Javier García: El ministro Bonilla "está, políticamente, con respirador artificial"
Según el dirigente de Alianza Nacional, el ministro de Salud Pública implícitamente reconoce que no pudo hacer lo que debió, y existe un principio según el cual se delega el mando pero nunca la responsabilidad. En cambio, Bonilla primero niega, después reconoce pero culpa a otro. Si uno está peleado con todo el mundo ¿no será que el mundo tiene razón?
(Emitido a las 07.37)
EMILIANO COTELO:
La situación del Ministerio de Salud Pública es la noticia nacional más destacada. "Batlle respalda a Bonilla y blancos piden su renuncia", titula Últimas Noticias; "Ministro Conrado Bonilla: 'Me importa un bledo perder el cargo' por la bacteria asesina", titula La República, aludiendo a sus declaraciones de ayer En Perspectiva; "Gobierno sostiene a Bonilla ante los ataques opositores", dice El Observador; "Blancos piden renuncia del ministro de Salud Pública", dice El País.
Esta última fue la novedad de ayer: la conferencia de prensa que encabezó el propio candidato a la Presidencia de la República por el Partido Nacional, Jorge Larrañaga, acompañado por las principales figuras de su colectividad, entre ellos su compañero de fórmula, los dirigentes Sergio Abreu, Juan Andrés Ramírez y Juan Chiruchi.
Larrañaga enfatizó que es imprescindible el alejamiento de Bonilla:
(Grabación)
JORGE LARRAÑAGA:
Creemos, como integrantes del Partido Nacional, como candidato a la Presidencia de la República por el Partido Nacional, que el gobierno debe tener la sensibilidad de proceder a cambiar al actual titular del Ministerio. Creemos que es parte del problema y no es parte de la solución.
También expresamos claramente que nuestra agrupación parlamentaria esta dispuesta a votar todas las instancias parlamentarias que correspondieran, tanto en la etapa de la interpelación, como la de la propia censura.
(Fin de la grabación)
Estamos en comunicación con el doctor Javier García, médico, vocero del Partido Nacional en este asunto. No es usual que un planteo como este sea efectuado por el candidato a la Presidencia de la República de un partido. ¿Por qué se llegó a un planteo tan contundente, tan directo?
JAVIER GARCÍA:
Quizá no sea usual, pero marca la seriedad del planteo y la gravedad del tema. Pudo haber sido manejado de otra forma, pero el Partido Nacional y el propio doctor Larrañaga prefirieron encabezar esta decisión, asumirla, y dar con ella el sentido de la importancia que tiene. No es un tema cualquiera: los temas de la salud pública, que generan sensibilidad y alarma en la población, deben ser asumidos con responsabilidad. Y no sólo responsabilidad: deben ser resueltos. No son temas que no pueden permanecer en debate permanente, cuando lo que hay en juego son factores que hacen a la salud de la población. Cuando estos problemas existen, no hay otra forma de encararlos que con seriedad pero con rapidez.
EC - ¿Qué es lo que cuestionan ustedes en la gestión del ministro Bonilla?
JG - Es claro -lo decía ayer el doctor Larrañaga- que la sensación que emana de ese ministerio es de desgobierno. Es la sensación que tenemos todos: de contradicciones, de información que no es clara, que muchas veces se va complementando en el tiempo, y una actitud que me parece que no es la adecuada para ejercer la titularidad de esa cartera. Aclaro que estos no son temas personales, porque el doctor Bonilla es un profesional reconocido desde el punto de vista médico: es un tema estrictamente referido al ejercicio del cargo que él está desempeñando.
EC - ¿A qué se refiere con "una actitud que no es la adecuada"?
JG - Claro: cuando uno ve que en el Ministerio, frente a temas tan sensibles como el que estamos viviendo, con este tema como el de la bacteria, uno ve que las respuestas son que siempre la culpa la tiene otro. Un día a la culpa la tiene un médico, otro día es una institución, o un laboratorio, la culpa la tiene aquí, allá... La pregunta es: cuando uno está peleado con el mundo, ¿no será que el mundo tiene razón?
EC - Cuando entrevistábamos ayer al doctor Bonilla, el ministro fue muy detallado en la enumeración de las acciones que, desde hace un par de años, viene llevando a cabo el MSP en relación con este tipo de bacterias. Y también fue muy enfático en destacar que, si no se pudo tomar acciones más directas (por ejemplo en cuanto al alerta a la población), si no pudo difundirse instructivos sobre cómo proceder frente a esta bacteria en particular, en buena medida el problema estaba en que los médicos y laboratorios no habían cumplido con su obligación de notificar, que había sido abundantemente difundida.
JG - Justamente, esa entrevista con usted marca también el tono de falta de ponderación y de serenidad requeridas (usted leía el titular de uno de los medios de hoy que habla claramente de eso); yay que tener serenidad y ponderación y uno no puede decir "Me importa un bledo" estar en el cargo...
