Jorge Larrañaga: A partir del 1.° de marzo de 2015 "se viene el Uruguay de los acuerdos"
La interna del Partido Nacional es la que concita más atención de cara a las elecciones del próximo domingo. La diferencia entre sus dos candidatos más populares se ha acortado en lo últimos meses y algunas encuestas dan un empate técnico. En el dÃa previo al comienzo de la veda electoral, En Perspectiva conversó con los precandidatos nacionalistas. En esta oportunidad el turno es para el senador Jorge Larrañaga, primero en las encuestas. Con respecto a la remontada de su contrincante, Larrañaga aseguró que "desde el arranque de este proceso electoral dije con toda claridad que no iba a analizar encuestas". Los temas tratados rondaron, entre varias cosas, sus planteos de seguridad, su postura con respecto al plebiscito de la baja de la edad de imputabilidad, y la participación de la oposición en los acuerdos educativos: "que nadie diga que desde la oposición no se puede ayudar a un Gobierno con mayorÃas parlamentarias como lo hicimos de manera contundente en esa oportunidad", señaló.
(emitido a las 9.31 hs.)
EMILIANO COTELO:
Desde que se largó este ciclo electoral, las encuestas colocaron siempre a Jorge Larrañaga primero en la intención de voto de los blancos. En los últimos meses Lacalle Pou ha ido achicando las diferencias, se acercó mucho, incluso Cifra y Equipos hablan de empate técnico, pero en rigor todavÃa no lo alcanza.
Larrañaga tiene 57 años. Desde chico lo llaman "el Guapo". Es doctor en Derecho por la Universidad de la República, pero hace más de 20 años que no ejerce ya que se ha dedicado de lleno a la polÃtica. Fue intendente de Paysandú entre 1990 y 1999 y desde el año 2000 ocupa una banca en el Senado.
Esta es la tercera vez que se somete a la voluntad de la ciudadanÃa en elecciones internas. En 2004 triunfó sobre el expresidente Luis Alberto Lacalle y fue el candidato único del Partido Nacional (PN) en las elecciones que terminaron trayendo el primer triunfo del Frente Amplio (FA).
En las internas de 2009 le tocó perder frente al propio Lacalle, a quien luego acompañó en la fórmula presidencial a partir de aquel famoso abrazo que selló el acuerdo entre ambos en la sede del Honorable Directorio.
Hoy dice que está "preparado para gobernar". Y anoche cerró su campaña en su Paysandú natal, donde creo que todavÃa se encuentra esta mañana.
¿TodavÃa está en Paysandú?
JORGE LARRAÑAGA:
SÃ.
EC - ¿Por qué cerró allà su campaña? ¿Fue una decisión basada en alguna razón especial?
JL - Fue una decisión intencional, analizada. Porque es mi pueblo, es el lugar donde nacÃ, donde tengo mi gente más amiga, mis cariños profundos. Siento orgullosamente mi condición de sanducero, de hombre del interior. Y porque además marca claramente que es mi intención, de ejercer un eventual Gobierno de la República, hacerlo en coordinación con los Gobiernos departamentales de todo el paÃs, en un desarrollo nacional integral, que ha sido nuestra posición, nuestra lÃnea de actuación a lo largo de nuestra vida polÃtica. Siempre hemos reclamado y pregonado lo mismo, luchando por ideas wilsonistas en las que creemos fervorosamente desde el desarrollo local, porque entendemos que tiene el cotejo y el control de la gente. Esto nos parece sumamente importante.
EC - Mientras usted desarrollaba este acto anoche en Paysandú, se divulgaban dos de las últimas encuestas, la de Equipos-Mori y la de Cifra, y en los dos casos los responsables hablaron de que habÃa sobre la mesa un empate técnico. Usted aparece primero todavÃa en las dos encuestas de las internas, pero con un margen que se ha achicado notoriamente. En Equipos-Mori tiene 50% y Lacalle Pou 46%, en Cifra usted tiene 47% y Lacalle Pou 45%. ¿Qué lectura hace de ese crecimiento de su rival en la interna en este año desde que largó su candidatura?
