Nelson Loustaunau (MTSS): nuevos lineamientos para negociaciones salariales permiten "proteger más" a los sectores más débiles
Por estas horas, tanto el PIT-CNT como las cámaras empresariales miran con lupa los lineamientos sobre ajustes salariales presentados el lunes por el Poder Ejecutivo, con vistas la última ronda de los Consejos de Salarios de esta administración. En diálogo con En Perspectiva, el subsecretario de Trabajo y Seguridad Social, Nelson Loustaunau, explicó que, atendiendo a un contexto de menor crecimiento económico y buscando priorizar los salarios más sumergidos, el Gobierno ofreció dos fórmulas posibles de negociación. Mientras la primera "mantiene las características clásicas", contemplando la inflación esperada, los correctivos anuales que ésta pueda tener y el aumento del salario real, el segundo grupo de lineamientos está pensado para permitir que los sectores con un mejor desempeño "tengan un mayor aumento del salario real". "Es una negociación en la que se abren ambos caminos; según las realidades diferentes en las empresas, puede ser más útil una u otra", indicó el jerarca.
(emitido a las 8.48 Hs.)
EMILIANO COTELO:
Los acuerdos salariales de unos 500.000 trabajadores comienzan a negociarse por estos días en una nueva ronda de consejos de salarios, que será la última de este período de gobierno.
Cuán significativos sean los ajustes dependerá de los convenios que se alcancen en cada sector o grupo de actividad. El Poder Ejecutivo ya definió la cancha donde se debe jugar el partido, y lo hizo con una advertencia a propósito de un menor crecimiento económico, riesgos de inflación y problemas para ciertos sectores exportadores a raíz de la pérdida de competitividad y de productividad. A partir de ese diagnóstico, ofreció dos fórmulas posibles de ajustes salariales y decidió darles prioridad a los salarios más sumergidos.
¿Por qué se modifican las pautas que se venían aplicando? ¿Cómo responde el Poder Ejecutivo a los primeros cuestionamientos que llegaron de los sectores empresarial y sindical?
De eso vamos a conversar con el doctor Nelson Loustaunau, subsecretario de Trabajo y Seguridad Social.
En el documento que el Poder Ejecutivo presentó el lunes hay varios aspectos que llaman la atención. El primero de ellos es la advertencia sobre el contexto macroeconómico en el que va a desarrollarse esta ronda de consejos de salarios, que se resume como un contexto "más complejo y menos favorable" y después se lo describe así: fuerte incertidumbre a nivel internacional regional; menor crecimiento económico (hay problemas en sectores exportadores y enlentecimiento de la demanda interna); problemas de productividad y pérdida de competitividad en algunos sectores, sectores que enfrentan dificultades crecientes, por lo tanto una mayor heterogeneidad sectorial; mercado laboral menos dinámico con algunas señales de alerta; persistencia de presiones inflacionarias. Impresiona un poco el planteo, bastante más severo que el que había manejado el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) hasta ahora cuando hablaba del futuro.
NELSON LOUSTAUNAU:
Esto no significa que estemos ante una señal de emergencia, un problema terrible en la economía nacional, sino que no sería responsable por parte del Poder Ejecutivo no reconocer, no identificar algunos elementos que están apareciendo en el escenario macroeconómico y no remarcarlos en el inicio de una ronda salarial. Porque la política de salarios es parte de una megapolítica macroeconómica, no es una política de salarios aislada del resto de las políticas que ejerce el país, no podemos dejar de lado que la región enfrenta algunas dificultades, que la crisis europea se mantiene y en principio no se le ve una salida en un tiempo mediano o próximo, al igual que Estados Unidos.
Por tanto nos pareció oportuno señalar el escenario en el cual se estaba. Usted me dirá que ahí hay dos señales de alarma bien interesantes para el factor salarios, que son la pérdida de competitividad y la pérdida de productividad. En efecto, la pérdida de competitividad tiene que ver con infinidad de factores, especialmente con el factor cambiario, y la pérdida de productividad se ha constatado en algunos sectores, no quiero identificar cuáles, pero es conocido por múltiples artículos de prensa que algunos sectores están presentando problemas de competitividad. Desconocer este escenario podía ser la actitud más liviana del Poder Ejecutivo, por tanto nos interesó remarcarlo en el momento de fijar nuestros lineamientos.
EC - Van más allá, dicen: "En un marco de desaceleración de la actividad económica y un mercado de trabajo menos dinámico, los salarios deberían crecer a un ritmo menor que el registrado en los últimos años".
