Entrevistas

Lombardo apuesta a renovación de líderes y contenidos

Lombardo apuesta a renovación de líderes y contenidos

El precandidato presidencial reclama "más batllismo" y en especial el combate activo a la pobreza. Afirma que el resto de los candidatos pretenden superarla sólo con inversiones y eso no es suficiente. "La mitad de los niños nacen bajo la línea de pobreza y, si hay inversión, tendrán limitaciones para tomar su oportunidad".

(Emitido a las 09.10)

EMILIANO COTELO:
Se presenta como la opción de renovación en el Partido Colorado. No es el único "candidato desafiante", como denominan los analistas a quienes aparecen en posiciones en principio minoritarias, pero viene trabajando insistentemente desde hace meses, y reclama poder debatir con el candidato único de la Lista 15, el Foro Batllista y el Batllismo Abierto, Guillermo Stirling, a quien ha calificado como el "Cid Campeador del statu quo". Ha dicho además que a la interna colorada "la falta emoción".

El contador Ricardo Lombardo es el precandidato por el sector "Fuerza Independiente de Renovación".

Con él vamos a conversar en los próximos minutos. Lo encontramos de gira por el litoral del país.

RICARDO LOMBARDO:
Efectivamente, ahora estoy en Mercedes pronto para partir hacia Fray Bentos y Paysandú.

EC - ¿Está dedicado en forma permanente a esta tarea en estos días?

RL - Sí; estamos recorriendo el país de manera permanente. Nuestra organización nacional nos ha reclamado que tengamos presencia en cada lado, y lo estamos haciendo con mucho gusto.

EC - Usted ha ocupado cargos de gobierno en la primera administración de Julio María Sanguinetti y durante la presidencia de Luis Alberto Lacalle. En el primer período de Sanguinetti fue diputado, en el gobierno de Lacalle fue director del Banco Central, en el segundo gobierno Sanguinetti fue presidente del Directorio de Antel, Incluso en las elecciones internas pasadas fue precandidato presidencial dentro del Foro Batllista. ¿Por qué se define entonces como un candidato de renovación?

RL - Usted señala el episodio de 1998, que hizo que me separara del Foro Batllista y que además abriera un paréntesis en la actividad política porque tenía discrepancias muy importantes con la forma como estaba siendo conducido el partido por parte de Sanguinetti y Jorge Batlle. En aquel momento preferimos dar un paso al costado porque sentimos que si desatábamos la confrontación que pensábamos que debíamos desatar el partido podía correr riesgos electorales y optamos por ponernos en el freezer.

La primera instancia para manifestar esto es esta elección interna. Sentimos que el partido necesita una renovación, no solamente en los liderazgos, sino también en los contenidos. Lo hemos venido sosteniendo desde aquel momento y esta es la oportunidad electoral de que la ciudadanía esté al tanto de lo que estamos diciendo.

EC - ¿Pero por qué usted es o implica renovación?

RL - Por varias razones. En primer lugar porque soy de una generación mucho menor a la de los actuales conductores. Si bien es cierto...

EC - ¿Qué edad tiene usted en este momento?

RL - Si bien es cierto que tengo 50 años y... qué sé yo: en España Aznar se retiró de la actividad pública a los 52 años, en Uruguay la mayoría de la gente piensa que una persona de 50 años puede plantear una opción renovadora. Es más, hay quienes dicen que Stirling mismo es una renovación, siendo que es todavía mayor que Sanguinetti. Pero más que un tema etario, que creo que es importante -hay una clara diferencia generacional con la actual conducción del partido-, me parece que lo más importante son los contenidos, las ideas que queremos incorporar a la agenda del partido que, esas sí, no tenemos duda de que son una franca renovación respecto de lo que ha ocurrido en los últimos años.

EC - Hablemos de ese tipo de cuestiones. ¿Dónde se ubica usted ideológicamente? ¿Está más cerca del liberalismo del sector de la Lista 15, o se considera más cercano a la socialdemocracia que puede ser una caracterización del Foro Batllista?