JL - Yo respeto todas las encuestas, desde el arranque de este proceso electoral dije con toda claridad que no iba a analizar encuestas. Expreso con toda tranquilidad que en todas las encuestas estamos en primer lugar en las preferencias de la ciudadanÃa. Tenemos una enorme confianza para la elección del próximo domingo, nos sentimos con un enorme respaldo. Anoche, pese al frÃo intenso, enorme, en función de esta época del año, recibimos una multitud en la plaza Constitución. Hemos recorrido el paÃs en toda su extensión con centenas de actos, en los que hemos saludado a la gente, recibido el mensaje de la gente, y tenemos una gran confianza en el respaldo, en el apoyo y en el voto de la ciudadanÃa para ser el candidato único del PN. Y en ese trillo me voy a quedar con respecto a mi posición con relación a las encuestas.
EC - Teniendo en cuenta cómo se ha ido achicando el margen que le lleva a Lacalle Pou, ¿por qué no apeló en estos últimos dÃas a marcar más las diferencias con él, en lugar de insistir –porque ese ha sido el tono básico de su discurso– con sus crÃticas al FA?
JL - Porque yo no cambio mi forma de actuar o de pensar o mi estrategia en función de encuestas, no soy un dirigente polÃtico dirigido ni por dirigentes ni por encuestas. Siempre digo lo que pienso, lo que siento…
EC - ¿…O hay que pensar que ese perfil de azote del Gobierno y sobre todo de Vázquez es también la forma de diferenciarse de Lacalle Pou, colocándose justamente como la alternativa al expresidente?
JL - No, es lo que he expresado durante toda la campaña electoral. El paÃs debe advertir que el domingo elige mucho más que un candidato a la Presidencia en cada uno de los partidos. El domingo elige, detrás de los candidatos, opciones que después se van a cotejar, se van a enfrentar en octubre y noviembre. Creemos, muy convencidamente, que nuestro PN es la alternativa al FA. Estamos convencidos además de que la candidatura del FA, el doctor Tabaré Vázquez, no se advierte el Uruguay que viene a partir del 1.° de marzo.
El Uruguay que viene a partir del 1.° de marzo no es el Uruguay de un Gobierno de partido con mayorÃas parlamentarias, sino el Uruguay de los acuerdos, el Uruguay de los entendimientos, el Uruguay de la relación entre el Poder Ejecutivo y el Parlamento, el Uruguay de liderazgos con humildad, con paciencia, con firmeza, con razones, con determinación. El Uruguay precisa unidad para enfrentar los problemas de un desarrollo económico que no ha ido acompañado de un desarrollo humano y social.
EC - Justamente, si el Uruguay que viene es un Uruguay de los acuerdos, la forma como usted ha planteado el debate y la manera como ha quedado la relación con Tabaré Vázquez, ¿no es un inconveniente para los acuerdos? Tabaré Vázquez llegó a sostener que usted es un "pesimista patológico".
JL - No es un obstáculo para los acuerdos, porque si nos ponemos en un escenario muy subjetivo, opinable, pero en el que tengo el legÃtimo derecho a ponerme, el escenario de ser el presidente de los uruguayos a partir del 1.° de marzo, en el FA ya no va a estar más el doctor Tabaré Vázquez. El doctor Tabaré Vázquez se habrá ido para su casa, en función de lo cual existirán otros interlocutores dentro del FA. Esto es claro, un candidato frentista que hoy aparece ausente de los grandes temas del paÃs luego de cuatro años y que irrumpe hace seis, siete meses, cuando arrancó su postulación, su campaña hacia esta interna y hacia la elección de octubre y de noviembre, y que lo ha hecho dividiendo, imitando, descalificando a todo lo que no sea su FA, después de un proceso electoral, si ese le fuera adverso, seguramente no estará más en el proceso de formación de las decisiones de su fuerza polÃtica.
