Conflicto bilateral

Luis Almagro: Si hay que ir a La Haya "nos asiste derecho y razón suficientes" para sostener el aumento de producción de UPM

La habilitación del aumento de la producción de UPM generó un nuevo cruce diplomático entre Uruguay y Argentina. Ambas cancillerías emitieron comunicados sobre el tema con un tono bastante tajante. Desde la clase política uruguaya, representantes de todos los partidos apoyaron la postura del Gobierno. Para conocer la opinión del vocero autorizado para hablar del asunto, En Perspectiva entrevistó al canciller Luis Almagro. El ministro sostuvo que el Gobierno uruguayo ha sido "muy lineal en la defensa del interés nacional" y "en generar la mejor agenda posible con la República Argentina". Según él "tiene que haber una lógica de negociaciones entre los dos países" con "criterios mucho más amplios" porque si bien su paciencia es "infinita, los intereses de Uruguay tienen ciertas urgencias".

(emitido a las 8.49 hs.)

EMILIANO COTELO:
Argentina anunció el viernes pasado que revisará "ministerio por ministerio" la relación con Uruguay luego de que ese día se conociera que el gobierno del presidente José Mujica autorizaba un nuevo incremento en la producción anual de la planta de celulosa de UPM. Desde Montevideo se respondió que se apuesta una vez más al "diálogo bilateral profundo", pero se dejó en claro que se defenderá firmemente la decisión.

Como pocas veces ha sucedido durante esta gestión, la postura que asumió la Cancillería uruguaya ante la nueva escalada proveniente de Buenos Aires recibió el respaldo unánime de la oposición política. Pero esa misma posición, sumada a la inflexibilidad que mostraron los jerarcas del gobierno de Cristina Fernández, parece que aleja cualquier tipo de solución a corto plazo.

Están sobre la mesa la posibilidad de una nueva demanda ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, acciones de represalia en otros puntos de la relación bilateral e incluso la vuelta a la ruta de los asambleístas de Gualeguaychú.

Ayer analizamos el tema con el doctor Didier Opertti, que fuera ministro de Relaciones Exteriores entre 1998 y 2005, pero estaba pendiente conversar con el canciller Luis Almagro. Hoy nos acompaña en los estudios de El Espectador.

¿Cuál es su estado de ánimo? ¿Cómo observa este escenario?

LUIS ALMAGRO:
El ánimo es muy bueno. Pero esto no es lo que le pasa a Luis Almagro y cómo se siente Luis Almagro. Luis Almagro se tiene que sentir en la mejor forma y tiene que defender el interés nacional. Para eso estamos.

EC - Mi pregunta quizás se refería a cómo se siente el gobierno.

LA - Prácticamente todos los años hemos tenido que fijar la posición de Uruguay en algún tema con Argentina. Sea el dragado de Martín García, el aumento de producción de UPM o los temas portuarios. En todos esos casos, debo reconocerlo, la oposición ha estado de acuerdo con el posicionamiento de los comunicados y las cartas que ha tenido que enviar la Cancillería. Hemos sido muy lineales en la defensa del interés nacional, hemos sido muy lineales en ser proactivos en generar la mejor agenda posible con la República Argentina. Uruguay siempre va a querer y le va a convenir tener la mayor cantidad de comercio posible con Argentina, el mejor diálogo con Argentina y la mejor cooperación posible con Argentina. Eso implica tratar de resolver temas que a veces llevan muchísimo tiempo.

EC - Da la impresión de que ahora hay un cambio de tono en la forma de plantarse frente a estas discusiones.

LA - No, si usted repasa mi carta de octubre del año pasado, tenía los fundamentos que hemos expresado en esta oportunidad. Si repasa nuestros comunicados cuando lo de Martín García, también tienen esos fundamentos. Son fundamentos además que vienen del fondo de la historia. Pero sí hemos sido bastante tajantes, muy concretos a la hora de expresarnos, en cada una de las oportunidades, para que no hubiera ambigüedades, para que no hubiera dobles interpretaciones, para que quedara todo claro desde el comienzo.