NL - Sí; eso no significa que no vayan a crecer ni que se vaya a perder lo que se denomina salario real. Uno de los objetivos centrales de estos dos lineamientos es mantener el nivel del salario real e incrementarlo en lo posible.
EC - Para los convenios del próximo período de tres años, el objetivo que el Gobierno se propone es que el valor real del salario por lo menos se mantenga.
NL Sí. En términos bien criollos, bien cristianos y bien sencillos, el salario real es el poder de compra de mi salario, cuántos objetos puedo comprar con mi salario. En este caso el objetivo central de la administración es que yo mantenga mi poder real y en lo posible tenga incrementos.
EC - En lo posible, no obligatoriamente.
NL - No diría no obligatoriamente, se trata de ver que ese aumento en algún sector con alguna suerte de compromiso no nos termine costando empleo. Porque sería muy fácil: concedemos grandes aumentos y sacrificamos empleo. Debemos recordar que en los últimos ocho años se han recuperado unos 500.000 puestos, y empezarlos a perder sería una muy mala señal.
EC - Luego, el Gobierno propone "ir hacia una negociación más sofisticada, con la previsión de varios escenarios y atención a la realidad de cada sector". Esto es algo que las gremiales empresariales habían reclamado en negociaciones anteriores y no había sido aceptado. ¿Por qué ahora sí se da este paso?
NL - No es tan plano lo que plantean. En los lineamientos del Poder Ejecutivo usted va a advertir dos modelos. Un modelo que mantiene las características clásicas que veníamos negociando, allí usted va a tener una proyección de la inflación que va a estar en el centro de la banda de las expectativas del Banco Central (BCU), un factor que corrige la desviación entre esa proyección y lo que ocurra en la realidad, y un factor de crecimiento. Es el modelo que veníamos replicando en los últimos ocho años, más o menos, con alguna pequeña variable, la fórmula era esa; introduce alguna cuestión que tiene que ver con la identificación por el desempeño del sector: regular, bueno o malo.
EC - Eso se introduce a los efectos de definir el componente de aumento de salario real, para definir esa parte del ajuste se tienen en cuenta tanto la evolución del sector como la evolución en general de la economía.
NL - Es un criterio que tampoco es ajeno a las partes y que había aparecido en las dos negociaciones anteriores. En nuestra fórmula aparece un componente macro, que generalmente está vinculado a la evolución del producto interno bruto (PIB), y después las partes tratan de identificar un indicador del sector, un indicador de la rama de actividad.
Voy a dar un ejemplo, y pido que nadie lo tome como que es el único y que va a ser así en la realidad; ayer manejábamos un ejemplo parecido a este. Uno de los convenios que vencen es el de la industria frigorífica, que tiene diferentes subgrupos. Vamos a pensar solamente en el grupo principal, la faena de grandes animales. El componente macro va a estar vinculado a la evolución del PIB, como lo preferimos, y el componente sectorial va a tener relación con innumerables indicadores que emite el INAC (Instituto Nacional de Carnes), como volumen de faena, precio internacional de los diferentes cortes; si combinamos estos dos factores con el nivel de ocupación del sector podemos obtener un indicador para este sector, que puede ser apropiado o desapropiado. Esto es simplemente una hipótesis. Como en este, en cada caso puede haber indicadores propios. Esa es la fórmula clásica.
EC - Esa es la fórmula clásica, pero con la incorporación de este sistema para definir la parte de aumento real del salario teniendo en cuenta la evolución de la economía en general y la evolución del sector en particular. Ustedes presentan allí una matriz que da distintos márgenes para el aumento del salario real dependiendo de que la evolución del sector sea buena, regular o mala y que la evolución del PIB sea menor de 2%, esté entre 2 y 4% o sea mayor de 4%.
NL - El esquema es bastante sofisticado, lo reconocemos, pero es una forma de orientar a las partes sobre cómo se puede hacer.
EC - Hay otra fórmula.
NL - Hay otra fórmula. Quiero plantear algo previo que se aplica tanto para esta fórmula como para la otra: luego de la sanción de la Ley 18.566 estos son lineamientos, no pautas. En el viejo sistema el modelo era el de la homologación, si las partes se apartaban de la propuesta del Poder Ejecutivo este podía no homologar el acuerdo, no convertirlo en decreto y no darle alcance general. El nuevo lineamiento sugiere que las partes pueden desviarse de esto y a lo sumo habrá un voto en contra del Poder Ejecutivo, pero de todas maneras alcanzarían una mayoría en ese consejo de tres partes.
