Empresario nacionalizado uruguayo anunció millonaria inversión en el sector del cemento
El frigorífico PUL, propiedad del empresario brasileño nacionalizado uruguayo Ernesto Correa, fue vendido a la empresa norteña Minerva. Al mismo tiempo, Correa anunció inversiones millonarias en el sector del cemento en Uruguay. En diálogo con En Perspectiva, el vicepresidente de PUL, Rodrigo Goñi, expresó que "en el tema del cemento Brasil ya es un demandante muy fuerte pero con los eventos deportivos del Mundial y las olimpíadas va a tener una demanda impresionante". Y agregó: "Ahí nace una oportunidad". En este sentido, Goñi dijo que "el aprendizaje de iniciar un negocio, mucho más un negocio complejo como el del cemento, tiene unos costos enormes. Pero igual lo vamos a asumir".
(emitido a las 09.00 Hs.)
JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
Un tercer grupo empresarial brasileño plantó bandera en la industria frigorífica uruguaya. Esto fue mientras el país digería la noticia de que la empresa Montes del Plata ratificaba su intención de invertir 1.900 millones de dólares en la construcción de una planta de celulosa en Conchillas.
En ese momento otra información llegó de Brasil y sacudió las bases de la ganadería uruguaya. El grupo Minerva, tercero más importante de Brasil, confirmaba su intención de comprar el frigorífico PUL, hasta ahora propiedad del brasileño Ernesto Correa, nacionalizado uruguayo, que vive buena parte del año de este lado de la frontera. Además de la discusión sobre el peso que pasan a tener en el mercado cárnico uruguayo los grupos Marfrig, Friboi y el nuevo Minerva algunos dicen que la faena en conjunto rondaría el 40% se sumó un nuevo elemento: el empresario Correa tiene planes de realizar inversiones millonarias en el sector del cemento.
Para dialogar sobre las razones que llevaron al empresario a desprenderse del PUL y a apostar por el desarrollo de la producción de cemento en el este del país, recibimos al doctor Rodrigo Goñi, vicepresidente de PUL. Goñi es además dirigente político del Partido Nacional y se desempeña como director de la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND).
El frigorífico PUL está ubicado en Cerro Largo. Tiene ingresos proyectados para este 2011 que van de 125 a 145 millones de dólares. Vende la mayor parte de su producción al exterior, fundamentalmente a Estados Unidos y la Unión Europea. Fue originalmente una cooperativa. Cuando se vendió y pasó a ser una sociedad anónima fue todo un cambio. Me animaría a decir que el PUL fue una cooperativa modelo y un ejemplo de éxito, sobre todo en comparación con frustrados intentos en esa línea.
¿Qué otra cosa podría decirse de PUL?
RODRIGO GOÑI:
Sin duda fue un modelo emblemático porque se adelantó 30 años. Lo puedo decir con tranquilidad porque yo no participé en su fundación. Hoy en el mundo la industria alimentaria en general es una industria de primer nivel. Ya no es una industria de segunda como se pensaba. Por algo se han creado estos grandes gigantes con estas grandes marcas. Todas apuestan a la integración, ya sea con los proveedores de materia prima pero también llegando al consumidor final. La cooperativa de productores hoy sigue participando en el frigorífico. Ha habido una continuidad en la empresa en el sentido amplio. No solamente quién es el propietario de sus acciones sino de qué se compone, quiénes se involucran, quiénes se aprovechan de ella, quiénes trabajan por ella y siguen vinculados. Fue una experiencia 30 años adelante que el resto del mundo.
JAE - Sería bueno presentar a Ernesto Correa. ¿Quién es?
RG - Ernesto Correa es un ciudadano de origen brasileño que hace muchos años que está aquí y que hizo una apuesta muy importante cuando en 1998 la mayoría de los uruguayos no creíamos en el Uruguay. Recordemos que miles y miles de millones se iban del país porque no se creía en las posibilidades de inversión. En ese momento el señor Ernesto Correa sí apostó. Cuando había cola para irse él entró por una puerta y una fila que no existían e hizo una inversión muy importante. Compró muchas tierras en momentos en que el Banco República necesitaba liquidez y se hicieron muchos negocios de oportunidad.
JAE - ¿Son 100.000 hectáreas?
