Gandini instó a que el PN "vuelva a nutrirse de gente común" y no "regale espacios" al FA
La lista 250 de Alianza Nacional, que desde este sábado lleva el nombre de "Héctor Gutiérrez Ruiz", realizó su 14º Congreso, bajo el lema "Montevideando - Ideando un Montevideo mejor". Entrevistado por En Perspectiva, el diputado Jorge Gandini, líder del sector, remarcó que el Partido Nacional debe empezar ahora mismo a generar condiciones que estimulen la aparición de candidatos para las próximas elecciones departamentales. Además, opinó que esa fuerza política debe "representar a mucha más gente que la que hoy representa" y "nutrirse de gente común con visiones que están mucho más ancladas en la sociedad real y que puedan expresarse". El dirigente entiende que el Frente Amplio "es esencialmente un fenómeno cultural" que "se ha apropiado de algunas banderas como si le pertenecieran y las representara", por lo cual instó a los nacionalistas a "no regalarle espacios" a la coalición de izquierda. En referencia a las discusiones en torno a la ley de caducidad, manifestó: "Este tema está laudado".
(emitido a las 10.09 Hs.)
EMILIANO COTELO:
Cuando finalice el actual período de gobierno departamental, el Frente Amplio (FA) cumplirá 25 años en el poder. Procurando evitar que la izquierda continúe al frente de la Intendencia por cinco años más, la Agrupación Héctor Gutiérrez Ruiz, del Partido Nacional (PN), comienza a trabajar desde ya.
Con ese nuevo nombre acaba de ser bautizada la lista 250, que integra Alianza Nacional (AN) y que lidera el diputado Jorge Gandini.
Este sábado, esa agrupación llevó a cabo su 14º Congreso, que se desarrolló en el teatro El Galpón y tuvo como lema "Montevideando - Ideando un Montevideo mejor".
¿Qué líneas de acción se proponen emprender para llegar al gobierno departamental en 2015? ¿Por qué ahora la 250 pone tanto énfasis en su perfil de centroizquierda?
Vamos a conversarlo con el diputado Jorge Gandini, de AN, PN.
Comencemos por una definición. La semana pasada, en declaraciones previas al congreso en el diario El Observador, usted destacaba que procede de la "centroizquierda". ¿Por qué ese énfasis? ¿Así van a definirse con la agrupación de ahora en adelante?
JORGE GANDINI:
No, nos definimos wilsonistas, somos desde siempre wilsonistas. No lo decimos mucho, hasta nos subleva un poco poner a Wilson tanto en el discurso y no honrarlo en la actitud. Porque muchas veces sucede, Wilson termina siendo un buen negocio, decir Wilson en un discurso es garantía de aplauso, sin embargo después cuando llega la hora de ser wilsonista a veces cuesta demasiado.
Somos así, nos formamos ahí, muchos como yo somos blancos porque existía Wilson. Yo no vengo del PN, muchos de nosotros no venimos del PN, yo vengo de familia colorada pero en aquellos años tuve muchas tentaciones con la izquierda, militaba en el movimiento social, no en el político, en el social, militaba en estratos sociales muy complicados, como definición, como compromiso personal, y luego me vinculé a otras expresiones del quehacer social, y me tiraba mucho, sobre todo me tiraban mucho los socialistas, aunque no lo fui. Hasta que empecé a leer historia y dije "estoy acá", y cuando descubrí a Wilson me metí a militar en el partido. Eso nos pasó a muchísimos de mi generación. Por eso digo, somos wilsonistas, nos pusimos ahora apellido, nos pusimos Héctor Gutiérrez Ruiz.
EC - ¿Por qué eligieron ese nombre?
JG - Porque Gutiérrez Ruiz tuvo en su vida, cuando uno la conoce porque es un contemporáneo, muchas actitudes que enorgullecen, y en su muerte un enorme compromiso. Hace muchos años que tenemos el nombre de Gutiérrez Ruiz reservado en el partido, pero nunca lo habíamos usado. Ahora tomamos esa decisión.
EC - ¿Por qué ahora?
JG - Se fue madurando, la propia figura de Matilde [Rodríguez Larreta], que hoy tiene un protagonismo interesantísimo y que es la presidenta de nuestra agrupación, la llegada a la agrupación o el retorno de alguna gente que militó mucho socialmente en el movimiento sindical, entre otros Gustavo Macedo, quizás la principal figura en el movimiento sindical de extracción nacionalista, que vuelve a asumir posición en el partido.
