Después del Balotaje

Claudio Invernizzi: En la campaña del Frente Amplio no hubo nada que no estuviera previamente establecido

A la hora de elegir presidente, hay varios factores en juego. Uno de ellos es la imagen y la campaña publicitaria del candidato, la manera en que su equipo comunica las propuestas, y la forma en que le llega a la gente. Al parecer Vázquez sigue convocando como lo hizo hace 10 años, cuando fue electo por primera vez. A dos días de la segunda vuelta, En Perspectiva le preguntó a Claudio Invernizzi, el asesor de imagen de Tabaré Vázquez, cómo se trabajó durante la campaña. Una de las cosas que aseguró Invernizzi es que, a su parecer, "hubo un encandilamiento con la figura de Luis Lacalle Pou, y eso llevó a que se sobredimensionara su campaña". Por el lado del oficialismo, el asesor dijo que la campaña del FA se hizo "mirando las propias propuestas" del partido.

(emitido a las 8.53 hs.)

EMILIANO COTELO:
"El Uruguay no se detiene." Con este slogan, Tabaré Vázquez obtuvo la Presidencia de la República.

Viendo los resultados, la campaña publicitaria resultó exitosa, aunque a lo largo del año había provocado sus discusiones en la interna del Frente Amplio (FA). Por el camino quedó aquel "vamos bien", que fue el lema de Vázquez a comienzos de año y que desapareció después de las internas, cuando el panorama para el oficialismo aparecía casualmente complicado y sombrío.

¿Cómo se trabajó la imagen del presidente electo? ¿Cuánto pesó su trayectoria, cuánto su programa de gobierno, cuánto los resultados de los gobiernos del FA y cuánto la operación de publicidad y marketing?

Vamos a conversarlo con Claudio Invernizzi, asesor de imagen y medios de comunicación de Tabaré Vázquez.

En general, ¿cómo define la campaña publicitaria y de imagen que se desarrolló en torno a Tabaré Vázquez a lo largo de este año?

CLAUDIO INVERNIZZI:
¿La pregunta implica una calificación o una reflexión acerca de la campaña?

EC - Las dos cosas. Por ejemplo, ¿qué estilo?, ¿cómo se la encaró?

CI - Fue una campaña tranquila, esa es la definición. Una campaña que se hace en cierta medida desde el oficialismo y con resultados de gestión a la vista, no había nada que reclamara ningún tipo de estridencia en la campaña. Y fue una decisión que se tomó al comienzo. Esa es la primera definición o incluso calificación, porque cuando uno define como tranquila a una campaña, de alguna manera está calificándola.

Como reflexión, estaba la convicción de que esta era una campaña de 400 metros con vallas y no una campaña de 100 metros llanos. Había que ir administrando los recursos como los administra un atleta en esas condiciones de fondo.

EC - Se está adelantando a preguntas a propósito de la primera etapa.

CI - No, no no, realmente fue así, creo que en todos los aspectos, y en la comunicación. Con respecto a la primera etapa, sí me puedo adelantar a decir que sucedieron cosas curiosas.

EC - Vamos a las etapas. Tuvo varios tramos, el primero fue el tramo hacia las elecciones internas, que fue bastante largo, de cinco, seis meses. Allí Tabaré Vázquez competía con Constanza Moreira por la nominación como candidato presidencial del FA, aunque parecía un hecho que era él quien iba a ganar.

Después estuvo la campaña previa a las elecciones nacionales, que se lanzó a fines de agosto, principios de setiembre. (Hay que recordar que en el medio estuvo el Mundial.) Y por último la campaña hacia la segunda vuelta.

Tal vez el capítulo más polémico fue el primero, que tenía como eslogan el "vamos bien".

CI - No, no tenía como eslogan el "vamos bien".

EC - Se utilizó al comienzo.

CI - No, no era el eslogan de la campaña.

EC - ¿Cómo que no tenía como eslogan el "vamos bien"?

CI - No, decía "vamos de nuevo que vamos bien", hay una sutil diferencia.

EC - Pero incluía el "vamos bien".