RG - Sí, son unas 100.000 hectáreas que actualmente se continúan con una producción muy intensiva con producción arrocera y agroindustrial.
JAE - El origen de Correa tiene que ver con la industria del calzado. Es un gigante productor de calzado con una de las empresas más importantes.
RG - Sí, fue uno de los pioneros en las dos décadas anteriores en Brasil, cuando Brasil ya era un gigante del calzado en esta industria. En el momento clave se expandió a China, donde se desarrolló, y decidió, con una visión pero también con afecto, venir a invertir gran parte de sus ganancias en Uruguay. Ese es quizás un elemento muy relevante que se vuelve a repetir ahora cuando se desprende del paquete accionario del frigorífico. Está invirtiendo una suma del doble o más en otra industria que es bastante nueva en Uruguay, en la que también pretende innovar y desarrollar un camino que al país le va a traer muy buenos resultados.
JAE - La industria del cemento. Vamos a la venta del PUL. ¿Por qué decidió desprenderse del emprendimiento?
RG - Si me permite, esto no es casualidad. El Uruguay todo ha apostado desde hace más de 20 años a la inversión extranjera. Ha sido una política de Estado. En los dos últimos Gobiernos ha habido una apuesta especial a la inversión dentro de América Latina. Tenemos muchísimos ejemplos de Gobiernos, en estos últimos casos del Frente Amplio, que han apostado a la inversión de Venezuela pero fundamentalmente de Brasil. Tenemos que aceptarlo. Si no vivimos una especie de esquizofrenia y doble discurso. Hay una apuesta del Uruguay todo a asumir un liderazgo de Brasil. Esta es una consecuencia más. Cuando usted dice Friboi y Marfrig, cuando buscamos otro tipo de industria, la industria láctea, la industria del arroz, la banca, el petróleo, tenemos una cantidad de casos en que la inversión brasileña ha venido a Uruguay. En este caso tenemos que verlo como un hecho más de lógica y de sentido común en virtud de toda esta apuesta que hizo el país. Cuando se buscan estos resultados, estos resultados vienen.
JAE - Pero Correa no tenía otro negocio cárnico acá.
RG - No, él inició su actividad en la industria cárnica en el Uruguay.
JAE - Quiero saber hasta dónde el hecho de no tener a esta altura del partido una empresa internacionalizada, con vínculos directos en otras partes, pesó en la decisión. Porque por ejemplo el grupo Minerva, que llega ahora a comprar el PUL, sí tiene otros emprendimientos en Brasil y en Paraguay.
RG - Sin duda pesó. Yo trataba de explicarle por qué Minerva se acerca a Uruguay como se acercaron otras industrias brasileñas. Yendo al punto de vista de Ernesto Correa, quien vende las acciones, fue una respuesta a la pregunta de cómo mejorar la empresa. Todos los años Correa nos pregunta a los que trabajamos en el equipo de los directorios y las gerencias: "¿Qué más podemos hacer?" ¿Qué es lo mejor que podemos hacer este año?" Acá apareció la oferta de Minerva, que, como decía al comienzo, es una industria de primer nivel. Se ha internacionalizado y su escala de volumen y escala mental, su inteligencia comercial, su forma de encarar los negocios, permite tener mejores condiciones de competitividad y de crecimiento que pequeñas industrias. Esa es una consecuencia no sólo de lo que hizo una política de Estado de Uruguay, sino de una política internacional, que es una de las características de todas las industrias. Las grandes marcas se han impuesto en el mundo. El Uruguay también busca otras cosas. Uruguay siempre quiso traer la industria automotriz con resultados, no como en la industria agroalimentaria. Tenemos que aceptar que el país es mucho más competitivo en este tipo de industrias que en otras. Lo que no se ha podido en la industria automotriz sí se ha podido en la agroindustria, con todos estos ejemplos.
JAE - Se hace la pregunta de cómo se hace para mejorar o para ampliar el negocio, y se llega a la conclusión de que allí hay un punto a atacar. Que la empresa en este momento requiere de un esquema de mucho mayor conexión a nivel empresaria con otros centros de producción, y se toma la decisión de vender el frigorífico PUL. ¿Había otros interesados? ¿Por qué Minerva fue el comprador?