EC - Vamos a esta medida que se conoció ahora y sobre todo a sus antecedentes. El año pasado entre agosto y noviembre hubo otra crisis con Argentina y el gobierno uruguayo tuvo que resolver contrarreloj un planteo de UPM. La empresa llevaba dos años esperando respuesta a su pedido para aumentar su tope de producción de 1.100.000 a 1.300.000 toneladas. Como la productividad de la fábrica había ido creciendo a esa altura del año estaba por alcanzar el tope y si no se le habilitaba el nuevo techo iba a tener que paralizar la producción a la espera del comienzo del nuevo período de 12 meses. Y eso iba a tener consecuencias de seguro de paro en la propia empresa e iba a tener un impacto negativo en empresas que trabajan para UPM.

Ante ese escenario y las protestas del gobierno argentino, el presidente Mujica terminó anunciando que se le autorizaba a UPM un incremento, pero no de 200.000 toneladas, sino de 100.000. Le permitía pasar a 1.200.000 toneladas por año, y a cambio le exigía una serie de inversiones para reducir aún más el impacto ambiental de la planta.

Desde aquel momento estaba pendiente saber si UPM completaba efectivamente las inversiones que se le habían exigido. Nosotros mismos habíamos hecho alguna averiguación periodística para terminar de ordenar ese tema. Sin embargo, sorpresivamente la semana pasada nos enteramos de que el Poder Ejecutivo le autorizaba a UPM un nuevo aumento del tope hasta llegar a las 1.300.000 toneladas que pedía desde 2011. No se había hablado de esta posibilidad en estos meses. ¿Por qué se adoptó esta resolución ahora?

LA - Primero unas cuantas correcciones. Contrarreloj nada, nosotros iniciamos el trámite en la CARU (Comisión Administradora del Río Uruguay) en marzo de 2012, se hizo la presentación del proyecto para un aumento a 1.300.000 toneladas, se cumplieron dos plazos de 180 días, excepcionalmente, dos plazos de 180 días de negociación en el marco de CARU. Una vez cumplidos esos plazos, lo que marca el Estatuto en los artículos del 7 al 12, tomamos el tema, consideramos terminado el proceso en CARU y pasó con una comunicación del Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE), según el planteo que se había formulado inicialmente, de un aumento a 1.300.000 toneladas, al Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma).

EC - ¿De qué fecha estamos hablando ahí?

LA - Ahí estamos hablando de setiembre del año pasado.

EC - Fue justamente en esa fecha que se conoció un comunicado de la empresa que daba a conocer lo que podía ocurrir si no se le terminaba autorizando el aumento del tope.

LA - Yo siempre estuve en desacuerdo con ese comunicado de la empresa, porque fue muy inoportuno –y lo planteamos en estos términos a la empresa–, porque no era necesario. Siempre habíamos sido muy claros en cuál sería el procedimiento que seguiríamos en CARU: el cumplimiento de dos plazos de 180 días, cuándo terminaba y cuándo salía de la CARU al MRE y del MRE al Mvotma para que se implementara el aumento de producción. Entonces todo lo que se dijo en ese momento estuvo absolutamente de más, porque la situación se venía cumpliendo de acuerdo con cronogramas que nos habíamos trazado.

EC - Ustedes estaban seguros de que iban a llegar con una resolución a tiempo, antes de que fuera necesario, por ejemplo, mandar gente al seguro de paro.

LA - Nosotros estábamos seguros de que el aumento de producción se iba a dar, como se dio, y fue dado a pesar de ese comunicado.

EC - El comunicado (de UPM, del año pasado) dio pie a que Argentina dijera que la empresa estaba presionando al gobierno uruguayo, etcétera.

LA - El comunicado de UPM no ayudó en esa oportunidad. No obstante, había un compromiso de Uruguay de hacer lo que debía hacer. Entonces se hizo ese aumento de producción para el cual se le pusieron condiciones ambientales, porque también queremos asegurar que esa planta cada vez dé mejores resultados en términos ambientales. Por eso los pedidos para mejorar la temperatura de los efluentes, para mejorar las cantidades de fósforo que largan los efluentes, pedidos diversos que están enumerados en la resolución. A partir del cumplimiento de esos pedidos concretos que habíamos formulado podíamos pasar al siguiente paso, que era el aumento a 1.300.000 toneladas.

EC - Eso que usted está diciendo no está dicho en la resolución de la Dinama (Dirección Nacional de Medio Ambiente) y del Mvotma del 2 de octubre del año pasado. No está dicho que si completaba las inversiones que se le exigían en aquel momento luego se le iba a permitir pasar de 1.200.000 a 1.300.000 toneladas. En ese documento no está.