CI - Sí, pero no era el eslogan de la campaña. Así como tampoco soy asesor de imagen –me parece interesante precisarlo– del presidente electo, Tabaré Vázquez. Yo me dediqué al marketing político, esa fue mi tarea. Y lo hice como publicitario, además de ser un hombre de izquierda y adherente del FA. Y lo hice profesionalmente.

EC - Lo cierto es que aquella referencia al "vamos bien" la tomó tanto la oposición como el propio FA internamente y la discutió. Se lo discutió de los dos lados.

CI - Sí, creo que hubo mucha liviandad, mucha liviandad conservadora y mucha liviandad progresista. Tal vez por el imperio de las exigencias de los medios de comunicación. Creo que se montó desde ciertos lugares –politólogos, periodistas, políticos y algún otro distraído; no estoy hablando de ninguna operación de nada, digo individuamente y por las exigencias que los medios montan sobre la necesidad de opinar cotidianamente– mucha liviandad. No estoy calificando con esto sectores políticos, estoy hablando incluso de profesionales y profesionales probados.

Y creo que es una liviandad que ha hecho mal en gran parte de la campaña. Porque se empezó a calificar la campaña del FA y la campaña en los medios de comunicación del FA antes de que el FA empezara a comunicar. Hay una confusión entre lo que es una campaña electoral y lo que es el marketing político en los medios de comunicación.

EC - Escuchemos el primer jingle, el que acompañó aquella etapa para ubicarnos en aquel ambiente.
    

EC - Esa música…

CI - Yo en ese momento todavía no estaba trabajando para la campaña de Tabaré Vázquez. Esta fue una primera iniciativa que se tomó, sobre la base de un jingle anterior, de hace varios años, al cual Álvaro García le cambió la letra. En ese momento yo todavía no estaba trabajando para la campaña.

Me importaba aclarar esto del "vamos bien" que creo que el error que cometimos ahí –porque es un momento interesantísimo para hablar de errores también, un momento en que todo parece acierto es el mejor tal vez para hablar de errores; tal vez por eso no quise hablar antes con los medios de comunicación– fue haber matrizado el "vamos bien" en una página a través de la cual (vamosbien.com) se transmitían los actos. Porque el concepto "vamos de nuevo que vamos bien" tiene matices con respecto al "vamos bien" solo.

Además se manejaban otros conceptos, como "un país cada vez mejor" o "el Uruguay de las certezas". La palabra "certeza" apareció sobre el final de la campaña pero ya se venía manejando desde antes.

Se comenzó a opinar además sobre una campaña que sí existió, pero si uno va a los números fríos –de cantidad de minutos, espacios utilizados en los medios, espacios utilizados en la televisión– fue infinitamente menor de lo que fue la campaña de una interna mucho más competitiva como fue la del Partido Nacional (PN).

EC - Lo cierto es que ese "vamos bien", que usted dice que no era el eslogan entero pero que se utilizó de esa forma en el canal de televisión de internet, dio lugar a que la oposición saliera a pegar. "¿Cómo?, ¿vamos bien? ¿Vamos bien en educación? ¿Vamos bien en seguridad? ¿Vamos bien en salud?", decía Jorge Larrañaga. Y dentro del FA a mucha gente no la convencía, no lograba movilizar, sonaba a complaciente y hasta aburrida. ¿Cómo manejó toda esa controversia?

CI - La manejaba pensando que, como dije al principio, teníamos una carrera de vallas de 400 metros. Y quiero decir que creo que fuimos de nuevo porque íbamos bien. Esa es la realidad.

EC - ¿Usted dice que el resultado de ahora, Vázquez reelegido presidente, se debe en buena medida a que el FA ha hecho las cosas bien?

CI - Antes de seguir hablando de marketing político, voy a utilizar unas palabras de Jacques Séguéla, un francés que hizo la campaña de Mitterrand y la de Lech Walesa. Séguéla estuvo acá en Uruguay de visita, hace muchos años, y cuando le preguntaron cuál era el secreto para el éxito de sus campañas electorales, respondió: "Saber de antemano quién va a ganar".

