Con supervisión uruguaya, avanza primera fábrica de arroz parboilizado de China
Ingeniero Herman Wenzel (Desde Nanchang, China): Consorcio uruguayo hace su aporte a un emprendimiento mixto que construye la primera planta de parboilización de arroz en la China. La tecnología que aplican los uruguayos y otras empresas extranjeras encuentra algunas dificultades en una sociedad que, a diferencia de las occidentales, privilegia la mano de obra intensiva sobre la eficiencia en el trabajo.
(Emitido a las 09.13)
EMILIANO COTELO:
De un tiempo a esta parte estamos prestando mayor atención al fenómeno de China, una de las cuatro potencias del futuro cercano, junto a Rusia, India y Brasil.
Hoy vamos a insistir en esa línea, pero a través de una mirada diferente: la de profesionales uruguayos que están trabajando allá a cargo de la supervisión de un proyecto industrial muy ambicioso del Estado chino: la instalación de una planta de arroz parboilizado en Nanchang, una localidad ubicada mil quilómetros al oeste de Shanghai.
Se trata de la primera planta de este tipo en toda China... ¡y buena parte del proyecto está a cargo de empresas y técnicos uruguayos!
¿En qué consiste este proyecto; en qué fase se encuentra actualmente; cómo les ha resultado esta experiencia de trabajar en un país con una cultura tan diferente?
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Vamos a conversarlo con el ingeniero Herman Wenzel. ¿Qué hora es allí?
HERMAN WENZEL:
En este momento son las ocho de la noche.
EC - Tenemos 11 horas de diferencia. Como ya quedó dicho, usted se encuentra en la ciudad de Nanchang, que está situado a unos mil quilómetros al oeste de Shanghai.
HW - No estamos precisamente en la ciudad de Nanchang, sino a 45 quilómetros de ella, en una zona rural de China.
EC - O sea más apartados aún. ¿Cómo es el tiempo allí en esta época?
HW - En este momento está lloviendo bastante. Hoy hubo una tormenta grande en la tarde, ahora se ha detenido, pero continúa feo, como para seguir lloviendo.
EC - ¿Y en materia de temperaturas?
HW - Es impresionante, estamos con 38-39 grados de temperatura, una humedad de 85-90 por ciento; para nosotros es prácticamente invivible.
EC - Usted es jefe de supervisión de montaje del grupo uruguayo CIR SA, en China. Aquí En Perspectiva ya abordamos este desembarco del Grupo CIR del otro lado del planeta, en una entrevista que hicimos en enero con el ingeniero Enrique Vago, gerente general del grupo.
HW - Exactamente.
EC - De todos modos, ¿puede ayudarnos a repasar brevemente en qué consiste este proyecto en el que están trabajando actualmente?
HW - Es un complejo arrocero puesto prácticamente en el interior de China, cuya principal producción va a ser el arroz parboilizado con todos sus subproductos. Es una planta que va a procesar aproximadamente mil toneladas por día de arroz parboilizado -es bastante grande-, tiene una superficie aproximada de unos 40.000 metros cuadrados de fábrica, en la que el proyecto fue muy importante para una firma colega uruguaya, CSI Ingenieros, que hizo todo el proyecto y está haciendo la supervisión de la obra en general.
EC - Usted dio una cifra al pasar: "Esta planta va a procesar mil toneladas de arroz por día". ¿Cómo es en comparación con las plantas que tenemos acá en nuestro país?
HW - La única planta que tenemos en nuestro país desde hace 24 años procesa 125 toneladas por día.
EC - Usted se refiere a la que está en Treinta y Tres.
HW - En Treinta y Tres, Arrozur, exactamente.
EC - La visitamos con la gira de El Espectador. ¿Este es un proyecto que desarrolla el propio Estado chino?
HW - Es una empresa mixta Estado chino-empresa privada, pero la mayor parte es del Estado chino.
EC - ¿Cuál es el aporte concreto de ustedes, sumando lo realizado por CSI Ingenieros, Grupo CIR y Turboflow, que es una empresa del Grupo CIR?
HW - No tengo la cifra de CSI, pero nuestra parte de inversión por parte del Grupo Kofko, que es el propietario de la planta, es del orden de los 4 millones de dólares. Eso no es totalmente la venta nuestra, sino que la gente de Kofko ha pedido que parte de la maquinaria se fabricara acá en China. Nuestro aporte fue de un poco más del 50 por ciento de esa cifra y en el orden de las 250 toneladas de equipamiento procesado y fabricado en Uruguay.
EC - ¿En qué consistió concretamente?
HW - En toda la parte del equipamiento de lo que viene a ser la central generadora de calor de la planta, es el corazón de la planta de proceso de parboilizado de arroz. Eso significa las calderas generadoras de vapor, que además generan agua caliente para todo el proceso de parboilizado, y los hornos generadores de aire caliente, que son fundamentales para el procesamiento del parboilizado.
