La energía nuclear, un desafío y una oportunidad
Aunque no se concrete, sólo debatir científicamente la generación de energía nuclear en Uruguay sería un aporte al desarrollo. Así lo entiende un grupo de la Facultad de Ingeniería que impulsa esta discusión. En cualquier caso, supondría un enfoque regional y que aproveche las últimas tecnologías, explicaron Domingo Quilici, de Argentina; y Ramón Méndez Galain, de Uruguay.
(Emitido a las 8.52)
EMILIANO COTELO:
En Uruguay, ¿hay que ir por el camino de la energía eléctrica de origen nuclear? Sólo plantear la pregunta hace que la polémica esté garantizada.
Y justamente ese es el título de un taller que tendrá lugar esta tarde en Montevideo: "¿Energía eléctrica de origen nuclear en Uruguay?". Es un taller organizado por el Instituto de Física de la Facultad de Ingeniería, con apoyo del Pedeciba (Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas), que trae a nuestro país a expertos en energía nuclear.
Aprovechando esta oportunidad, les propongo retomar este tema sobre el cual hicimos varias entrevistas este año, pero a nivel político.
Hoy vamos a conversar con el ingeniero Domingo Quilici, que fue gerente del Centro Atómico Ezeiza, de la Comisión Nacional de Energía Atómica de Argentina (Conea), luego fue director de esa Comisión y hoy se desempeña como asesor de la dirección.
También nos acompaña el doctor en Física Ramón Méndez Galain, director del Instituto de Física de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República, que fue colaborador de En Perspectiva y entre cuyos antecedentes vale la pena destacar que trabajó cinco años en la Comisión de Energía Atómica de Francia.
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Vamos a formular la primera pregunta a Ramón Méndez. ¿Por qué vale la pena poner el tema de la energía nuclear sobre la mesa en Uruguay?
RAMÓN MÉNDEZ GALAIN:
Vamos a empezar a nivel internacional. La prospectiva de la Agencia Internacional de Energía (AIE) del año 2006 indica que si uno mira el mundo para 2030 el de las fuentes de energía es un tema absolutamente abierto. Aparentemente va a ser una energía mucho más cara, mucho más sucia, el consumo de petróleo va a aumentar un 50% y en ese contexto Uruguay, si no quiere seguir viendo cómo disminuye la producción de petróleo en el mundo y las perspectiva con el petróleo y con el gas, va a tener que plantearse alguna otra alternativa a largo plazo. No estamos hablando de soluciones energéticas para el año que viene, para 2015 ni para 2020, sino para dentro de 20 años. Imaginar cuál va a ser la matriz energética de Uruguay dentro de 20 años es un ejercicio que no estamos acostumbrados a hacer, pero una de las fuentes posibles es la energía nuclear. Lo novedoso es simplemente que desde el medio académico nos animemos a plantear la pregunta. Es simplemente eso, en lo personal no tengo una posición sobre el tema, no sé si la energía nuclear es buena o mala para Uruguay.
EC - Quienes organizan este taller de hoy no están a favor de la energía nuclear.
RMG - No, de ninguna forma, simplemente nos parece que el tema está tirado en el tapete, diferentes políticos, medios de prensa se han interesado por él, algunos de ellos han dado opiniones bastante contundentes, entonces nos parece que tal vez habría que comenzar al revés, primero discutir el tema, plantearse las preguntas, analizar las respuestas con espíritu científico y sacar las conclusiones. Una de las preguntas, por supuesto, es acerca de la aceptación social del tema, un tema fundamental, que está asociado con la seguridad, con accidentes que efectivamente ocurrieron, entonces hay que tenerlo en cuenta.
EC - Ingeniero Quilici, ¿qué dice usted, que viene de un país que es generador de energía nuclear desde hace ya varios años? ¿Qué responde a esta misma pregunta?