Esto quiere decir muchas cosas. Creo que la primera pregunta que nos debemos formular es cuánto puede incidir realmente una campaña de marketing político –no la campaña política– en una definición electoral.

EC - ¿Y cuál es su respuesta?

CI - Yo podría golpearme el pecho hoy, pero no lo voy a hacer, porque creo que las campañas las ganan y las pierden los candidatos. Ni las gana ni las pierde el marketing político. Como decía aquella canción de Lennon, "La balada de John y Yoko", "esto no es fácil, yo sé que ellos me van a crucificar", siempre tuve la convicción de que podía terminar crucificado. Tenía la tranquilidad de saber, o por lo menos a eso apostaba todos los boletos, que Vázquez iba a ser el futuro presidente del Uruguay.

Hubo dirigentes del Frente, pero hubo cosas peores, hubo operaciones políticas de gente de izquierda…

EC - ¿Cómo es eso?

CI - Bueno… naturalmente tu deber va a ser preguntarme nombres y naturalmente mi deber es callarme la boca.

EC - A cada rato se cuela el Claudio Invernizzi periodista, que también lo ha sido.

CI - [Se ríe.] ¡Buenas épocas! Incluso llegamos a compartir, aunque tú ocupaste la secretaría de redacción posterior a mi estadía en Jaque.

EC - No, no llegué a ser secretario de redacción en Jaque. Pero sí trabajé como periodista en Jaque.

CI - Una publicación maravillosa que hay que reivindicar cada vez que uno tenga la oportunidad, porque fue uno de los grandes momentos periodísticos de este país, con gente tremendamente talentosa, entre la cual no me cuento, por eso volví a la publicidad.

EC - Usted supone que yo le voy a preguntar nombres y ya adelanta que no los va a dar. Pero ¿a qué está aludiendo?

CI - Si alguien tira a la prensa que Tabaré Vázquez está cambiando o que va a cambiar quien lleva adelante la publicidad de la campaña, si alguien tira a la prensa que se va a reunir con Tabaré Vázquez, está generando una operación política tirando pescado en mal estado.

Nada de esto fue cierto, y quiero reivindicar la confianza y la libertad de trabajo que Tabaré Vázquez me dio. Nos dio, nosotros éramos un equipo de 17, 18 personas, el equipo técnico que trabajó para esta campaña, que trabajó en una armonía fantástica con la Secretaría de Propaganda del propio FA, con un equipo que trabajaba en redes dentro del FA, y que también contactó, sin ningún espíritu de intervención, al contrario –porque tampoco habrían dado lugar a ninguna intervención, pero además tratando de estimular la libertad de acción, gente que fue clave en todo este proceso en lo que tiene que ver sobre todo con la interna del FA y con la recuperación de cierta alegría–, con las Redes Frenteamplistas, el 28 de noviembre, el ecomité, gente que realmente activó, desde una perspectiva muy genuina, todo lo que tuvo que ver con esto.

EC - ¿Está diciendo que hubo gestiones para desplazarlo a usted y a su equipo?

CI - Si yo en vez de ser publicitario fuera político, diría que sí. Como soy publicitario, apenas si lo comento.

EC - Después de las elecciones internas –unas elecciones internas en las que el FA no votó bien, comparado con los otros partidos tuvo una performance floja, cosa que ya había pasado en otras ocasiones, pero al mismo tiempo las encuestas mostraban una intención de voto congelada en el orden del 40% y en alguna, como Equipos, llegó a bajar del 40%– hubo cambios. Y apareció un eslogan nuevo, de aquel "vamos de nuevo que vamos bien" se pasó a "Uruguay no se detiene", apareció este nuevo jingle…



EC - … y se dio incluso otra relación de Vázquez con los medios de comunicación, tuvo una mayor disposición a conceder entrevistas, algo que hasta ese momento había manejado de manera muy cerrada. ¿Cómo explica esos cambios?

