El árbitro y las autoridades de la CONMEBOL demoraron casi dos horas en suspender el juego (que estaba 0-0). Los jugadores estuvieron en la cancha hasta la medianoche y recién pudieron irse del estadio sobre la dos de la mañana. 

 Antes de irse de la cancha, los jugadores de Boca decidieron saludar a la tribuna de donde partieron proyectiles constantes hacia los jugadores de River que trataban de llegar a su vestuario.

Pese a que había algunos jugadores de River quemados y con dificultades para abrir los ojos, sus colegas de Boca no querían que el partido se suspendiera y hubo varios cruces y discusiones mientras la CONMEBOL tomaba la decisión.

El presidente de River, Rodolfo D´Onofrio, entró a la cancha desesperado para que el partido se suspendiera.

La Bombonera está clausurada para preservar las pruebas que puedan llevar hasta los responsables de esta locura.

¿Qué puede pasar con el partido? Lo normal sería que clasifique River y que Boca quede suspendido por varios años, pero tratándose de la CONMEBOL…nunca se sabe.

El partido

Antes, en los primeros 45 minutos, el partido había sido trabado, defensivo, previsible. Una historia no muy distinta a la de la semana pasada en el Monumental. Pero en éste, a diferencia del anterior, se decidía definitivamente quién de los dos pasaba a cuartos de final. Y eso lo leyó y lo supo plasmar en la cancha mejor River.

El xeneize debía a salir a buscar el resultado desde un comienzo. Debía ganar. Y a pesar del vacío creativo en el que se desarrolló el partido, fue el millonario quien mostró siempre más seguridad e inteligencia.

La detención del encuentro se robó el protagonismo y en cierta forma disimuló la escaza generación de juego que tuvo, principalmente, este Boca nervioso y enojado.

Y aunque aún no se ha decidido la resolución que tomará la Conmebol por los hechos, lo que pintaba para ser un choque histórico por la pasión y el fútbol, quedará en la memoria por el escándalo y la vergüenza.