Europa

¿Cómo quedan las perspectivas de la zona del euro con una Alemania más débil?

Análisis de la economista Javier Glejberman, de la consultora Deloitte, sobre nuevos datos de la economía europea.

(emitido a las 7:55 hs.)

EMILIANO COTELO (EC):
La semana pasada conversábamos sobre los avances en Europa en relación al tema de la supervisión bancaria común en manos del Banco Central Europeo. Pero Europa sigue siendo noticia por varios motivos. Mañana se publicarán datos de PBI del tercer trimestre, pero los indicadores disponibles hasta el momento reflejan una realidad muy complicada.  

¿Están superando la recesión? ¿Hay un riesgo real de tener deflación? ¿Cuáles son los principales riesgos que señalan los analistas? Con estas preguntas, en los próximos minutos les proponemos conversar con el economista Javier Glejberman de la consultora Deloitte.

Mañana vamos a tener nuevos datos de PBI, pero te propongo comenzar repasando los últimos datos disponibles de crecimiento. Recuerdo que cuando se publicaron causó bastante "sorpresa" la caída del PBI de Alemania.

JAVIER GLEJBERMAN (JG):
Los últimos datos son los del segundo trimestre y lo cierto es que fueron bastante negativos por varias razones. El PBI agregado de la Zona del Euro creció solamente 0,2% en términos anuales. Ese número estuvo por debajo de lo que esperaban los analistas y también marcó una desaceleración respecto a datos anteriores que ya venían siendo malos. En el cuarto trimestre del año pasado hubo un crecimiento de 1,2% anual, en el primer trimestre de 2014 0,8% y en el segundo trimestre, como recién dijimos, el crecimiento fue de 0,2%.

Y otro de los elementos negativos que se conoció con el reporte del segundo trimestre fue que las tres economías más grandes del bloque, entre ellas Alemania como tú decías, tuvieron desempeños muy negativos, con caídas del PBI.

EC - ¿De qué magnitudes de caída estamos hablando?

JG - Cuando hablamos de la Eurozona siempre es preocupante hablar de caídas de PBI porque marcan lo difícil que sigue siendo la recuperación. Recordemos que la Eurozona tuvo desde que comenzó la crisis dos recesiones. Y con la confianza tan debilitada, un mal dato de PBI puede torcer el ánimo de los mercados y generar mayor incertidumbre y nerviosismo.

Yendo a los números concretos del segundo trimestre, la economía de Italia tuvo una caída de 0,8% anual, Francia tuvo un descenso muy leve (de 0,1%), pero que se suma al estancamiento del primer trimestre, y en Alemania el PBI cayó 0,6% en términos anuales. Un desempeño que terminó sorprendiendo a todos y prendió luces de alerta porque la economía más grande de la Zona del Euro, la que había sido el motor de la recuperación, tuvo una caída de su PBI y quedó al borde de la recesión.

Además, algunas semanas atrás se publicaron datos de producción industrial que fueron muy malos y que reavivaron estos temores. Por eso serán claves los datos de mañana, para ver si esto se confirma o si fue sólo un "susto pasajero".

EC - Este panorama contrasta bastante con la recuperación que tuvo Estados Unidos luego de la crisis de 2008. Parecería que Europa viene "de atrás". ¿Cuán grande es el rezago?

JG - Sí, la verdad que la Zona del Euro viene corriendo bien atrás y bastante más lento que otras economías desarrolladas. Por ejemplo, mientras que la Eurozona creció 0,8% y 0,2% en la primera mitad del año, el PBI de Estados Unidos aumentó en torno a 4% y el Reino Unido lo hizo a un ritmo superior a 3% en los últimos trimestres.

Pero la brecha viene de antes. De hecho, el nivel de PBI de la Eurozona está hoy todavía por debajo de los picos pre-crisis de 2008. Es decir que seis años después no se han recuperado los niveles de actividad económica. En cambio, en Estados Unidos ya a mediados de 2011 se alcanzó el nivel previo a la crisis y ahora el PBI es casi 10% más alto de lo que era en ese momento.

EC - ¿Y por qué esas diferencias? ¿Qué motivos están detrás del relativo "éxito" de Estados Unidos y la debilidad de la Zona del Euro?

