Avances en interconexión energética

Lo que dejó el encuentro entre José Mujica y Dilma Rousseff

Lo que dejó el encuentro entre José Mujica y Dilma Rousseff
EFE

Los presidentes de Brasil y Uruguay conversaron en "clave política" sobre la integración bilateral. Se lograron avances en interconexión energética.

La prensa brasileña le preguntó a José Mujica si piensa vender su viejo Fusca a lo que el respondió: "Los fierros tienen precio, los que no tenemos precios somos nosotros".

Con la posible "venta" de su viejo Volkswagen Escarabajo, luego de que el semanario Búsqueda informara el pasado jueves que había recibido una oferta de un millón de dólares por parte de un jeque árabe en la pasada Cumbre del G77, Mujica volvió a acaparar por estos días la atención de la prensa mundial.

Esa fue una de las interrogantes que le plantearon al presidente los periodistas brasileños que cubrieron la reunión de ayer en Brasilia entre Mujica y su colega Dilma Rousseff.

Mujica llegó con una delegación oficial al Planalto y se convirtió en el primer presidente al que Rousseff recibe luego de ganar la reelección el 26 de octubre, en claro signo de apoyo mutuo, para conversar sobre diversos proyectos de integración bilateral y regional, pero con un claro objetivo: la participación del vecino del norte en el puerto de aguas profundas que estará ubicado en la costa de Rocha.

Dilma Rousseff se comprometió a apoyar el puerto de aguas profundas "regional". En ese sentido, José Mujica buscó involucrar a la mandataria al recalcar que el puerto tiene carácter "regional".

Al término de la reunión de cuatro horas y casi sin voz, Rousseff dijo que el encuentro con Mujica fue "muy bueno" y coincidió en que debe hacerse avanzar el proceso de integración regional.

El presidente insistió en un concepto en el que ha hecho foco varias veces: la necesidad de una mayor integración. Al respecto, apuntó que Brasil es "enorme" en relación a todos los países de América Latina, pero también "precisa que lo rodeen".

Mujica destacó la reciente victoria de Rosuseff en la segunda vuelta electoral del 26 de octubre, considerando que la reelección será favorable para la integración de América Latina.

Subrayó que "la integración de América Latina nunca va a estar terminada, porque es una larga lucha y hemos pasado unos cuantos siglos sin mirarnos entre nosotros". "Mirábamos siempre más para Europa y Estados Unidos que para los vecinos y dar vuelta a esa cultura no es sencillo", agregó.

En tantp, Mujica se preocupó ante la prensa brasileña en hacer foco en el puerto de aguas profundas, marcando su carácter "regional". En esa línea conceptual, dijo que hay que hablar "cómo ese puerto favorecerá el desarrollo de Brasil, y también de Paraguay y de Bolivia, que son los compañeros de ruta que están ahogados allí sin costas, y de Argentina, que es imprescindible".

Precisó que la obra es necesaria porque el Río de la Plata se está transformando en un "conventillo de barcos que se pechan", declaró en referencia al tránsito fluvial por el estuario compartido por Argentina y Uruguay.

El avance concreto luego de esta reunión fue el compromiso por parte de Brasil de culminar las obras que le corresponden en el proceso de interconexión eléctrica que permitirá el intercambio mutuo de electricidad, para lo cual el vecino deberá hacer diversos trabajos en la zona de Candiota. Esto será, según lo previsto, en enero.

De esta manera Uruguay profundiza su condición de "hub energético" regional, ya que además de esto Brasil estará comprando los excedentes de producción que queden de la planta regasificadora que se instalará en Puntas de Sayago. El acuerdo prevé que se envíe gas a través de barcazas oceánicas.

Con respecto al puerto de aguas profundas, hay voluntad de seguir conversando y Brasil expresó su interés en participar del proyecto, aunque aún no hay nada concreto sobre la mesa. Meses atrás los principales operadores portuarios del sur de Brasil le plantearon a Rousseff su preocupación por la instalación de esta terminal y su impacto sobre la actividad en ese país.

La presidenta dijo apoyar el avance de la obra, pero no hubo formalmente un compromiso de apoyo o intervención.

Para financiar los 1.000 millones de dólares que demandará la construcción del puerto, Uruguay puso el foco en el poderoso BNDES brasileño.