CI - Vuelvo al principio, a la carrera de 400 metros con vallas. Si bien se trabajaba para octubre y esa era la realidad desde el primer momento, nunca se trabajó como definitiva la campaña de las internas del FA. Los cambios se iban a procesar.

EC - Pero ¿esos cambios estaban previstos desde el comienzo o fueron fruto de una revisión?

CI - Sí, naturalmente, estaban previstos. Acá hay un hecho cultural que tiene que ver con las conductas de la izquierda. La izquierda es fundamentalmente crítica, y estoy convencido de que el saco del oficialismo siempre le ha quedado ajustado, no se siente cómoda manejando los brazos con el saco del oficialismo y no se ha logrado todavía un sastre que pueda hacer sacos a medida en ese sentido.

Porque dentro de la propia izquierda, durante los primeros meses de campaña no solo se cuestionó el "vamos bien", se cuestionaba a Tabaré Vázquez, al presidente que se había ido con mayor aprobación en la historia del país, el presidente al que se había ido a buscar para que fuera nuevamente el candidato y en el cual se habían depositado las expectativas. Creo que si hubiéramos dicho "estamos más o menos bien, pero vamos a ir mejor", también habría sido cuestionado. De todas maneras y más allá de todo eso, la realidad empujó a acelerar el cambio.

EC - Efectivamente, en agosto, setiembre, se aceleró un cambio en el tono de la campaña.

CI - Sí; te diría que en julio, cuando hubo que mirar. El jefe de la campaña siempre fue Tabaré Vázquez, él fue quien manejó los tiempos; vuelvo a insistir en que él fue el ganador de esta campaña. De todas maneras, hubo una inflexión que fue la definición de la fórmula. La definición de la fórmula facilitó y aceitó mucho las cosas en lo que tiene que ver estrictamente con el tema de la comunicación.

EC - ¿En qué sentido? ¿Cuánto jugó el factor Raúl Sendic?

CI - Fue un intermediario de lujo en todo el proceso, en lo que tuvo que ver con la comunicación entre Tabaré y el equipo técnico, sobre todo, para diferenciarnos un poco de lo que fue el comando de trabajo; como equipo técnico me refiero a todos quienes nos ocupábamos de diseñar, filmar, grabar, etcétera, y componer una estrategia de comunicación para la campaña. En ese momento se revisaron algunas cosas y se ajustó. Pero nada hubo que no estuviera previamente establecido.

EC - Una puntualización: después de las elecciones internas apareció un factor nuevo que fue Luis Lacalle Pou candidato a la Presidencia por el PN. No era el nombre que se estimaba; más bien se suponía que la competencia hacia octubre iba a ser con Jorge Larrañaga. Y Lacalle Pou tenía algunas características especiales; para empezar, la juventud relativa en comparación con Vázquez, es un hombre mucho más joven. ¿Cómo fue tenido en cuenta ese factor en el rediseño, el reajuste de la campaña?

CI - Hubo cosas interesantes. Creo que lo más interesante que tuvo Lacalle Pou fue la campaña de la campaña, más que la campaña en sí.

EC - ¿Cómo es eso?

CI - Es que creo que hubo también, así como hubo cierta liviandad –me parece interesante volver sobre eso, yo digo liviandad conservadora y liviandad progresista en el análisis de la campaña, de la comunicación, creo que por la exigencia de los medios–, también hubo una campaña de la campaña por cierta sorpresa que generó la estrategia de Lacalle, que habilitó una reacción favorable en los medios de comunicación. Luis Lacalle Pou sedujo a profesionales no necesariamente políticamente –quiero separar de acá cualquier cosa que se pueda leer como tal–, pero generó una seducción que tiene que ver con las cosas más fáciles de las cuales la seducción es hija.

EC - ¿Está diciendo que periodísticamente hubo un encandilamiento con la figura de Luis Lacalle Pou…

CI - Sí, sí, creo que sí, no solo periodísticamente…

EC - … y eso llevó a que se sobredimensionara su campaña?

CI - Sí, la campaña de la campaña.

EC - Esa es la sensación que usted tiene.

