Entrevista con el periodista español Rafael Poch, corresponsal de La Vanguardia en Pekín.

"La prioridad de China no es la democracia, sino el desarrollo"

El congreso del Partido Comunista chino reelegió a Hu Jintao y nombró a sus dos eventuales sucesores. "El consenso que hay entre los dirigentes es que el desarrollo se está consiguiendo con este partido autoritario. Está funcionando bien y por tanto no lo van a cambiar", describió el periodista español Rafael Poch. "El objetivo de China hoy es el desarrollo y no la democracia, pero es evidente que un día llegará", agregó.

(Emitido a las 8.37)

EMILIANO COTELO:
El presidente chino Hu Jintao inició ayer su segundo y último mandato de cinco años, al ser reelecto por el Comité Central del Partido Comunista Chino (PCC) en el cargo de secretario general y, por lo tanto, de presidente.

Por otra parte, se designó a los nueve integrantes del Comité Permanente del Buró Político, máximo órgano de poder en China.

Estas elecciones tuvieron lugar en el marco del XVII Congreso del PCC, un evento que se desarrolla cada cinco años y que mantuvo en vilo durante una semana a esa gran potencia mundial.

Sobre este encuentro y las decisiones que de allí surgieron, estaremos hablando en los próximos minutos con el periodista Rafael Poch, apostado en Pekín, como corresponsal del diario La Vanguardia de Cataluña en ese país.

***

Rafael, ¿cuál es la importancia del congreso que se celebró durante la última semana?

RP - El congreso es el principal evento político que sucede en China en condiciones normales cada cinco años. El congreso marca la estrategia de desarrollo a seguir y designa a las personas que la han de ejecutar. Es decir, se resuelve, se institucionaliza la correlación de fuerzas dentro de la cúpula de poder china.

EC - ¿El congreso en sí mismo resuelve, o las decisiones ya vienen cocinadas, preparadas previamente?

RP - Efectivamente, en teoría el congreso es el máximo órgano de poder del partido. Del congreso, en teoría, emana el Comité Central, del que a su vez emana el Polit Buró, y en China del Polit Buró emana, aún más reducido, de nueve miembros, lo que se llama el Comité Permanente del Polit Buró. Pero en realidad todo es al revés, el Polit Buró manda al Comité Central y todos mandan al congreso. El congreso simplemente ratifica.

A simple vista parece una broma, pero es muy serio porque este sistema tan arcaico en su forma en muchas cosas, y no democrático desde todo punto de vista, está solucionando problemas muy serios en el país, está llevando a cabo la modernización, y parece que lo está haciendo bastante bien, a juzgar por los resultados, porque China está funcionando bastante bien desde el punto de vista de la modernización y el crecimiento.

EC - En las columnas que tú escribes para La Vanguardia te has detenido en eso, en cómo un congreso que puede ser visto como algo aburrido desde fuera, tiene detrás toda una estructura de análisis, de evaluación, de prospectiva, que lleva a tomar resoluciones y que por lo visto no lo está haciendo mal. ¿Cuáles serían esos secretos?

RP - Un elemento de ese éxito es la vía antigua, ancestral, tradicional china de promoción de talentos. En la China milenaria, pero también en el PCC, es muy difícil llegar a la cúspide si se es un mediocre, hay un mecanismo de filtración muy eficaz que empuja hacia arriba a los talentos y deja en el camino a los mediocres y a los corruptos. Eso naturalmente no quiere decir que no lleguen corruptos arriba, y de hecho tenemos casos manifiestos, incluso en este Comité Permanente del Polit Buró hay un miembro que parece que está salpicado y no ha sido depurado. Pero eso no es la norma, hay una cierta filtración. Desde luego, el que llega al rango de ministro en China es una persona de talento.

EC - Hu Jintao fue reafirmado como presidente y líder del PCC, y ahora comienza su último mandato de cinco años. ¿Cómo hay que leer esta decisión?