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EC - Hace unos minutos le decÃa al diputado Lacalle Pou que no ha sido fácil que ustedes dos hablaran explÃcitamente de sus diferencias. Ha habido referencias en ese sentido, pero pocas, en cuentagotas. Lo cierto es que además de diferencias personales, también existen unas cuantas divergencias notorias entre sus propuestas. Entonces, como no hemos podido organizar un debate entre los dos, quiero consultarlo, como hice con Lacalle Pou, a propósito de algunos de esos puntos.
Veamos, por ejemplo, el capÃtulo seguridad pública. Lacalle Pou discrepa con la idea que usted ha lanzado de crear una guardia nacional militarizada, transfiriendo a la policÃa 2.000 efectivos provenientes de las Fuerzas Armadas. Incluso ha dicho que usted se corrió a la derecha con esa medida. ¿Por qué propone ir por ese camino?
JL - Esa propuesta la realicé en marzo de 2009 con un proyecto de ley que presenté. Yo creo en la profesionalización de la policÃa, pero creo que no es excluyente formar una guardia civil con componentes del Ministerio de Defensa, como hay en otros paÃses del mundo (los carabineros en Chile y en Italia, la Guardia Civil española, la Guardia Civil portuguesa, la holandesa), que convive con el Ministerio del Interior. En este caso podrÃa hacerlo para ayudar al paÃs en todo lo que tiene que ver con la preservación de derechos humanos fundamentales que son atacados, empezando por la vida hoy en la sociedad uruguaya.
No entiendo la paradoja de que las Fuerzas Armadas sirven para ser policÃa en la franja costera como la Prefectura Naval Nacional, que las Fuerzas Armadas sirven como misiones de paz de Naciones Unidas, incluso en el Gobierno se habla de poner a las Fuerzas Armadas a custodiar las plantaciones de marihuana, y resulta que no sirven para ayudar a conformar una guardia civil con determinados cometidos concebidos por ley, establecidos especÃficamente por el legislador.
EC - Desde el movimiento que encabeza el doctor Lacalle Pou el diputado Álvaro Delgado dice: "No creemos que los militares estén preparados para patrullar las calles. Esto no es una guerra". Dicen además que esta propuesta desmerece a la policÃa, que el problema no está en la cantidad de efectivos sino en su baja profesionalización, dificultades en la unidad de mando, falta de confianza ministerial.
JL - Nada de eso es correcto. No desmerece a la policÃa, por el contrario, pretende ayudarla. No es cierto que se diga que no hay preparación de las Fuerzas Armadas, en todo caso vale el argumento de que se pretende desmerecer a las Fuerzas Armadas. Hoy la preparación de un policÃa consiste en tener primaria completa, un curso de pocos meses, y le ponen el uniforme, un revólver en la cintura y lo largan a la calle. Entonces no es un argumento en ese sentido. Nadie plantea llevar adelante una suerte de guerra, eso es terminar en una dramatización bastante absurda del papel de una guardia civil con perfeccionamiento policial, con un uniforme diferente. Con esto además estarÃamos rejerarquizando a las Fuerzas Armadas en una reinserción en la sociedad que nos parece fundamental. Se ve que no se leyó detenidamente el proyecto de ley, por lo tanto tenemos ahà una diferencia, que no creo que sea insalvable, me parece que el paÃs necesita de todos sus recursos humanos.
Yo le pregunto y razono con usted, Emiliano: ¿para qué tener hoy, por ejemplo, policÃas en situación estacionaria en embajadas, en dependencias públicas, cuando quizás podemos tener integrantes de una guardia civil, con un uniforme marrón, derivada de esa conformación de Fuerzas Armadas, en la custodia, lo cual nos permitirÃa liberar 600 o 700 policÃas en Montevideo? No podemos avanzar con prejuicios ideológicos.