EC - ¿Por qué hace esa puntualización?
NL - Porque el modelo de la ley 18.566 es mucho más amplio, mucho más libre para las partes, no las constriñe como el modelo anterior, de homologación. El modelo anterior no era exclusivamente de este Gobierno, venía de la ley 16.002, del año 1985, cuando en se reinstalaron los consejos de salarios en nuestro país. Era la forma de sanear un problema que había en la elección de los representantes en los consejos de salarios, pero le daba esa facultad al Poder Ejecutivo, una conducción macroeconómica muy fuerte. Con la ley 18.566 esa facultad del Poder Ejecutivo se perdió y las partes tienen mucha fuerza en la negociación colectiva.
EC - Todo venía a cuento de mi pregunta de por qué ahora sí se formulaba esta sugerencia de ir a una negociación más sofisticada, con la previsión de varios escenarios y atención a la realidad de cada sector.
NL - En este caso existe un segundo grupo de lineamientos, porque lo que presentamos al inicio es un escenario con algunas variaciones, y para que algunos sectores que tengan mayor complicación con algunos componentes puedan escapar se plantean las dos fórmulas. El lineamiento clásico es para sectores que tengan una estabilidad grande, bastante importante, y puede proteger más a los sectores que están en una situación un poco más débil. El segundo grupo de lineamientos permite que aquellos sectores con un mejor desempeño tengan un mayor aumento del salario real. Lo que está debajo de estos dos juegos de lineamientos es la posibilidad de proteger más a unos que a otros.
EC - Otra pregunta, viendo en términos generales el documento: ¿por qué deciden fijar un plazo de tres años para cada acuerdo? Esta es otra de las novedades.
NL - Es una novedad, ha habido acuerdos de tres años y los hemos propuesto. Esto no es una cuestión central en estos lineamientos. Es más, en la reunión del lunes pasado, cuando presentamos los lineamientos el sector trabajador, se hizo el mismo planteo: ¿por qué un período tan largo cuando va a venir un nuevo gobierno, y generalmente cuando hay un nuevo gobierno queremos ver qué pasa?
EC - Incluso hoy hay voceros de la industria que dicen que es un horizonte demasiado largo teniendo en cuenta los signos de interrogación que hay sobre la mesa como para poder comprometerlo.
NL - En eso, insisto, no tenemos posición definida, pero creo que si hubiera acuerdos por dos años no tendríamos problemas. Lo que queremos es despejar el año que viene, un año claramente cargado por acontecimientos electorales, de todo este tema. Pensamos que el término de tres años lo desvinculaba bastante del tema de la elección y le permitía al nuevo gobierno, del signo que sea, tener una tranquilidad bastante importante durante el primer año y medio, o al menos durante el primer año de su gestión, frente al tema de la negociación salarial, que le garantizo que no es lo que le quita el sueño a cualquier gobierno, pero durante un tiempo le da mucho trabajo.
EC - Si entiendo bien sus palabras y el documento, el horizonte de tres años tiene la ventaja interesante de que la próxima negociación ocurriría en el segundo año del nuevo gobierno y no en el primero. Si ocurre en el primero, la conflictividad que siempre viene asociada a los consejos de salarios se va a superponer con la conflictividad derivada de la discusión del presupuesto de los funcionarios públicos, es una bomba muy fuerte para cualquier administración.
NL - Fue lo que pasó en el año 2005 y en el 2010, cuando asumió este gobierno.
EC - Lo que están buscando es que la eventual conflictividad se distribuya, la de los funcionarios públicos en el primer año de gobierno y la de funcionarios privados en el segundo año.
NL - De cualquiera manera, insisto, ese no es el centro de nuestra propuesta, es un aspecto para tomar en consideración y es razonable que cualquiera de los sectores diga "espero que venga el nuevo gobierno para negociar de otra forma", pero uno de los objetivos puede ser este que usted planteaba.
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EC - El doctor Nelson Loustaunau es abogado graduado en la Universidad de la República, con posgrados en España, en nuestro país, Suiza e Italia; docente de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social y de Introducción a las Relaciones Laborales en la Facultad de Derecho de la Universidad de la República; fue mediador y presidente de varios consejos de salarios entre 1990 y 2005, fue director nacional adjunto de Trabajo entre 2005 y 2009, y ejerce como subsecretario de Trabajo y Seguridad Social desde el año 2009, cuando comenzó esta administración.
