar trabajando en ese centro de investigación. Son pocos por ahora, y entre ellos usted es el único uruguayo. Usted tiene 34 años, está casado, tiene dos hijos y reside en Estados Unidos desde 1999.

JOSÉ BADANO:
Así es, desde 1999 estoy en Houston y desde 2002 en Baltimore.

EC - Hagamos un poco de historia. ¿Cómo fue que un licenciado en Biología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República terminó trabajando en la Johns Hopkins University, uno de los institutos de investigación en medicina más famosos del mundo? ¿Cómo fue la secundaria, los estudios aquí concretamente?

JB - Hice toda la parte de primaria, secundaria e incluso el bachillerato en el José Pedro Varela, en el IUDEP para quinto y sexto de liceo; después hice la Licenciatura en Biología y al final teníamos que decidir una orientación porque la primera parte era muy básica y muy general. Hacia el final elegí empezar a especializarme un poco en genética humana, que en ese momento era más citogenética humana, y lo hice en el laboratorio del doctor Cardozo en el Clemente Estable, en el cual empecé una especie de pasantía y después me quedé a trabajar un tiempo con ellos. Ese grupo me estimuló mucho a intentar profundizar en el área de la genética, entonces con los consejos de mi jefe en ese momento empecé a buscar opciones en Estados Unidos y conseguí una beca Fullbright que fue de mucho apoyo, no sólo financiero, también me abrió las puertas de varias universidades aquí en Estados Unidos.

EC - Para alguien con tu perfil, ¿era imprescindible viajar al exterior, a Estados Unidos, por ejemplo?

JB - Sí, es muy importante, sobre todo en la parte de ciencias es muy importante salir fuera del país. No sólo para la gente de Uruguay, una vez que estás ves que hay gente que viene de Europa y de otros países. Es muy importante salir por lo menos por un tiempo y entrenarte en otro tipo de técnicas, de formas de trabajo, tener otro tipo de vivencias.

EC - Con esa beca Fullbright te fuiste a Estados Unidos en 1999 a hacer el doctorado en genética.

JB - Exactamente, en la universidad Baylor, del Baylor Collage of Houston, Texas, me aceptaron en el programa de doctorado en el Departamento de Biología Molecular y Genética.

EC - ¿Cómo llegas a tu situación actual, la de estar trabajando como investigador en el Instituto de Genética Médica de la Escuela de Medicina de la Johns Hopkins University?

JB - Hacia la mitad del doctorado mi mentor en la práctica, que estaba haciendo un posdoctorado en Baylor, obtiene su propio laboratorio en Hopkins y decide mudarse allí, y yo me termino mudando con él para terminar el proyecto y no tener que cambiar. Luego termino mi posdoctorado siendo estudiante visitante en Hopkins –mi título sigue siendo de Baylor– y me quedo trabajando allí.

EC - ¿Fue fácil asumir la condición de emigrante?

JB - No fue fácil. Se hizo un poco más fácil en Houston por la alta presencia de gente de la región, de uruguayos, de argentinos, el fútbol me hizo conocer mucha gente y la parte social se hizo muy liviana rápidamente. Pero siempre el estilo de vida, la familia y los amigos se extrañan mucho.

EC - ¿Pero tú estabas pensando que tu futuro era allí, fuera del país?

JB - Desde que me fui del país tuve la expectativa o la intención de volver. Les decía a mis padres y al resto de la gente que esta posibilidad del Pasteur es como haber sacado la lotería. Cuando me fui no tenía idea de que esto se estaba proyectando, y mientras estoy fuera se genera un nuevo instituto, se construye y cuando me tengo que volver se abre la posibilidad de presentarme a un llamado y lo gano. Todavía es irreal para mí, no caigo mucho.

EC - Sería bueno conocer en qué consiste tu área de trabajo. ¿Cómo podemos definirla en términos sencillos? Estamos hablando siempre de genética humana.

JB - Sí, el proyecto que intento desarrollar es básicamente genética humana y estudios de biología celular o molecular para entender algunas patologías genéticas humanas a nivel celular o molecular.

EC - ¿Qué estás estudiando en este momento?

JB - Todo se centra en la biología de las cilias, unos organelos que son como antenas en la superficie de la célula.

EC - ¿Qué función cumplen?

JB - Esa es la parte interesante, cumplen muchas funciones, con el tiempo nos estamos dando cuenta de que cumplen más funciones de las que pensábamos. Van desde la locomoción cuando se trata de organismos unicelulares hasta el movimiento de fluidos en las vías respiratorias, hasta organelos sensoriales que funcionan como antenas que censan el medio y de acuerdo con los diferentes estímulos le permiten a la célula tomar diferentes decisiones, como dividirse, migrar hacia otra parte del tejido, expresar otro tipo de proteínas y demás. Estos organelos están presentes en la gran mayoría de las células humanas, por lo tanto su mal funcionamiento puede desencadenar un número muy alto de diferentes patologías o manifestaciones a nivel clínico.