JG - Son varios los motivos que explican esas diferencias y probablemente hay factores que exceden lo estrictamente económico. De todas maneras, a nivel de la academia hay bastante consenso en que la respuesta de la política económica fue bastante más agresiva en Estados Unidos que en la Zona del Euro, sobre todo en relación a los estímulos monetarios.

La semana pasada conversábamos en este espacio justamente de eso y decíamos que desde el inicio de la crisis a hoy el balance de la Reserva Federal se multiplicó por cinco y que la tasa de referencia de la Fed ya había llegado al piso de 0% a fines de 2008. En cambio, el balance del Banco Central Europeo está hoy apenas por encima del nivel que tenía en 2008 y la tasa de referencia alcanzó niveles mínimos a fines de 2013.

Por este motivo era que había tantas voces que pedían por la introducción de más estímulos monetarios como los que finalmente se determinaron. Pero esos estímulos, si bien son bienvenidos, llegan tarde, sobre todo teniendo en cuenta que la inflación sigue en niveles muy bajos y de hecho hay un riesgo nada menor de que la Zona del Euro tenga deflación. Incluso hay quienes advierten de un riesgo de desenlace "a la Japón".  

EC - El otro tema que resurgió en las últimas semanas es la necesidad de que Alemania gaste más y sea un motor más potente del bloque. ¿De qué se trata eso, concretamente?

JG - Es una discusión que está sobre la mesa desde que comenzó la crisis europea. El tema es el siguiente: los países de la periferia de Europa como Italia, Portugal o Grecia continúan atravesando una situación de recesión (o en el mejor de los casos de muy bajo crecimiento), recién en los últimos dos años equilibraron sus saldos de cuenta corriente y no tienen espacio fiscal para reactivar sus economías.

Sin embargo, en la otra vereda está Alemania que tiene números fiscales bastante más holgados y que desde 2007 acumula superávits en cuenta corriente mayores a 6% del PBI (es decir, gasta menos de lo que produce y genera ahorros). Por lo tanto, una salida que parece razonable es que Alemania aumente temporalmente su nivel de gasto y así genere la demanda que los países de la periferia no pueden crear por sí solos. Además, eso también contribuiría a impulsar la propia economía alemana que como comentamos hace un rato está teniendo más dificultades.

En definitiva, parece una respuesta de política económica bastante sensata y que además no pondría en riesgos la salud de las finanzas públicas de Alemania, dado que su nivel de endeudamiento es de los más bajos de la Eurozona y el costo de financiamiento está en niveles mínimos históricos. Hoy un bono alemán a 10 años tiene un rendimiento de 1%, menor incluso al rendimiento de los bonos norteamericanos.  

EC – Eso es lo que le cuesta a Alemania endeudarse.

JG – Exactamente. Lo que le cuesta endeudarse a Alemania hoy está en mínimos históricos. Por eso es que la perspectiva de aumentar temporalmente el gasto pone en riesgo la salud de las finanzas públicas.    

EC - Para ir terminando, ¿qué perspectivas y riesgos tenemos por delante para Europa? ¿Cómo tenemos que leer esta situación desde nuestro país?

JG - Las perspectivas no son buenas. En las últimas semanas varios organismos y analistas recortaron las proyecciones de crecimiento para la Zona del Euro y se esperan expansiones del orden de 1% tanto para este año como para 2015.

El otro tema, que lo mencionamos recién, es el riesgo de que la Zona del Euro entre en deflación. Eso es nocivo para la actividad económica porque se pueden postergar decisiones de consumo y de inversión. Además, cierto nivel de inflación también ayuda a aliviar el peso de la deuda pública y privada que en algunos casos se mantiene en niveles muy altos. La deflación, en cambio, erosiona la capacidad de pago de una determinada deuda (si los precios caen, los ingresos nominales tienden a caer y cada vez se hace más pesada la deuda, que nominalmente tiende a estar fija).  

Por último, no hay que olvidar que el desempleo se mantiene en niveles altos en el promedio de la Zona del Euro (llegando a niveles de 25% en países como Grecia o España) y eso siempre puede ser motivo de tensión social y política. Por lo tanto, hay varios riesgos que siguen latentes y pueden generar situaciones de mayor volatilidad, pero incluso sin que la situación se agrave no debemos esperar un rebote importante de la Zona del Euro.

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