LA - Está dicho en varios documentos. Está dicho en el planteo que hace la empresa al Mvotma, está en lo que traslada el Mvotma al MRE, en las instrucciones del MRE a la delegación uruguaya ante la CARU, en los planteos y en las negociaciones que se hacen en la CARU, en la documentación que vuelve de la CARU y en el planteo que se hace al Mvotma. En la resolución esa no está, pero tenemos que analizarla en todo ese contexto y en la consideración del pedido.

EC - Para ustedes era natural que se terminara llegando a 1.300.000 toneladas; se iba a llegar.

LA - Sí, si se daban todas las condiciones ambientales necesarias y los resultados ambientales que Uruguay exige, era el camino natural ir a este aumento de producción.

EC - No fue así como se entendió en aquel momento.

LA - En ese momento hubo mucha distorsión de las cosas.

EC - Pero la resolución es muy clara…

LA - Y la resolución es muy clara en cuanto a que tampoco se le terminan rechazando a la empresa las 100.000 toneladas más…

EC - No, eso es cierto, pero…

LA - … Más bien se deja abierta la posibilidad en función de estos requisitos, estas condiciones que el Uruguay le pone a la empresa.

EC - Está bien, pero la resolución es muy clara en cuanto a que autoriza a pasar a un límite máximo de 1.200.000 toneladas "a partir de la fecha de notificación de la presente y en tanto por parte de la empresa se dé cumplimiento a las condiciones impuestas", que vienen a continuación, que son las inversiones. En el texto de la resolución de Dinama y Mvotma del año pasado las condiciones eran para autorizar el aumento a 1.200.000 toneladas, no para poder saltar después a 1.300.000.

LA - No, pero esa resolución tiene que hacerse en el marco del pedido formulado por la empresa y en el marco de lo autorizado en función del cumplimiento del proceso de los artículos 7 al 12 del Estatuto del Río Uruguay en la CARU. Entonces, salvo que ahí se hubiera dicho "queda rechazada la posibilidad de las 100.000 toneladas restantes", eso quedaba abierto a su autorización posterior.

EC - Eso es cierto, el aumento a 1.300.000 toneladas no se rechazó.

LA - … Y en ese sentido siempre se comunicó así a nivel de opinión pública. Nosotros hemos hablado de esto, siempre estuvieron pendientes de autorización esas 100.000 toneladas, las hemos referido en varias ocasiones y en varios encuentros bilaterales.

EC - Lo cierto es que en la resolución nueva, la de ahora, la del 6 de junio, en el segundo resultando se informa que el 3 de abril pasado la empresa solicitó aumentar la producción anual de celulosa hasta un volumen de 1.300.000 toneladas secas al aire por año. O sea que hace poco tiempo UPM reiteró el reclamo de llegar a 1.300.000 toneladas.

LA - Reafirmó el pedido de las 100.000 toneladas.

EC - ¿Y por qué se le concede ahora? ¿Por qué se toma esta medida en este momento?

LA - Por la evolución favorable que han tenido las obras en función de las condiciones impuestas por la primera resolución en que se aumentaba a 1.204.000 toneladas la producción de UPM.

EC - Como dije, los partidos de la oposición apoyan al gobierno en esta medida que tomó, pero algunos dirigentes sostienen que debieron haber sido informados de que esto iba a ocurrir, que no estaban al tanto de esta noticia.

LA - En estos casos uno siempre va planteando las cosas desde un inicio. Hemos hablado mucho de este tema de las 100.000 toneladas pendientes de aprobación. Muchísimo, porque también teníamos negociaciones pendientes con Argentina, los temas de puertos, trasbordos, navegación, hidrovía, y siempre decíamos, y a todo el mundo, fuimos muy claros, tanto a dirigentes de la oposición como a empresarios uruguayos, a Ipusa, a la gente que tiene algunos atrasos en declaraciones juradas, siempre dijimos: vamos a seguir adelante en las negociaciones, vamos a hacer el mayor esfuerzo, para nosotros sentarse a dialogar es distinto de sentarse a hablar, es lograr resultados concretos, pero están pendientes estas 100.000 toneladas de aprobación. Siempre hicimos referencia a esa asignatura pendiente del aumento de producción de UPM. Siempre, en todas las ocasiones y en toda la dimensión de lo que se puede conversar, dialogar y en toda la agenda bilateral que podemos tener con Argentina.