EC - Es el presidente de la Federación Uruguaya de Magisterio.
JG - Exactamente.
EC - En la campaña electoral dio que hablar porque aclaró que siendo militante del PN, como es, no iba a votar a [Luis Alberto] Lacalle cuando llegó el balotaje.
JG - No lo votó, votó a [José] Mujica. El partido está lleno de gente que tuvo ese conflicto, que nos votó en la interna, que votó al PN, incluso a Lacalle en octubre, pero que luego en el mano a mano Mujica-Lacalle no votó al partido, muchos votaron en blanco y otros votaron directamente a Mujica.
EC - Volviendo al nombre de Héctor Gutiérrez Ruiz, sin duda que se trata de una de las figuras destacadas que acompañaron a Wilson en el movimiento que se puso en marcha para su primera candidatura presidencial en 1971, pero además tiene simpatías en la izquierda, es un hombre cercano a la izquierda. El 20 de mayo de 1976, hace 35 años, fue ejecutado en Buenos Aires junto con Zelmar Michelini y dos militantes tupamaros, Rosario Barredo y William Whitelaw, con lo cual su nombre pasó a ser el de uno de los mártires de la dictadura con una cierta aproximación a la izquierda.
JG - Sí, pero además tiene respeto en la izquierda. Yo lo he escuchado en algunos homenajes que se le han hecho en ámbitos institucionales como la Junta Departamental, y también en el mano a mano, muchos comunistas se animan a decir: "Yo estoy vivo por el Toba, porque en el episodio del 72, de la seccional 20, el Toba, siendo presidente de la Cámara de Diputados, llegó en la mitad del episodio, y yo estaba tirado en el piso con un rifle en la nuca. Así estaban muchos militantes y el Toba apareció, se bajó del auto, se tiró y mandó parar, se jugó la vida por todos nosotros". Entonces hay un enorme respeto, sobre todo entre los comunistas, que vivieron muy de cerca el episodio de aquel hombre que era muy blanco. Para nosotros eso es muy blanco, es el derecho de todos, no importa de qué partido es.
En el exilio, siendo el presidente de la Cámara de Diputados derrocado, fue un referente para gente de todos los partidos, aun en aquellas cosas de ir a cobrar unos pesitos de vender la lana en el campito que le quedaba, hacer unos mandaditos y llegar pelado porque les fue dando a unos y a otros, "están peor que yo". Te lo cuentan sus amigos, y sus amigos de la izquierda. Eso demuestra que hay ahí una persona que nos compromete mucho en su vida. Después no miró conveniencias, siguió para adelante, y siendo él con Zelmar y Wilson la alternativa que tenía el Uruguay para una salida democrática adelantada en el 76, porque tenían diálogo con todas las partes, para los sectores más radicales de las dictaduras argentina y uruguaya eran un peligro y había que eliminarlos. Por eso los eliminaron.
EC - Sigamos hablando de los símbolos de este sábado, de las señales. El congreso se llevó a cabo en el teatro El Galpón, una institución muy asociada a la izquierda, que, por otra parte, este fin de semana recordaba los 35 años de su clausura, su ilegalización por el Gobierno de la dictadura.
JG - El mismo día.
EC - Habitualmente este tipo de congresos se realiza en gimnasios de algunos clubes, por ejemplo. No es casualidad, imagino, que ustedes hayan optado por el teatro El Galpón.
JG - Para nada. Primera cosa, se nos ocurrió, normalmente el teatro El Galpón no pasa por el espectro de posibilidades que existen en la cabeza de un blanco, pero hace tiempo que yo lo tenía pensado. Es una institución con la que hemos tenido conflictos, yo los he tenido, voté en contra de los dos millones de dólares que el Gobierno pasado le dio a El Galpón sin contrapartida ninguna y que no les dio a otras instituciones teatrales de nuestro medio. Se los dio por afinidad ideológica, no hay duda, pero también es cierto que es una institución referente de la cultura nacional. Y también es cierto que el 7 de mayo del 76, en plena dictadura, en el Gobierno de Bordaberry, la dictadura expropió el teatro El Galpón, la sala pasó a llamarse 18 de Mayo, y fue quizás un símbolo de la intervención de la dictadura en todos los aspectos de la cultura nacional, ni que hablar de la persecución de muchos de sus integrantes. Esas cosas nos pesan mucho.