RP - En primer lugar, que este segundo mandato de cinco años va a ser más holgado que el primero. En 2002, cuando él llegó al poder en el Congreso XVI, se decía que seis de los nueve miembros de la cúpula dirigente eran adversos a su persona y a su política. Uno falleció, luego salieron cuatro y han entrado cuatro nuevos, lo que redunda en una correlación de fuerzas más favorable a Hu Jintao, con lo cual tendremos cinco años más cómodos. Lo que no quiere decir que vaya a tener un dominio completo de todo, eso desde la época de Mao y de Den Xiao Ping no existe, hay una dirección mucho más colectiva. Pero va a tener un gobierno mucho más favorable.

Lo más interesante de este congreso es que no ha resuelto la sucesión. Normalmente en este tipo de congresos se designa un sucesor, se tendría que haber designado a la persona que dentro de cinco años, en el Congreso XVIII, pase a ser el secretario general del PCC y por lo tanto el presidente del país. Eso no ha sido así, se ha promocionado a dos miembros de la quinta generación, de la gente que tiene 50 años ahora, pero no se ha aclarado cuál de los dos va a ser el líder. Eso es interesante porque introduce una perspectiva de cierta tensión en los próximos años.

EC - ¿Cómo se explica que haya ocurrido así?

RP - Ha ocurrido así porque no había acuerdo, estaba muy claro que el secretario del partido de la provincia de Liaoning, Li Keqiang, era el favorito de Hu Jintao, pero la otra gran fracción del partido no estaba tan de acuerdo y apoyaba a otro, a Xi Jinping, que es el nuevo secretario del partido en Shanghai (era, porque ahora, al ser nombrado miembro de la máxima cúpula dirigente deja de serlo). Eso se ha resuelto promocionando a los dos.

Una cosa muy importante, que puede sonar a tontería, es que en la presentación de estos nueve integrantes de la dirección ante la prensa el favorito de Hu Jintao apareció en séptimo lugar, mientras que el favorito de la otra facción del partido, Xi Jinping, apareció en sexto lugar. Eso quiere decir que hoy Xi Jinping está mejor situado que Li Keqiang, pero no se pueden sacar conclusiones definitivas, no podemos decir que ya tenemos al siguiente presidente. Faltan cinco años, pueden pasar muchas cosas, y Hu Jintao prefiere a Li Keqiang.

EC - A propósito de este nuevo período de gobierno que se inicia, ¿Hu Jintao llevará adelante cambios con respecto a lo que venía impulsando hasta ahora?

RP - La política china es gradualista y evolutiva, raras veces hay grandes cambios. En esta misma evolución se han alcanzado en este congreso ciertos hitos doctrinales, por ejemplo se ha introducido en los estatutos del partido un concepto de desarrollo científico de Hu Jintao, que tiene un enorme interés porque sugiere que puede haber un desarrollo no científico, es decir, un desarrollo malo, un mal desarrollo, un desarrollo con mucha contaminación, poco sostenible. Esta adjetivación del desarrollo es un aspecto muy interesante y ha sido introducida en los estatutos, en la doctrina del partido.

Hu Jintao ha conseguido esto en cinco años, cuando a su antecesor, Jiang Zemin, le costó más de diez años meter en los estatutos del partido, en la doctrina, su aportación teórica de las "tres representaciones", una cosa bastante incomprensible que parecía ser el seudónimo del ingreso al partido de sectores empresariales. Hu Jintao en cuatro años ha logrado introducir este concepto de desarrollo científico con esos matices, lo cual quiere decir que hay un cierto consenso en que el desarrollismo puede ser una fuente de problemas si no se administra bien. Esto es interesante.

EC - Se ha escuchado hablar mucho de "sociedad armoniosa". ¿Cómo se vincula con lo que venías comentando recién?