En su momento el FA también dijo que mi posición de pasar militares a la policÃa era autoritaria, que también era autoritaria y golpista mi posición –lo dijo gente del Frente– de transformar cuarteles en cárceles. Sin embargo en esta administración del presidente Mujica se transformó el cuartel de Punta Rieles en una cárcel, y ahora se está ampliando, se pasaron casi 200 efectivos militares a la policÃa, que están trabajando en la policÃa y nadie ve una situación bélica o que no hayan podido adaptarse a sus nuevas funciones. No creo que eso sea asÃ, me parece perfectamente posible concretar y desarrollar una idea de esa naturaleza.
EC - Otro tema en el que hay diferencias entre ustedes dos: Lacalle Pou ha sido uno de los impulsores de la reforma constitucional que se plebiscitará en octubre para rebajar la edad de imputabilidad penal de 18 a 16 años; usted, en cambio, rechaza esa medida. ¿Por qué? ¿Cuáles son sus argumentos?
JL - En primer lugar, vale decir, porque es público, que el doctor Lacalle en su momento, si bien estaba a favor de la baja de la edad de imputabilidad, rechazaba que fuera mediante reforma constitucional. Con respecto a nuestra posición, hemos dicho, incluso con razones que hemos escrito y hemos publicado, por qué no estamos de acuerdo. La edad de imputabilidad está fijada a partir de los 13 años en el Código de la Niñez y la Adolescencia. Si el FA hubiera permitido incrementar los máximos de las penas para los delitos gravÃsimos, que está en cinco años, y se hubieran llevado a 10 años, seguramente no tendrÃamos reforma constitucional. Me parece que no es el camino reformar la Constitución para establecer la edad de imputabilidad a partir de los 16 años, me parece una equivocación. Respeto a muchos compañeros, incluso dirigentes polÃticos mÃos, que están en la posición contraria.
Yo fijé mi posición hace ya muchÃsimo tiempo, cuando estudiaba en los libros de la especialista en derecho penal la doctora Adela Reta. En función de los convenios internacionales, en función de todos los estudios vinculados a la materia, no creo que sea una solución. Además este Gobierno no ha preparado los establecimientos como se habÃa comprometido para la reclusión de adolescentes infractores. Y no creo que en un texto rÃgido como es la Constitucional nacional se puedan establecer los lÃmites de la imputabilidad penal.
EC - O sea, tampoco es que usted discrepe totalmente con el contenido de la reforma, sà sobre todo tiene una discrepancia con respecto al instrumento.
JL - Al instrumento y a la edad. Lo he dicho claramente.
EC - Con respecto a la edad, decÃa Lacalle Pou más temprano: es notorio que la edad de 18 años es muy discutible ya, teniendo en cuenta la evolución que ha tenido la sociedad, el tipo de información, el tipo de formación a la que tienen acceso los jóvenes hoy. ¿Sobre ese argumento qué responde?
JL - La edad de imputabilidad está fijada a los 13 años en el Código de la Niñez y de la Adolescencia. Hay limitaciones en cuanto a la pena en la fijación de cinco años.
EC - Para usted, con eso está la solución.
JL - No, en nuestro Plan Libertad proponemos modificaciones que pasan por incrementar de 5 a 10 años el máximo de las penas para los delitos gravÃsimos, que pasan por centros de responsabilización de los padres, por la aplicación clara de figuras jurÃdico-penales establecidas por ejemplo en el delito de omisión a los deberes inherentes a la patria potestad. Y pasan por la reclusión de los adolescentes que cometen delitos en centros en los que entren y cumplan con lo que la ley establece. Eso forma parte de una situación que no se ha podido controlar por las autoridades en la materia. Creo que esas herramientas son suficientes para combatir la delincuencia vinculada a los adolescentes que cometen infracciones a la ley penal.