DOMINGO QUILICI:
En el ambiente académico contestar si se está a favor o en contra de la energía nuclear no es una forma de encarar el problema correctamente. El medio académico no puede estar "a favor" ni "en contra", tiene la obligación de plantearse el problema, porque es evidente que la energía nuclear puede ser una de las fuentes futuras de energía, más allá de lo que es actualmente, y todos los países que tienen capacidad de decisión propia tienen que saber qué es la energía nuclear y qué posibilidades, a favor y en contra, puede tener para ese país.
EC - ¿Cómo fue esta discusión en Argentina? ¿Hace cuánto tiempo se dio la discusión?
DQ - Argentina, por razones particulares de su momento histórico, desde muy temprano comenzó a pensar en el tema nuclear, en 1945 se hizo un decreto por el cual se declaró al uranio material estratégico. El general Sabio tuvo esa visión en aquella época en que era algo desconocido, prácticamente diabólico, pero él se dio cuenta de la importancia que podía tener.
EC - ¿Quién fue el general Sabio?
DQ - Fue el hombre que creó "Fabricaciones Militares" y que después puso en marcha la industria siderúrgica en Argentina.
EC - ¿Cómo fue la polémica en la sociedad argentina?
DQ - En 1950 se crea la Conea, y la decisión de instalar la primera central nuclear es del año 1964, ahí se comenzaron a hacer los estudios de factibilidad. Hay que tener en cuenta que en ese momento América Latina estaba imbuida de la teoría del desarrollo, hubo argentinos que formaron parte importante de ese grupo latinoamericano que estudió la teoría del desarrollo, y la industria nuclear era considerada como una industria industrializante, o sea que no sólo se la pensaba como una forma de generar energía eléctrica sino como una forma de desarrollar industrialmente al país y fundamentalmente de ir a la búsqueda de la autonomía tecnológica.
EC - ¿Fue un debate pacífico en la sociedad argentina?
DQ - En la sociedad argentina fue un debate pacífico, en esa época la energía nuclear era considerada favorablemente por la población.
EC - Así llegamos a una situación como la de hoy, en que Argentina tiene Atucha I, Atucha II... ¿cuántos generadores tiene de energía nuclear?
DQ - Argentina tiene dos centrales nucleares en funcionamiento, Atucha I y Embalse, y reinició la construcción de Atucha II, que va a estar en marcha en el año 2010.
EC - Así que en 2010 tendrá tres usinas generadoras.
DQ - Tres centrales nucleares, y se lanzó el estudio de factibilidad para la cuarta.
EC - ¿Qué porcentaje de la energía que consume Argentina es de origen nuclear hoy?
DQ - En el orden del 7%.
EC - Ese parque generador, ¿es gestionado por la Conae?
DQ - No, desde la época de los gobiernos neoliberales de Argentina la Conae viene dividida en tres organismos, un organismo regulador, la Comisión de Energía Atómica, que toma la parte de investigación y desarrollo y la producción de radioisótopos para uso de la medicina nuclear; la parte de prospección de uranio, y el generador propiamente dicho, un organismo específico para generar energía eléctrica, que opera en las dos centrales, que nació con la idea de privatizarse pero ahora va a quedar en manos del Estado.
EC - ¿Cuál es el papel que le corresponde a la Conae?
DQ - La Conae es el organismo que fija la política nuclear de Argentina, se dedica a la parte de investigación, no sólo en el área específica de energía eléctrica sino en todas las áreas relacionadas con la energía nuclear. En este momento está colaborando en la formación de los nuevos ingenieros que van a construir y operar las nuevas centrales.
***
EC - El ingeniero Quilici puntualizaba que está hablando a título personal, no en representación de la entidad en la que se desempeña como asesor.
DQ - En esta oportunidad estoy haciéndolo a título personal, gracias a la invitación que me hizo Ramón.
EC - Vamos al fondo de la cuestión, hablemos de riesgos, de dudas, de cuestionamientos, pero hablemos en primer lugar de ventajas. ¿Cuáles son las ventajas de la energía nuclear?
DQ - La energía nuclear tiene un horizonte muy importante con respecto a la materia prima con la cual se alimenta. La tecnología actual le da un horizonte del orden de los 100 años, pero con las nuevas tecnologías que están en desarrollo el horizonte se pierde en el tiempo, son cifras sólo indicativas.