RG - Había otros interesados, pero Minerva es una empresa en franco crecimiento. Tenemos una relación de hace mucho tiempo y es muy parecida al frigorífico PUL. Sus principales propietarios son ganaderos, productores agropecuarios, con una larga historia en este rubro, y lo primero que nos plantearon fue: queremos trabajar en PUL, queremos continuar lo que ha hecho PUL desde sus orígenes de cooperativa y productores agropecuarios. También queremos que esta experiencia continúe, crezca y se reproduzca. Por eso, más allá del precio, porque quizás podía existir algún precio mejor, optamos por la continuidad de todas las cosas que han hecho de PUL lo que es hoy.
JAE - La operación ronda los 65 millones de dólares.
RG - Sí, esa es la cifra.
JAE - ¿Correa va a integrar el paquete accionario de Minerva?
RG - Cuando hace este tipo de operaciones, Correa siempre busca participar en el proyecto y dar las garantías de que no se está desprendiendo porque sí. Nosotros recibimos una parte muy importante del precio en acciones. Correa va a quedar como uno de los accionistas más importantes de Minerva, lo que pretende ser una demostración de que sigue involucrado y apostando a este proyecto que va a seguir siendo el mismo PUL de siempre.
JAE - A nivel estratégico, a nivel de país, y antes de la llegada de Minerva, había aterrizado Marfrig, que tiene hoy cuatro empresas, Tacuarembó, Colonia, Inaler y Cledinor, y después está el grupo Bertin, que ahora es del grupo JBS, que ya había adquirido el frigorífico Canelones en 2006. Y la sumatoria, tomando en consideración la incorporación de Minerva en el PUL, da como saldo que aproximadamente el 36% de la faena va a quedar en las manos de estos tres grupos empresariales brasileños. ¿Qué tiene esto de positivo? Hay quienes dicen que esto es un desastre y que quedamos en manos de tres grupos brasileños muy poderosos que tienen capacidad de manipular el precio de la hacienda con mucha facilidad. ¿Qué dice usted al respecto?
RG - Por eso hablaba de los últimos 20 años y la política de Estado. Esta fue una apuesta país. Esto no es un tema de la industria cárnica ni un tema de la agroindustria en Uruguay ni una decisión meramente voluntaria de los empresarios uruguayos. Esta es una apuesta país y una consecuencia de una apuesta país. Si esto es un desastre, hace 20 años que los gobiernos y el sistema político todo como política de Estado están generando este desastre. Es muy importante tener claro esto, porque si no entramos en el tema de los culpables y en el tema de que los empresarios venden porque no quieren apostar al futuro. No hago juicio de valor. No sé si fue acertada o equivocada, pero fue una política de Estado que después de 20 años está dando este tipo de frutos. En este marco, el negocio de PUL es un muy buen negocio porque ayuda y mucho a la competitividad. No solo de la industria cárnica sino también de toda la agroindustria y el sistema nacional. Las competitividades sectoriales ayudan a la competitividad sistémica. Si usted me dice que podría haber sido distinto es otra cosa. No vamos a tener tiempo para hablar de si podría haber sido distinto. Claro que podría haber sido distinto si se hubiera hecho una política de Estado totalmente diferente de la que hicieron todos los Gobiernos desde el retorno a la democracia. La mejor demostración es que este partido que todavía no había ingresado en el gobierno continúa y profundiza la política de atracción de la inversión extranjera y de este tipo de agroindustrias y estos gigantes. Todos somos todos responsables de que así sucediera. Ya que estamos en esta decisión uno no puede ir contra la corriente. Las empresas tratan de adecuarse y adaptarse a esta realidad para buscar lo mejor posible. En esta realidad en que la política del país fue de atraer, apostar y facilitar la inversión extranjera, PUL hace un muy buen negocio. Al asociarse con este tipo de empresas lo que hace es competir mejor. Por darle un ejemplo deportivo que a veces nos ayuda a entender: es como si hiciéramos una asociación con jugadores muy fuertes para jugar en la NBA. Hoy no podemos jugar en la NBA, pero con este tipo de asociaciones sí podemos. Distinto habría sido si hace 20 años, con una política de Estado diferente, se hubiera apostado, por ejemplo, a apoyar la industria cárnica uruguaya, como hizo Brasil, porque este tipo de expansión también obedece a una política del Estado brasileño que acá no se quiso, no se hizo, y estos son los resultados. En estas condiciones tenemos muchísimo para aprovechar y para ganar. Cuando recorrimos lo que hace Minerva vimos que tenemos muchísimo para aprender y para mejorar. La escala no es solamente de volumen y de inteligencia comercial, con oficinas comerciales que le permiten una inteligencia mucho mayor en todo el mundo, sino también a escala mental.