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EC - Estamos hablando de los nuevos lineamientos que el Poder Ejecutivo dio a conocer esta semana para las negociaciones en los consejos de salarios que se inician en estos días y que abarcan a un conjunto importante de trabajadores, unos 500.000, ¿de qué sectores, qué rubros?
NL - Situaría el núcleo más importante de estos trabajadores en el sector comercio, hay una importante cantidad de trabajadores de subgrupos de este grupo; en el sector servicios, del grupo 19, también hay una importante cantidad de trabajadores; de la industria frigorífica y algunos otros sectores industriales, pero en los dos primeros que mencioné está el grueso de esta negociación.
EC - Yo decía que llama la atención el hecho de que esta vez se incluyan dos fórmulas posibles para los acuerdos salariales: una que usted definía recién como la clásica o la tradicional, muy cercana a la tradicional, y otra bastante más innovadora. ¿Por qué dos? ¿De algún modo eso refleja diferencias entre el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) y el MEF? Esa es una de las interpretaciones que han surgido, a la segunda fórmula algunos la han calificado como "la fórmula del MEF".
NL - Somos un Gobierno único, trabajamos en conjunto con el MEF. Quizás la segunda fórmula tiene mayor contenido economicista, más diseñada por economistas, pero son producto de un acuerdo entre ambos ministerios, los dos ministerios trabajamos en las dos fórmulas, no es una de uno y otra de otro. Es una negociación en la que se abren ambos caminos; según las realidades diferentes en las empresas, puede ser más útil una u otra. No hay un enfrentamiento con el MEF, trabajamos generalmente en conjunto con ellos, a veces con divergencias, pero esto fue producto de mucho trabajo, nos llevó tiempo elaborar esta fórmula y ponernos de acuerdo, no es una fórmula de uno y otra fórmula de otro, es un proyecto común.
EC - La primera fórmula de ajuste salarial tiene tres componentes: inflación esperada, tomando como base el centro del rango meta de inflación, que actualmente está en 5%; correctivos anuales para tener en cuenta la diferencia entre la inflación esperada que se había manejado y la que realmente ocurra, y un aumento de salario real que ocurrirá en función del crecimiento de cada sector y de la economía en general, como usted comentaba más temprano. Ese aumento va a de 0 a 3% ¿anual?
NL - Sí, eso es lo sugerido, entre 0 y 3%. Hubo un titular de un diario que decía "El salario real crecerá 3%". No, será según el desempeño de cada sector; se sugiere que el incremento del salario real no nominal esté entre esos guarismos.
EC - Se asegura que el salario mantenga su poder de compra; la eventual mejora por arriba de la inflación depende de la situación del sector y de la evolución de la economía, y será de entre 0 y 3% anual. Por otro lado, se plantea un aumento adicional de 2% anual para los salarios inferiores a 10.000 pesos.
NL - Sí, existen algunos subgrupos que tienen salarios bastante más sumergidos, más próximos al salario mínimo nacional. Para esos salarios, además de esa pauta, se propone un aditivo de 2%. En ese caso el factor de crecimiento no va a estar entre 0 y 3, sino entre 0 y 5, hay un tratar de aproximar más ese grupo retrasado de salarios al conjunto.
EC - Este punto de contemplar de esa manera los salarios de menos de 10.000 pesos ya ha dado lugar a algunos comentarios, a algunas reacciones. Por ejemplo: ¿es lógico plantear ahora, en este contexto que ustedes mismos definen como de mayor incertidumbre y desaceleración económica, que haya obligatoriamente aumentos diferenciales para los que ganan menos de 10.000 pesos? Está claro que esos salarios tendrían que subir, cualquiera entiende que son bajos, pero al mismo tiempo resulta que esos empleos son los más vulnerables, los que más pueden sufrir los costos ante pérdidas de puestos de trabajo que se produzcan en una empresa.
NL - No necesariamente, económicamente a veces los costos salariales no se asocian al desempeño de un sector. En la estructura de costos de una empresa hay una cantidad de variables, básicamente en los servicios en general saquemos los servicios bancarios, la salud y otros en el mundo los costos salariales son bajos. Eso no necesariamente significa que esos sectores estén deprimidos.
EC - ¿Se puede asegurar que todos estos sectores de actividad que manejábamos pueden realmente, en escenarios que podrían ser complejos, proporcionar estos aumentos?