EC - ¿Esas fueron las razones? ¿Por eso eligieron El Galpón?
JG - Es un símbolo muy asociado a la cultura, y también muy asociado a la izquierda, y pasa por nuestra cabeza esa idea.
EC - Desafiar a la izquierda.
JG - ¿Por qué hay que regalar espacios? ¿No son nuestros? ¿Yo no voy a El Galpón? ¿Yo no disfruto a Zitarrosa? Yo lo disfruto, no hay domingo de mañana que no ande entre Zitarrosa y Gardel. Si es mío Zitarrosa, ¿por qué lo voy a regalar?, ¿porque era comunista? Claro que era comunista, pero nos expresaba y nos reflejaba a todos. Y Los Olimareños, ¿no los aplaudo hoy todavía? Sí. ¿Y por qué los voy a regalar? ¿Y por qué voy a regalar el Carnaval, si yo me meto adentro y está lleno de gente blanca arriba del escenario, que a veces ni dice cuál es su pertenencia porque siente cierto desamparo de su partido para protegerla si hay que defenderse? ¿Y por qué lo voy a regalar? Hasta el 71 no había una murga frenteamplista, ahí aparece La Soberana; hasta ahí el Carnaval era colorado, básicamente colorado o nada. ¿Y por qué tenemos que no asumir que hemos perdido espacios por no estar? ¿Por qué no tenemos que empezar a estar?
EC - O sea, esa elección del teatro El Galpón como ámbito para el congreso de la Agrupación Héctor Gutiérrez Ruiz forma parte de la estrategia que ustedes están construyendo.
JG - Igual que en El Galpón podríamos haber estado en la Torre de los Profesionales, por decir un lugar agradable, moderno, con recursos para tener un buen congreso. Pero preferimos El Galpón, y lo pagamos caro, claro.
EC - Usted dijo en su alocución el sábado que el PN no va a competir bien con el FA hasta que no entienda que el Frente "es esencialmente un fenómeno cultural, que ha logrado dominar la cultura, en un sentido amplio, y se ha apropiado, y lo hemos dejado apropiar, de algunas banderas como si le pertenecieran y las representara".
JG - Sí.
EC - Fue una decisión cuidadosamente pensada la de El Galpón.
JG - Sí. Cuando uno escucha el discurso del FA, escucha en la esencia el sermón de la montaña: ellos son los dueños de la justicia, están a favor de los perseguidos, de los explotados, de los de abajo, de los que tienen menos, están identificados con la solidaridad, con la igualdad, con la equidad. Son todos valores con los que nosotros nos educamos en nuestra cultura esencial desde nuestra primera infancia, a nosotros nos dicen que hay que compartir, nosotros les decimos a nuestros hijos "hay que compartir, hay que ser solidario, hay que ser igualitario, no importa si el que viene a casa es el hijo de la empleada que trabaja en casa, ustedes tienen que ser iguales". Hablamos de la escuela pública como si mandáramos a nuestros hijos a ella; muchos de nosotros los mandamos a la privada, pero la escuela pública es un valor. Igual que la salud pública. Tenemos a veces un doble discurso, yo sé que sí, pero tenemos unos valores muy intrínsecos que están vinculados a nuestra formación, a nuestra cultura formativa. Y de esos valores se ha apropiado la izquierda, como si fuera la dueña y los defendiera, y no siempre es así. Es con lo que nosotros tratamos de pelear.
EC - Es curioso, porque usted, más que criticar a la izquierda por eso, está criticando al PN por su pasividad.
JG - No tenga dudas. Y por no haber entendido que el país evoluciona hacia una cultura urbana que es dominante, ya no solo es dominante porque nada más que el 6 % de la población vive en el medio rural, sino porque también en el medio rural ahora miran Carnaval en tiempo real por la televisión, están al mismo tiempo que todos nosotros al tanto del debate mundial y nacional, y por lo tanto se socializan cultural y políticamente por los medios masivos, y entonces la cultura urbana es dominante.