EC - Se refiere a las reservas actuales de uranio.
DQ - Las reservas actuales de uranio pueden tener, con la tecnología actual, un horizonte de unos 100 años, pero las nuevas tecnologías que ya están en marcha, que todavía no son estrictamente comerciales pero que seguramente se transformarán en tales, le dan un horizonte con respecto al cual no tiene sentido dar números. La energía nuclear es otra forma de energía y dependerá de su competitividad frente a las otras concurrenciales, pero hay dos factores determinantes hoy, uno es el precio de los hidrocarburos y el otro es el calentamiento global. Son dos efectos absolutamente innegables que los países centrales han aceptado directamente.
EC - ¿Cómo inciden esos dos factores en la vigencia o la viabilidad de la energía nuclear?
DQ - El costo del petróleo es una relación directa, el precio de la generación a través de una central nuclear y el precio de generación a través de una central convencional. Y el costo son las externalidades: el costo del calentamiento global. Es evidente que la energía nuclear no participa de la producción de anhídrido carbónico y otros gases que tienen efecto invernadero. Esta es una ventaja claramente a favor en el futuro, en el mediano y el largo plazo, de la energía nuclear.
EC - Hablemos de inversiones. ¿Qué implica una central de generación de energía nuclear en cuanto al monto de dinero para ponerla en marcha, qué implica después la generación en sí cuando la planta esté en funcionamiento? ¿Qué números podemos incorporar a este debate para hacer comparaciones, ya que usted hablaba de la energía con origen en hidrocarburos?
DQ - Es evidente que la energía nuclear necesita una infraestructura de partida que no es indiferente, para producir energía nuclear se necesitan la máquina en sí y un sistema de control, de supervisión, antes, durante y después de la puesta en marcha. Es imposible determinar un costo, como el costo de un commodity como el barril de petróleo, depende de la organización de cada país y no se puede obtener de un momento para otro.
Pero para contestar su pregunta, cuál es el costo de una central, hoy hay que hablar de 1.500 millones de dólares para 1.000 megavatios instalados. Estamos hablando de las centrales que se comercian actualmente en el mundo, que son de ese porte, para poder hacer economía de escala las centrales pequeñas han dejado el mercado y se ha ido a centrales de 1.000 megavatios para arriba, que hacen que la inversión, de acuerdo con el tamaño del país, tenga una influencia muy importante.
EC - 1.000 megavatios es tres veces la central de Punta del Tigre que UTE acaba de instalar.
RMG - Cinco veces, genera 200 megavatios.
EC - Pero va a terminar generando 300 con la ampliación. Es cinco veces la central de Punta del Tigre. ¿Y en comparación con las centrales hidráulicas?
RMG - Salto Grande anda en los 600-700 megavatios, pero quizás un dato más interesante es que 1.400 megavatios es el consumo pico en los días más fríos de invierno en Uruguay.
EC - Entonces una central de nuclear hoy es de ese porte, 1.000 megavatios, y cuesta 1.500 millones de dólares.
DQ - Esa es la cifra teórica.
EC - ¿Usted está contando todo, inversión inicial, mantenimiento, actualización tecnológica, formación de recursos humanos?
DQ - No, por eso hice la salvedad antes de empezar, me refiero a un país que está en el camino nuclear ya absolutamente establecido, eso le va a costar construir una nueva central nuclear. Ni siquiera está incluido el desarrollo del lugar donde se va a construir la central nuclear, es una cosa muy común en los países que tienen energía nuclear construir otra central donde ya están las otras, lo que significa un ahorro muy grande en el desarrollo del sitio. Eso es el costo sin intereses, sin gastos intercalares, lo que los americanos llaman overnight, el costo de una central si usted la pudiera construir en una noche.