Además, en el mediano y largo plazo tenemos que tener campañas de prevención y fundamentalmente hacer actuar a la educación como instrumento para impartir valores, llevar adelante esa revalorización de la educación como papel fundamental para pasar del relativismo moral a la sujeción de una educación en valores, que por otra parte hemos presentado como proyecto de ley en el Parlamento nacional.
EC - Pasemos a otro tema. En cuanto a la marihuana se invierten los roles: usted se planta implacablemente en contra y Lacalle Pou más flexible…
JL - Usted está haciendo una suerte de debate virtual.
EC - Algo parecido, sà (se rÃe).
JL - HabÃamos quedado en que una entrevista de estas caracterÃsticas no se iba a transformar en eso. Pero con todo gusto, porque usted es un periodista como todos, que respetamos enormemente, le voy a contestar.
EC - No habÃamos hablado de que no podÃa haber este tipo de preguntas. No recuerdo haber pactado condiciones con respecto al contenido de la entrevista.
JL - No, yo nunca le digo a un periodista qué preguntas hacerme o no, usted lo sabe perfectamente bien. También sabe que le habÃa pedido que esta entrevista no fuera una suerte de debate virtual con mi compañero de partido. Pero no hay problema, estamos en vivo, al aire. Me preguntaba sobre la ley de marihuana…
EC - Una puntualización: no recuerdo que hubiéramos hablado de ese detalle que usted menciona, era inevitable hacer algunas consultas de este tipo.
Con respecto a la marihuana, Lacalle Pou reconoce que "alguna forma de regulación de la marihuana vino para quedarse", tiene diferencias con la ley votada el año pasado, propone realizarle unas cuantas modificaciones, pero por ejemplo mantendrÃa lo relativo a la habilitación del autocultivo. En cambio usted dice "¡no, que no planten nada!", porque si llega a la Presidencia impulsará la derogación lisa y llana. ¿Por qué esta posición?
JL - Porque creo que es una polÃtica profundamente equivocada. Porque la legalización del comercio de la marihuana es absolutamente incontrolable, por una enorme cantidad de argumentos. Y porque de la misma forma el autocultivo va a derivar en cualquier cosa.
EC - Incluso el autocultivo cuestiona usted.
JL - Cuestiono la legalización del comercio, que es una fase. Cuestiono un registro de gente adicta a la marihuana, cuestiono que se venda en farmacias junto con antibióticos y remedios, porque se va a terminar generando una suerte de blanqueo de la marihuana ilegal con la "legal". Y cuestiono también el autocultivo, porque en un paÃs en el que no se pueden controlar ni los carritos hurgadores de basura, mucho menos se va a poder controlar el autocultivo, seamos claros. El Gobierno tardó mucho más del plazo legal para reglamentar la ley de marihuana, y lo ha hecho de una forma desprolija, desprovista de rigor técnico y de toda naturaleza, porque la ley era muy mala, porque puede terminar siendo hasta inconstitucional, la reglamentación terminó siendo peor.
No creo que el autocultivo, mediante su legalización, termine siendo un procedimiento que le sirva al paÃs, en cuanto baja la percepción del riesgo, en cuanto es ubicarlo en un entorno de paÃses vecinos donde no existe este marco normativo y porque además se ha confesado que es una experiencia. Les estamos diciendo a los niños y a los jóvenes que no fumen cigarrillos, que no fumen marihuana, que no consuman alcohol, pero paralelamente legalizamos el comercio de la marihuana. No estoy de acuerdo con esta experiencia, me parece una equivocación. La sociedad, con los problemas que tiene, encima se compra problemas adicionales. Yo digo lo que pienso, defiendo lo que siento y es la forma como hacemos nuestra propuesta polÃtica.