JAE - Me refiero al punto de vista del productor. Me llamaron la atención algunas declaraciones de los últimos días. El presidente del Instituto Nacional de Carne (INAC) dijo que la compra de Minerva "es positiva para el mercado porque va a darse una mayor puja por el valor de la hacienda que se produce en Uruguay, que puede beneficiar a los productores". Fratti dijo que la llegada de Minerva "puede significar que no se vaya más ganado en pie de Uruguay al exterior". Destacó que este grupo brasileño tiene acceso a través de Uruguay a mercados como la Unión Europea y Estados Unidos, pero me llamó la atención eso de mayor competencia por la hacienda que puede redundar en un beneficio al productor. Me pregunto si eso no ocurría hasta ahora. ¿Qué cambio implica esta modificación?
RG - No sé lo que quiso decir Fratti. Yo tengo claro, y tengo muchísimas formas de demostrarlo, que la industria uruguaya gana competitividad. Es un concepto mucho más amplio que se traduce en que Uruguay va a competir mejor en el mundo, que es lo importante. Seguimos pensando que somos los únicos habitantes del mundo y que los demás no juegan. Somos un pequeño país, con muchísimas condiciones, pero los grandes mercados y los grandes actores están fuera de aquí. Entonces lo que hay que ganar es competitividad para mejor insertarnos y competir en el mundo.
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JAE - El doctor Rodrigo Goñi nació en Flores en 1967, es abogado, egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República, vicepresidente del PUL desde 2002, y también vicepresidente del grupo agroindustrial Ana Paula desde 2004, presidente de la empresa Deracor, que está asociada a este proyecto que se viene ahora de producción de cemento. En el plano político, desde 2008 es miembro del Consejo de la Fundación para la Democracia Wilson Ferreira, y en junio de 2010 pasó a integrar el directorio de la CND en representación del Partido Nacional.
Actividades varias. ¿Cómo hace para combinar lo público y lo privado, la CND y empresas privadas?
RG - Ojalá existieran más vínculos y más asociaciones público-privadas. Una de las razones por las que acepté la incorporación a la CND es que se venía todo este tema de las asociaciones público-privadas. Es clave, en un país pequeño como el nuestro es imposible pensar ningún tipo de desarrollo a nivel internacional si no nos asociamos. Hablábamos de si podía haber sido distinto en Uruguay y claro que sí. Uruguay podía haber hecho políticas de Estado con planificación estratégica adecuada para tener grandes industrias y un gigante de la industria cárnica si todos nos hubiéramos puesto de acuerdo y hubiéramos apuntado para el mismo lado. Muchas veces nos quedamos con la mirada muy corta o peleándonos entre nosotros. El Estado contra los privados, los privados contra el Estado, los empresarios contra los trabajadores, y muchas veces vemos el acuerdo simplemente para no hacer nada. Hace un par de días en el diario se hablaba de que el Gobierno va a hacer un acuerdo entre empresarios y trabajadores para redistribuir la renta. Está muy bien redistribuir la renta. Pero si queremos jugar en el mundo y queremos ser grandes jugadores también necesitamos ahorrar para invertir. Cuando ponemos el foco en la redistribución de la renta, que suena muy lindo, sabemos que nos vamos a quedar en la cancha chica y nos vamos a tener que asociar a un gigante.
JAE - Está entrando en un terreno tremendamente polémico y nos vamos a desviar. Pero lo cierto es que este tema de la redistribución de la riqueza está en el tapete. Incluso dentro del propio Gobierno es una discusión central que se está dando. Pero vamos a concentrarnos en el proyecto cementero que se viene.
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JAE - La pregunta es por qué este sector.
