Estas recomendaciones están contenidas en un informe elaborado por el FMI luego de la visita de rutina que el organismo realizó en diciembre del año pasado, al que accedió El Espectador.

Titulado "La senda de Uruguay hacia el crecimiento sólido e inclusivo", el estudio señala que Uruguay se destaca entre los países de la región "como uno de los ejemplos más estimulantes del esfuerzo por fomentar el crecimiento acompañado de avance social".

El FMI asegura que el aumento de las oportunidades y la mejora en los indicadores sociales registrados desde 2005 "constituyen un extraordinario caso de éxito en la recuperación económica y social posterior a una crisis".

Reconoce el descenso de la desigualdad gracias a las políticas de empleo y de transferencias pública realizadas, pero apunta que la participación en el ingreso del 1% mejor remunerado de la población es del 14%, frente un promedio de 10% registrado en los países avanzados.

El informe señala que, pese a una mayor participación de la mujer en el mercado laboral, siguen existiendo grandes diferencias en empleo y salario entre géneros.

Para el FMI la reducción de la pobreza posterior a la crisis 2002 fue facilitada en parte por el firme crecimiento económico del país, lo que permitió un mayor gasto en políticas sociales.

Para continuar y profundizar estos avances, alertó que será necesario asegurar un crecimiento sólido y estable y que las políticas de gasto social "sean sostenibles desde el punto de vista fiscal".

Al respecto el informe sostiene que "una parte importante de la población sigue en riesgo de volver a caer en la pobreza" ante lo cual llamó a fortalecer la calificación laboral, en especial de mujeres y jóvenes como una "estrategia más perdurable" para erradicar la vulnerabilidad.

Para el FMI, el principal desafío que enfrenta Uruguay para aumentar la equididad y las posiblidades de crecimiento es mejorar la calidad de la educación. Recuerda que la última evaluación del programa PISA demostró la dependencia del rendimiento de los estudiantes con respecto a su situación socioeconómica, y pese que admite que se podría aumentar el gasto destinado a la enseñanza, la calidad educativa podría mejorar si mejora la "eficiencia" del gasto. En ese sentido sugiere que el país podría ahorrar el 15% del gasto en secundaria y alcanzar las mismas tasas de matriculación.

Apunta también que una mejora en la calificación y la educación de los trabajadores podría elevar hasta en 40% la renta per cápita nacional para 2050, creando así un círculo virtuoso de crecimiento y equidad.

En su edición de este martes, El País señala que el FMI había sugerido una "corrección fiscal" por el lado de la recaudación y el gasto, a través de la baja en el mínimo no imponible del IRPF , la limitación de las exoneraciones al IVA y la revisión de las exoneraciones al impuesto empresarial.  Estos planteos fueron rechazados por el entonces vicepresidente Danilo Astori y el ministro de Economía, Marío Bergara.