EC - Para terminar esto que usted denominaba "debate virtual", un último punto. En educación, una de las diferencias que uno nota entre usted y Lacalle Pou está centrada en la conformación del Codicen y los consejos desconcentrados de la ANEP. Lacalle Pou propone como primera medida de su polÃtica educativa una "derogación parcial de la Ley General de Educación", la que se votó en el Gobierno Vázquez, para eliminar los consejeros votados directamente por los docentes a efectos de integrar el Codicen y los consejos desconcentrados. Usted está preocupado por "quitarles el poder de veto a las corporaciones sindicales fortaleciendo la capacidad de los poderes públicos para gobernar la educación", pero no anuncia la eliminación de los consejeros electos por los docentes. ¿Por qué?
JL - No solamente no lo anuncio, sino que estoy a favor de los representantes de los trabajadores en la educación y en la salud. Porque el problema básico, más allá de que he sostenido siempre que la democracia corporativa no puede sustituir a la democracia representativa, han sido los representantes polÃticos en el Poder Ejecutivo, que han sido incapaces de determinar una polÃtica educativa y llevar adelante los cambios que la educación precisa. Si vamos al caso, la representante en el Codicen, la maestra Teresita Capurro, no ha sido un obstáculo –lo digo respetuosamente, no pretendo utilizar su nombre– para las transformaciones que la educación ha necesitado.
Además, nosotros como integrantes del sistema polÃtico neutralizamos ese efecto de la representación de los trabajadores en los organismos de la enseñanza. A confesión de parte relevo de prueba, el presidente de la República nos envió un mensaje para darle doble voto al presidente del Codicen, cosa que la oposición en este perÃodo de Gobierno le otorgó al Poder Ejecutivo, le dio doble voto al presidente del Codicen. Entonces me parece bien y no pretendo ni proyecto modificar la representación de los trabajadores, de lo docentes, en los organismos de la enseñanza ni en los organismos de la salud, porque creo que pueden complementar una visión fundamental.
Además sin los docentes, sin los trabajadores de la docencia, no podemos llevar adelante las reformas en la construcción de una polÃtica educativa nacional que tenga un blindaje polÃtico, como le pretendimos dar, se lo ofrecimos al presidente Mujica y lo concretamos en el Acuerdo Nacional por la Educación que firmamos el 23 de febrero del 2012. Y que nadie diga que desde la oposición no se puede ayudar a un Gobierno con mayorÃas parlamentarias como lo hicimos de manera contundente en esa oportunidad. Llevamos adelante no solamente el apoyo de nuestro partido, sino también, por efecto reflejo, el respaldo de los otros partidos en ese acuerdo que se firmó. Lamentablemente el Gobierno terminó teniendo que sustituir al presidente e integrantes del Codicen, el propio presidente Mujica reconoció que la traba eran los representantes nombrados por el Poder Ejecutivo. Incluso dijo más: "Ojalá hubiéramos podido tener los actuales conductores de los organismos de la enseñanza desde el principio del Gobierno", en una clara confesión de las equivocaciones en los nombramientos.
EC - A partir de estas y otras diferencias que existen entre Lacalle Pou y usted, ¿cómo harán los dos movimientos para acordar un programa común después de las elecciones internas?
JL - También tenemos diferencias muy importantes en la forma de concebir un Gobierno nacional. Nosotros hemos hablado de impulsar un Gobierno nacional coordinadamente con los Gobiernos departamentales, con los Gobiernos locales, para el desarrollo de polÃticas locales, de federalizar el paÃs. Aquà también podemos tener diferencias, porque yo provengo de un Gobierno departamental, provengo del interior, provengo de ese desarrollo local que considero imprescindible para la aplicación de las polÃticas nacionales. Ahà tenemos también una diferencia.