RMG - Ese es uno de los grandes temas para la discusión en Uruguay. ¿Es suficiente la masa crítica, el tamaño de nuestro país como para agregarle al costo de la central todo lo que significa montar un ente regulador con sus recursos humanos, con sus equipos técnicos especializados, formar recursos humanos a corto, mediano y largo plazo? Todo eso hay que agregarlo aparte del costo de la central en sí misma. Si se trata de un país grande en el cual se puede pensar en llegar a cuatro, cinco o treinta centrales nucleares, eso se diluye, ¿pero es suficiente la escala uruguaya?
A favor, en cambio, para un país como Uruguay significaría una inyección muy importante de desarrollo tecnológico, porque todo lo que implica instalar una central nuclear tiene repercusiones muy grandes en la generación tecnológica y en otras ramas de la industria, del conocimiento y de la producción.
EC - Hay otros factores a favor, una vez que una planta de energía nuclear está funcionando su capacidad generadora es absolutamente previsible, allí ya no hay la volatilidad que implica tener centrales hidroeléctricas.
RMG - Sí, pero también allí está uno de los puntos negativos más importantes, si una turbina de Salto Grande sale de la línea hay otras trece que siguen funcionando, una central nuclear es un sí/no, si se para por mantenimiento o tiene algún desperfecto y está tal vez meses reparándose caen muchos cientos de megavatios, cae un porcentaje muy importante de la producción. Por eso en general se intenta que la energía de origen nuclear sea relativamente baja respecto del total, o una sola central sea baja respecto del total. Esa es una pregunta fundamental para Uruguay, la única respuesta que se me ocurre para seguir adelante pensando el tema es que esto tiene que estar en el marco de una integración regional.
EC - Allí vamos con la pregunta siguiente. Observado desde Uruguay se trata de una inversión desproporcionada y de un esfuerzo país por el lado institucional, educativo, de formación, que se escapa de lo razonable. ¿Qué posibilidades hay de manejar alternativas en combinación con otros países de la región?
DQ - No se puede pensar, cualquiera sea el desarrollo en el área nuclear, si no en una integración con los países vecinos, hablemos del Mercosur para entender de qué se trata. El éxito del futuro nuclear, independientemente de Uruguay, el éxito regional depende de una fuerte integración entre Brasil y Argentina, que bienvenida sea si arrastra a Uruguay. La energía nuclear, por una cuestión de seguridad nacional, de economía de escala, de controles mutuos, tiene que ser un desarrollo integrado y la región del Mercosur es significativa como para permitirlo.
EC - Cuando pensamos en trabajar la energía nuclear de manera integrada en la región, ¿a qué podemos apuntar? ¿A la instalación de una nueva central generadora en Argentina o en Brasil pero impulsada por varios de los países de la región? ¿Implica una inversión argentino-brasileño-paraguayo-uruguaya?
DQ - No veo en el horizonte cercano esa perspectiva.
EC - Está claro que el Mercosur anda muy mal, en particular las relaciones Uruguay-Argentina, no sé si es a ese tipo de factores que usted alude.
DQ - Digo que Uruguay, Argentina y Brasil tienen que tener una profunda comunicación en materia nuclear, no puede haber desarrollos autónomos. Eso no significa que una central se construya en forma conjunta, los países pueden suministrar partes, eso es totalmente posible.
EC - ¿Por ejemplo, qué podría suministrar Uruguay?
DQ - Uruguay todavía no puede suministrar nada, pero hay hoy en el mundo nuevas alternativas que apuntan a resolver el problema del tamaño de las centrales.
EC - Antes de eso, sobre la posibilidad de integración...
RMG - Yo imagino, si se llega a concluir que es interesante tener energía nuclear en Uruguay, que Uruguay puede tener una central propia construida eventualmente con el auxilio, con el apoyo, con la formación de recursos humanos, etcétera, de los países de la región que tienen una larga experiencia, tanto Brasil como Argentina, pero que esa producción, no sólo la construcción sino luego la producción, se integre en una red regional. En un comienzo a Uruguay le sobrará energía y se la venderá a sus vecinos, y si en algún momento esa central cae sus vecinos le suministrarán la energía que le estaría faltando durante el tiempo que esté parada. Ese es el esquema que me imagino.
