(emitido a las 7.51 hs.)

EMILIANO COTELO:
Una comisión formada por el Poder Ejecutivo estudia diferentes opciones para la llegada de los 100 niños sirios desplazados por la guerra civil que serán acogidos en Uruguay. Con este gesto, el presidente José Mujica procura que nuestra región reflexione sobre el drama que viven los afectados por el conflicto en ese país y de algún modo pretende que surjan otras iniciativas de cooperación y solidaridad.

Esta semana trascendió que, si el trámite prospera, estos chicos no llegarán solos a Uruguay, ya que la política de refugiados de la ONU consiste en "reasentar a familias y no niños solos";.

Si bien la idea de Mujica recibió el visto bueno de Acnur, el alto comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados, por otro lado ha recibido críticas de algunos integrantes de la oposición, que consideraron que esta es una jugada "marketinera", e incluso se preguntaron por qué el Gobierno no piensa primero "en los niños pobres de nuestro país".

En medio de ese debate apareció un planteo diferente, el de la diputada nacionalista Verónica Alonso, que le envió una carta a Mujica en la que le presentó un "aporte": sugiere que estos niños sean adoptados por familias uruguayas que estén incluidas en el registro del INAU. La legisladora no comparte que lleguen chicos que tengan familia.

Vamos conversar con ella para entender por dónde viene la sugerencia.

ROMINA ANDRIOLI:
¿Cómo vio la iniciativa del presidente Mujica de traer personas de Siria como refugiados?

VERÓNICA ALONSO:
Hubo dos planteos, primero fue lo de los presos de Guantánamo y después lo de los niños sirios. Con respecto a lo de los presos de Guantánamo no solamente se generó una polémica, sino que creo que no fue una buena medida ese casi cambio de favores. Son ideas quizás bien intencionadas del presidente, pero que después el propio Gobierno no sabe bien cómo implementar.

De hecho, eso fue lo que ocurrió con el caso de los niños sirios. El presidente en primer lugar habló de los niños, que lo que necesitan además –esto lo comparto–, producto de una guerra como la que está ocurriendo en aquella zona, es afecto, cariño. Es una idea que podemos compartir, por una cuestión de solidaridad, de humanidad; el problema es cómo se lleva a cabo, cómo se implementa. Recuerdo haber escuchado al canciller Almagro decir que había en el campo de refugiados en Zaatari una gran cantidad de niños, la mayor parte de ellos huérfanos. Por supuesto que a partir de ahí es entendible, y en este caso hay una cuestión de prioridades, el eslabón más vulnerable de la cadena son los niños más chicos y en general los que están huérfanos. Por eso la propuesta, creo que allí hay niños con familias, hay niños con madres, pero también hay niños solos.

RA - Ahí vamos a lo que usted le plantea en la carta al presidente Mujica. ¿Cuál es su idea?

VA - El planteo del presidente fue dar refugio a esos niños que están en situación de abandono. Entonces, en primer lugar yo buscaría darles prioridad a aquellos niños que estén solos. Esto ocurre cuando hay situaciones de guerra, catástrofes naturales.

Cuando surgió la idea del presidente yo incluso fui crítica –porque son muchas veces ideas sueltas– y dije: "¿Por qué primero no les damos ayuda a la cantidad de niños que hay hoy?". No hablé específicamente –creo que fue comentario de otros referentes políticos– de los niños pobres, hablé de los niños que están en situación de abandono en los hogares del INAU. Habría que recorrer los hogares del INAU, hay cientos de niños, muchos que no están en situación de abandono, pero muchos que sí. Lamentablemente el proceso de adopción todavía sigue siendo burocrático y engorroso, a pesar de que modificamos la ley en el Parlamento.

Por lo tanto, el planteo del presidente, que había sido traer niños y llevarlos a la Estancia Anchorena o a algunos de los hogares del INAU, por ejemplo la Escuela Martirené, en San José, me pareció que no tenía ni pies ni cabeza. Lo de la Estancia Anchorena no tiene mucho sentido, es algo temporal, no es un lugar adecuado, no le encuentro sentido. En el caso de los hogares del INAU, una de las cosas cuestionadas tiene que ver con no generarle mayores complejidades a la gestión. Me parece que tampoco se trata de trasladar niños de un lugar a otro lugar institucionalizado. Por supuesto que es una mejora, pero creo que tenemos que buscar algo mejor.