Pero usted me pregunta cómo lo vamos a conciliar… Porque somos hombres de partido, porque vamos a poder construir una respuesta partidaria, como lo hicimos en el 99, en las peores condiciones que el PN tuvo. Como lo hicimos en el 2004 cuando nadie querÃa ser candidato a la Presidencia de la República y nosotros ganamos la nominación de candidato único de los blancos y obtuvimos el 35% del electorado. Como lo hicimos en el 2009, cuando me tocó perder y en la propia noche de la elección ayudé y respaldé al doctor Lacalle Herrera e impulsamos un programa único con la coordinación de los responsables de programa. Y como seguramente también lo vamos a hacer a partir del domingo con Luis y con todos los compañeros del PN, porque nos gana siempre el mismo sentimiento de lucha, de trabajo para llevar adelante una alternativa desde nuestro PN.
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EC - Tomo una declaración pública suya: "No estamos para decir que todo lo hecho está mal, aquellas polÃticas que suponen avances las vamos a mantener y respetar. Pero somos garantÃa de cambios que faltan en educación, seguridad y salud". Ya hemos hablado de educación y de seguridad, me gustarÃa preguntarle por salud. El FA destaca como uno de sus grandes logros la creación del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS). ¿Qué es, concretamente, lo que usted entiende como carencias en esa materia?
JL - Hay que llevar adelante cambios y modificaciones en todo lo que hace referencia al sistema de salud. Tenemos una realidad que es evidente: el sector privado muchas veces aparece frente al usuario como colapsado, con enormes problemas. Hay un derecho formal de acceso que termina negándose en los hechos por los tickets de medicamentos, las órdenes médicas, por diferir en el tiempo los exámenes incluso en situaciones graves, como todo el mundo sabe.
Y en el sector público hay una extraña paradoja que es impactante e injusta: teniendo más recursos, menos usuarios, se tienen menos resultados. Vengo recorriendo el paÃs desde hace años y he visto dispensarios médicos, policlÃnicas con implementación técnica, como por ejemplo el Centro de Maternidad de la ciudad de Guichón, con un parque técnico muy importante pero lamentablemente sin los recursos humanos para llevar adelante ese esfuerzo.
El SNIS pudo haber llegado para quedarse, pero necesita modificaciones, un trabajo de complementación más grande en lo que tiene que ver con lo público, con lo privado, para de esa forma dar mejores respuestas a los usuarios, y fundamentalmente a los usuarios con menos recursos y más necesidades.
EC - Cuando le preguntan a qué temas les darÃa prioridad en caso de ser presidente, usted responde que "la madre de todas las reformas es la de los valores". ¿A qué alude concretamente? ¿Qué implica en términos prácticos esa reforma de los valores de la que habla?
JL - Yo siento que el paÃs hace años –no quiero atribuirlo en términos polÃticos a una gestión de Gobierno, es un proceso que ya lleva varios lustros– ha entrado en un tobogán de relativismo moral, de pérdida de valores, de pérdida de respeto, de pérdida de principios en la sociedad. IncreÃblemente estamos cada vez más comunicados a través de los aparatitos, pero estamos menos comunicados desde el punto de vista personal. Aludo a la falta de respeto de hijos a padres, de alumnos a profesores, de vecinos a la autoridad, de madres a maestras. Esto es una realidad que uno encuentra en todos lados.
EC - ¿Cómo se enfrenta? ¿En qué consistirÃa esa revolución de los valores?
JL - Educación en valores. Presentamos un proyecto de ley: impartir valores desde el Estado, la propaganda oficial de entes autónomos, de servicios descentralizados, de empresas públicas tendrá que impartir no campos sembrados, pajaritos y las canciones de cada empresa, sino los valores vinculados a la libertad, a la preservación de la vida, al respeto, a la enseñanza, a la salud y a todo lo que se pueda implementar a través de esa publicidad oficial. Después dirá abajo "Ancap", "OSE", "UTE", "Banco República".