RL - Yo me considero batllista y creo que lo que le está haciendo falta al PC es batllismo. Cuando le digo esto prefiero no utilizar esos encasillamientos un poco clásicos porque creo que hay que definirlos con planteos concretos. Entre los planteos concretos que creo que el partido tiene que incorporar -por eso digo batllismo-, está en primer lugar la democracia partidaria; usted sabe que el partido que creó la democracia partidaria en Uruguay fue el PC a través de José Batlle y Ordóñez. Justamente, Batlle y Ordóñez inició su actividad política enfrentando una cúpula que en aquel momento encabezaba Julio Herrera y Obes, que se caracterizaba por conducir el partido y los asuntos de gobierno a través de lo que se llamaba "la influencia directriz", esto es poniendo a sus amigos y parientes en los cargos de responsabilidad. Batlle y Ordóñez democratizó el partido, lo llevó a la gente, creó lo que en aquel momento era toda una novedad, que eran los clubes seccionales, permitiendo que la discusión política llegara a los barrios, a los vecinos, y eso hizo del PC y del Batllismo el partido de la gente. Por eso el batllismo ganó tantas elecciones en el siglo pasado, porque logró penetrar en el sentimiento y la forma de pensar de la gente.

Eso lo hemos perdido; el PC en los últimos cinco años se ha tornado en el escenario de decisiones de cúpula de dos líderes absolutistas -en el buen sentido de la expresión- que por más condiciones personales como hombres de Estado que tengan terminaron haciendo que el partido se alejara de la gente y perdiéramos la sustancia del legado de José Batlle y Ordóñez.

EC - Pero esa es una crítica que se le viene haciendo al PC desde hace tiempo, no sólo desde el último período de gobierno.

RL - Pero se ha agravado en los últimos seis, siete años. Justamente, esa es la razón de nuestra discrepancia en 1998...

EC - Yo recuerdo al doctor Ope Pasquet haciendo esa crítica hace diez años, por decir algo.

RL - El tema es que ha sido un proceso. A la salida de la dictadura militar el PC fue un ejemplo de democracia partidaria: funcionaba, funcionaba su Convención, había discusión ideológica, se abrieron las puertas a nuevas generaciones... Yo pertenezco a esa generación que ingresó a la vida política a la salida de la dictadura militar con un PC que funcionaba como tal, funcionaban su Convención, sus órganos partidarios, su Comisión de Programa... Yo mismo integré la Comisión de Programa junto a otros varios correligionarios que desde puntos de vista distintos logramos armar un programa de principios del partido. Pero fue un proceso, no sabría decirle exactamente cuándo dejó de funcionar como democracia partidaria y pasó a ser absolutista. En algún momento entre 1985 y hace seis o siete años esto pasó el umbral, y en los últimos años se agravó de una manera muy clara.

EC - Entonces una parte de su propuesta pasa por cómo entiende usted que debe funcionar el PC, donde se presenta como precandidato. Pero insiste en que el PC no sólo necesita una renovación de liderazgos sino también de contenidos.

RL - Lo de la democracia partidaria también es por el tema de los contenidos, no es solamente un tema formal. Si un partido no funciona en contacto con al gente pierde la esencia misma de su naturaleza. Si el partido se torna un escudo que protege a los gobernantes de los gobernados, pierde la sensibilidad de los problemas de hoy. Hoy nos damos cuenta -esto no pasa sólo en el PC, pero nos estamos refiriendo a él porque tenemos las elecciones internas- de que los temas de la discusión pública, de la discusión política, son los temas del siglo pasado, de la época de la Guerra Fría, las discusiones ideológicas, qué hacemos con el Estado, más Estado, menos Estado... y hoy estamos en un nuevo siglo con nuevas realidades, nuevas ideas, entonces la agenda del partido tiene que ser otra.

EC - En más de una ocasión en estas semanas usted ha reclamado poder debatir con el escribano Guillermo Stirling a propósito del futuro. ¿Cuáles son las principales propuestas, o las diferencias entre sus propuestas y las del escribano Stirling?

RL - Yo no podría hablar de diferencias porque en realidad no conozco mucho las propuestas del escribano Stirling, más bien creo que no hay propuestas. Puedo hablarle de los temas que creemos que tienen que estar en el tope de la agenda del partido y eso es la renovación.

EC - Denos titulares y después vemos cuáles podemos desarrollar.

RL - Los titulares son: una lucha clara, prioritaria contra la pobreza; es un tema central en nuestra propuesta. En 1998, cuando hicimos aquella precampaña por la candidatura, lanzamos públicamente un programa para la erradicación de la pobreza, basados en los planes que estaba haciendo el Banco Mundial (BM) sentíamos que Uruguay tenía que asumir un compromiso colectivo para la erradicación de la pobreza. Este es un tema dramático hoy: uno de cada dos niños nace por debajo de la línea de pobreza, y es un tema que no ha sido abordado como corresponde; es más, algunos candidatos, como Larrañaga por ejemplo, plantean que se resuelve con el crecimiento, generando nuevos puestos de trabajo. Y eso no es cierto.