EC - ¿Cuáles son las disfunciones que pueden presentarse en las cilias, y qué tipo de enfermedades producen, por lo menos de las conocidas por nosotros?

JB - Hay muchos síndromes que se pueden considerar raros desde el punto de vista de su incidencia que son causados por defectos en las cilias. Pero todos ellos tienen como característica diferentes manifestaciones clínicas que son muy comunes en la población en general, como pueden ser obesidad, degeneración de retina, enfermedad poliquística de riñón, diabetes, retardo mental. Lo interesante es que el estudio de estas enfermedades quizás un poco raras, que no tienen mucha incidencia en la población general, nos puede dar información de mucho valor con respecto a este otro tipo de patologías que son muy comunes y muy complejas. La obesidad, la diabetes son enfermedades muy complejas y muy difíciles de disecar desde el punto de vista genético y molecular.

EC - ¿Cuánto tiempo puede llevar alcanzar algunas conclusiones que después tengan consecuencias prácticas?

JB - Es muy variable.

EC - Una estimación, por lo menos.

JB - Hay cosas que tienen consecuencias a muy corto plazo en la parte social. Por ejemplo la identificación de nuevos genes que contribuyen a la comprensión de distintas enfermedades, no sólo nos da herramientas para estudiar estas enfermedades a nivel molecular, nos da nuevos participantes en las vías involucradas en estas enfermedades, sino que también nos brinda una herramienta de diagnóstico, lo cual es trasladable a la parte clínica casi de forma inmediata.

EC - ¿Cómo resulta eso de tener ya algunos artículos publicados en la revista Nature, que es una de las máximas referencias del mundo científico? ¿Es algo normal para alguien de apenas 34 años?

JB - No sé si es normal, pero va mucho en el tipo de proyecto que uno desarrolla, un poco en la suerte también, pero más que nada en el tipo de proyecto, porque para estas revistas si bien los descubrimientos tienen que ser importantes también tienen que serlo para una audiencia amplia. Hay muchos descubrimientos que son muy importantes pero muy específicos, para determinada área, y estas revistas buscan una cosa más amplia. En ese sentido he tenido mucha suerte, trabajando en un síndrome muy raro descubrimos que las cilias estaban involucradas y el hecho de que estos organelos estén involucrados en tantas manifestaciones clínicas tan comunes lo hace mucho más interesante. Trasciende el síndrome, que en este caso es el de Barrett-Bitel, un síndrome muy raro que no le interesa a mucha gente. Pero ha servido como modelo para estudiar patologías muy comunes, por eso el impacto en la comunidad científica es mucho mayor. Para publicar en estas revistas se necesita un poquito de suerte y el tipo de proyecto tiene que ser el adecuado.

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EC – Me gustaría incorporar a esta charla a Guillermo Dighiero, director del Instituto Pasteur Filial Uruguay.

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Doctor Dighiero, ¿por qué un científico como José Badano es apropiado para integrar el elenco inicial del Pasteur aquí en Uruguay?

GUILLERMO DIGHIERO:
Estoy muy contento, estaba escuchando a José. Primero lo quiero felicitar a él por dos cosas, me encantó la forma y la claridad con que presentó lo que hace, sobre todo un sujeto difícil como es el que él trata. Mi orgullo de que él venga aquí es porque fue un concurso abierto a toda la comunidad científica, el llamado se publicó en Nature y Science, se presentaron 26 personas, 26 proyectos de ocho nacionalidades distintas, hubo un proyecto francés, un proyecto italiano, un proyecto español y un proyecto hindú, y él fue seleccionado primero por unanimidad por un comité científico internacional que integran ocho personas, sólo una de las cuales es uruguaya. Para nosotros es un gran orgullo recuperarlo y que vuelva a Uruguay porque esa es una de las finalidades fundamentales del Instituto Pasteur.

EC - ¿Cuándo empieza a trabajar este primer grupo de investigadores seleccionados estos días?

GD - El Instituto hoy está terminado, el edificio está terminado.

EC - Y ya tiene fecha de apertura.

GD - En octubre y noviembre entran todos los equipos pesados, el Instituto va a estar funcionando el 8 de noviembre, el 8 de diciembre es la inauguración oficial. Va a ser inaugurado por el presidente de la República, el doctor Tabaré Vázquez, y va a venir la ministra de la Cooperación Francesa, madame Gerardin, porque hubo una contribución francesa muy importante a través de un mecanismo sumamente creativo que fue la reconversión de la deuda uruguaya en inversiones. Estamos viendo con Badano cuándo puede venir, estamos hablando del mes de mayo pero si él puede venir antes con mucho gusto lo vamos a acoger porque pensamos que alrededor del mes de marzo el Instituto va a estar en funcionamiento pleno.

EC - ¿Cómo continuará ampliándose el equipo? ¿Cuáles son los otros pasos previstos?

GD - Ya están constituidos. El Instituto tiene dos pilares, uno son las plataformas tecnológicas en las cuales hemos hecho una incorporación de equipos técnicos, ya hemos comprado equipos por 2.400.000 dólares, y tenemos que comprar todavía por más de 1 millón más. Son plataformas tecnológicas con aparatos de última generación que van a brindar a la comunidad científica nacional y a la industria una serie de herramientas muy útiles. Esa primera etapa se concluye ahora el 15 de noviembre.