Hay que hacer una importante reforma de esos valores. El núcleo central es la educación, la educación de los hijos y de los jóvenes tiene que estar complementada por la participación de la familia en todo lo que supone esa educación. Ahà podremos detener esa caÃda de valores que alertamos y notamos y que por otra parte creo que es de percepción colectiva. Todo el mundo sabe de lo que estoy hablando, todo el mundo interpreta esta realidad indiscutible que estamos viviendo. Que vive el mundo, seguramente, pero a mà me importa, en tanto uruguayo, lo que pueda pasar en mi paÃs.
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EC - ¿Cuánto costó su campaña electoral en esta etapa de las elecciones primarias?
JL - HabÃamos presupuestado la campaña en un entorno de 1,5 millones de dólares, aproximadamente. No estoy exactamente al detalle, pero lo habremos de definir y de enfrentar en todo lo que significa el costo.
EC - ¿También en cuanto a la difusión? ¿Van a informar en detalle el origen de los fondos y el destino que ha tenido es dinero?
JL - Siempre hemos cumplido con todas las disposiciones en la materia, yo he participado en varias campañas electorales y siempre hemos cumplido con transparencia, sin ocultar absolutamente nada y sin tener nada de qué arrepentirnos.
EC - ¿No es mucho dinero un millón y medio de dólares o algo más solo para una de las etapas de este proceso? ¿No habrÃa que modificar el sistema de financiamiento de las campañas?
JL - Es posible, pero la realidad es la que tenemos hoy y es la que tenemos que enfrentar hoy.
EC - ¿No son demasiado largas las campañas electorales, para empezar?
JL - SÃ, me parece que hicimos una mala reforma en 1996. Acentuamos el poder cupular de los partidos en detrimento del resto de los sectores partidarios en lo interno, repartimos demasiado el proceso electoral, terminamos generando una suerte de partición de los partidos en función de los intereses departamentales y los intereses nacionales, y esto determina gastos, cansancio y muchas veces hastÃo de la población.
EC - Le preguntaba si no habrÃa que modificar eventualmente la forma de financiación de las campañas. Por ejemplo, pasar a un sistema en el que los fondos fueran solo públicos, teniendo en cuenta que la obligación de juntar tanto dinero como se requiere con estas campañas después puede implicar incluso, al menos en algunos de quienes donan, la impresión de que con eso están comprando algún tipo de favoritismo.
JL - Yo no tengo precio, nunca lo he tenido, nunca he recibido ni voy a recibir aportes que puedan condicionar mis posturas. Eso es un principio que he tenido a lo largo de mi vida y lo voy a mantener a rajatabla en lo que quede de ella.
EC - Es importante la puntualización, pero con vistas al futuro, ¿no serÃa mejor, más sano, otro sistema de financiamiento?
JL - SÃ, correcto, pero estar hablando ahora, en medio de la correntada, de eventuales cambios se hace extremadamente complejo. Es por lo mismo que creo decididamente que es un enorme mamarracho, ¡pero un enorme mamarracho!, que el Gobierno amenace con tratar una ley de medios de comunicación en el curso de una campaña electoral. Entonces, estar hablando de eventuales modificaciones a un proceso y a la forma de financiación… Creo que son necesarios esos cambios, concuerdo con usted, pero habrá tiempo, instancias para dialogar y discutir sobre esta situación.
EC - ¿Qué hace hoy? ¿Se viene para Montevideo?
JL - SÃ, sÃ, sÃ. Vamos a tener una actividad a las 19 horas en el monumento a Aparicio Saravia con una flor por Aparicio. Cumplimos asà con este tramo de la campaña electoral, con los jóvenes y con los compañeros que se den cita, como forma de terminar antes de entrar a la veda. Después vamos a proseguir con el trabajo que corresponde de cara a la convocatoria del próximo domingo, para la cual estamos contentos, tranquilos, con confianza y con esperanza. Porque además, de última siempre nos hemos sometido a las urnas, nuestros jueces son los ciudadanos y a su veredicto nos referimos.
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Transcripción: MarÃa Lila Ltaif