CI - Sí. De todas maneras, hubo cosas interesantísimas. Como publicitario lo que más destaco de la campaña de él no es necesariamente la estrategia –y no voy a hablar de ella, solo para decir una cosa que me pareció muy buena, y lo de la campaña de la campaña–, sino la vía pública original en las internas. Tenía un tratamiento visual delicadísimo y para mí muy convincente, de alto impacto y con una estética formidable.

EC - Pero el factor Luis Lacalle Pou ¿incidió en los retoques que ustedes hicieron de la campaña de Tabaré Vázquez?

CI - El tema no son los retoques que se hicieron, sino el desarrollo de la campaña. Por eso me parece importante esto de los 400 metros con vallas, el desarrollo de la campaña.

Naturalmente hubo un cambio en la competencia electoral. La propuesta de Lacalle era diferente, fue diferente en su discurso, en su gestión, en sus planteos, de lo que habría sido lo de Larrañaga. Pero la propuesta del FA era una sola; uno no puede decir que va a actuar ajeno a cómo va a actuar la competencia porque sería absurdo plantearlo de esta manera, pero la campaña del FA se hizo mirando las propuestas del propio FA.

Para ejemplificar. En muchos lugares se cuestionaba la falta de discusión programática –lo he escuchado acá en esta radio reiteradas veces, y en En Perspectiva también– que tenía esta campaña. Y creo que se estaba siguiendo un candidato. Porque el otro candidato, Tabaré Vázquez, desde enero, cuando yo todavía no estaba haciendo la campaña y no había sido parte del jingle inaugural de la campaña del FA, hacía discursos de más de una hora manejando cifras y haciendo propuestas programáticas. Y eso hizo desde el principio hasta el final de esta carrera en la cual se fue soltando y se fue saliendo un poco cuando dijo "ya no quedan cosas programáticas para hablar". Esto me parece clave también para ver, desde este lugar, cómo nos veían a nosotros mientras hacíamos la campaña.

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EC - En el triunfo o la derrota de un candidato a la Presidencia inciden muchas razones: su trayectoria, su programa de gobierno, la situación del país, también la imagen que ese candidato proyecta.

En el caso de Tabaré Vázquez, reelegido presidente de la República, ¿cuánto pesa cada uno de esos factores? De eso estamos charlando con Claudio Invernizzi, que ha sido su asesor en marketing político en esta campaña.

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EC - A propósito de ese jingle que se inauguró a mitad de año, entre julio y agosto, el que tiene polenta, ¿qué estilo le pusieron?

Dice un oyente: "Admitamos que ese jingle al mejor estilo barrabrava Ámsterdam y Colombes fue lo que los salvó"

CI - ¡Mmmmm!

EC - … ¿Hubo algo de eso? ¿Por qué se eligió este tono? ¿Había que despertar a la militancia?

CI - Sí, naturalmente, eso estaba claro, que la militancia estaba necesitando, más allá de militantes que se mantenían activos, más allá del trabajo que se hacía directamente desde el FA. Yo me refería al saco incómodo del oficialismo. Y se tiraron varias reflexiones y frases a lo largo de esto, que incluso tenía que ver con las encuestas.

Me gustaría hacer una anécdota que vale la pena. En mis mañanas de actividad física, un compañero de gimnasio me dijo: "Hay que pedirle a McCartney que nos ceda los derechos de Hey Jude, porque los coros de Hey Jude son absolutamente fantásticos y estimulantes". Me fui con eso dando vueltas en la cabeza y le sumé las palabras de un músico uruguayo muy destacado, un tipo joven, que me dijo una vez: "No hay ningún hit americano que no tenga un ooh, un eeh, un aah y un lalalá". Sobre eso trabajamos.

Pero lo que me interesa destacar de este jingle es una cosa muy importante y que tiene que ver con las preguntas que venís formulando y esta insistencia mía en el saco del oficialismo. Hay un concepto que tiene dos elementos, que son "no" y "detiene". Convengamos en que "Uruguay no se detiene" es una forma de reinterpretar el "vamos bien". Yo escuché a Andacht hablando al respecto, incluso decía "tendrían que haber hecho al revés, haber arrancado por el 'Uruguay no se detiene'"; es una forma de verlo. Pero esto quiebra el mito del "no", toda la letra está llena de "noes".