La segunda etapa importante del proyecto es la incorporación de lo que llamamos los jóvenes líderes científicos, que es el caso de José Badano. Eso se hace por concursos abiertos, hicimos un primero en febrero que cerró en abril, el Consejo Científico dio su fallo en junio después de recibir a los candidatos y el Consejo de Administración acaba de aprobar las tres primeras incorporaciones. El año que viene se va a llamar a tres más y luego vamos a seguir llamando en 2009 hasta llegar a tener diez grupos de ese tipo, con un contrato por cinco años.

EC - Yo decía cuando presentaba estas entrevistas que José Badano es el primer repatriado por el Instituto Pasteur, pero en realidad el primero fue usted.

GD - De alguna manera sí.

EC - Vale la pena recordar que el doctor Dighiero llevaba 30 años viviendo en el exterior, en Francia en particular, y que últimamente era el responsable de la Unidad de Inmunohematología e Inmunopatología en el Pasteur en París. En los últimos meses estuvo con un pie en un lado y otro en el otro. ¿Ya se instaló definitivamente en Montevideo?

GD - Sí, estoy viviendo definitivamente en Montevideo desde enero.

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EC - Hablábamos hace un rato de que existió siempre una intención de volver al país, pero ¿habría sido factible un regreso a Uruguay manteniendo el desarrollo profesional sin la alternativa del Instituto Pasteur?

JB - Habría sido muy difícil. Algunas chances había, de hecho me presenté el año pasado a un llamado en el Clemente Estable, y si bien el perfil del llamado no era el adecuado para mí por los años de experiencia que se necesitaban y demás, no sé si hubiera sido posible con estas características.

EC - Sí, un regreso sin tener que dar un paso atrás en tu carrera y además con una opción económica conveniente.

JB - No sé si hubiera sido dar un paso atrás en mi carrera. En este caso el Pasteur definitivamente es un paso adelante, y si antes volver hubiera representado un sacrificio para mi carrera en este caso no lo es. A priori tengo todas las posibilidades dadas en cuanto a equipamiento, financiación y tecnología como para poder seguir a un ritmo razonable y quizás del mismo nivel que tengo acá.

EC - Concretamente, esta chance te permite continuar acá tus estudios posdoctorales.

JB - Exactamente. Es una chance que hace unos años, unos meses, era impensada para mí. Siempre la idea de volver estuvo pero habría representado un sacrificio en cuanto a la parte académica. En este caso no estoy sacrificando absolutamente nada, voy a poder hacer lo que me gusta rodeado de la gente que quiero y en el ambiente donde me crié.

EC - Mencionaste al pasar el tema de la infraestructura que está preparando el Instituto Pasteur aquí en Montevideo. Es importante contar con este equipamiento, pero tú has dicho que además es importante tenerlo en un espacio físico reducido. ¿Cómo es esto?

JB - Hoy con las comunicaciones al nivel que están y demás es relativamente fácil mantener colaboraciones con gente en distintas partes del mundo y tener proyectos con otros investigadores en otros países, pero llega un momento en que uno necesita tener colaboradores y equipamiento en casa para poder hacer los experimentos y no tener que viajar, poder cruzar el pasillo y tener todo ahí. En ese sentido el Pasteur ofrece una oportunidad inmejorable, tiene una serie de plantas básicas para investigación que cuentan con gente experimentada en las distintas técnicas y con el equipamiento necesario para hacerlo. Es inmejorable.

EC - Y desde el punto de vista de la posibilidad de intercambio, de trabajo conjunto con otros científicos uruguayos, ¿cuáles son las alternativas?

JB - Eso es muy importante, más en una sociedad como la nuestra, que es pequeña tanto desde el punto de vista científico como en general. Es muy importante establecer colaboración para evitar duplicar esfuerzos, para sacarles el máximo rédito a los recursos y además para atraer distintas áreas de experiencia.

EC - ¿En tus trabajos eso va a ser posible, en las áreas en las que tú te mueves?

JB - Creo que sí. Como te decía antes, el tema en general tiene cosas muy específicas pero también tiene la potencialidad de ser muy amplio y abarcar muchas disciplinas. Por lo tanto ofrece la posibilidad de expandirse y establecer colaboraciones con diferentes investigadores del medio o internacionales. Es muy importante.

EC - ¿Cuándo te tenemos por acá, entonces?

JB - Lo antes posible, en marzo o abril, para el otoño del año que viene estaremos por ahí.

EC - ¿La familia está contenta? ¿Qué edades tienen tus hijos?

JB - Dos años y medio y 6 meses.

EC - Van a poder insertarse en la educación primaria.

JB - Sí.

EC - ¿Están prontos?

JB - El chiquito no se va a enterar de nada, y el otro por lo menos tiene un poquito de inglés.

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Edición: Mauricio Erramuspe