RG - Volvemos al tema oportunidad. Ante todo, un buen empresario es quien ve la oportunidad y la aprovecha. No puedo evitar hablar de la oportunidad que tiene el país. Cuando salimos a vender PUL en el año 2002, hace ocho años, porque teníamos necesidades financieras, veníamos de la aftosa y de muchos problemas. El país estaba en crisis. Recorrimos el mundo buscando socios y en todos lados nos decían: "Uruguay, industria cárnica, Mercosur... No, yo te puedo ayudar un poquito, si querés, pero invertir en ese lugar, en Uruguay, y en esa industria, no". Hoy, a ocho años el mundo es muy dinámico, estamos ante una oportunidad nunca antes vivida. Por muchas razones. Hoy tenemos un ciclo económico positivo y Uruguay está de moda y no nos damos cuenta de eso. Pero las dos cosas, tanto el ciclo como estar de moda son pasajeros. Entonces, ¿qué hace Correa cuando salen estas oportunidades? Las ve y las aprovecha. En el tema del cemento Brasil ya es un demandante muy fuerte. Está demandando muchísimo, pero con los eventos deportivos del Mundial y las olimpíadas que va a tener una demanda impresionante en los próximos años no va a poder satisfacer su mercado. Ahí nace una oportunidad. Para Correa habría sido mucho más fácil vender sus yacimientos hemos tenido ofrecimientos impresionantes, con sumas muy importantes, pero decidió, a pesar de que no conocemos el negocio, iniciarlo, porque le pareció que era bueno para el país y hacer un proyecto que va a traer muchísimas divisas. Hay un aprendizaje muy interesante para hacer, cuyos costos vamos a asumir nosotros. El aprendizaje de iniciar un negocio, mucho más un negocio complejo como el del cemento, tiene unos costos enormes. Pero igual lo vamos a asumir.
JAE - La idea de la producción de cemento arranca en el yacimiento.
RG - Hace ocho años que venimos trabajando. Es un trabajo lento. Cuando vimos que era el momento, decidimos hacer esta negociación con el frigorífico PUL porque la inversión en el cemento supera los 100 millones de dólares. Entonces dijimos: en este proyecto hemos hecho muchísimas cosas con la industria cárnica, pero hay otros que pueden hacerlo mejor para la empresa toda. Nosotros iniciamos este otro negocio, no sólo con el 100% de los recursos que se van a obtener del precio de venta, sino con otro tanto más, porque va a costar más de 100 millones de dólares iniciar un negocio que va a tener sus costos de aprendizaje pero va a ser muy bueno para el país.
JAE - Hay terrenos en la faja calcárea ubicada en el límite oriental de Nico Pérez, en la región ubicada al este de Isla Patrulla. Además, ¿hay algún otro?
RG - El yacimiento grande donde vamos a hacer la planta está a unos 10 kilómetros de la ciudad de Treinta y Tres hacia el oeste. Es una zona donde hay otros yacimientos. Todos los estudios que hemos realizado desde hace ocho años nos demuestran que es un yacimiento con una capacidad extraordinaria y que requiere una inversión muy importante. Además, no sólo es poner una planta, sino que hay que crear toda una logística, cosa que en Uruguay también viene atrasada. Se necesita tren y formas de exportar ese cemento a Brasil, no sólo para nuestro emprendimiento. Sabemos que Ancap y otros van a hacer emprendimientos similares. Por eso la necesidad de la planificación. Hace unas tres semanas planteé en la CND la necesidad de tener un plan director de infraestructura. Uruguay no tiene hoy un plan como tienen los países serios y avanzados del mundo de cuál va a ser la infraestructura para los próximos 30 años. Básicamente la infraestructura de transporte, que no solo el país como tal debe conocer, sino que los empresarios y las empresas todas tienen que saber cómo van a sacar su producción. En función de eso se hacen muchas inversiones. Apostamos a que esos pasos se vayan dando, aunque a pesar de estar dentro de la CND no sabemos por dónde va a ir esa infraestructura. Igual hacemos la apuesta y confiamos en que Uruguay va a aprovechar esta oportunidad única que se le ha presentado, con los recursos y las inversiones que estamos recibiendo, para desarrollar otras, porque ese tipo de inversiones son las que fructifican en el largo plazo.
JAE - Hablemos de la planta de cemento. Ya está la materia prima, está disponible, está identificada, se va a extraer; está la localización de la planta, que va a ser a ocho o 10 kilómetros de Treinta y Tres. ¿Qué otras características tendrá esta inversión?