Y a partir de allí vino nuestra propuesta, que tiene que ver con la adopción internacional, que ocurre en estos casos, como el de Haití y otros tantos lugares donde ha habido catástrofes, donde se produce esta situación de abandono de niños y se pueden adoptar.

RA - Eso está contemplado en la legislación actual.

VA - Sí, no modificamos la adopción internacional, las modificaciones en la ley de adopciones fueron para hacer más ágiles los trámites burocráticos entre el Poder Judicial y el INAU. En lo que tiene que ver con adopción internacional no se modificó nada. En Uruguay no se ha aplicado, pero en otros países funciona y muy bien, como es el caso de Canadá.

Nosotros planteamos que debe de haber muchísimos niños en el campo de refugiados en Zaatari –que es a quienes específicamente se refirió Almagro a partir de su viaje– que están abandonados. Más allá de las políticas de Acnur, que entiendo, buscaría que vinieran niños en esa situación.

RA - La oficial regional senior de protección de la oficina de la ONU, Michelle Alfaro, dio una conferencia de prensa hace unos días aquí y explicó que la política de Acnur es reasentar familias o individuos, no niños solos. Decía: "Yo he sido oficial de reasentamiento de Acnur en cuatro países y creo que de las miles de personas involucradas en esos reasentamientos hemos presentado tres niños no acompañados y han sido situaciones muy graves y puntuales". Comentaba: "Si bien algunos niños sirios llegan a la frontera solos, lo hacen en busca de algún familiar, porque las familias sirias en general son extensas". Y afirmaba: "Para nosotros la política es reasentar familias, no niños solos".

VA - Está claro. Nosotros lo planteamos a partir de ideas sueltas o de ideas bien intencionadas –no le cuestiono la intencionalidad al presidente–, pero quizás sin tener claro cómo se encamina la búsqueda de una solución posterior. Después los propios referentes del ministerio, en este caso de Cancillería, se agarran quizás dolores de cabeza a partir de ideas que el presidente dice en su audición radial.

De todas maneras, buscaría mecanismos de adopción internacional, más allá de las políticas de Acnur, que entiendo que tienen que venir con familiares. Más allá de familias extensas, en Siria debe de haber muchísimos niños, no sé las cantidades, que están solos. Porque es verdad que cuando un niño llega a un lugar de refugio muchas veces se referencia a un familiar que en general puede encontrar, un familiar que se hace responsable y que después es su tutor. Pero me imagino que debe de haber muchísimos que no, producto de la guerra. Entonces, más allá de la política de Acnur, a la que habrá que ajustarse, de que vengan con un tutor, con un referente, habrá otras posibilidades. Posibilidades que permitan, buscando compartir la solidaridad del presidente, establecer mecanismos mediante los cuales  muchas familias en nuestro país que han seguido los mecanismos para adoptar y lamentablemente no lo han logrado de esta manera puedan acceder. Creo que esto es bueno desde todo punto de vista. Esos niños podrían llegar y tener una contención. Porque en esto coincido con el presidente, lo que les falta no es un plato de comida. Me imagino lo que debe ser, una como madre lo primero que piensa es cómo pasarían esta situación nuestros hijos, me imagino que lo primero que un niño quiere recibir es contención, afecto, amor, más allá de toda la barrera cultural que implica…

RA - Ese sería todo otro tema.

VA - … otro contexto desde todo punto de vista, que por supuesto también es un choque que tiene que ver con lo cultural.

RA - ¿Cómo ha sido recibida su propuesta dentro del propio Partido Nacional? ¿Piensan hacer algo como partido a raíz de su planteo?

VA - No, fue una iniciativa que en este tiempo electoral no he llegado ni a conversar, salvo con algunos compañeros. A partir de la idea del presidente me surgió la posibilidad de hacer esta propuesta. Frente a la incertidumbre de algunos miembros del Poder Ejecutivo, que no sabían bien cómo implementar la iniciativa del presidente, me pareció una buena idea para aportar, porque en estas cosas prefiero ser oposición constructiva y propositiva que ser solamente crítica. Desde este lugar lo planteé como legisladora en el Parlamento, y además creo que aporta a un tema muy delicado para el país como es el de las adopciones.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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