Entrevistas

La obra de Botnia por dentro

Involucra a 17 subcontratistas esparcidas en unas 100 hectáreas y 2.000 empleados que cuando se llegue al pico superarán los 4.000. Jorge Klitche es el gerente de Ingeniería de Botnia y explicó cómo se mueve este "gigante". "Todas las empresas uruguayas están al nivel de todo lo que la obra requiere en lo civil pero la velocidad con que se van sucediendo los hechos es a lo que no estamos acostumbrados", afirmó.

(Emitido a las 8.50)

EMILIANO COTELO:
Campiglia, Teyma, Saceem, Concrexur, Stiler, CIR..., en fin, una lista interminable, que daría la impresión de que todas las empresas uruguayas de la construcción tienen su lugar en Botnia.

Es que la instalación de la planta en Fray Bentos ha generado una vastísima red de pequeñas, medianas y grandes empresas que hoy en día tienen comprometida un porcentaje importante de su producción con las obras de la empresa finlandesa.

Recién repasamos esta ingeniería de empresas subcontratistas a través de un informe de la producción de En Perspectiva. Ahora, vamos a profundizar en algunos aspectos de esta coordinación entrevistando al gerente de Ingeniería de Botnia, Jorge Klitche.

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Ingeniero Klitche, ¿cómo resulta esta experiencia de coordinar a esta larga lista de empresas que están llevando adelante este proyecto?

JORGE KLITCHE:
Esta experiencia ha resultado muy bien, es inédita para muchos de los que estamos aquí. No así para el conjunto del equipo finlandés que está al frente de esto. Se desarrolla fundamentalmente sobre la idea de compartimentar en áreas y en el tiempo las distintas fases de la obra como estamos caminando ahora. Es decir que se divide el área en diversas sub-zonas, casi como si fueran manzanas, esto tiene una extensión del orden de las 20, y a cada una se le asigna un contrato en cierto tiempo, que está ligado a cómo van entrando en producción las diversas fases de la obra.

De esa manera la coordinación pasa por una adjudicación, una selección de empresas contratistas, una adjudicación adecuada y un seguimiento de los trabajos.

EC - ¿Hubo licitaciones para cada uno de estos rubros?

JK – Sí, hubo alrededor de 25 o 30 licitaciones para cada una de las etapas en donde van compitiendo las compañías. A su vez van ingresando nuevas empresas al mercado de competencia.

EC – Entonces, si de las obra en sí se ocupan las empresas constructoras, las metalúrgicas, las distintas firmas que hemos ido mencionando, ¿qué papel juega Botnia?

JK – Juega el papel de coordinador general de toda la obra. Hay que recalcar que el proyecto se está haciendo al mismo momento que la construcción.

EC - ¿Cómo es esto?

JK – En este momento se está proyectando otras fases de la obra que son las que se construirán en dos, tres y cuatro meses. Vale decir que la coordinación más importante no es sólo la de las empresas entre sí, sino dentro de una misma empresa en lo que tiene en el futuro por trabajar. Es decir, todas las obras se han contratado dentro de un marco general o de un volumen estimado que la empresa va a construir. Pero la totalidad de lo que va construyendo va cambiando día a día, a medida que se va culminando el proyecto que ese sí está hecho en un 80% fuera del país.

EC – A eso iba. ¿Cómo se resolvió qué rubros quedaban a cargo de empresas nacionales y cuáles requerían compras en el exterior?

JK – A nivel de producción todo lo que ha sido hormigón y obra civil ha quedado en manos de empresas nacionales que lo han hecho con alto nivel de competencia. A nivel de industria metalúrgica se ha consumido en primera instancia parte de la capacidad instalada de las empresas nacionales que usted nombró y luego de eso se empezó a ensanchar el círculo de influencia contratando empresas brasileñas.

Como le dije, el 80% del proyecto estructural fue hecho en Finalandia y el 20% en Uruguay. Ya el proyecto industrial, industrial mecánico, ya es del extranjero también.

EC – Hubo algún caso en que el proveedor iba a ser extranjero y terminó siendo nacional. Tengo entendido que eso sucedió, por ejemplo, en materia de pre-moldeados de hormigón.

JK – Sí los hubo.

EC – Y eso fue consecuencia de toda esta polémica que se planteó con Argentina. Creo que vale la pena divulgar ese ejemplo.

JK – Naturalmente a inicio del año pasado, cuando se comenzó la selección de compañías para trabajar, para el suministro de piezas de hormigón prefabricado que originalmente estaba previsto que se hiciera fuera de la obra, era natural mirar a la Argentina, cuyas plantas de prefabricación son muy competentes y están bastante próximas, en el litoral.

EC – ¿Había además una ventaja en materia de precios?

JK – Sí de precios pero sobre todo de suministros y tiempos de suministros. En ese sentido, luego de extensas etapas de negociación, se terminó asignando los contratos a tres empresas argentinas que poco antes de la firma del contrato se excusaron porque no lo podían firmar.

Eso nos obligó allá por julio o agosto a hacer un cambio total de objetivos...

EC – Usted dijo que estas empresas se excusaron, que no podían firmar el contrato. Fue en definitiva lo que había trascendido sobre las complicaciones que se le podían generar a empresas argentinas, por ejemplo en sus negocios con el Estado, si continuaban trabajando para esta planta de celulosa que a Argentina le molesta.