EC - No en el discurso público. En estos últimos meses no se hablaba (de eso), no se decía "está pendiente llegar a 1.300.000 toneladas".

LA - Sí, lo hemos referido en cada ocasión. Si usted me hubiera llamado desde octubre a esta fecha se lo habría dicho dos o tres veces.

EC - Mire que no estoy haciendo este planteo porque discrepe con el hecho de que se le autorice este aumente a UPM…

LA - En un momento me pareció. (Se ríe.)

EC - No, no, no es eso…

LA - Usted también me apoya. (Se ríe.)

EC - No, estoy tratando de entender el procedimiento, nada más. Porque esta decisión es un hecho que provocó sorpresa y creo que conviene que entendamos qué hubo en los meses anteriores para llegar a este punto.

LA - Todos los partidos de la oposición tienen delegados ante la CARU, todos sabían del aumento de producción que habíamos planteado en CARU y que había salido de CARU y que el objetivo final era llegar a 1.300.000 toneladas. Nadie puede decir que no estaba informado respecto de esto. Ese aumento de producción se iba a dar.

EC - ¿Cómo se eligió el momento?

LA - En función del análisis de las condiciones impuestas en la resolución.

EC - Era obvio aguardar que hubiera una reacción. Y por ejemplo, por mencionar un dato, estamos en fechas en las que el Mercosur debería mostrarse unido para terminar las negociaciones pendientes con la Unión Europea para un tratado de libre comercio.

LA - Sí, el Mercosur debería tener una cumbre también (se ríe) para traspasar la Presidencia pro Témpore. El Mercosur tiene muchas cosas pendientes.

EC - Estamos en campaña electoral en Uruguay, hay todo un proceso delicado de situaciones incómodas para el gobierno argentino…

LA - No, si fuera un tema de campaña electoral quizás el manejo de los tiempos habría sido completamente diferente. No es el objetivo. Uruguay en estos temas tiene que hacer lo que debe hacer, están el deber ser y el cumplimiento de los compromisos jurídicos. Por eso el cumplimiento de los plazos en la CARU, como señalé, el cerrar las negociaciones según los procedimientos establecidos y luego los requisitos que se pusieron a la empresa. Todo eso para nosotros son garantías suficientes de que se ha trabajado con seriedad para obtener un resultado serio.

EC - Vayamos a lo que dice la República Argentina. Dice el comunicado del Palacio San Martín: "Esta nueva medida uruguaya confirma la ruptura unilateral por parte de su gobierno del mecanismo de información y consulta previa establecido en los artículos 7 al 12 del Estatuto del Río Uruguay, que se encontraba en pleno desarrollo en octubre de 2013 cuando fue interrumpido de manera arbitraria por su gobierno".

Ustedes en el comunicado de la Cancillería contestaron: "Es una afirmación infundada. Por el contrario, esta decisión es la conclusión de un extenso proceso de análisis y consultas realizadas a partir de una solicitud de la empresa UPM presentada en abril del año 2011 y canalizada a través de los organismos nacionales competentes".

En particular, ¿cómo defiende el hecho de que se haya seguido lo que establecen esos artículos 7 a 12 del Estatuto?

LA - Con la presentación, la comunicación correspondiente ante la CARU, con el cumplimiento de la presentación del proyecto, abrir un plazo de negociación de 180 días, contestar las preguntas que habían quedado pendientes, otro plazo de 180 días de negociación para redondear la información. Luego de eso Uruguay tiene derecho a presentar el proyecto. Porque en realidad el propio Estatuto no dice, y el fallo de la Corte Internacional de Justicia tampoco, que estos puedan ser ciclos permanentes de preguntas y respuestas hasta dentro de 20 años. Creemos que dos ciclos de negociación en función de preguntas y respuestas antes de la presentación del proyecto es más que suficiente y que hemos dado las suficientes garantías. Uruguay nunca se movió del diálogo, siempre ha propuesto la continuación del diálogo, es Uruguay el que dice "vamos a seguir dialogando y fortaleciendo estas variables sin necesidad de recurrir a la Corte Internacional".

EC - Está bien, pero con respecto a cómo se llegó a la autorización para un nuevo tope de 1.300.000 toneladas, por lo que usted dice, Uruguay fue cumpliendo las etapas previstas hasta el año pasado.

LA - Hasta setiembre del año pasado.