NL - Sí, porque esto va atado a una política de salario mínimo nacional que también está promovida. El Consejo Superior Tripartito es un organismo de consulta para esa política de salario mínimo nacional, y allí presentamos el lunes pasado la consulta sobre la cadencia de incrementos del salario mínimo nacional que propone el Poder Ejecutivo para el bienio restante. A partir del 1.º de enero de 2014 subiría a 8.900 pesos y a partir del 1.º de enero de 2015 el salario mínimo nacional iría a 10.000 pesos. Estos salarios están en una franja muy próxima al mínimo nacional, sin una política diferencial, por el empuje del crecimiento del salario mínimo nacional, quedarían debajo, cosa que no se puede, y empujaría el propio salario mínimo nacional. Entonces es necesario aplicar ese diferencial en este caso.
EC - Pasemos a la otra fórmula, la más abstrusa, la más complicada, la que más asusta a quienes tratan de entenderla. La otra fórmula de acuerdo salarial que ustedes han sugerido consiste en negociar aumentos nominales en función del desempeño de cada sector y de la economía en general, sin separar inflación del crecimiento real de los salarios. ¿Podemos explicarla aunque sea en titulares?
NL - Aquí se otorga un número en total sin ver la composición. Se parte de algunos supuestos que las partes deben valorar haciendo el ejercicio que proponíamos en la primera hipótesis, ver si el sector está bien, mal o regular, y hay unos números sugeridos (están en las diapositivas) para cada una de las situaciones con crecimiento del salario real según en qué hipótesis se encuentra el sector.
EC - Ese número que se pacta es un aumento nominal, debe tener dentro el ajuste por inflación más eventuales recuperaciones.
NL - En ese caso no se va a discutir si es con el centro del BCU, cómo va a estar la evolución de cualquiera de los factores; va a ser un aumento nominal, y también se garantizan ciertos aspectos con ese número. Se garantiza que si ese número es afectado por la inflación, se corrige. Pero, a diferencia de lo que ocurre en la primera fórmula, se corrige al final del convenio.
EC - A los tres años.
NL - A los tres años. En la finalización del convenio usted va a ver qué desviación hubo y allí va a corregir. En esta segunda fórmula hay una profunda apuesta a una estabilidad o baja de la inflación. Si en ese número de salario nominal de aumento el componente inflación tiende a bajar, el crecimiento del salario real es mayor. Quiere decir que hay una apuesta bastante importante en los sectores que tomen esto a una expectativa de mantenimiento o disminución de la inflación, y allí es donde los trabajadores tomarían un mayor riesgo. Por eso decíamos que la primera fórmula es más conservadora y quizás sea más recomendable para los sectores que estén más comprometidos, y la segunda, al revés, para aquellos sectores que están en expansión, porque si están en el nivel bueno y la hipótesis de inflación se mantuviera o descendiera, como sería esperable, van a tener un mayor crecimiento del salario real.
EC - ¿Efectivamente hay sectores que pueden llegar a elegir esta fórmula? ¿Hay sectores que pueden estar dispuestos a tomar los riesgos que están implícitos allí?
NL - Sí, hay sectores que están dispuestos a tomarlos.
EC - ¿Ya han tenido comentarios en ese sentido?
NL - Antes de hacer esta fórmula insisto, no me gusta identificar sectores exploramos con algunas consultas la posibilidad de tener este tipo de acuerdo. Hay sectores en Uruguay con salarios que sorprenderían.
EC - ¿En qué sentido?
NL - Hay sectores que sorprenderían por el buen desempeño que han tenido. Por ejemplo, el desempeño del salario de los trabajadores del sector de pasta de celulosa, aunque parezca poco creíble, es similar al que ocurre en Europa, en Finlandia, por ejemplo. Por tanto hay grupos que tienen buenos salarios y buen desempeño.
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EC - Por supuesto que en el análisis y la explicación de la fórmula B podríamos meternos bastante más, pero tengo la impresión de que no ayudaríamos demasiado, conviene que en esto se metan en todo caso los técnicos y los que van a estar involucrados en las negociaciones.
Para redondear la conversación, quiero detenerme en otro elemento novedoso que aparece en estos lineamientos, que son las cláusulas de salvaguarda. ¿Cómo funcionan en esta ocasión?
NL - Las cláusulas de salvaguarda han estado incorporadas desde hace tiempo a los convenios colectivos. Se pretende establecer que si el escenario cambia, por ejemplo si llegara a ocurrir un shock inflacionario, un crecimiento de la inflación del 15%, se debería renegociar la totalidad del convenio.