EC - Además de estas empresas uruguayas hay involucradas empresas de otros orígenes, alemanas, brasileñas.
HW - Exactamente. El complejo arrocero está compuesto por cuatro grandes grupos que se pueden decir independientes: la recepción de grano por un lado, que viene naturalmente del exterior de la planta, donde se procesa, se limpia, hay toda una zona de prelimpieza; después está el molino propiamente dicho, que es de origen alemán, hay dos molinos alemanes y uno chino -esto da la magnitud de la planta, la cantidad de equipamiento- que fundamentalmente procesan el arroz, lo descascaran, lo limpian, lo pulen, lo abrillantan, lo embolsan y lo despachan; después viene la parte de parboilizado en sí, donde entra en funcionamiento todo nuestro equipamiento, que hicimos en Uruguay; por último, la salida, toda la parte de acopio de arroz pronto. El molino va a procesar el arroz parboilizado del proceso.
EC - Yo decía que esta es la primera planta de arroz parboilizado que va a tener China. La pregunta surge de inmediato: siendo un productor y consumidor tan importante de arroz, ¿cómo es que China no elaboraba hasta ahora arroz parboilizado, y cómo se forjó esta primera experiencia?
HW - Los países asiáticos no consumen mucho arroz parboilizado, ellos consideran que el arroz parboilizado pasa de ser un grano a ser un cereal, es decir tiene incorporado un montón de vitaminas dentro, a través del proceso de parboilizado, que lo hace un alimento mucho más grande. Entonces en países como Japón, por ejemplo, son medio reacios a consumirlo. Pero naturalmente una población como la de China, tan numerosa, tiene que ir a un alimento más rentable.
EC - ¿Cómo se explica entonces este paso que se da ahora?
HW - Justamente, China va a buscar ahora el alimento para su pueblo.
EC - ¿Un proyecto para el mercado interno, para la exportación?
HW - Prácticamente para el mercado interno; con muchas posibilidades de ser ampliado, no solamente con otras plantas que tienen en vista hacer en distintos lugares de China, sino que además hay una parte del subproducto bastante especial, que en este momento está en estudio, que es el aceite de salvado de arroz.
EC - Sí, otro producto que aquí conocemos desde hace tiempo. ¿China no tiene antecedentes?
HW - No, para nada. Ellos consideran el aceite de arroz parboilizado como algo realmente nuevo. Es un aceite que tienen propiedades totalmente distintas de las de otros aceites oleaginosos.
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EC - Tengo entendido que se ha avanzado mucho desde que llegaron los 17 contenedores en los que se transportó buena parte de la maquinaria a instalar, que había sido producida en nuestro país por Turboflow, otra empresa del Grupo CIR. ¿Desde hace cuánto tiempo están instalados en China?
HW - Desde mediados de marzo.
EC - ¿Cuántos uruguayos están trabajando en el proyecto allá?
HW - En este momento somos dos que estamos a cargo del montaje de los equipos de la sección de generadoras de calor. Por otra parte está la gente del proyecto en sí de la planta que está supervisando la generalidad del montaje.
EC - ¿En qué fase del proceso están, cuánto entiende usted que falta?
HW - Supongo que andamos en el orden del 80 por ciento. En este momento estamos terminando de montar las calderas, los hornos generadores de aire caliente; falta todavía la parte de ductos de unión del corazón de procesamiento de vapor y aire a la planta en sí, que es prácticamente cruzar una calle. La idea es estar terminando el montaje para fines del mes de julio, haciendo los ensayos y las pruebas desde mediados de agosto en adelante y poner en marcha la planta procesadora en el mes de setiembre.
EC - ¿Para cuándo está previsto su regreso a Uruguay?
HW - Para setiembre, seguramente.
EC - ¿Cómo le resulta la vida ahí en cuanto a la distancia de Uruguay? ¿Cómo se mantiene en comunicación con nuestro país, con su familia y con la propia empresa?
HW - Las comunicaciones hoy en día son bastante grandes, Internet mediante estamos en permanente contacto tanto con la empresa como con nuestras familias en el día a día. Pero realmente es lejos, estamos del otro lado del mundo, son 40 y pico de horas de vuelo de Montevideo a aquí, la vida es distinta, las costumbres son distintas, la cultura es distinta... es un país totalmente diferente del nuestro.
EC - A eso iba justamente, porque dejando de lado los detalles de este proyecto puntual puede ser interesante conocer la experiencia de estar viviendo y trabajando en China, con esa cultura tan distinta. ¿Cómo le ha resultado esto a usted, cómo resulta la interacción con la contraparte local del proyecto?
HW - En ese sentido estamos muy en comunión con la parte local del proyecto en sí. Lo distinto es tratar con el personal chino, porque no entiende el idioma, tienen otros métodos de trabajo, ellos apuntan mucho a la mano de obra como mano de obra en sí, no a lo que es maquinaria. Eso es lo que notamos diferente.
EC - ¿Puede explicar un poco mejor esto último?