EC - … Desde 2011 hasta setiembre del año pasado. O sea: No hubo un procedimiento nuevo para este nuevo aumento para llegar a 1.300.000 toneladas. Usted dice que este aumento de 100.000 toneladas ya quedó habilitado con todo el procedimiento que se siguió hasta el año pasado.

LA - Es que todo el procedimiento presentado el año pasado hablaba de 1.300.000 toneladas. Siempre hablamos de 1.300.000 toneladas en el marco de la negociación bilateral. Nunca hablamos de un 1.204.000.

EC - Pasando en limpio, usted dice que lo que se tramitó en la CARU de 2011 a 2013 fue el pedido de UPM para llegar a 1.300.000 toneladas.

LA - ¡Punto Martini! (Se ríe.)

EC - … Se quemaron todas las etapas que tenían que cumplirse y el gobierno en aquel momento terminó resolviendo un aumento a 1.200.000, pero ya entonces estaba habilitado para resolver el aumento a 1.300.000 toneladas.
    
LA - De acuerdo con lo que fue nuestro procedimiento en la CARU, sí. Lo demás era cómo se manejaba internamente en función de requisitos que ponía la Dinama.

EC - Entonces en setiembre, octubre del año pasado Uruguay ya estaba pronto, según las normas del relacionamiento bilateral, para autorizar el aumento a 1.300.000 toneladas, resolvió primero autorizarlo a 1.200.000, pero después -cuando quisiera- el gobierno podía pasar al escalón siguiente.

LA - Son cosas que no corresponden a Relaciones Exteriores. Eso lo manejó directamente el Mvotma en función de la relación con la empresa y de los requisitos y exigencias que le plantea. El resto ya había sido dirimido en la CARU.

EC - Ahora entendí bien.

LA - ¡Muy bien! (Se ríe.)

***  

EC - El gobierno argentino en el fin de semana anunció que volverá a denunciar a Uruguay ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya y que además revisará la relación bilateral "ministerio por ministerio". ¿Qué va a hacer Uruguay ante esas "amenazas"?

LA - Si hay que ir a La Haya, siempre dijimos que nos asiste derecho y razón suficientes como para contestar adecuadamente y sostener el mantenimiento de la planta en su lugar y este aumento de producción. Tenemos suficiente derecho en nuestras espaldas como para saber que hemos tomado las decisiones correctas.

En cuanto a la reevaluación ministerio por ministerio que Argentina pueda hacer de la relación bilateral, espero que le dé algo que es bastante obvio: que para nosotros como para ellos es muy importante tener cada vez más comercio y no menos; tener cada vez mejores condiciones de navegación y no peores; tener cada vez mejores puertos y no peores; tener cada vez mejor cooperación en términos de educación, ciencia y tecnología, seguridad y no menos; tener cada vez más turismo recíproco y no menos. Ese sería el resultado lógico de la reevaluación que uno haría en un principio.

EC - Sí, sí, pero puede ocurrir otra cosa, puede que el resultado sea otro y que la decisión entonces termine siendo otra: la de tomar nuevas medidas de "castigo".

LA - En ese caso también haremos los ajustes en función de que la ecuación siga dando positivo. Que siga dando positivo para los intereses nacionales que debemos defender en esta ocasión, para los intereses propios del país, para los intereses de los empresarios en el país y para la mejor radicación de inversiones en el Uruguay.

EC - La pregunta es de qué manera.

LA - ¡Usted me está pidiendo si voy a jugar 4-2-1-3 (se ríe) o 4-3-1-2 contra Inglaterra!

EC - ...(Por lo visto) no va a informar el equipo (risas).

LA - Y no, no le voy a informar el equipo. Pero sí, hay suficientes cosas pendientes y que Uruguay puede empujar para tener en los resultados concretos, resultados positivos para nuestro país.

EC - Desde otro punto de vista: del mismo modo que llamó la atención la sinceridad del gobierno argentino, anunciando, de hecho, la posibilidad de represalias por esta medida uruguaya (o sea, que pueden llegar a hacer lo que, de hecho y sin reconocerlo, ya han hecho hasta ahora con muchas decisiones que perjudican a Uruguay), también llamó la atención que en la nota de la Cancillería uruguaya se fuera al choque tan duro con Argentina, denunciando, por ejemplo, que ese país no actúa de buena fe en varios temas de la relación bilateral, e incluso denunciando que Argentina ha generado, de hecho, un derecho a veto que no existe y que no tiene poder para utilizar en la CARU.