EC - Es de presumir que en esa hipótesis a Uruguay le va a sobrar energía, por los números que tú mismo manejabas hace un rato, con ese pico de demanda y una central de 1.000 megavatios.
RMG - Depende, las hay bastante más chicas, de 600, de 800 e incluso de menos. Pero estamos hablando del Uruguay de 2030, la economía uruguaya está creciendo a 4% o 5% no se sabe por cuánto tiempo más, la demanda de energía va a seguir creciendo, a 4% de tasa de crecimiento en 2030 llegamos a duplicar, estaremos en 3.000 megavatios. Entonces una central nuclear razonable de 800 megavatios no es una cantidad, es apenas el 25%.
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EC - Funcionar de manera integrada en un proyecto de central generadora de energía nuclear en Uruguay sería uno de los caminos, muy vinculado con la región. Pero usted decía, ingeniero Quilici, que hay otras tecnologías hoy disponibles que implican inversiones menores.
DQ - Son tecnologías en desarrollo que por definición tienen que ser centrales más pequeñas, mucho más pequeñas; estamos hablando de 160 megavatios, que es un prototipo que se está construyendo.
RMG - El tamaño de Punta del Tigre.
DQ - Con la ventaja de que resuelven el problema que mencionaba Ramón, son centrales modulares, de acuerdo con la necesidad se van construyendo una o varias. Le dan una gran flexibilidad a la red, si por alguna razón una de ellas sale de funcionamiento, hay otras que entran inmediatamente o, si hay varias funcionando y cae una, el desequilibrio en la red eléctrica no es muy grande.
EC - ¿Qué tecnología utilizan?
DQ - Son nuevas tecnologías, las llamadas centrales de cuarta generación, que tienen ventajas adicionales, por lo ejemplo la de ser "intrínsecamente seguras", en esas centrales no puede pasar un accidente nuclear como el que pasó en Ucrania, que fue tan conocido, el de Chernobyl. Es imposible que pase ese tipo de accidentes.
EC - ¿Un proyecto de este tipo implica también plazos más breves? Porque una central atómica como la que comentábamos, suponiendo que se resuelva hoy, estaría funcionando...
RMG - Dentro de 15 o 20 años, en todos los casos.
EC - Estas otras más pequeñas, con tecnologías más nuevas, ¿también?
DQ - También, todavía están en una etapa de desarrollo preliminar, hace falta más tiempo para llegar a que un país que no haya desarrollado energía nuclear las pueda tener como centrales de producción comercial.
RMG - Ni siquiera existen en el mercado, dentro de cuatro o cinco años estarían los primeros prototipos y dentro de siete u ocho eventualmente estarían funcionando comercialmente las primeras.
EC - ¿Y qué se sabe en cuanto al costo de las nuevas centrales?
DQ - Una de las ventajas es que el costo podría ser menor que el de las actuales centrales comerciales.
RMG - Pero faltan cinco años para tener el prototipo, por ahora no se puede saber cuál va a ser el precio final.
DQ - Tenemos que volver al inicio de la entrevista, hoy no hay un horizonte determinado para definir si Uruguay debe ingresar o no a la producción eléctrica con origen nuclear. Lo importante es que la energía nuclear, como otras fuentes alternativas, tiene que ser analizada porque es fundamental dentro de un mundo productivo que se desarrolló prácticamente en función del petróleo. Hoy sabemos que eso es finito y que va a ser cada vez más difícil y más caro, sobre todo para los países más pobres y para los que no tienen petróleo, por lo tanto hay que abrir el abanico y esta es una más de las posibilidades a analizar.
EC - ¿Y sobre las prevenciones que la energía nuclear provoca, sobre los debates que inmediatamente se instalan en la sociedad a propósito de los riesgos, de los peligros, de la posibilidad de accidentes?