El Frente nos gana en Montevideo desde hace 20 años, y va para 25, pero desde hace casi 20 años, hace cuatro elecciones, nos gana en La Paz. Cuando el Frente ganó en Montevideo, ganó en La Paz, en Las Piedras, en Canelones, en Santa Lucía, en la Costa de Oro y en Progreso, en las seis ciudades importantes de Canelones. Y a partir de ahí empezó a ganar en ciudades del interior como San Carlos, Mercedes y otras, que es donde la gente se socializa política y culturalmente en la ciudad. Y ahí el partido no ha tenido un protagonismo, salvo el de sus dirigentes locales, que han sabido leer e interpretar mejor esa realidad departamental. Por eso a veces el partido pierde en una ciudad en lo nacional, pero recupera y gana en lo departamental.
EC - Una curiosidad: ustedes decidieron hacer este congreso en el teatro El Galpón; ¿fue sencillo conseguirlo?, ¿fue sencillo que la otra parte se lo alquilara, fue algo de trámite nada más?
JG - Fue un trámite, pero estuvo un poquito conversado, generamos un cierto asombro pidiendo ese lugar. La verdad es que sí, pero no hubo ninguna oposición, y además después en la práctica nos llevamos muy bien.
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EC - "Creemos en una sociedad más justa, siempre democrática y libre, tolerante y solidaria. Somos militantes optimistas de su causa. Combativos, liberales, intransigentes y radicales con los principios fundamentales. Somos orgullosos nacionalistas y creemos en la integración", dice la declaración de la Agrupación Héctor Gutiérrez Ruiz, conocida este sábado.
Y agrega: "Creemos en los trabajadores y sus derechos, y en el trabajo como modo de superación personal y colectiva, igual que creemos en el capital y los emprendedores que lo generan. Creemos en los derechos humanos. En todos los derechos humanos y en los de todos.
Creemos en los jóvenes y en su capacidad crítica e innovadora, en el papel de las mujeres para construir una sociedad más integrada, en la inclusión para reconstruir el entramado social, y en la educación como única estrategia para dar a todos igual oportunidad".
Más temprano, cuando yo le preguntaba si entonces el posicionamiento es de centroizquierda, usted decía "no, es wilsonista". Pero no todo el wilsonismo es de centroizquierda, y ustedes parecen poner un énfasis muy especial en ese ángulo en especial.
JG - Claro, por suerte Wilson ha recorrido todos los sectores del partido, y, como dijo Lacalle una vez, todos estuvimos con todos, hoy hay wilsonistas en todos lados. Eso es bueno.
EC - En particular existe la Correntada Wilsonista, que encabeza Francisco Gallinal y que forma parte de Unidad Nacional con Luis Alberto Lacalle.
JG - Nadie le puede negar a Pancho Gallinal que haya estado con Wilson; por el contrario, es de los que siempre estuvieron. Eso es bueno. Pero también estamos en un debate interno en el partido, ¿por qué nos pasan algunas cosas? En nuestro caso llegamos a la conclusión de que algunas cosas nos pasan por motivos coyunturales y otras por motivos estructurales. Hoy estamos en el debate de qué cosas estructurales o de fondo tenemos que cambiar, más allá de las cualidades del candidato, que son después las coyunturales. En esas decimos que tenemos que retornar a un trabajo que Wilson empujó, al menos reconoció y estimuló en la sociedad real. Decimos que no es tanto que el partido tenga que llegar adonde está la gente, en términos criollos, no es que tengamos que ir más veces al barrio, es que tenemos que generar los espacios para que el barrio llegue al partido, es decir, para que el partido vuelva a nutrirse de gente común con visiones que están mucho más ancladas en la sociedad real y que puedan expresarse.
En el directorio de Wilson del año 85 eso tuvo un papel muy importante, porque más allá de que estaban todos los viejos dirigentes de enorme peso, porque estaban Carlos Julio [Pereyra], Lacalle, [Dardo] Ortiz, [Alberto] Zumarán, Wilson Elso [Goñi], [Guillermo] García Costa, Gonzalo Aguirre, estaban los pesados, había tres que estábamos en nombre de la militancia gremial, con [Miguel] Cecilio, Álvaro Francés, Álvaro García y Ruperto Long representábamos entre titulares y suplentes a estudiantes, trabajadores, profesionales, rurales, jubilados, íbamos con esa lealtad.
