Tras el fracaso de las negociaciones por los holdouts, Argentina tendrá que realizar un ajuste macroeconómico a largo plazo
Análisis del economista Pablo Rosselli, socio de la consultora Deloitte, sobre el incumplimiento de pago de Argentina y sus consecuencias.
(emitido a las 7.53 hs.)
ROMINA ANDRIOLI:
¿Cómo ves la situación que quedó planteada en la República Argentina? ¿Qué es esto del "default técnico"?
PABLO ROSSELLI:
Argentina entró en un incumplimiento, porque ayer se vencía el plazo para que se efectivizara el pago del cupón de intereses y eso no pudo ocurrir.
EMILIANO COTELO:
Se vencía el pago del cupón de intereses de un conjunto de papeles de acreedores que ingresaron en el canje, en la reestructuración, que aceptaron reducciones, etcétera.
PR - Exactamente, de un conjunto de títulos, que son una fracción de todos los títulos que están al día y que Argentina venía pagando.
EC - Argentina depositó el dinero para el pago, pero el juez Griesa obligó a que ese dinero quedara retenido, un dinero que está en Estados Unidos.
PR - Ese es el primer punto. Cuando uno escucha a Kicillof parece claro que su discurso está alejando a la Argentina de los mercados financieros internacionales. Kicillof dice "yo hablo con los contratos, es el juez el que no nos deja pagar", y en rigor no es así, porque los títulos de deuda tienen esta cláusula pari passu, extremadamente común, que determina que todos los títulos que la tienen deben cobrar simultáneamente. Justamente, esa cláusula existe para impedir que los deudores elijan arbitrariamente a quién pagarle y a quién no. El juez Griesa encontró que esa cláusula le impedía a Argentina seguir pagando a los tenedores de deuda que entraron en el canje y no pagarles a los otros tenedores de la deuda que quedó en default. Está claro que en la perspectiva de los contratos y de cómo en el mundo se ve lo que está ocurriendo en Argentina, Argentina está entrando en default y así lo determinó ya la agencia Standard & Poor’s.
RA - ¿En qué situación queda entonces la República Argentina? ¿Qué perspectivas le ves a la economía? Fernando Gutiérrez decía más temprano que hay que ver qué incidencia tiene esto, si es una situación de la que se puede salir en un plazo breve o si va a tener impacto en la economía real.
PR - En los días anteriores se había generado un clima de mucho optimismo en los mercados financieros, con suba de las acciones, los títulos de la deuda argentina subieron alrededor de 10% en un solo día. Este fracaso debería generar una corrección a la baja en los mercados financieros en hoy y mañana. Ese es el impacto de cortísimo plazo.
RA - Estaban todos jugados a que no se iba a llegar a esta situación. Todas las señales venían por el lado de que iba a haber un acuerdo a última hora.
PR - Los mercados ayer se habían jugado por que iba a haber una salida. Ahora la perspectiva de mediano plazo depende mucho de cómo Argentina encare el restablecimiento de condiciones normales. Es posible concebir dos escenarios: uno en el que el Gobierno argentino trate de salir rápidamente de esta situación, u otro en el que decida, dado que la situación está así, no hacer nada por ejemplo hasta el año que viene, cuando vencen las famosas cláusulas Rufo, y transcurrirían unos cuantos meses en esta situación.
Es difícil saber hoy qué va a hacer Argentina. El Gobierno argentino ha sido sistemáticamente muy duro en este tema de los fondos buitres. Había analistas que decían que era una dureza de discurso porque era una forma de fortalecer la posición negociadora en Argentina, y también había analistas que decían que la dureza respondía a que estaban dispuestos a llegar a un default. Esa incertidumbre la vamos a seguir teniendo, porque alguno podría decir que Argentina prefirió llegar a esta situación para poder negociar en las próximas semanas una mejor salida, y otros podrán pensar que Argentina eligió esta situación de default y está dispuesta a seguir en ella por mucho tiempo. Esas son incertidumbres que hoy tenemos.