EC - Hay tres hipótesis para que caiga el convenio: alteración sustancial de la inflación por encima de 15% en el último año móvil; caída del PIB considerando el promedio del año móvil no una situación de evolución positiva pero baja, no una situación de estancamiento, sino una situación de caída del PIB, o cambios sustanciales en la situación económica del sector por mejoras o deterioros que se han pactado previamente entre las partes. Si se da una de estas hipótesis quedan sin efecto las cláusulas salariales acordadas y se debe convocar nuevamente a los ámbitos de negociación para renegociar. Esta forma de cláusula de salvaguarda es nueva.
NL - Capaz que la forma de expresarla es nueva, pero si uno repasa hacia atrás los convenios, es el modelo más o menos típico de las cláusulas. Es decir, son escenarios realmente complejos, pensemos que hoy de golpe se disparara la inflación y que en tres meses pasara el 15%. Ahí no va a haber sector que resista la estructura de costos, no solo la estructura de costos salariales, toda la estructura de costos, y va a haber que sentarse a rediscutir un nuevo convenio. Si cayera el PIB durante un año continuo, si se nos desarmara el PIB, de la misma manera, tendríamos un escenario muy complejo. Las tres hipótesis están pensadas para escenarios altamente complejos, y abren la puerta, existe una posibilidad en la tercera hipótesis de renegociar aun en el caso de que sea un factor sectorial. Supongamos un sector típicamente exportador de un commodity, que se derrumbe el valor de ese commodity a nivel internacional. Esa cláusula nos permitiría renegociar, porque si no, iríamos a lo que no queremos, a la pérdida de puestos de empleo.
EC - Leía hoy en el diario El Observador que "el PIT-CNT y las cámaras empresariales están abiertos a negociar acuerdos salariales en forma bipartita debido a las diferencias que por distintas razones tienen con estos lineamientos generales que sugirió el Poder Ejecutivo el pasado lunes para la próxima ronda salarial. La nota después recuerda que "la legislación en materia de negociación colectiva habilita esa posibilidad, el Gobierno no tiene poder de veto si empleadores y trabajadores alcanzan un consenso". ¿Cómo observa esta reacción?
NL - Hago el mismo comentario que planteaba usted, la legislación no impide que exista una negociación bipartita. De todas maneras, eso después se termina reconduciendo en el Consejo Superior Tripartito, lo que puede pasar en el caso concreto de algunos consejos es que cuenten con el voto contrario del Poder Ejecutivo, que no se puedan alcanzar acuerdos en el nivel de los consejos de salarios. Pero aun si la negociación fuera bipartita y no tripartita, lo que se llama la negociación colectiva clásica, un sindicato, un grupo de sindicatos, una organización de sindicatos y una organización empresarial, no está prohibida y sería absolutamente válida. Sería una señal más de que la autonomía colectiva en nuestro país se ha fortificado lo suficiente.
EC - Pero podría ocurrir que los acuerdos que se logren de esa manera bipartita no respeten los objetivos que el Poder Ejecutivo pretende con los lineamientos que dio a conocer esta semana. Porque ustedes han dicho: "Queremos evitar retroalimentación entre precios y salarios, queremos evitar que shocks transitorios de precios se consoliden como movimientos permanentes y terminen afectando el poder de compra de los salarios y/o los costos de producción de las empresas. Queremos defender el salario real de todos los trabajadores en todos los escenarios, queremos atender prioritariamente a los salarios más sumergidos", y usted habló de preservar las fuentes de trabajo. ¿Entonces?
NL - En principio, insisto, no creo que todos los grupos o subgrupos de los consejos de salarios vayan a negociar bipartitamente. Y aun si así fuera, el Parlamento por medio de la ley 18566 le ha cambiado la posición al Poder Ejecutivo en la política de fijación de salarios. Son las reglas de juego con las que debemos estar.
EC - ¿Cuándo se supone que arrancan estas negociaciones?
NL - El lunes próximo está convocado un nuevo Consejo Superior Tripartito en el que vamos a escuchar los comentarios de ambas delegaciones, porque pidieron una prórroga en función de que especialmente la segunda fórmula era muy técnica y querían escuchar a sus equipos económicos. Allí veremos la reacción, veremos si hay que hacer algún ajuste, y posiblemente la semana que viene ya comencemos a citar a los diferentes grupos y subgrupos a trabajar.
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Transcripción: María Lila Ltaif
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Video de la entrevista
Documento: "Lineamientos del Poder Ejecutivo para la próxima Ronda de Consejos de Salarios"- (Julio 2013)