Recuerdo el conflicto de la Onda. El dueño de la Onda, Bernardo Berro, gran amigo de todos nosotros, suplente de Zumarán al Senado, obviamente tenía una enorme solidaridad dentro del partido, y era amigo de Wilson, era quien le prestaba el ómnibus para la caravana de la victoria, pero yo iba a las asambleas del sindicato de la Onda, ahí en Suárez y Agraciada, y escuchaba a los militantes sindicales y a los blancos, recorría el interior, y llevaba la voz del sindicato. Teníamos unos líos fenomenales, porque había intereses contrapuestos, pero había un partido al que las visiones diversas llegaban. El partido tenía gente en el sindicato y en la empresa, que además tenía intereses nacionales, porque aquella empresa tenía mucho que ver con el país de verdad, el partido tenía todas las visiones.
Hoy no las tiene, y nosotros decimos, démoselas. En la agrupación tenemos una compañera que es presidenta de un complejo de 1.470 viviendas. ¿Llegó ahí por blanca? No, llegó por buena vecina. ¿Cómo es que yo no la puedo escuchar?, ¿cómo es que no tiene voz? ¿Y cómo es que en el escalafón partidario no se reconoce el mérito de ser alguien que sus vecinos colocan en ese lugar y dura en ese lugar y hace cosas por esa gente? Estas cosas son las que nos tenemos que plantear, ¿por qué el escalafón partidario está construido solo por los que empiezan poniendo un cartel arriba de la casa y el mérito es ir a los plenarios, a las asambleas, estar en los actos y un día hacer un discurso? El recorrido es desde lo blanco. ¿Cuándo abrimos el camino para que el recorrido empiece en la sociedad?
EC - Ustedes cambiaron ese criterio ahora mismo a la hora de establecer quiénes tenían derecho a ser congresales.
JG - Exactamente, ser dirigente sindical o estar en una comisión, yo qué sé, en el baby fútbol o fútbol infantil, o en una ONG vale muchísimo para nosotros, porque ahí hay una visión de alguien que resolvió un compromiso real con la sociedad. En tiempos electorales es importantísimo poner un cartel arriba de la casa, ese es un militante jugado que se identifica con el partido, y a lo mejor lo hace en zonas áridas y difíciles. Pero en tiempo no electoral, cuando no hay que hacer campaña, lo que hay que hacer es política, y hacer política es llevar el partido, las ideas del partido, adonde vive la gente con sus problemas reales, y tratar de traer esa visión de los problemas reales al partido. Si no abrimos esa comunicación corremos el riesgo de distanciar una cosa de la otra.
EC - Ese es el posicionamiento de la lista 250, Agrupación Héctor Gutiérrez Ruiz, no es el de AN.
JG - AN no nos incomoda para eso, quizás nosotros ponemos un énfasis en esto, pero nos sentimos cómodos con Jorge Larrañaga llevando este postulado adelante. Tratamos de hacer punta, al ser una lista montevideana no nos cuidamos de algunas cosas de las que se tiene que cuidar un líder, o no tenemos por qué compaginar con la visión de otros compañeros que militan en otros lados. Pero nos sentimos muy cómodos con AN.
EC - Se lo pregunto porque por un lado ustedes tienen que hacer encajar esta estrategia dentro de AN, y después a su vez dentro del partido, Alianza dentro del PN. Y usted dijo el sábado: "A nosotros nos costó mucho llevar adelante una campaña nacional con el doctor Lacalle como candidato presidencial. Y no podemos ocultar esas cosas".
JG - Claro, y también dije "pero nos ganó la interna". Nos costó mucho.
EC - Había ganado la interna, pero fue el candidato. Entonces, ¿cómo analizan ustedes el futuro y los riesgos de un camino como el que están decidiendo emprender, si después resulta que el candidato está en otra ala del partido?
JG - Hay que hacer lo que hay que hacer, no nos podemos mover por cálculo y especulación. Creemos que para que el partido crezca tiene que representar, por ser un partido nacional, a mucha más gente que la que hoy representa, y tiene que reflejarla. Por eso creemos que le hace falta wilsonismo real, y eso no tiene luego una contrapartida en lo que el partido exprese electoralmente, vamos a sufrir más que otros. Pero hay una generación que tiene que ponerse los pantalones largos. Lo hemos dicho otras veces, hace unos años nos podíamos dar el lujo de mirar para arriba simbólicamente y criticar al partido, "porque los dirigentes, el partido..." y los criticábamos. Hoy miramos para arriba y no hay nadie, somos nosotros, yo tengo 53 años.