RG - Las plantas industriales hay que encargarlas. Este tipo de equipamientos se encargan y se empiezan a construir una vez que se señan. Va a demorar un año y medio o dos años. Es lo que demora terminar el equipamiento e implantar la planta definitivamente. Vamos a ir haciendo todos estos pasos en forma simultánea. También está el tema de la logística y el transporte, que son claves. Tenemos que saber cuál va a ser el camino que Uruguay va a priorizar para la exportación a Brasil.
JAE - ¿Apuntan a la hidrovía del este?
RG - Es una posibilidad. Ojalá se concrete alguna de ellas. Hoy hay tres o cuatro. El tren todavía viene muy lento, porque también es una posibilidad.
JAE - ¿El tema de la infraestructura condiciona la inversión?
RG - A todos, por eso mi desesperación. No sólo para este punto. Vengo planteando un plan rector de infraestructura en el que todos los privados participen, porque uno no sabe la cantidad de inversiones que se pierden y se demoran por no haber infraestructura. Por eso también mi insistencia en que esta ley de asociaciones público-privadas salga lo antes posible. Por supuesto que hay que mejorarla, pero sería una infamia que le costaría muchísimo al país si no se concretara este instrumento jurídico que va a permitir que los privados participen en la infraestructura. Porque los privados están interesados. No sólo las plantas de cemento, sino también las plantas de celulosa y otras agroindustrias están deseosas de participar en este tipo de inversiones que el país necesita. Y no con una mirada egoísta para sí. Tenemos otros ejemplos que no tenemos tiempo para enumerar, pero cada vez que se hace una ruta o se mejora la vía del tren, empieza a aparecer una cantidad de industrias que estaban esperando esas vías de transporte para concretarse. Es un debe del país.
JAE - Vuelvo al tema. ¿Si no hay infraestructura este proyecto no avanza?
RG - Lo vamos a hacer igual, naturalmente con más costos, con más problemas, con menos competitividad y con más dificultad para ingresar al mercado brasileño, que va a ser el gran comprador. Pero la decisión está tomada y se va a hacer igual.
JAE - ¿Están identificadas las cantidades? ¿Qué destino tendrá la planta?
RG - Sí, pensamos en una planta de medio porte, de unas 500.000 toneladas al año, que es más o menos la producción total del país actualmente. Brasil va a demandar millones y millones. También hay una oportunidad porque sabemos que por los próximos ocho o 10 años Brasil va a demandar muchísimo. Después no sabemos. Los ciclos terminan y este tipo de eventos deportivos se da una vez cada 40 años. Por eso la necesidad no sólo de los empresarios uruguayos sino del país todo de aprovechar las oportunidades cuando se dan. Hace ocho años yo quería vender el mismo frigorífico PUL en el resto del mundo, y me decían que Uruguay era inexistente. El Mercosur no era una buena opción y la agroindustria no tenía perspectivas. Hoy las tenemos. Hay que aprovechar, porque todas las inversiones que se hagan ahora, quedan.
JAE - ¿Ancap tiene algún rol en este emprendimiento? Porque en algún momento se habló de una sociedad de Ancap con un privado.
RG - No es nuestro caso. Pero va a haber tres o cuatro plantas en la misma zona. Ojalá las haya. Cuantas más plantas mejor. A veces hay un pensamiento mezquino y aldeano de querer ser la única planta. En el mundo está demostrado que los clusters funcionan. Cuantas más plantas industriales existan en la misma zona es mejor para todos. Permite, por ejemplo, que usemos las vías de transporte las usemos todos, que tengamos otras alternativas, podamos formar gente, podamos crear un espacio muy competitivo, y esperamos que con Ancap y con otros emprendimientos podamos encontrar caminos en común como se hace en el resto del mundo. La competencia no es entre las plantas que están al lado. La competencia es por encontrar los mejores mercados, las mejores vías de acceso y la forma más competitiva de hacerlo.
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JAE - De la audiencia hay alguna pregunta a propósito del empresario Correa: deja el PUL, se mete en el cemento, ¿hay alguna otra inversión?
RG - Estamos haciendo inversiones permanentemente. Tenemos muchos emprendimientos en el país. La apuesta es a seguir innovando e invirtiendo en un país que Ernesto Correa quiere muchísimo y al que va a seguir apostando.
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Transcripción: María Lila Ltaif