EC - ¿Cómo se resuelve, según usted?

RL - Es necesario abordarlo específicamente. Porque puede haber muchos inversionistas mañana que demanden muchos puestos de trabajo, pero si un niño hoy nace por debajo de la línea de pobreza quiere decir que no se va a alimentar bien en sus primeros meses o años y eso va a condicionar su desarrollo intelectual; si no tiene una buena asistencia en la salud va a tener problemas físicos, problemas de desarrollo; si no tiene una buena educación va a tener problemas de formación que después, cuando haya fuentes de trabajo, no le van a permitir aprovechar las oportunidades. Requiere un tratamiento expreso, deliberado; son los planes que ha elaborado el BM, que hace préstamos específicos para la erradicación de la pobreza.

Es más -por eso quiero centrar en esto la discusión ideológica dentro del partido-: hace algunos años, antes de las elecciones, yo personalmente le planteé al doctor Batlle, que en ese momento era el candidato del partido, la necesidad de abordar un programa para la erradicación de la pobreza y él me dijo que no estaba de acuerdo con esos planes. Tanto no estaba de acuerdo que, uno o dos años después, se entrevistó con el presidente del BM y éste le preguntó por qué Uruguay no tomaba uno de esos créditos para la erradicación de la pobreza y Batlle le dijo: "Nosotros no queremos créditos para erradicar la pobreza, queremos mercados". Yo digo: ¿qué tiene que ver una cosa con la otra? La pobreza es un tema en sí mismo que requiere un tratamiento específico, un plan específico; no para que todos seamos ricos de un día para el otro -eso sería un absurdo, es obvio que no lo estamos planteando-, pero sí por una cuestión de igualdad de oportunidades. Insisto: si uno de cada dos niños nace por debajo de la línea de pobreza, eso está condicionando nuestro futuro de una manera muy grave.

EC - Esa es una de las principales ideas fuerza que usted maneja.

RL - Permítame terminar este concepto. El propio BM estimó que Uruguay, destinando 120 millones de dólares al año en un plan para erradicar la pobreza podría prácticamente resolver el tema. Este tema tiene que estar en el tope de la agenda.

El segundo tema es el empleo.

EC - Todos los precandidatos colocan el tema del empleo en el tope de sus respectivas agendas.

RL - Volvemos al mismo tema; todos dicen que la única forma de solucionar el empleo es con la inversión; y es cierto, no hay economista que discrepe con eso, la inversión pública, la inversión privada, todo eso es lo que genera empleo, alentar a los empresarios a que arriesguen sus capitales debe ser un estímulo y debe generar prestigio social. Pero uno no puede esperar que la decisión de inversión se tome en el corto plazo, rápidamente; entonces si uno se pone a pensar que hay gente en Uruguay, miles y miles de personas que hace tres, cuatro años que están buscando un empleo y no lo consiguen, tenemos un problema urgente de corto plazo, entonces necesitamos un programa de emergencia laboral, no para solucionar el problema de fondo, que se soluciona con la inversión, pero no podemos esperar a que las cosas se resuelvan solas. Es necesario un programa de emergencia laboral, pensamos que es necesario cambiar el concepto del seguro de desempleo por un concepto de seguro de empleo.

EC - ¿En qué consiste esa idea?

RL - Consiste en destinar los mismos fondos que hoy se destinan a subsidiar a la gente que no trabaja a apoyar a la gente que trabaja, aunque sea en trabajos de corto plazo, pero que le permitan reciclarse, usar su cabeza, desarrollar su actividad. El problema del desempleo no es solamente económico: es un problema social, psicológico; no hay nada peor para una persona que estar sin poder generar ingreso para su familia, sentada en su casa esperando no se sabe qué. Eso produce un profundo deterioro en la autoestima, en el autorrespeto, en la integración de la familia. Ese cambio de énfasis permitiría la ocupación en actividades de corto plazo, en actividades que hoy no puede hacer el Estado porque no tiene recursos, para ocupar a un grupo de gente en necesidad de desarrollar esa fuerza laboral. Insisto: no es la solución de fondo, pero es una solución coyuntural en una situación tan grave como ésta del empleo.

EC - Y si miramos efectivamente hacia el futuro, como usted lo reclama a los otros candidatos, si tratamos de ver algo más que cómo tapar agujeros, porque en definitiva -y no desprecio para nada los problemas que usted ha mencionado, son muy serios y muy graves- son los incendios que hay que apagar ahora, para más adelante, ¿qué otro tipo de propuestas maneja?