EC - Bonilla dijo: "Creo haber hecho todo el esfuerzo necesario en este caso. Si esto cuesta el cargo, la verdad es que me importa un bledo". Fue al final de la entrevista.
JG - Sí; al principio o al final, tiene el mismo valor. Es lo que le decía recién: hay falta de serenidad, de ponderación, para manejar temas que son sensibles, y la gente no tiene porqué recibir estos mensajes de aquellos que deberían dar con claridad información en cantidad y en calidad adecuadas, para poder dar tranquilidad a la gente.
Le decía hoy: el mismo doctor Bonilla manifestaba que falló el MSP en los controles epidemiológicos. Lo dijo en su entrevista.
EC - Lo reconoció en la segunda parte de la entrevista, cuando en la primera había puesto la atención en la conducta de los médicos y los laboratorios, que no tienen la cultura de la notificación.
JG - Al principio o al final, vuelvo a decir, tiene el mismo valor. La sensación es de desgobierno; que allí no hay un liderazgo necesario para encarar con ponderación y profesionalidad para encarar un tema que está preocupando con razón a la ciudadanía.
Pero, aparte, ha fallado la función principal del MSP, que es la de ejercer la función de policía sanitaria del país. Cuando se reconoce lo que se reconoce, lo que se está diciendo es que no se pudo hacer lo que se debió hacer. ¿De quiénes son las responsabilidades? Hay un viejo principio, que sobre todo los militares tienen bien grabado, y es que siempre se puede delegar el mando pero nunca la responsabilidad. Quienes ejercen cargos de tanta responsabilidad, obviamente no pueden tener en su mano la administración de todos los detalles del cargo que ejercen; eso le pasa a un ministro. Pero en última instancia lo que están delegando es el mando, pero son responsables de la cartera. Y no se puede estar justificando situaciones que debieron ser bien administradas echando las culpas a otro permanentemente.
Hay veces en que la actitud debe ser de más humildad; nadie pide que los ministros ni todos los que ejercen cargos de gobierno deban responder por todo lo que pueda suceder, pero se requiere una actitud más republicana, de más humildad, de decir "Mire: pasa esto", pedir ayuda... La población está necesitada también de que los gobernantes acepten que no se puede enfrentar los problemas con esta soberbia que habitualmente existe. Debe haber serenidad, ponderación, necesidad de mostrar que en la administración todo no se puede hacer pero se está en una actitud positiva. Si la actitud es la de justificar las inacciones permanentemente en las culpas de los demás, hay veces en que es necesario que una persona dé un paso al costado, que el gobierno asuma que no es la persona más adecuada para enfrentar momentos como el que están planteados, y reconocer esa posición que ha tenido en este caso el Partido Nacional (lo decía ayer el propio doctor Larrañaga) de anunciar de antemano su disposición de colaborar en la designación que debiera hacer el Poder Ejecutivo de un ministro que pudiera asumir con todas estas características que le están faltando al doctor Bonilla.
EC - El motivo de este pronunciamiento de ayer del Partido Nacional ¿es sólo el tema de la bacteria resistente a los antibióticos? Había algún antecedente cercano que también podría estar influyendo.
JOEL ROSENBERG:
Larrañaga ya tuvo a principios de mayo un cruce muy fuerte con Bonilla, por el tema de la mortalidad infantil.
JG - Es verdad. Es bueno que lo recuerde porque también (a pesar de que no es la situación que desencadena este pedido de alejamiento que hace el Partido Nacional), abunda sobre este tema, es la misma actitud: es no reconocer la realidad y terminar después reconociéndola porque la fuerza de los hechos es absolutamente incontrastable. Me acuerdo que en aquella oportunidad el doctor Larrañaga se había referido a un incremento de la mortalidad infantil, y que en Artigas estaba en índices que se acercaban al 29 por mil. Recuerdo que la primera reacción del ministro Bonilla fue negar: dijo que no era así...
JR - Le dijo a Larrañaga que no sabía leer los indicadores, por ciento y por mil...
JG - Dijo otras cosas que yo preferiría no recordar, porque hieren sensibilidades; las respuestas del doctor Bonilla...
JR - ¿Y la sensibilidad del doctor Larrañaga pudo estar influida para decidir esto...?
JG - No; no la del doctor Larrañaga. Si importara la sensibilidad del doctor Larrañaga no podría ejercer la responsabilidad que va a ejercer. La política no es una actividad donde la sensibilidad del dirigente pueda ser motivo de decisiones. La sensibilidad del ciudadano es la que importa; porque en aquel momento el doctor Bonilla habló acerca de la muerte de los niños y la utilización política de esto, en una barbaridad...