Lo importante es que Argentina tiene que decidir si quiere restablecer rápidamente un acuerdo, y ahí va a tener que negociar; si no, va a tener que convivir con las consecuencias de quedar alejada del mercado financiero internacional. Para negociar está claro que Argentina debe ofrecer una solución satisfactoria a los holdouts. Ayer el ministro Kicillof dijo "les ofrecimos a los holdouts entrar nuevamente en el canje". Eso equivale a no haber ofrecido absolutamente nada, porque esa oferta fue presentada numerosas veces, sistemáticamente estos fondos dijeron que no y el propio juez le dijo a Argentina que tenía que hacer una oferta que fuera de satisfacción para la otra parte.
El propio argumento de Argentina de que las cláusulas Rufo la obligan luego a pagar es, primero, autoincriminante. Esto llama poderosamente la atención, porque si en el futuro algún inversor quisiera hacer una demanda producto de que se llegó a un acuerdo, su mejor argumento sería el que hasta ahora ha presentado el Gobierno argentino.
Pero ni siquiera ese argumento de la cláusula Rufo parece muy firme, porque es notorio que Argentina no les estaría pagando a estos tenedores de bonos en forma voluntaria, sino en cumplimiento de un fallo judicial. Y en el derecho cumplir los fallos judiciales es siempre una obligación que exime a quien la cumple de otras consecuencias. No es una opción para el derecho no pagar. El propio juez Griesa aparentemente le habría dado a entender a Argentina que con su fallo final, una vez que hubiera un acuerdo, dejaría jurisprudencia sentada a favor de Argentina en el sentido de que las cláusulas Rufo no deberían aplicar. Pero Argentina ha recorrido este camino.
A nuestro juicio es importante entender que en el corto plazo tenemos bastantes incertidumbres, pero en un horizonte de 12 meses para adelante Argentina necesita procesar un ajuste macroeconómico muy importante. Necesita hacer un ajuste fiscal, necesita bajar la inflación, y para hacer ese ajuste de forma más o menos ordenada o para reducir los costos de ese ajuste necesita acceso al crédito internacional. Argentina venía recorriendo ese camino, había acordado con Repsol, había acordado con el Club de París, y este incumplimiento, si no se corrige rápidamente, es muy probable que le cierre el camino para obtener créditos de organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial.
En ese escenario, en un horizonte de 12 meses o un poco más, Argentina podría enfrentar bastantes dificultades. Va a tener más problemas con sus reservas, eso va a llevar a una devaluación más significativa, probablemente con más niveles de inflación y menores niveles de actividad. Las consecuencias de esto en el cortísimo plazo quizás no sean graves, pero cuando se mira lo que Argentina necesita para los próximos 12 meses o algo así, no parece razonable la situación en la que ha quedado hoy.
RA - ¿Qué podemos esperar de este lado del Río de la Plata? ¿Qué impacto podemos ver en la economía local?
PR - En el más corto plazo, alguna pequeña reacción de los mercados financieros. Si en Argentina hoy, mañana tenemos un mal día, quizás el dólar suba un poquito en Uruguay, pero no prevemos ningún impacto relevante en el cortísimo plazo para Uruguay. Si pensamos en un horizonte de mediano plazo, un año, dos años para adelante, es bastante más probable que Argentina tenga menos nivel de actividad, más inestabilidad macroeconómica y un dólar más alto. Y eso significa probablemente mayores dificultades en Uruguay desde el punto de vista de la competitividad, particularmente para el sector turístico, en el que ya estamos observando una caída de los ingresos de divisas que Uruguay recibe por turismo, y un aumento muy fuerte del gasto de los uruguayos en el exterior.
Pero los impactos de esta situación en Argentina son de tamaño moderado para Uruguay, porque estamos observando problemas desde hace mucho tiempo, con lo cual estamos pagando como en cuotas las consecuencias de todas estas dificultades que tenemos con Argentina. Le exportamos muy pocos bienes y muchos servicios turísticos. Por el lado de los servicios turísticos probablemente tengamos por delante un escenario más negativo. Pero desde el punto de vista macroeconómico por ahora el impacto es de tamaño moderado.
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Transcripción: María Lila Ltaif