RL - Para más adelante no hay duda de que la solución de fondo es la inversión, alentar la inversión, generar un clima de inversión; en eso no tenemos dudas.

EC - Porque usted decía: estamos en el siglo XXI, el país es otro, no podemos estar discutiendo cuestiones del siglo pasado. ¿Qué cuestiones de este siglo prioriza usted?

RL - Los temas de la pobreza y el desempleo son de este siglo. Una de las razones por las cuales el tema de la pobreza no ha estado en la agenda, en el tope de la agenda de nuestros partidos, es que hace 20, 30, 40 años no era tan grave en Uruguay como lo es hoy, y los actuales conductores del PC y otros partidos formaron sus cabezas políticas en un tiempo en que la pobreza era un tema marginal. Pero hoy uno de cada dos niños nace bajo la línea de pobreza y ese es el drama de hoy.

Además le planteo dos temas que son los motores de este crecimiento. En primer lugar la necesidad de desarrollar en toda la sociedad la conciencia de que el país tiene que ser un país exportador, que desarrolle una sociedad competitiva, que permee competitividad por todos lados. Tenemos que asumir entre todos el desafío de multiplicar por dos, por tres y por cinco las exportaciones.

Usted me dirá que eso no es nuevo, como alguna vez se dijo; pero ¿sabe qué pasa? Se ha dicho pero no hay compromisos en este sentido, la prueba de ello es que en 1992 se instrumentó una política de atraso cambiario que fue antiexportadora y las exportaciones en los últimos 10-12 años han sido frustrantes. Entonces si los partidos no ponen en el tope de la agenda la prioridad absoluta de crecer por la vía de las exportaciones, podemos quedar en riesgo de que en algún momento a alguien se le ocurra otra aventura de atraso cambiario y perder una perspectiva de 10, 20 años como ya ha ocurrido, porque las exportaciones se frenaron, se interrumpieron.

Tenemos que tomar conciencia entre todos, permear competitividad. Por ejemplo, los sindicatos tienen que ser conscientes de eso, las empresas públicas tienen que ser conscientes de que no pueden trasladar impuestos porque los exportadores quedan fuera de mercado. Si la prioridad colectiva, en el tope de la agenda de los partidos es generar competitividad para las exportaciones, queda definida una cantidad de cosas en torno a eso que me parece que son fundamentales. Por eso esto tiene que estar en el tope de la agenda del partido.

Y un cuarto tema tiene que ver con las posibilidades, la posibilidad que tiene el país de operar una verdadera revolución en nuestras vidas a través de las tecnologías de la información y las comunicaciones. Para que eso sea posible es necesario que las autoridades partidarias tomen conciencia de la magnitud del cambio posible. Esto puede transformar nuestras vidas, no solamente el país: nuestras vidas, nuestras fuentes de trabajo, nuestras formas organizacionales, la forma de organizar nuestras empresas, la forma de organizar el trabajo... Es una transformación muy de fondo que Uruguay está en condiciones de hacer, es un camino que debe estar incorporado en el tope de la agenda de los partidos.

EC - Desde el gobierno se le puede contestar: estamos tomando medidas en esa dirección, ...

RL - Profundamente insuficiente.

EC - ...por ejemplo lo que resolvió hace pocos días Antel comprando nuevos accesos a Internet que permiten que el ancho de banda sea más cómodo, que haya mayor velocidad en el acceso a la red, etcétera.

RL - Pongamos las cosas en perspectiva: eso es profundamente insuficiente. El gobierno de Estados Unidos junto con las empresas, la industria, se ha fijado para el año 2010 llegar con una banda ancha de 100 megas a 100 millones de hogares. Eso es un plan, eso es un programa; 100 megas es multiplicar por 1.000 o por 500 la velocidad de acceso a Internet. Eso es una transformación profunda en nuestra vida y Uruguay está en condiciones de planificarlo, de tomar conciencia de esto. Para que no quede en manos de tres o cuatro burócratas o tecnócratas que deciden un día porque está más barata la banda ancha conectar y aumentar por dos o por tres, para que este sea un tema nacional, tiene que estar en la agenda de los partidos y en la agenda de nuestro PC. Esto abre posibilidades extraordinarias. Irlanda, hace 12, 13 años, era el último país de la Unión Europea; era el país más pobre, con menos desarrollo, con mayor desocupación, pero optó por un modelo de desarrollo tecnológico y hoy es el primer país de la Unión Europea, el de más crecimiento, el de mayor ingreso per cápita, el mayor en niveles de ocupación, hizo un atajo, hizo un plan nacional para el desarrollo de las nuevas tecnologías y se transformó.

