Análisis Económico

La rebaja de las tasas de la Reserva Federal, su impacto en Estados Unidos y las perspectivas de Uruguay

Análisis del economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.

(Emitido a las 8.34)

EMILIANO COTELO:
Ayer la Reserva Federal decidió una nueva baja de tasas de interés, de 75 puntos básicos. Con esa medida, la tasa de fondos federales quedó en 2,25% anual.

Esa medida se adoptó luego de otras dispuestas por la Fed durante el fin de semana, con el objetivo de mitigar los efectos de la crisis financiera en Estados Unidos. Ayer ya estuvimos haciendo un primer análisis que les proponemos retomar ahora a partir de este nuevo recorte de tasas. ¿Qué efectos tendrán estas medidas sobre la economía de Estados Unidos? ¿Qué repercusiones debemos esperar, en general, para la economía mundial y, en particular, para nuestro país? En seguida, el diálogo es con el economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.

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Pablo, ¿cómo analizan la decisión de la Fed de ayer? La Fed aprobó un recorte de 75 puntos básicos pero el lunes se hablaba de una rebaja de 100 puntos básicos.

PABLO ROSSELLI:
Es cierto, Emiliano. El lunes el mercado estaba descontando un recorte de 100 puntos básicos (de un punto porcentual). Finalmente, la Fed fue por un recorte de 75 puntos.

La Fed debía ser muy cuidadosa con su decisión. Por un lado, un recorte pequeño de tasas podía decepcionar a los mercados generando un nuevo deterioro de la confianza de los agentes. Pero por otro lado, un recorte muy fuerte de tasas (de 100 o 125 puntos) también podía dar la sensación de "falta de rumbo", de que la Fed estaba dispuesta a bajar todo lo que el mercado pidiera. En este contexto financiero tan complejo, parece lógico que la Fed se muestre con un comando de la situación.

EC - ¿Y cómo fue la respuesta de los mercados?

PR - La reacción inmediata fue negativa, recogiendo que el mercado esperaba un recorte de tasas mayor pero en poco rato el humor de los mercados cambió y las acciones cerraron con ganancias muy importantes.

El Dow Jones, por ejemplo, cerró con una suba de 4,2%. El Standard & Poors aumentó un 3,5%. Y la misma tendencia se observó en las bolsas de la región. El Bovespa, por ejemplo, terminó el día con un incremento de 3,2%.

EC - ¿Y qué se debe esperar en relación a las perspectivas para la economía de Estados Unidos? ¿Qué efectos tendrán estas medidas?

PR - Ayer ya estuvimos conversando sobre ese tema. La decisión de ayer no cambia en lo sustantivo los comentarios que hacíamos ayer. Las políticas macroeconómicas están cobrando un giro fuertemente expansivo. Desde agosto hasta acá la tasa de fondos federales bajó en tres puntos porcentuales, desde 5,25% hasta 2,25% anual. Además, la Fed tomó varias medidas que extienden el crédito a los bancos. Aumentó los plazos que tienen los bancos para devolver los fondos que toman de la Reserva Federal. Bajó la tasa de interés de esos créditos (la tasa de descuento) más que proporcionalmente en relación a la tasa interbancaria. Y este fin de semana anunció que también le prestaría a bancos de inversión, que habitualmente no tienen derecho a tomar crédito de la Reserva. A todas esas medidas monetarias se agrega el impulso fiscal aprobado semanas atrás, que contempla una reducción de impuestos por un monto equivalente a un 1,2% del PBI.

Sin embargo, persiste la incertidumbre de cuán rápido podrá recomponerse la actividad económica. Si esas medidas restablecen la confianza y si no aparecen más problemas con los activos de los bancos, podríamos pensar en una recuperación de la economía para el segundo semestre. Pero si los bancos continúan con dificultades de recuperación de sus activos, si además de la falta de liquidez, hay problemas de solvencia en las instituciones, la recuperación podría tardar más. Sobre este punto, igual, es importante el caso de Bear Stearns, que muestra un caso de restructuración financiera rapidísima.

EC - ¿A qué te estás refiriendo con eso?

PR - En Estados Unidos se está viviendo una situación de desconfianza de los inversores en el sistema financiero. Los inversores no pueden distinguir bien qué instituciones son sanas y cuáles no. Mientras dura esa incertidumbre todas las instituciones se ven afectadas negativamente. La solución a esa incertidumbre requiere que se identifiquen rápidamente cuáles son las instituciones en problemas y que se defina su situación. El caso Bear Stearns muestra que en muy poco tiempo otro banco (JP Morgan) decidió comprar a la institución en problemas y que la Reserva Federal dispuso una fuerte línea de crédito para darle viabilidad a la operación.