JK – Eso es una parte. La otra parte, y que habla bien de las empresas argentinas, fue que ellas vislumbraban problemas en el suministro, en el cruce de la frontera. La suma de esos dos factores –internamente tendrían alguna complicación y externamente no iban a poder cumplir con los contratos porque iba a ser dificultoso llegar a la obra-- obligó a que ellas se excusaran y nosotros no las tomáramos en cuenta. Entonces, redireccionamos el tema hacia mayor fabricación en la obra, mayor contratación a empresas nacionales y llegar a una empresa de Brasil para el suministro de elementos.

EC – ¿Cómo les resultó este cambio en el caso de las empresas nacionales? Supongo que debe haber sido al mismo tiempo una buena noticia y por otro lado un problema, una complicación por el volumen de los trabajos que se les estaban encargando.

JK – Uno de los desafíos aquí es ponerse a ritmo con la velocidad a la que camina la obra. Todos los técnicos uruguayos, todas las empresas uruguayas están en conocimiento o están al nivel de todo lo que la obra requiere en lo civil pero la velocidad con que se desenlazan, con la que se van sucediendo los hechos y la previsión de ellos, es a lo que no estamos acostumbrados.

EC - ¿Cuáles fueron las empresas uruguayas que terminaron tomando estos contratos que en principio eran de empresas argentinas?

JK – Una fue la empresa Absis de Uruguay y la otra fue la empresa Smith de Montevideo.

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EC – Con el ingeniero Klitche hemos caminado un poco más y ahora estamos cerca de una estructura de una de las unidades de la futura planta de Botnia que, a diferencia de las otras que teníamos recién al lado, no es de hormigón, es metálica. ¿Estos son los perfiles que en su momento quedaron trancados en los puentes internacionales y que terminando viniendo por barco desde Chile?

JK – Sí, efectivamente. Lo que estamos viendo es la caldera de recuperación y al lado está el edificio de turbinas donde habrá una generación de 130 megavatios. El edificio de la caldera de recuperación es el más importante en cuanto a su volumen en la planta. Es el que llega a 80 metros de altura al lado de la chimenea y es un edificio que necesariamente debe ser metálico. Una vez terminado va a ser en cierta manera similar al edificio de la Central Batlle en la rambla de Montevideo, de ese estilo.

Efectivamente, las estructuras metálicas fueron compradas en Chile y fueron las de los problemas al llegar acá.

EC - ¿Originalmente vinieron en camión?

JK – Venían inicialmente por camión, con una ruta prefijada. Llegaron las primeras y el segundo viaje tuvo que retornar a Chile y volver por barco hasta Uruguay.

EC - Barco que cuando salió de puerto chileno también tuvo algún incidente con aquel gomón de Greenpeace que teóricamente lo bloqueó en su salida.

JK – Sí, efectivamente. Pero después de llegar a puerto uruguayo no ha habido ningún inconveniente.

EC - ¿Está prevista la llegada de nuevas cargas de este tipo de estructuras?

JK – Sí, por cierto para esta en particular hacen faltan dos viajes más y de otras partes de la región llegarán también estructuras metálicas.

EC – Al pasar en el informe anterior hablábamos de las retribuciones del personal de la construcción que está desempeñándose en esta obra. Manejábamos, incluso, algunos números tentativos de cuanto termina ganando líquido un peón y de ahí para arriba un oficial, etcétera. ¿Qué tipo de convenio hay con el personal involucrado?

JK – Los números que usted planteaba son correctos y están planteados también sobre la base de que se ejecutan algunas horas extras. El operario de la construcción ejecuta algunas horas extras y eso aumenta sustancialmente su retribución...

EC – Es correcto el número de entre 12 y 15.000 pesos de ingreso líquido mensual para el peón.

JK – Es correcto. Esto, sobre una base de 2.000 personas es como una inyección en dinero de 1.000.000 de dólares por mes en jornales a la región.

Además de eso se ha llegado a un acuerdo en tres partes -entre las empresas contratistas, agrupadas en la Cámara de la Construcción, el grupo de trabajadores, agrupados en el sindicato de la Construcción, y la empresa Botnia-, que mejore la seguridad en obra y a su vez permita una continuidad de los trabajos clara y con buena visión del futuro y de la obra.

EC – ¿Qué implica ese convenio?

JK – Ese convenio implica que las empresas reconocen o incentivarán todo tipo de prevención que se realice respecto de los accidentes de los operarios, y eso será recompensado, Botnia como usted nombró tiene un comedor en la obra y los obreros de la construcción no tiene retribución por alimentación, no es una práctica habitual que se alimenten en un comedor. Entonces, Botnia va a suministrarle a los operarios por mes tickets alimentación para usar en nuestro comedor o llevarlo para su casa y comprar alimentación.

Por último, dado que es una obra especial y hay una serie de compromisos que todos hemos tomado de productividad, tiempo, desempeño, se genera un fondo por cada mes trabajado para cada trabajador que a su cese le será reintegrado.

EC - ¿Estos conceptos están incluidos en esa cifra que yo manejaba como promedio de ingresos?

JK – Yo diría que la mitad de eso está incluido porque algunas cosas ya están en marcha y la otra mitad, no.

EC – ¿El convenio ya está vigente?

JK – Estamos para firmarlo. Ya está verbalmente comprometido entre todas las partes y estamos ajustando las últimas cláusulas escritas que prevemos que se firmen entre hoy mañana.

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Edición: Mauricio Erramuspe