Pero eso es pasado, y no tiene que ver ahora. Lo que digo es que el ejemplo sirve para ver cómo son manejados los temas difíciles.
EC - El Partido Nacional, entonces, va a acompañar el llamado a sala que está promoviendo el diputado Luis José Gallo, del EP-FA-NM, ...
JG - Sí; exactamente.
EC - ...pero piden que sea removido sin tener que pasar por la interpelación, si entiendo bien.
JG - Exactamente. Para resolver estos temas, lo primero que hay que hacer es sacar estos temas del debate político electoral. No es bueno que exista un debate político, que el ministro ingrese en un debate político cuando hay que dar respuestas que son técnicas.
EC - Pero el presidente de la República, según todas las versiones conocidas ayer, respalda al ministro Bonilla.
JG - Es una actitud del Poder Ejecutivo. Pero debe tener sensibilidad, y debe tener en cuenta también (por eso lo decía ayer el doctor Larrañaga) la actitud del Partido Nacional que anunció previamente, que avisó de esta situación que se estaba viviendo, y tener en cuenta que tenemos un ministro que podrá serlo ahora, pero en verdad está ocupando el cargo, nada más, porque no tiene respaldo ninguno. El ministro está, políticamente, con respirador artificial.
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EC - Un capítulo dentro de esta polémica es la investigación administrativa que el MS dispuso la semana pasada, y que implicó la suspensión en su cargo del director de Epidemiología, doctor Sergio Curto.
El diario La República difunde hoy la carta que Curto dirigió el 31 de julio al ministro Bonilla, y donde responde a la acusación de no haber informado sobre los hechos en su conocimiento relativos a la bacteria resistente: "tengo, no sólo la más absoluta certeza de haberla puesto en conocimiento de la directora de la División Salud de la Población y del director general de la Salud, sino que, además la documentación existente habrá de demostrar fehacientemente que fue así". Y se pregunta al final: "¿Qué garantías puedo tener en el procedimiento iniciado, si el jerarca que determinó la investigación es parte involucrada, y además me consta que estaba en conocimiento de la información de la cual -me enteré por la prensa- me acusa de retener? No hay que ser perspicaz para darse cuenta que aquellas garantías son casi nulas".
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El texto completo de la carta publicado en el matutino es el que sigue:
"El motivo de la presente es hacerle conocer mi más profunda indignación y sorprendida desilusión con motivo de la situación creada por su decisión de separarme del cargo e iniciar una investigación sobre mi desempeño en la función de Director del Departamento de Epidemiología.
Las razones expresadas a la prensa sobre los motivos de la investigación no explican el agravio del que soy objeto. El daño moral, profesional y familiar que esta decisión me ha causado es enorme e injustificado y difícilmente podrá ser reparado.
Tengo una Maestría en Epidemiología y soy funcionario del MSP desde hace 29 años, todos ellos en lo que es hoy el Departamento de Epidemiología. En ese período he desarrollado una carrera profesional y técnica que me llevó a ocupar la mayoría de los cargos de responsabilidad dentro del área epidemiológica del MSP y a realizar todas las actividades vinculadas con la vigilancia, investigación y control epidemiológico, desde la planificación a las acciones en terreno.
Es así que, habiendo comenzado como vacunador, llegué a desempeñar la Dirección del Programa Ampliado de Vacunaciones (PAI) durante 15 años y de la Sección Inmunizaciones del MSP. En esta función participé en el Grupo Técnico Asesor del PAI de la Organización Panamericana de la Salud y en numerosas actividades internacionales representando a mi país y al Ministerio. Fui en ese período el responsable de las acciones de vigilancia y control para la Erradicación de la Poliomielitis, meta alcanzada en 1994, y de su seguimiento posterior.
También desempeñé funciones como director de la sección Control de Enfermedades Transmisibles, como director de Vigilancia Epidemiológica, director del Departamento de Protección de Salud (que agrupaba lo que es hoy Salud Ocupacional, Salud Ambiental, Nutrición e Inocuidad de Alimentos), fui subdirector de la entonces denominada División Epidemiología y finalmente, en el año 2000, director de la misma División, hoy transformada en Departamento.
En todos estos años he logrado cimentar, exclusivamente en base a dedicación técnica y esfuerzo personal -sin prebendas ni atajos políticos-, un reconocimiento profesional que hasta la fecha jamás había sido cuestionado por ninguno de los múltiples secretarios de estado para quienes he trabajado con lealtad profesional y honestidad intelectual durante más de un cuarto de siglo. A esto debo agregar, con íntima satisfacción, el afecto y la solidaridad que compañeros, colegas y funcionarios del MSP, así como ex jerarcas del más alto nivel de este Ministerio, me han hecho llegar por encima de banderías políticas y otras diferencias.