EC - Hay oyentes incluso del PN que reaccionan sorprendidos y hasta molestos. Por ejemplo, Ana de Malvín dice: "Vergüenza me da como blanca, se quieren teñir de colores de izquierda por razones electorales". Y otro dice: "Lo que es querer ganar las elecciones, Gandini poniéndose de centroizquierda. Por favor".
¿Cómo responde a este tipo de planteos?
JG - Primera cosa, yo tengo temor de hablar de izquierda y de derecha porque la gente encasilla, es natural. Si por izquierda se me confunde con el FA, yo no soy de izquierda, por eso digo que soy wilsonista. Hay un enorme espacio de gente que quiere cambiar las cosas, que tiene sensibilidad social, que está preocupada por la desigualdad, a la que la preocupa que se renuncie a la soberanía y a lo nacional en muchos casos, etcétera, cosas que pueden identificarse con un pensamiento de cambio, y no se siente representada por el FA que hoy está en el Gobierno. Y muchos otros tenemos yo tengo historia en eso un fuerte contradictorio con el Gobierno de turno.
EC - En el congreso del sábado ustedes eligieron un tema para marcar una distancia fuerte: el debate a propósito de qué hacer con la ley de caducidad. Allí fue nada menos que Matilde, viuda de Héctor Gutiérrez Ruiz, quien habló del asunto; supongo que eso tampoco fue una casualidad.
JG - Claro que no lo fue. Le pedimos que lo hiciera, le dimos una mano para recuperar algunos materiales, y ella, que tiene la autoridad moral para decirlo, lo dijo. Por eso está bueno que el partido tenga estas cosas, porque a la izquierda hay que correrla por la izquierda, porque no es izquierda, no lo es. Hay cosas que hay que poner en su lugar.
Matilde dijo: "Yo junté firmas y en la reunión había muchos que lo hicieron, entre ellos Jorge Larrañaga en el año 88 bajo la consigna, el eslogan, un cartelito que llevábamos en la ropa, que decía Yo firmo para que el pueblo decida". Convocábamos a la gente a derogar la ley de caducidad en aquel tiempo, éramos wilsonistas pero no estábamos de acuerdo, yo presidí esa comisión. Pero esa noche del 16 de abril el resultado de las urnas fue negativo, estuvimos un rato reunidos, casi todos los medios de comunicación se fueron, quedaron muy poquitos porque demoramos mucho en sacar una declaración, hicimos una declaración. Tabaré Vázquez era integrante de esa Comisión pro Referéndum, era el tesorero, y la redacción la hizo básicamente [José] Korzeniak, y lo que decía, que leyó, era: "Las urnas han decidido que se mantenga la Ley de Caducidad, y por lo tanto este tema está definitivamente laudado". Lo leyó, dice eso, eso lo dijo Tabaré Vázquez, lo dijo Korzeniak, lo dijo la comisión.
Dice Matilde "y yo di la cara". Por lo tanto, más allá de que yo no estoy de acuerdo con la ley de caducidad, este tema está laudado, y este es un tema que a los blancos nos unifica, porque entre los blancos todavía hay gente que no quiere esta ley, y en mi agrupación estoy yo que voté esta ley estando en el directorio del partido acompañando a Wilson, con muchas dudas, pero acompañé a quien para mí alumbraba el camino y tenía una visión mucho más larga que la mía. Acompañé y peleé, y estaba en la Secretaría de Asuntos Sociales, estábamos en un frente complejo para sostener la ley de caducidad, y nos quebramos por dentro como se quebró el Movimiento por la Patria. Yo, como muchos otros, estaba en esa posición. Pero estaba Jorge Larrañaga, y muchos otros, como Macedo, que dijo "voté verde y voté rosado, voté las dos, pero una vez que el pueblo decide, decide". Eso es lo que nos distingue a los blancos de los demás.
EC - Ustedes centran el trabajo en Montevideo, son una agrupación de Montevideo.
JG - Somos de Montevideo.
EC - ¿Van a ramificarse, van a tener presencia en todo el país?
JG - Hay mucho para hacer acá.
EC - Montevideo, y por lo tanto la Intendencia de Montevideo como un objetivo. ¿De qué manera?, ¿con qué tipo de acciones? Porque dicen que hay que ir por el camino largo.