HW - Un ejemplo: tapar un pozo de la obra de unos 600 metros cuadrados y dos de profundidad; cualquier máquina lo tapa en dos días, pero ellos prefieren taparlo con 40 personas con dos baldes cada una. Una máquina les sale determinada cantidad de dinero, lo que llevado a precio costo de mano de obra es carísimo, la mano de obra es muy barata aquí; muy barata.
EC - Podría pensarse que paralelamente se está buscando preservar puestos de trabajo en un país enorme.
HW - Exactamente, eso es lo que pretenden.
EC - ¿Qué pasan con los colegas de ustedes, con los ingenieros locales?, ¿cómo es el diálogo?
HW - Bien. Las características técnicas de los ingenieros de aquí no son las nuestras, por supuesto.
EC - ¿En qué sentido?
HW - En el sentido de capacidad técnica, porque si bien tienen su estudio universitario y todo, son más tipos prácticos formados para trabajar con los métodos de ellos.
EC - ¿Puede abundar un poco más en la idea?
HW - ¿Cómo le explico? En el trabajo que estamos haciendo ellos naturalmente no tienen ni la experiencia ni la tecnología que tenemos nosotros, entonces nos damos cuenta de que les cuesta interpretar lo que queremos.
EC - ¿No se habría justificado el envío de más profesionales uruguayos para incorporarse a las tareas allí, en el desarrollo del proyecto?
HW - No creo, porque la mano de obra es totalmente local, con sus costumbres, con sus formas de trabajo, con su tecnología particular. Naturalmente en nuestro terreno, donde estamos montando la zona de generación de energía calórica hay cuatro ingenieros locales que están mandando a la gente, están haciendo las veces de lo que nosotros tenemos como capataces en Uruguay.
EC - ¿Hay que entender que ese personal del cual usted habla es personal del Estado o personal de empresas privadas?
HW - Es personal de empresas privadas.
EC - ¿Todo el personal, tanto el obrero como el técnico?
HW - Sí, exacto.
EC - O sea que ahí no aparece el matiz, no aparece la diferencia. Porque podía dar para pensar que se tratara de funcionarios estatales, teniendo en cuenta el peso enorme que tienen el gobierno y el Estado en la economía china...
HW - Sí.
EC - ...pero en definitiva no es lo que ocurre en este caso.
HW - No en este caso.
EC - ¿Qué cantidad de personas está trabajando en la instalación de esta planta?
HW - En lo específico nuestro en este momento hay unas 70 personas, y en el total de la planta hace cuatro meses, en un pico grande de trabajo, había alrededor de 1.200.
EC - En el conjunto de la obra.
HW - Sí, en el conjunto de la obra.
EC - ¿Qué personal ocupará la planta cuando esté terminada?
HW - Eso dependerá de la tecnología, de los métodos, de la forma de trabajar que tenga el Grupo Kofko en cuanto a personal. No puedo decir exactamente con qué personal trabajará porque es maquinaria muy moderna, que trabaja muy automáticamente.
EC - ¿Hay forma de crear trabajo artificial en torno a ella?
HW - Por supuesto; es una planta nueva enclavada en una zona donde no existía absolutamente nada y el personal es local. Me animo a manejar una cifra, serán unas 500 personas que operarán la planta.
EC - Pero usted dice que podría trabajar con menos personal.
HW - Es muy posible.
EC - ¿En qué funciones se podría contratar más gente de la que el proyecto prevé?
HW - En la parte de estiba de bolsas, el traslado del arroz a andenes de vagones o camiones, porque la planta en sí trabaja muy automáticamente.
EC - Yo he estado haciéndole algunas preguntas a propósito de cómo es esa experiencia de trabajar en China, pero quizás quedó en el tintero algún detalle importante que a usted le falte agregar a propósito de esa convivencia, de esa relación con sus pares, con los técnicos chinos y el personal obrero.
HW - La gran diferencia es el idioma y la interpretación de una y otra parte. Es muy difícil, estamos con un traductor permanente porque chino-español no nos entendemos.
EC - ¿Pasan por el inglés? ¿Cuál es el idioma?
HW - No, directamente español-chino.
EC - Directamente del español al chino.
HW - Sí, directamente; acá prácticamente no usan el inglés.
EC - Ah, ellos no usan el inglés.
HW - No, prácticamente no.
EC - ¿Cuáles son los planes del Grupo CIR en el futuro en cuanto a ese mercado, un mercado tan atractivo como el chino, sobre todo por su tamaño?
HW - Esta experiencia es algo piloto en estas tierras; según el interés de Kofko de abrir dos o tres plantas más en China y el buen funcionamiento de esta, creo que podremos incursionar en un mercado que es bastante vasto.
EC - O sea que éste es para ustedes el comienzo de toda una línea de negocios en China.
HW - Creo que sí. Si bien ya lo tenemos en América del Sur, creo que en China se pueden abrir grandes perspectivas de trabajo.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón