¿Por qué importan los detalles de la definición del rescate a Chipre?
Análisis de la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.
(emitido a las 8.38 Hs.)
EMILIANO COTELO:
El rescate del sistema financiero de Chipre sigue teniendo un espacio central en las noticias económicas de la prensa a nivel internacional.
¿Qué tiene de particular en relación a otros que se han dado en la Zona del Euro? ¿Por qué es tan relevante el esquema de distribución de las pérdidas en este caso? ¿Puede ser el de Chipre el nuevo modelo para otros países que requieran asistencia? Conversaremos sobre estos temas con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.
ROMINA ANDRIOLI:
Tamara, hace un par de semanas conversábamos contigo sobre el rescate a Chipre y tú señalabas que es una economía súper pequeña, más chica que Uruguay y que representa menos del 0,2% del PBI de la zona del Euro. Decías también que los montos involucrados en este rescate eran poco dinero para el resto de Europa, mucho menos del que comprometieron en los rescates a otros países como Grecia, España o Portugal. ¿Por qué entonces se ha seguido con tanto detalle la formulación de este plan en particular?
TAMARA SCHANDY:
Hay dos grandes temas. Por un lado tenemos el diseño del rescate. Se propuso una solución bastante distinta que la que se había planteado en los otros casos y eso de alguna forma despertó atención por si se convertía en el nuevo estándar. Recordemos que la primera solución que emergió hace un par de semanas involucraba inlcuso pérdidas para depositantes supuestamente cubiertos por el seguro de depósitos. Eso finalmente se desestimó, pero obviamente fue un proceso seguido con mucha atención por parte de los demás países y de los mercados en general por las implicancias para otros países europeos con problemas y que eventualmente pudieran requerir un rescate. Sobre todo para países "sistémicamente" más importantes como España o Italia.
Por otro lado y aun cuando Chipre es una economía muy chica, el fracaso de este plan podía significar el primer alejamiento de un país de la Zona del Euro. Así como en su momento se manejó la posibilidad de que Grecia abandonase el euro para tener su propia moneda y lograr una mayor autonomía en el manejo de la política económica, también ahora se especulaba con que Chipre podía dejar la moneda común. Ese hubiese sido un hito bastante fuerte, que hoy por lo menos salió de la agenda de muy corto plazo.
RA - Mencionabas primero el tema del diseño. ¿Cuáles dirías que son los elementos más destacados del esquema que finalmente surgió?
TS - Hay varios elementos relevantes. Uno primero es que se respetó la existencia de un seguro de depósito para los depositantes de menos de 100.000 euros. Esto no es algo que marque una diferencia con rescates anteriores; lo destaco simplemente porque al principio se manejaba la posibilidad de que estos depositantes chicos perdieran dinero y eso sí hubiese sido un quiebre enorme respecto a lo que había sido la línea que ha mantenido Europa en el pasado.
Pero hay otros depositantes que sí pierden. Los depósitos grandes, que no están asegurados, los que superan los 100.000 euros, sí absorben una parte de la cuenta. Cuánto depende de qué banco y de cuán serios sean los problemas de solvencia. Eso se relaciona con un segundo elemento importante del diseño del rescate, que es que no todos los bancos quedan en pie. Se decidió liquidar el segundo banco más grande del país, el Laiki, y se procederá también a una reestructura de la institución más grande en créditos, que es el Banco de Chipre. En el Laiki apareció de nuevo la alternativa de separar lo que se llama "banco bueno" del "banco malo". Esta es una solución bastante buena que se ha usado en el pasado muchas veces para atacar un banco con problemas de insolvencia. Sus activos "buenos" en este caso se trasladan a otro banco, mientras que los activos "malos" (créditos de difícil recuperación) se liquidan, debiendo aceptar los distintos acreedores del banco la correspondiente pérdida.
RA - ¿Cómo es concretamente el tema de las pérdidas? ¿Cuánto puede llegar a caer sobre los depositantes? Te lo pregunto porque es algo que no ha estado presente en otros rescates.
TS - Por ejemplo, en el caso del Banco de Chipre se estableció que el 37,5% de los depósitos que superen los 100.000 euros serán convertidos en acciones, al tiempo que un 22,5% adicional va a ser retenido y podría correr el mismo destino si los análisis que se están llevando a cabo imponen mayores necesidades de capital. Así que estamos hablando que el 60% de los saldos de depósitos grandes podrían terminar siendo convertidos en acciones, que eventualmente podrán revalorizarse y dar dividendos, pero que no dejan de ser hoy acciones de un banco en dificultades en un país en dificultades. También por supuesto pierden otros acreedores de los bancos, tenedores de bonos, por ejemplo. El orden es el habitual en una liquidación: las pérdidas las absorben los accionistas, después los tenedores de bonos que ni siquiera tienen una protección por los primeros 100.000 euros ni nada similar y recién después los depositantes.
RA - Al margen de esas pérdidas para los depositantes también se impuso una especie de corralito, ¿verdad?
TS - Sí. Los bancos abrieron la semana pasada después de un feriado largo pero con límites a los retiros. En el caso del Banco de Chipre, además de los límites generales, decíamos antes que el 60% de los saldos grandes está retenido y puede eventualmente ser convertido en acciones. Sin embargo, el otro 40% igual queda "congelado" temporalmente.