EC - Parecía una provocación a la otra campaña, la de "la positiva".

CI - No es una provocación a la campaña de la positiva. En definitiva en todo esto está el libre albedrío del ciudadano, la voluntad de poner su voto por eso. Para mí es importantísimo volver a destacar este tema de que nosotros desde el marketing político no decidimos el voto de la gente. Podemos influir en un 1, un 2%, pero no vamos influir, quien termina ganando o perdiendo es el candidato.

A todo esto, cuando fue cuestionada esta canción –naturalmente, como iba a ser cuestionado todo lo que se hiciera desde la comunicación, incluso por la fuerza política– lo que se cuestionaba era el "no". Ante lo cual yo reflexioné en la siguiente dirección: el "no" ganó el plebiscito del 80; "no" se le dijo a la venta de las empresas públicas; era probable o confiábamos en que el "no" ganara en el "no a la baja", y la primera canción del FA era "No nos moverán". Por último, si no metemos "no" por algún lado, estamos fritos, tratando de reportar a esta cosa de que necesitamos ser oposición, aunque sea de nosotros mismos. Lo digo en broma pero un poco en serio también. El mejor saco a medida que se hizo fue componer una canción con estas características.

EC - Y ¿de qué manera jugó en la campaña otra campaña, u otra serie de campañas: la publicidad oficial? La oposición, y en particular el PN, sostiene que Luis Lacalle Pou, un joven diputado que estaba empezando su carrera política hacia cargos de responsabilidad como la Presidencia de la República, tuvo que enfrentar a todo el aparato del Estado puesto a favor de Vázquez. Y se machaca con insistencia en el peso que tuvo el pautado de publicidad de distintos organismos públicos, no solo empresas públicas, sino también ministerios, etcétera.

Usted no estaba en eso, supongo, pero ¿cómo vio ese "complemento" que de hecho tuvo la campaña de Vázquez?

CI - Recuerdo cuando se cuestionaba a Antel porque había gastado nueve millones de dólares durante la presidencia de Lombardo. Era el gobierno del Partido Colorado. Creo que esta es una discusión tremendamente vieja.

EC - No, la discusión a propósito de qué volumen tiene que tener la publicidad de organismos públicos o de empresas públicas sin duda es vieja. Esta es una discusión aparte, la publicidad de organismos públicos en campaña electoral.

CI - Está bien, creo que eso se puede llegar a legislar. Pero sobre este tema concreto, no estoy de acuerdo. No estoy de acuerdo en que ello haya incidido. ¿Era esperable que Tabaré Vázquez –esta es la contrapregunta o que intenta ser una respuesta implícita– hubiera perdido si no hubiera habido comunicación oficial? Yo creo que no.

EC - Se lo pregunto, sobre todo, teniendo en cuenta que usted dice que uno de los factores importantes en este resultado es lo que los gobiernos del FA han hecho. Y lo que los gobiernos del FA han hecho estaba mostrado en esa otra serie de campañas.

CI - Sí… nosotros hicimos una campaña que fue concebida hasta en sus aspectos territoriales, como me gusta decir. Hicimos un estrado con una gente poderosísima –por el trabajo que desplegó durante toda la campaña– que llevamos por todo el país, un único estrado que tenía una única visualización estética y que tenía un montaje muy grande. Fue una medida que se tomó diría de respeto hacia el interior, para que el interior recibiera en alguna medida –y muy inspirado por Tabaré Vázquez además, quien creo que dio cinco veces la vuelta a todo el país desde enero hasta la última gira– hasta el "Uruguay por más". Una decisión programática sobre la cual montamos y fuimos muy cuidadosos no solamente en la propia estética, sino en transformar eso realmente en un centro de propagación de pensamiento, en el cual incluso se le dio lugar a gente que notoriamente adhería a otros partidos, como Enrique Iglesias.