RP - Es un poco el mismo concepto que desarrollo científico. La enmienda que se ha introducido en los estatutos del partido dice textualmente que "el desarrollo continuará siendo lo esencial en China, pero que pondrá al pueblo en primer lugar y tendrá la totalidad, el equilibrio y la sostenibilidad como requerimientos básicos y consideración general en su metodología fundamental". Es una fraseología tremenda. Lo de sociedad armoniosa significa poner el acento en cuatro frentes de problemas: la nivelación social, la desigualdad entre regiones, las del este y las del oeste, entre campo y ciudad, actuar contra el desarrollo contaminante, y esta idea queda englobada dentro del desarrollo científico, que hay que cuidar no solo los porcentajes macroeconómicos sino también a la gente, cómo se traducen esos porcentajes en términos de bienestar social, estabilidad, etcétera.

EC - Desde el punto de vista conceptual se entiende. ¿Qué puede implicar en términos prácticos?

RP - En términos prácticos es una cosa que ya está en marcha, y eso es lo interesante de la política china. Por ejemplo, el año pasado se abolió el impuesto agrario, los campesinos chinos, que son unos 800 millones y que pagan impuestos al Estado desde hace milenios, se han liberado de todos sus impuestos –impuestos por tener tierra, impuestos por cultivar determinadas labores–, lo que les ha dado un cierto desahogo económico. Estamos hablando de sectores sociales con unos ingresos realmente muy exiguos. Para que te hagas una idea, en algunas regiones rurales que he visitado el importe de los impuestos agrarios en todo un año pueden equivaler a unos 100 dólares, pero la renta anual de esas familias campesinas a lo mejor era de 600 dólares, entonces que ahorren 100 es mucho. Esas cosas están pasando.

Otra línea de actuación es que se está empezando a construir una red de seguridad social. El país tiene 1.300 millones de habitantes y casi 800 millones de campesinos, son palabras mayores. Es un programa a 15 años, pero se ha iniciado ya.

Y, sobre todo –esto también está muy relacionado-, se quiere incentivar el consumo de la gente, se quiere ampliar las clases medias, para que consuman más, para que el desarrollo se fundamente no tanto en la exportación de mercancías a un mercado global que no dominan, sino también en el propio consumo de esa enorme población. Todas estas políticas económicas se han asentado en este congreso.

EC - Los reportes de prensa destacaron en estos días que el presidente chino en su discurso utilizó la palabra democracia unas 61 veces. ¿Ese detalle tiene alguna importancia, tiene algún significado? ¿Hay alguna consecuencia por ese lado?

RP - Sí, tiene importancia, porque este es un país muy grande. Los dirigentes chinos hablan cada vez más de derechos humanos, de democracia, y hablan sinceramente. Pero hay que tener bien clara una cosa: la prioridad de China no es la democracia, sino el desarrollo. El consenso que hay entre los dirigentes es que el desarrollo actualmente se está consiguiendo con estas formas, con este partido autoritario, antidemocrático, está funcionando bien y por tanto no lo vamos a cambiar. Dentro de 15 o 20 años, cuando tengamos –dicen– una clase media más amplia, se podrá plantear todo esto otro. El objetivo de China hoy es el desarrollo y no la democracia, pero es evidente que llegará un día, digamos dentro de 20 años –yo he hablado de 2017, no para el próximo congreso sino para el otro–, en que la democracia será una condición de la modernización. Ese día la democracia será actual en China. Ese día llegará de una u otra forma, desde luego.

EC - ¿Cómo está la temperatura allí a esta hora?

RP - La temperatura hoy está entre 18 y 19 grados centígrados. Es un tiempo muy de transición, muy breve pero muy agradable en Pekín, porque no hace ni frío ni calor. Por una cuestión de los ritmos de vientos, esta ciudad tan contaminada tiene los cielos más claros y más despejados. Es una época realmente buena en Asia Oriental.

Nota relacionada:
China celebra el evento más importante de su política. Comentario de Elisa Lieber.
El "milagro" chino desde adentro. Entrevista con Rafael Poch. 3.04.2007

Sitio relacionado:
Diario de Pekín. Blog de Rafael Poch

------------
Edición: Mauricio Erramuspe