Esta es la primera vez que esto aparece en un esquema de rescate. En los casos anteriores de Grecia, Irlanda, Portugal y España no había habido ni pérdidas para los depositantes ni congelamiento de saldos.
RA - ¿Cómo quedan las perspectivas para Chipre después de este rescate?
TS - Todavía hay por delante una perspectiva de recesión muy importante. Hay analistas locales que están previendo una contracción del PBI de más de 10% este año.
Pero lo que nos parece más importante marcar es que el problema financiero todavía parece distar de estar resuelto. Digo esto en buena medida porque la solvencia del banco más grande, el Banco de Chipre, todavía está bajo la lupa pero sobre todo porque Chipre entró en un esquema de "corralito" y controles de capitales que todavía no está claro en qué va a desembocar. En cierta medida tiene muchas similitudes con lo que pasó en Argentina en la crisis de 2001.
RA - Se está hablando mucho de los paralelismos con el "corralito" y el "corralón" de Argentina. Quizás valga la pena detenernos en recordar cómo fue el esquema argentino en la crisis y los problemas que trajo aparejado.
TS - En Argentina se llamó "corralito" a las restricciones para retirar efectivo de los bancos. Pero eso en el caso argentino no fue suficiente para cortar los problemas, porque la gente igual podía mover dinero de un banco a otro y con movimientos interbancarios era posible que un banco percibido como insolvente se terminara vaciando. Por eso se pasó al llamado "corralón", que suponía una reprogramación de todos los depósitos, que impedía movimientos entre bancos y que terminó implicando pérdidas grandes con la posterior pesificación de los saldos y la devaluación.
El problema de fondo en Argentina era que en una economía muy dolarizada el Tesoro no podía emitir para atender la demanda de dólares por parte de la gente en tiempos de crisis, con lo cual los retiros se traducían directamente en merma de reservas. Eso lógicamente acrecentaba los temores de los que aún no habían sacado su dinero.
En Chipre el riesgo es esencialmente el mismo: la economía y el sistema bancario funciona en euros. No hay un gobierno nacional capaz de emitir euros para proveer liquidez a los bancos. Hay incentivos para sacar el dinero (probablemente ahora más, dado que para dos bancos ya quedaron estipuladas pérdidas concretas para los depositantes) y se trata de atacar eso con controles de capitales. En el corto plazo los límites a los retiros de efectivo pueden ayudar, pero es muy difícil que puedan desmantelarse sin traumas en los próximos meses. La experiencia argentina indica que este tipo de disposiciones por el contrario alientan todavía más la presión para tratar de sacar dinero del país.
RA - A pesar de todos esos problemas, hay quienes argumentan que este tipo de esquema, en el cual hay pérdidas para los depositantes, es mejor que un esquema en el cual paga el Estado de Chipre e indirectamente todos los contribuyentes. ¿Cómo ven ustedes esa discusión?
TS - Hay un matiz más que refuerza ese argumento, que es que en el caso de Chipre la mayoría de los depósitos (y sobre todo los grandes) son depósitos de no residentes. Desde esa perspectiva podría argumentarse que es más "justo" que paguen ellos y no toda la población. Además con este tipo de esquema se combate lo que los economistas llamamos el "riesgo moral". Si los depositantes y en general todos los acreedores de los bancos son siempre rescatados, entonces se generan malos incentivos porque parece que la toma de riesgos es "gratis", por decirlo de alguna manera. Eso no es algo deseable en la teoría, aunque luego en la práctica a veces es difícil imponer las pérdidas.
Dicho eso igual hay que marcar que este esquema en el que los acreedores y los depositantes pagan no deja al chipriota común libre de pérdidas. Como parte del paquete las cuentas públicas van a tener que ajustarse y eso va a requerir austeridad en el gasto o más impuestos. Ya dijimos que había por delante un panorama recesivo. Y no olvidemos que Chipre había centrado su estrategia país en buena medida en convertirse en un centro financiero off-shore, recibiendo cuentas del resto de Europa. Eso claramente se diluye con esta salida y eso probablemente costará también en términos de puestos de trabajo.
RA - Para terminar, Tamara, ¿qué impactos pueden esperarse a nivel de otros países de la Zona del Euro?
TS - Vimos caídas en la mayoría de las bolsas estas últimas semanas, en especial la semana pasada, y eso es señal de preocupación, aunque también es justo decir que en general no fueron reacciones dramáticas.
Aún con rescate, seguimos teniendo en Chipre los problemas que mencionaba recién: una perspectiva incierta de recuperación económica, un diagnóstico todavía un poco gris acerca de la solvencia de los demás bancos del sistema y una perspectiva complicada sobre cómo se sale del corralito. Y eso lógicamente afecta a Europa.
Aunque no se abandone el euro, con controles de capitales un euro en un banco de Chipre obviamente no vale lo mismo que un euro en un banco alemán, así como en su momento en Argentina un dólar depositado en un banco no valía lo mismo que un dólar en efectivo. Eso deja muy en evidencia lo incompleta que es una unión monetaria si no se acompaña con una unión bancaria y un encare fiscal conjunto.
Por otro lado, por más que los depósitos pequeños se hayan protegido, todo esto puede generar corridas en otros lugares. Y lo otro que puede pasar es que los bancos en otros países periféricos empiecen a tener más dificultades para colocar deuda, porque recordemos que los bonistas también pierden en este esquema. Visto así, Europa con este tipo de modelo se puede estar comprando un problema bastante más grande en el futuro.
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