Nosotros en Uruguay tenemos el recuerdo de la corrida bancaria de 2002, que siendo comparativamente mucho más seria igual nos mostró que se terminó recién cuando los depositantes tuvieron una idea cierta de qué instituciones tenían problemas y cuáles no.

EC - ¿Y cómo se moverá la Fed de aquí en más? ¿Habrá nuevas rebajas de tasas? Te lo pregunto porque en el comunicado de prensa publicado luego de la reunión, la Reserva marcó también de los riesgos en materia de inflación.

PR - Es cierto. Los riesgos en el frente inflacionario no son despreciables porque la suba del petróleo y de las materias primas se está trasladando en alguna medida a los precios internos. De hecho, en los últimos 12 meses la inflación en Estados Unidos fue de 4%, frente a por ejemplo un 2,5% en 2006.

De todas maneras, la Fed debe balancear el riesgo de inflación con los riesgos sobre la actividad económica y sobre el sistema financiero. Hasta ahora la opción tomada por la Fed es muy clara. La Fed está dispuesta a correr riesgos con la inflación porque el peor error sería tener una crisis financiera todavía más aguda por falta de decisión de la política monetaria. Por eso, los mercados descuentan que habrá todavía más rebajas de tasas de interés. La próxima reunión de la Fed está prevista para el 29 y 30 de abril. Los mercados descuentan una baja de 50 puntos básicos en esa reunión y no descartan algún recorte antes de la reunión.

EC - Para terminar, Pablo, pasemos a nuestro país. ¿Cómo quedan las perspectivas?

PR - Ayer decíamos que a corto plazo (lo que resta de este año), es probable que sigamos viendo un dólar débil en los mercados internacionales. Esa debilidad del dólar y el bajo costo del dinero (por la baja de tasas en Estados Unidos) contribuirían a mantener la firmeza de los precios de los commodities. Esas dos cosas determinarían que la economía uruguaya continúe creciendo a un ritmo fuerte y probablemente también contribuirán a que veamos cierta apreciación adicional del peso frente al dólar.

Pero el horizonte a mediano plazo, pensando en 2009 luce más incierto. Seguimos pensando que la economía continuará creciendo pero tenemos un mayor riesgo de enfriamiento de la demanda mundial (por ejemplo si la recesión en Estados Unidos termina siendo más severa y duradera que lo que prevén los mercados) y un mayor riesgo de debilitamiento de los precios de los bienes que exportamos.

EC - Y en ese marco, ¿esperan cambios en la política monetaria del Banco Central? Te lo pregunto porque el comunicado del Comité de Política Monetaria del 7 de marzo hacía particular referencia a que el BCU permanecería atento a las decisiones que eventualmente tomen otros bancos centrales. Y de ese comentario podía pensarse en una baja de tasas en nuestro país luego de la reunión de la Fed.

PR - Es cierto. En lo que hace a la decisión de la Fed, la rebaja de tasas terminó siendo igual a la que los mercados descontaban cuando se reunió el COPOM el 7 de marzo. Desde esa perspectiva podría decirse que la decisión de la Fed no causó sorpresa, no trajo información nueva, si bien también hay que señalar que en la última semana pasaron muchas cosas en el sistema financiero de Estados Unidos.

Como señalamos en su momento, el Banco Central debe balancear dos riesgos. Por un lado está el riesgo de un enfriamiento abrupto de la economía mundial con efectos negativos sobre los precios de exportación de nuestro país. La baja de tasas en Estados Unidos incrementa la diferencia entre las tasas en pesos y en dólares y eso puede propiciar una caída mayor del tipo de cambio que genere dificultades en materia de competitividad, sobre todo si se materializan los riesgos de enfriamiento de la economía mundial. Ese riesgo justificaría una baja de tasas en nuestro país. Pero por otro lado está el riesgo inflacionario. Las presiones inflacionarias son persistentes porque la demanda interna crece fuerte y porque los commodities han continuado subiendo en los mercados internacionales y eso justificaría una suba de tasas. Por esa razón, nos parece que en el contexto actual todavía hay más riesgos por el lado de la inflación. En este marco, una rebaja de tasas podría ser interpretada como un debilitamiento del compromiso del Banco Central en relación al objetivo de inflación.