LA - Sí, hemos contestado puntualmente dos cosas. Porque ellos también hacen una acusación basada en el funcionamiento y en la aplicación de buena fe de los tratados. Y nosotros decimos: lo estamos aplicando de buena fe nosotros, pero si también lo aplicaran de buena fe ustedes, estos procedimientos que tenemos para la instalación de proyectos productivos y de infraestructura en nuestro país seguirían un camino bastante lógico en el sentido del cumplimiento de los plazos de negociaciones que dieran un resultado positivo.

EC - Ustedes mencionan ejemplos concretos: "La buena fe en el cumplimiento de los Tratados implicaría que la República Argentina hubiera aprobado en la CARU los proyectos de aumento de producción de UPM, el proyecto de Difalor [Alimentos Fray Bentos, una planta de capitales argentinos y uruguayos que prevé instalarse en M’Bopicuá para secado de suero], los proyectos de infraestructura y navegabilidad del Puerto de Nueva Palmira, dentro de los plazos previstos por el Estatuto del Río Uruguay".

Implícitamente Uruguay dice en este comunicado y en este párrafo: ustedes nos tienen trancado todo esto, porque no están cumpliendo con los plazos y con los procedimientos que el Estatuto del Río Uruguay prevé.

LA - Lo decimos más allá de eso todavía, lo decimos en función de la documentación presentada. Para mí siempre hubo un tema de infraestructura en Nueva Palmira que era la terminal de graneles líquidos. Una terminal de combustible en un puerto no es lo mismo que otras cosas, porque un barco tiene un blackout, choca contra eso y tenemos que saber qué impacto y qué garantías de seguridad podemos tener.

EC - Hace años que está congelada esa posibilidad.

LA - Sí. Además hay unos temas de negociaciones entre empresas en los que no nos vamos a meter. Hemos planteado la necesidad de una simulación de navegación para resolver esos asuntos y ver qué consecuencias puede tener.

Pero en el de Difalor, el proyecto concreto de Alimentos Fray Bentos de secado de suero, consideramos que con la información presentada ya podría estar aprobado en CARU, sin perjuicio de que los plazos no hayan terminado de correr. Los dos países tenemos hoy las condiciones, en función de los datos, de aprobar ese proyecto. Ya podría estar.

Uruguay va a encontrar las adaptaciones que considere para cumplir con el tratado y tener la aprobación de estos proyectos. Eso es muy claro y muy natural. Lo mismo que pasó con UPM. Porque nuestra contraparte es la República Argentina, la contraparte de Argentina no puede ser UPM ni la contraparte de Uruguay puede ser Gualeguaychú. No podemos tener esa lógica. Tiene que haber una lógica de negociaciones entre los dos países en función de criterios mucho más amplios.

Eso implica que debamos reconocer cosas. No qué se le dio o no a UPM, no cómo utilizo esto para ajustar o para mantener ciertos posicionamientos con relación a la aprobación de los proyectos de UPM. Tiene que haber una lógica propia en función de requisitos propios y de las consecuencias ambientales como la calidad de las aguas de cada uno de los proyectos o la seguridad de navegación de cada uno de los proyectos.

EC - El comunicado de la Cancillería menciona una serie de proyectos que están trancados porque, dicen ustedes, Argentina no está obrando de buena fe. Y después dice: "El cumplimiento de buena fe de los compromisos internacionales no es compatible con generar por la vía de los hechos un derecho de veto que no existe y que no ha sido reconocido ni por el Estatuto del Río Uruguay ni por el fallo de la Corte Internacional de Justicia del año 2010, a partir de la prolongación indefinida de los mecanismos de información y consulta".

LA - Es lo que dijimos la primera vez, y lo dice el propio fallo de la Corte Internacional de Justicia: no es que uno pueda utilizar indefinidamente este proceso de consultas para extender indefinidamente en el tiempo la aprobación de un proyecto. Eso no existe, después de determinada serie de consultas, listo, se aprueba.

EC - Lo cierto es que esta parte del comunicado de la Cancillería es muy frontal. ¿Qué hay que entender? ¿Que el gobierno del presidente Mujica se cansó de intentar el diálogo, de manejar la paciencia en la relación con la administración Kirchner, y ahora va directamente al choque?