DQ - Es fundamental aceptar esa realidad como incontrastable: la sociedad perdió la confianza en la tecnología como la solución a todos los problemas, por eso tenemos tanta gente que se ha vuelto más naturalista, que piensa más en el ambiente, porque los desastres que produjo la tecnología tanto en Occidente como en los países del comunismo real rompieron con todas las barreras. Entonces no se puede afrontar el problema de la energía nuclear sin un fuerte trabajo social para convencer a la gente de que es conveniente para ella y para sus descendientes.
EC - ¿Usted puede convencer a la gente de que un riesgo como el de Chernobyl no está en el horizonte hoy, cuando un país como Uruguay puede empezar a pensar en energía nuclear?
DQ - Estoy convencido, si no, no trabajaría en el área. Es difícil y hay gente que se está dedicando, se hace un gran esfuerzo, por ejemplo en los organismos internacionales de energía nuclear, para generar consenso en la población. Este es uno de los trabajos más importantes que hay que realizar si uno decide avanzar en este camino.
EC - ¿Usted tiene números, tiene datos que certifiquen que estas tecnologías son hoy mucho más seguras que hace 15 o 20 años?
DQ - Tengo el convencimiento de que la energía nuclear es absolutamente segura y no va a generar en absoluto otro accidente como el que se produjo en Chernobyl. Pero esto no es una cuestión técnica, aparecen otras componentes sociológicas que no puedo utilizar, hay gente específicamente dedicada a la comunicación social.
RMG - Dos pequeñas cositas. En primer lugar, más allá de las sensaciones, porque la gente termina tomando decisiones vaya a saber uno por qué mecanismos, existen en el mundo estudios sobre la probabilidad de que ocurra un accidente con origen nuclear y sus consecuencias sobre la población o la probabilidad de que cada millón de personas haya una muerte debida a un accidente nuclear, a un accidente por un pozo de petróleo que estalla, por una refinería que estalla o por una estación generadora de gas que estalla.
Pasa con esto lo mismo que con los aviones, parece mucho más terrible un accidente de avión porque mueren cientos de personas en un solo saque, pero es bastante conocido que uno tiene mucho más chance de morir en un accidente de auto que en un accidente de avión, porque ocurren muchos menos accidentes de aviones que de autos. Algo similar pasa con esto, hubo un caso en la historia paradigmático y espantoso que fue el de Chernobyl, pero si uno analiza los últimos 50 años hay muchísima menos chance de que muera una persona por un accidente de una central nuclear que por un accidente de cualquier otro tipo de producción.
EC - Dejando de lado la posibilidad de accidentes, ¿qué ocurre en general con la contaminación, con el impacto ecológico en la construcción y operación de una planta de este tipo?
DQ - No hay impacto ecológico, directamente no hay. Esa es una de las ventajas, la energía nuclear no aporta al calentamiento global, que está absolutamente probado que puede convertirse en un flagelo, no ya para los países centrales sino tal vez también para otros que ni siquiera producen energía.
EC - Pero hay algunos problemas, por ejemplo el manejo de residuos.
RMG - El problema son los desechos.
EC - Veía un artículo que usted escribió con Clara Belaunzarán y Osvaldo Cristallini, que dice: "Cuando se genera electricidad usando un reactor nuclear, las alteraciones ambientales se relacionan con los residuos radiactivos producidos al comienzo y al final del ciclo del combustible; lo primero, porque habrá un gran volumen de residuos, de bajo nivel de radiactividad, en la minería del uranio, y lo segundo, porque se tendrán cantidades mucho menores, pero de elevada radiactividad, en el momento de disponer el combustible agotado". Problemas en las dos puntas del ciclo.
DQ - Me había olvidado de mi artículo escrito con Cristallini.
EC - ¿Cómo se manejan esas dos puntas?
DQ - Hoy tecnológicamente hablando el manejo de los residuos radiactivos, sea antes o después del reactor nuclear, está definitivamente acotado, no parece que pueda ser un condicionante en el futuro para la energía nuclear. Se avanza cada vez más en el tratamiento definitivo de los residuos radiactivos, es un problema que tiene su principal consecuencia en lo que mencionamos hoy, la gente tiene la visión de que la energía nuclear no es positiva, por lo tanto la aceptación de los lugares para el tratamiento de los residuos es todavía un tema de discusión en todos los países.