Mi trayectoria, mi reputación profesional, mi conducta moral y mis principios éticos han sido indefectiblemente afrentados por esta presunción difamatoria, que se ha difundido por los medios habiendo quedado yo, por razones obvias, imposibilitado de dar mi versión de los hechos. La afrenta moral ocasionada por la investigación dispuesta por las autoridades del MSP se agrava con la decisión innecesaria de separarme del cargo, lo cual trasunta la sospecha de que mi permanencia pudiera significar riegos o perjuicios que no han sido explicados. Seguramente porque no existen.
Hoy las autoridades del MSP me acusan en los medios de prensa de no haber comunicado información sobre hechos y circunstancias concretas, una información de la que tengo, no sólo la más absoluta certeza de haberla puesto en conocimiento de la directora de la División Salud de la Población y del director general de la Salud, sino que, además la documentación existente habrá de demostrar fehacientemente que fue así. Porque más allá de este episodio puntual, tanto el director general de la Salud como la directora de la División Salud de la Población, saben perfectamente que el cien por ciento de los asuntos entrados en el Departamento de Epidemiología, hasta los más nimios, han sido elevados siempre y bajo cualquier circunstancia para conocimiento de la superioridad jerárquica como práctica de rutina.
En consecuencia, ambos jerarcas estaban en pleno conocimiento de la información que la Dirección Nacional de Cárceles del Ministerio del Interior envió al MSP acerca de un brote de forunculosis ocurrido en el año 2003, en varios establecimientos de reclusión, y que fue controlado con absoluto éxito por parte del Servicio Médico Penitenciario. La documentación enviada a título informativo detalla que, además de controlar el brote, se estudió la cepa, enviándola al exterior y culmina anunciando la publicación académica del trabajo realizado, y que abarca en total cinco casos detectados del Staphylococcus aureus meticilino resistente. Este informe fue recibido en el mes de noviembre de 2003 por la Dirección General de la Salud y fue enviado a la División Salud de la Población, y de ésta al Departamento de Epidemiología. El Departamento dirigió este expediente a la Unidad de Vigilancia Epidemiológica y, una vez retornado, lo elevó nuevamente a la División Salud de la Población.
Con relación a mi participación en algunas de las visitas a establecimientos de reclusión en el marco de las acciones de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Representantes, también mencionada a los medios de prensa como elemento justificatorio de este agravio, me corresponde señalar que la misma ocurrió en el período de gestión de las anteriores autoridades del MSP y que dio lugar a un informe sobre las condiciones higiénico-sanitarias y riesgos ambientales de los establecimientos visitados. Luego de lo cual no intervine más en esta actividad. Dicho informe, elevado oportunamente por el grupo de técnicos participantes, con el visto bueno de las autoridades del momento y la firma de los técnicos intervinientes, se presentó a la citada Comisión parlamentaria.
En consecuencia se me está acusando públicamente de haber retenido información acerca de hechos que estaban en conocimiento de todos los niveles jerárquicos correspondientes del MSP y sólo se me destituye a mí, acusándome en solitario de ocultar algo que todos sabían.
¿Qué garantías puedo tener en el procedimiento iniciado, si el jerarca que determinó la investigación es parte involucrada, y además me consta que estaba en conocimiento de la información de la cual -me enteré por la prensa- me acusa de retener? No hay que ser perspicaz para darse cuenta que aquellas garantías son casi nulas.
Sr. Ministro: esta no sólo es una decisión equivocada, es también una grave injusticia, que se pudo haber evitado. Lamento no haber tenido la mínima oportunidad de darle mi versión de los hechos, que seguramente es bastante diferente de la que otros le deben haber proporcionado. Lamento no haber tenido ese elemental derecho a defender mi actuación profesional de tantos años, que ha sido irremediablemente salpicada frente a la opinión pública y académica del país.
Ud. es consciente que desde el inicio mismo de su gestión le hice saber que contaba con mi incondicional y expresa colaboración técnica y humana, porque concurrí personalmente a expresarle mi disposición de estar de pie y a la orden para apoyar su tarea sin pedir nada a cambio y sin más interés que cumplir con mi trabajo contribuyendo así a la salud de los uruguayos.
Saluda a Ud. atentamente
Dr. Sergio Curto
Con Copia:
- Dirección General de la Salud
- División Salud de la Población
- Mesa de Entrada: Para adjuntar a la investigación dispuesta en Ref. 2415/2004 de fecha 28/7/2004".
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Notas relacionada:
Bacteria resistente: responsabilidad política y del sistema de salud. Ministro de Salud Pública, Conrado Bonilla: Convocamos a diez instancias informativas hace más de un año, informamos a los médicos, laboratorios e instituciones de salud, actualizamos el código de enfermedades de notificación obligatoria, ¡y me vienen a decir en febrero que hay una bacteria! Existía desde antes pero nadie alertó a nadie. 03.08.2004
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Transcripción y edición: Jorge García Ramón