LA - No, mi paciencia es infinita, pero los intereses de Uruguay tienen ciertas urgencias a veces. Cumpliendo esas urgencias con los plazos está muy bien que lo apliquemos. Pero mi paciencia es infinita, la paciencia del Uruguay también y la actitud de diálogo de Uruguay con Argentina siempre va a existir. Como dije hoy, a los dos países nos sirve esa agenda positiva que le marqué. Si alguien no lo entiende así, va a ser peor para ese, no para el otro.

EC - Por ejemplo, ¿no puede haber llegado el momento de denunciar la conducta argentina en ámbitos internacionales? Ayer el excanciller Opertti en la entrevista que hacíamos con él planteaba un listado bastante impresionante de todo lo que Argentina incumple:

"Argentina ha violado abiertamente los acuerdos de transporte hechos en el ámbito del Mercosur. Ha violado el Tratado del Río de la Plata. Ha violado el Tratado de Montevideo del 80 de Aladi en materia de circulación de bienes y servicios. Ha violado el Tratado de Asunción de marzo del 91. Ha violado el Protocolo de Ouro Preto de diciembre de 1994".

Y seguía: "Argentina se ha caracterizado en su relación bilateral en estos últimos tiempos por una violación contumaz y sistemática de los acuerdos internacionales con Uruguay. Quiere decir que no está acreditada su legitimación para invocar el derecho, porque en realidad lo que ha hecho es desconocerlo".

LA - Perfecto. Uruguay puede contrademandar en todos estos campos, puede incluir todo esto en su respuesta a la demanda que eventualmente se presente en La Haya. Son cosas que ya hemos marcado en muchas de las comunicaciones que hemos hecho a Argentina, por todos los demás temas: hidrovía, trasbordos, Río de la Plata, río Uruguay, comercio de servicios, comercio de bienes. En cada uno de ellos hemos señalado estos planteos y estas especificaciones que ha hecho muy bien el doctor Opertti y lo podemos hacer en cada ámbito multilateral o regional.
    
EC - Pero ¿no está previsto llevar acciones específicas en esta materia?

LA - Podemos contrademandar en esto. También hemos mantenido siempre la actitud de diálogo y de los planteos regionales. Pero en el funcionamiento hasta ahora de los tribunales arbitrales del Mercosur hasta ahora ha pasado que si un país grande gana el chico cumple la demanda, pero si se da a la inversa nunca un país grande ha cumplido un laudo arbitral del Mercosur.

EC - Un problema serio del Mercosur.

LA - Un problema muy serio del Mercosur que hemos señalado desde el comienzo de gestión. Si hay un problema que tiene el Mercosur es el sistema de solución de controversias que tiene, que favorece las asimetrías y no las resuelve. El Mercosur se inventó de esta manera cuando se negoció en los 90, los países grandes se dieron esas garantías de que si pierden un fallo con un país chico tienen la posibilidad de retaliación. Imagínese, un país chico, un país grande; una economía chica, una grande. Es complicado, no tiene sentido por cómo va a afectar eso. Los posicionamientos jurídicos de Uruguay han sido muy claros al respecto.

EC - ¿El gobierno uruguayo está dando algún paso para entablar negociaciones o para encarrilar este tema en particular?

LA - Quedó abierto con nuestro planteo.

EC - ¿Ha habido contactos? En Santa Cruz de la Sierra, por ejemplo, Mujica y Cristina Fernández no dialogaron.

LA - Nos saludamos muy cordialmente, la presidenta y el canciller se acercaron a nosotros y hablamos de los temas de la reunión multilateral. Era lo que correspondía, habría sido muy inapropiado trasladar esto a un ámbito multilateral como el G-77.

EC - ¿Quedaron en algo?

LA - No. Esto va a continuar con los planteos de Uruguay. Argentina ha dicho determinadas cosas, Uruguay ya está preparado para responder. Después están los demás temas que nos habría gustar resolver. Nos habría gustado resolver estos 300 años de lucha de puertos entre Montevideo y Buenos Aires, ojalá hubiéramos entendido que mejores canales, mejores puertos, mejores servicios portuarios son buenos para los dos países y que la carga necesita eficiencia para insertarse en el mundo. Son temas que vamos a seguir trabajando.

***

Transcripción: María Lila Ltaif

***

Contenidos relacionados: Fallo de la Corte Internacional de La Haya sobre el diferendo entre Uruguay y Argentina sobre las papeleras