RMG - Dos cositas breves sobre qué me llevó a mí a aceptar plantearme la pregunta de si vale o no la pena estudiar el tema energía nuclear en Uruguay. Mucha gente me preguntaba: "¿A vos te parece, un país como Uruguay, donde atamos las cosas con alambre? ¿Es posible que nos metamos en esas cosas tan locas, es realizable eso?". Tenemos que sacarnos esa imagen de enano como país, muchos índices señalan que Uruguay a nivel internacional está bastante bien parado, en la calidad de su democracia, en la baja incidencia de la corrupción, en el índice de desarrollo humano, en esos índices estamos mucho mejor ubicados que muchos países como nuestros vecinos que sí tienen energía nuclear. ¿Entonces por qué seguir pensando que no podemos hacer las cosas bien, cuando justamente la democracia y la baja corrupción son garantías del control social sobre lo que está haciendo el Estado, sobre lo que está haciendo eventualmente ese conjunto de personas que puede llevar adelante esta iniciativa?
El segundo punto que me animó a hacerme la pregunta es que la comunidad científica y tecnológica de Uruguay se ha desarrollado mucho en los últimos años, y si bien es tremendamente pequeña y no tenemos material humano hoy para llevar adelante esa iniciativa, hacemos las cosas con suficiente seriedad y somos reconocidos internacionalmente en ese sentido como para pensar que podemos apuntar a multiplicarnos para poder llevar adelante esta iniciativa.
Estas cosas me permiten animarme a hacerme la pregunta.
EC - Agrego una pregunta para el final: Uruguay no tiene uranio, no tenemos la materia prima necesaria para hacer funcionar estas centrales. Esta objeción aparece enseguida cuando se discute sobre centrales atómicas en nuestro país, una vez más estaríamos volcándonos a una solución que nos haría dependientes de otros. ¿Qué responde usted?
DQ - El costo de la energía eléctrica con origen nuclear tiene muy poca dependencia del costo del combustible, exactamente lo contrario de lo que pasa con las centrales convencionales con origen térmico. Segundo, Uruguay debe construir su futuro nuclear en función de acuerdos regionales, Brasil tiene mucha abundancia de uranio y de torio. Por lo tanto yo no partiría estudiando el problema del combustible, como sí lo haría para estudiar la energía de origen térmico, para estudiar el problema de producción de energía de origen nuclear. Es un problema que hay que estudiar a posteriori, hay una cantidad de problemas iniciales que hay que saber cómo resolver para entrar al final al problema del combustible.
EC - Además, si entiendo bien, el combustible se compra una vez.
DQ - No, se compra durante toda la vida útil de la central.
EC - ¿Cómo es el proceso?
DQ - Una central nuclear se alimenta con combustible, como se alimenta un automóvil, solamente que es tan poca la cantidad de combustible que su peso en el quilovatio que usted le vende a doña Rosa es muy pequeño, lo que más cuesta es la inversión inicial.
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EC - En el taller de esta tarde, además de estas consideraciones, habrá muchos números, cuadros, estadísticas, gráficas, antecedentes, será un ámbito para discutir a propósito de estas cuestiones con un nivel técnico mucho más profundo. ¿A qué hora es la actividad?
RMG - De 14 a 19 horas, pero espero que no sea tan técnico como para que no pueda ir cualquier interesado en el tema a escuchar y participar, porque va a haber dos partes, una expositiva en la que van a exponer el ingeniero Quilici y el asesor de la Presidencia de la Comisión Nacional de Energía Atómica de Brasil, Marco Antonio Marzo, y una segunda parte en la que va a haber preguntas, comentarios, discusiones y debate. Esa es la idea, comenzar el debate sobre el tema.
EC - El taller es abierto al público.
RMG - Es abierto al público, en la Facultad de Ingeniería, en el Parque Rodó.
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Edición: Mauricio Erramuspe
Fotos: Alexandra Hahn