Uruguay está en condiciones de hacer eso, aún con el retraso que se les ha impuesto a Antel y distintos sectores en los últimos dos o tres años, aún así está en condiciones de abordar esto, pero para que eso sea posible las autoridades partidarias tienen que entender la magnitud del cambio posible, tienen que entender cómo esto afecta la organización de las empresas, la productividad de la economía, la competitividad, cómo esto genera nuevos puestos de trabajo, cómo desarrolla nuevas formas de salud, de asistencia a la salud. Multiplicando por mil la velocidad de acceso a Internet que tenemos hoy las consultas médicas se podrían hacer vía electrónica porque prácticamente lo único que no se puede hacer es el tacto, pero todo lo demás para el diagnóstico está, puede estar en manos del médico. Las empresas se pueden organizar de manera virtual, el cambio es casi impensable, y está al alcance de la mano. Para eso es imprescindible que los partidos, en lugar de seguir en discusiones anacrónicas, enredados en las discusiones del pasado, de las décadas del 60 y el 70, asuman definitivamente este rol.

Por último, creo que el gran tema es reingeniar el Estado, acabar con la discusión de si privatizar, estatizar o asociar. Hay que crear un Estado nuevo, un Estado para el siglo XXI, no este instrumento para la década del 40 o del 50. Entre otras cosas se requiere que las empresas del Estado en lugar de ser oficinas públicas, aun siendo propiedad del Estado, pasen a ser unidades económicas autónomas, responsables, libres del manejo político, libres del manejo público y sujetas esencialmente a un espíritu de competitividad. Insisto, aun siendo propiedad del Estado las empresas tienen que ser las que más perneen competitividad para que el resto de la economía crezca.

EC - La pregunta que el oyente le va a hacer inmediatamente es: usted fue presidente de Antel, ...

RL - Y por eso lo digo.

EC - ... ¿Por qué no hizo en ese momento una propuesta como ésta?

RL - Lo que hicimos en Antel fue lo más parecido dentro de la normativa a esta propuesta. Como fui presidente de Antel y conozco perfectamente las dificultades que hay para conducir una empresa con criterio de eficiencia y competitividad en el actual esquema, con la actual concepción política, es que justamente hago esta propuesta.

EC - Lo último, para una respuesta breve. La última encuesta Factum muestra que dentro del PC la proporción entre Stirling y todos los otros precandidatos sumados es de 11 a 1, o sea que de los 14 puntos de intención de voto que recoge el PC, y que es muy bajo porque no levanta, los candidatos que no son Stirling apenas obtienen 1 punto del total del electorado nacional. Ahí está incluido usted; ¿por qué, a qué se debe esa falta de respuesta?

RL - Yo no noto esa falta de respuesta, creo que hay un tema metodológico en las encuestas, fíjese que la intención de voto en la interna del PC es un 6 por ciento y el margen de error de las encuestas es de un 3 por ciento. Quiere decir que el 50 por ciento de los votos colorados está dentro del margen de error. Entonces, todos estos datos... o yo estoy transitando por otro país o hay un tema metodológico; esto mismo lo he hablado con Bottinelli y ambos creemos que hay un tema metodológico en esto; no en la de Factum, en todas.

Hay que mirar las encuestas en su conjunto, no solamente el dato puntual, y las encuestas arrojan por lo menos tres conclusiones. La primera es que, en la última elección, el PC votó 33 por ciento, hoy no excede el 16; quiere decir que uno cada dos colorados está pensando en el voto castigo, y nosotros le decimos: la oportunidad para manifestar el voto castigo es el 27 de junio en las internas porque nada castigaría más a Sanguinetti y Jorge Batlle que perder el control del PC. La segunda cosa es que esto demuestra que el candidato del oficialismo y del continuismo no despega, al contrario, baja, y los colorados tienen que buscar un candidato. La tercera cosa es que con estos guarismos y esos datos la interna del PC se gana con los votos necesarios para sacar un senador, o sea 60.000, 70.000 votos; quiere decir que no estamos cruzando el Himalaya, no es una meta inalcanzable. Los datos de las encuestas demuestran que la ciudadanía tiene en sus manos la posibilidad de renovar al PC.

Notas relacionadas:
"No sólo cayó un modelo económico, también un modelo de hacer política". Entrevista con Ricardo Lombardo del 15 de enero de 2004.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón