Entrevistas

PIT-CNT logró una lista de unidad para los órganos de dirección

El Noveno Congreso del PIT-CNT culminó con la conformación de una lista de unidad, integrada proporcionalmente por distintas corrientes de opinión dentro del movimiento sindical. "Un equilibrio razonable", según lo definió el dirigente Milton Castellanos, integrante de la corriente más afín al gobierno que obtuvo la minoría mayor. "Pensábamos que había que dar una señal de unidad, de reafirmar la unidad del movimiento sindical", agregó.

(Emitido a las 7.43)

EMILIANO COTELO:
Hace instantes repasábamos en un informe cómo se presenta la interna de la central de trabajadores tras el noveno congreso. De todos modos, es interesante ahondar en muchos de los puntos que presentábamos. Para eso, estamos en contacto con Milton Castellanos, integrante de la corriente denominada "Pluna-Paraninfo", la más cercana al gobierno.


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Señor Castellanos, el congreso adoptó varias definiciones críticas hacia el gobierno, con las cuales el espacio que usted integra no está completamente de acuerdo. ¿Cómo fue entonces que se llegó a una lista única? ¿Por qué ustedes prefirieron que no hubiera competencia electoral en este congreso?

MILTON CASTELLANOS:
A partir del 1 de marzo del año pasado estamos viviendo en el país un momento con importantes cambios, de transformaciones, y entendíamos que en este 9º Congreso, cuando se cumplían 40 años de la fundación de la central, primero CNT, después PIT-CNT, debíamos intentar hacer un esfuerzo la enorme mayoría de las organizaciones sindicales, los delegados al congreso, para poder sintetizar un acuerdo que posibilitara fortalecer el proceso de cambios que está viviendo el país y determinar de una manera mucho más clara los avances que pensamos que debe tener. Por ejemplo, compartimos muchos de los aspectos de la política del gobierno, incluso de la política económica que realiza el ministro Astori, de cualquier manera –lo hemos señalado más de una vez– hay algunos aspectos que deberían corregirse o en los que se debería intentar avanzar más, por ejemplo lo que tiene que ver con el país productivo, con el desarrollo de los puestos de trabajo y con la inversión del Estado. Se puede y se debería intentar avanzar un poco más en ese sentido.

EC – Mi pregunta apuntaba a conocer por qué ustedes terminaron aceptando una definición de posiciones dentro de los órganos de dirección que no pasara por una elección interna.

MC – Para nosotros no era lo mismo terminar el 9º Congreso a los 40 años del PIT-CNT con una elección por listas que iba a traer, como siempre que hay instancias de este tipo, resultados que no contemplaran a todo el mundo. Pensábamos que había que dar una señal de unidad, de reafirmar la unidad del movimiento sindical y si por ese elemento fundamental había que ceder algunos elementos, algunas posiciones, estábamos dispuestos a hacerlo.

EC - ¿La competencia electoral atenta contra la unidad? ¿Por qué?

MC – No, pero hay una fuerte tradición. En el movimiento sindical de nueve congresos que se hicieron en siete hubo lista única, sólo en dos hubo separación por listas. Para nosotros las listas son un elemento de la democracia que ayuda a resolver los problemas, pero a veces es bueno dar una señal de reafirmación, de mayor compromiso en lo que tiene que ver con los acuerdos.

Por ejemplo, en cuanto al desarrollo de la estrategia para estos próximos años era muy importante consolidar un esfuerzo para que todos pudiéramos sentirnos representados y nadie se sintiera excluido. Podía ocurrir que la elección por listas dejara algún sindicato o alguna corriente minoritaria fuera, y preferíamos tenerlos discutiendo con nosotros para de esa manera reafirmar el papel de la central única.

EC – En función de los cálculos que ustedes habían hecho y de las estimaciones que tenían, esa distribución de posiciones en la Mesa Representativa y en el Secretariado Ejecutivo, que a su vez fueron ampliados, ¿representa cómo venía la distribución del poder en el Congreso?

MC – En general representa, hay que valorar que las demás corrientes de opinión reconocieron explícitamente que había una determinada correlación de fuerzas en el Congreso y aceptaron algunos planteos que habíamos hecho, como por ejemplo tener la minoría mayor en el Ejecutivo.

EC – Efectivamente ustedes terminan teniendo cinco en catorce.

MC – Exactamente, y después hay cuatro compañeros que responden a la orientación comunista, dos compañeros que responden a la orientación socialista, dos compañeros del MPP y uno del PVP. Pensamos que es un equilibrio razonable.

EC - ¿Cómo se supone que van a jugar estas distintas tendencias en cuanto a alianzas en el Secretariado Ejecutivo?

MC – La elección por lista única también reafirmó una valoración de mayor unidad, un esfuerzo y un compromiso de todos de trabajar conjuntamente, de no hacer de entrada diferencias en torno a posiciones mayores o menores, sino de tratar de trabajar en conjunto. Creo que es posible porque en el movimiento sindical no pesan sólo las corrientes, también pesan los sindicatos, los intereses y las realidades de la coyuntura interna de cada gremio. No todos los gremios responden cien por cien a determinada corriente, dentro de las propias organizaciones sindicales hay distintas posiciones.

EC – Ese es uno de los desafíos para quien trata de entender desde fuera cómo funciona el PIT-CNT, teóricamente al congreso comparece el conjunto de los sindicatos y las federaciones, cada uno con su respectiva cantidad de delegados en función de los afiliados que tiene. Cómo se produce después el cruce entre esos delegados que representan a sindicatos con las tendencias de opinión política es algo que ustedes entienden y que los analistas siempre manejamos con cautela y con el riesgo de cometer errores.

MC – Correcto. En estos últimos días he escuchado muchas veces a analistas que decían que los compañeros comunistas eran la enorme mayoría en el congreso, etcétera, cuando los que conocemos la interna sabemos que esa no era la realidad. Cada sindicato elige sus autoridades en función de listas, de agrupamientos gremiales y a los congresos se va en proporción con las listas de cada sindicato. Por ejemplo, en la FUECI tenemos dos listas y en función de la proporción de votos que tuvo cada una se mandan los delegados al congreso, así lo hacen todos los sindicatos.

EC - Y a la hora de definir los órganos de conducción, las decisiones se toman en función de los pesos políticos.

MC – A partir de esa instancia a los congresos de la central cada delegado no va mandatado, va con su representación individual y su conciencia, ahí lo que funciona es el libre juego de ideas y de debates, el alineamiento en función de concepciones y opiniones. Esos delegados sindicales en el propio congreso se van transformando en delegados de corrientes de opinión y se van formando corrientes de opinión en el movimiento sindical que en algunos casos son históricas. El movimiento sindical uruguayo nace de la fusión de corrientes comunistas, anarquistas y socialistas a principios del siglo pasado. Ahí se da una situación compleja de intereses sindicales y de intereses de corrientes. De cualquier manera esa convivencia es lo que permite tener una central única, en otras partes del mundo hay dos o tres centrales sindicales producto de que cada una representa una corriente de opinión. Para convivir bajo un mismo techo, en una misma organización, es necesario que la misma tenga una flexibilidad y una forma de funcionamiento que permitan darles cabida a todos, muchas veces haciendo síntesis de esos documentos, para lo cual todos los sectores debemos resignar un poco. Nos unen algunos principios básicos, el principio de unidad, el principio de solidaridad, la defensa de clase, hay una serie de valores que tenemos los trabajadores que son universales para todos.

EC - ¿Cómo se puede resumir la actitud que el PIT-CNT tendrá a partir de ahora y durante los próximos tres años frente a este gobierno del Frente Amplio?

MC – Con este proceso que se inicia el 1 de marzo, que en muchos aspectos compartimos y fuimos constructores. De una manera u otra las propuestas y las opiniones del movimiento sindical durante muchos años fueron recogidas por esta organización partidaria.

EC – Y es notorio que la enorme mayoría de los dirigentes sindicales es de izquierda.

MC – Yo diría que más del 90% de los votantes que ayer estaban en el congreso había votado a Tabaré Vázquez, por lo tanto la inmensa mayoría fue parte de esta construcción.

EC – Uno de los debates que se precipitaron en más de una ocasión fue si les corresponde a los sindicatos ser oficialistas o no. ¿Cómo se lauda ese dilema?

MC – No pasa por una situación extrema de si somos seguidistas u oficialistas o lo contrario. El movimiento sindical tiene que contribuir a este proceso de cambio tratando de ayudar al gobierno a profundizarlo y a desarrollar una fuerza social capaz de sostenerlo. Este gobierno representa socialmente a sectores de trabajadores, de capas medias, de pequeños industriales, comerciantes, un conglomerado de fuerzas y de intereses sociales que muchas veces tienen contradicciones o diferencias. El movimiento sindical tiene un papel fundamental a jugar y está dispuesto a contribuir en tratar de aunar a estos sectores para que en ese proceso de avance Uruguay consiga trabajo, producción, una economía sustentable, todo lo que aspiramos.

EC – Entre las propuestas que se aprobaron por mayoría está la de promover un nuevo modelo económico. ¿A qué aluden exactamente?

MC – Hay que precisarlo, se habla de un modelo económico productivo. El gobierno intentó tres veces convocar al diálogo social para la construcción del Uruguay productivo y del trabajo pero eso ha quedado en grandes convocatorias, después no se ha podido concretar. Hace poco en la Torre de los Profesionales se lanzó nuevamente el diálogo social, participó el propio presidente de la República, se prometió crear comisiones centrales, comisiones sectoriales, comisiones de la industria, el comercio, los servicios,  y al día de hoy, más de dos meses más tarde, ninguno de esos sectores las ha instrumentado, todo quedó como tras la misma reunión que se había hecho el año pasado en el Edificio Libertad también con la participación del presidente de la República, en ninguna de esas dos instancias se concretó ningún instrumento. El gobierno necesita avanzar en el diálogo social fundamentalmente para la construcción de un país productivo que todavía está muy en el aire y no se concreta.

EC – El tema de las plantas de celulosa estuvo en el centro de la atención en los últimos días y fue una cuestión que dividió opiniones en el congreso del PIT-CNT. Finalmente la central cambió la posición que había adoptado en el congreso anterior y no llevó una moción que cuestionaba estos emprendimientos. ¿Cómo se entiende esto? ¿Cómo se llegó a estos resultados?

MC – Las plantas de celulosa en Uruguay son casi una realidad, hay una inversión muy fuerte, muchos uruguayos están trabajando y cobrando su salario. Es un dato de la realidad, es una necesidad de inversión en Uruguay. Sin duda hay que seguir vigilando y tratando de que todos estos emprendimientos no sólo contemplen el trabajo y la dignidad de los trabajadores sino también el medio ambiente. Habría sido un error muy importante del congreso desconocer un hecho que es concreto, que ya existen, que están, y que de lo que se trata es que den trabajo a los uruguayos y que se controle que no perjudiquen el ambiente.

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Edición: Mauricio Erramuspe