JG Por el camino largo, hay que empezar ya. No es tiempo electoral, no es tiempo de candidaturas, pero sí hay que generar condiciones para que muchos compañeros se sientan entusiasmados y motivados para ser candidatos. La primera cosa es esa, no podemos llegar a enero del año electoral, después de haber pasado la interna, la nacional y el balotaje, a definir con las cartas ya dadas vuelta, sabemos quién ganó y quién perdió, para saber quién es el candidato.
EC - Viejo problema del PN.
JG - Exactamente, deja de ser una oportunidad y un honor para pasar a ser un sacrificio y una misión: te pasó ser candidato porque el partido perdió. Además nadie nos cree, y al compañero que ponemos con esa tarea le echamos una mochila pesadísima sobre los hombros, empieza a hacer campaña en enero, un mes y medio antes de que asuman el nuevo presidente de la República y el nuevo Gobierno, cuando es dificilísimo atraer la atención de la gente y ser creíble. Hay que empezar ahora a generar condiciones atractivas, apropiadas para que varios quieran largar sabiendo que el partido se toma este tema en serio, como sucede en el interior del país.
No hay que inventar nada, hay que venir de la sociedad, tratando de que la sociedad nos hable y nos diga qué es lo que ve para poner eso en nuestras ideas y en nuestro programa. Va a haber un proceso de decantación, quedarán los más aptos y llegarán uno, dos o tres al tiempo electoral, pero tendremos candidatos a intendente en el departamento cuando lleguemos a la interna y tengamos candidatos a presidente. Y los candidatos a presidente tendrán a su lado candidatos a intendente que los ayudarán a hacer la campaña con un matiz mucho más montevideano, y trataremos entonces de ser mejores y más creíbles.
EC - ¿Y el programa? Porque el programa también se arma a último momento con cinco, seis o siete ideas.
JG - Claro, con cinco, seis o siete, y generalmente con técnicos que tienen lapicera ágil, pero cuesta mucho que la opinión de abajo llegue y permee. El programa tiene que irse haciendo, por eso el lema es "Montevideando, ideando un Montevideo mejor". Hay que empezar a poner ideas, este gobierno municipal no tiene ideas, nosotros rechazamos no solo las ideas sino las conductas. El FA nos ganó en una elección en la que el 14 % de los frenteamplistas votó en blanco o anuló el voto en manifestación de protesta, pero no se animó a cruzar la frontera partidaria y votar a algún partido que no fuera el FA. ¿Por qué? Ahí tenemos que hacer la autocrítica nosotros, ¿por qué estaban enojados con el Frente pero no se animaron a votarnos? Ahí estamos nosotros que no fuimos alternativa creíble. Para eso tenemos que tener candidatos, organización y planificación, pero también programas y propuestas. Al final una elección se gana enamorando a la gente, y hay que enamorarla siendo creíble, no es cuestión de puro programa de plástico con mucho jingle y publicidad. Ese es el trabajo que estamos haciendo desde ahora.
EC - ¿Usted en particular quiere ser candidato a la Intendencia de Montevideo? Esa es la pregunta obvia que cae enseguida de la audiencia.
JG - Si quisiera me proclamaría; no hay nadie, nadie quiere, es facilísimo, en el partido vienen y lo abrazan, lo felicitan, por fin apareció uno. Hay que generar condiciones, y si larga uno solo ahora, va a tener problemas. Hay que generar condiciones, si hay competencia y hay condiciones a mí me encantaría asumir el desafío para ayudar al partido. La primera tarea es ganar la elección nacional, pero sin Montevideo no se puede ganar, y para ganar en Montevideo hay que transformar mucho el trabajo político en Montevideo. Un trabajo político hacia lo municipal de mayo de 2015 acumula para el trabajo nacional de octubre de 2014. Por eso este año hay que reflexionar y pensar mucho.
En el congreso estaban dos ex: Javier de Haedo, que es congresal de la lista 250 y convencional del partido por nuestra lista, que fue el último candidato, y el diputado Javier García, de AN. Fueron los dos últimos candidatos que tuvieron el partido y el sector. Conversamos mucho con ellos de qué tenemos que hacer, porque ellos son en buena medida experientes testimonios de lo que le pasa al partido cuando hace las cosas mal, cómo se sufren esas situaciones. Hay que empezar desde ya, y a lo mejor el año que viene hay que empezar a poner nombres arriba de la mesa. Veremos allí cuáles son.
***
Transcripción: María Lila Ltaif
Vea el video de la entrevista.
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