EC - Se refiere a las conferencias programáticas "Uruguay por más".

CI - Sí. Cada una de las cosas que se hicieron a lo largo de la campaña tuvo un porqué. Sacamos hasta las cosas más pequeñas en este intento de estimular a la militancia del FA. Hicimos unas postales preciosísimas –las pueden encontrar tal vez en la página del FA, para que la gente se divierta un poco mirando la campaña y salir de tanta seriedad– que se largaron en la Noche de la Nostalgia, el 24 de agosto –además el 25 de agosto es el Día del Comité de Base–, con la idea de terminar con tanta nostalgia y pensar el país del futuro, qué cosas se habían hecho durante los 10 años de gobierno del FA y sobre esa base qué cosas se esperaban para la siguiente gestión de gobierno.

Eran tantas las cosas que había para decir y no se podía imprimirlas todas en las postales. Entonces vuelvo a la pregunta –naturalmente, el PN hará las reflexiones que pueda y tendrá su propia opinión sobre esto–: no creo que la publicidad oficial haya sido un factor determinante en unas elecciones que se ganaron en segunda vuelta por el 12%.

EC - En la última campaña, la previa al balotaje, hubo un nuevo cambio de tono. Este spot fue uno de los últimos.

EC - ¿Cómo planificaron este último giro?

CI - Era un momento clave para que hablara el candidato. Esto forma parte de otros materiales en los cuales el candidato hablaba a cámara y seguía con aquel discurso programático que había generado en enero, a principio de año, proponiendo y hablando sobre cosas concretas. Junto con este material salió el clip de los músicos, por lo tanto había cuestiones emocionales y había cuestiones racionales, como en todas las campañas.

EC - El clip de lo músicos es el jingle que escuchamos hace un rato, pero vuelto a grabar y filmado en el estudio, con una enorme cantidad de músicos que participan en ese registro.

CI - Ahí está. Desde el punto de vista estrictamente publicitario convengamos en que no es ninguna novedad, pero expresaba una diferencia del FA, que es la correspondencia con el sector de la cultura. Y además el entusiasmo, etcétera.

Este material, que salió tres días, tiene un texto que me parece excepcional, y lo puedo decir así porque no fui el único gestor, si no, no me atrevería a tener semejante acto de vanidad. Fue inspirado por un colega publicitario muy amigo mío, argentino, una especie de estrella de la publicidad en Argentina y hoy en Europa, que me habló del tema del contrato y fue una inspiración lindísima. Y no solamente yo trabajé sobre ese texto, sino que trabajó otra gente. Creo que es la esencia de cualquier propuesta de una candidatura presidencial.

EC - No era solo el texto, no era solo el contrato que ofrecía Vázquez en el audio, sino las imágenes. Se iba intercalando gente, gente común y corriente en distintos lugares del país con un micrófono delante que iba tarareando la canción.

CI - Fue invertir lo que se venía trabajando, en los spots en los cuales Tabaré salía al aire y la gente estaba en off. Acá dijimos "vamos a poner a Tabaré en off y que sea la gente la protagonista". Y hay micrófonos como un símbolo de interlocución también, más allá de que era la gente la que estaba tarareando ahí. Ese es el sentido de este último material. Dicho sea de paso, fue de los materiales que más me gustaron, tanto este como el clip y como el material "Banderas", que fue inspirado por donde era el barrio Reus al Sur, que es muy cerca de mi casa, de barrio Palermo, al pasar por ahí –es una serie de viviendas, creo que hechas por autoayuda– y verlo embanderado con el FA, y pensar que era el momento de la paz. Porque ese material salió sobre el final también, se pautó apenas cuatro días, cuando ya era intolerable la tanda política.

EC - En los últimos días previos a la primera vuelta.

CI - A la primera vuelta. Un material en el cual un dron iba recorriendo las casas embanderadas, siguiendo los autos, pero casi casi casi en silencio. Un material largo, de un minuto y medio, que fue como un momento de colaboración al respiro y a la reflexión previa a las elecciones.

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EC - ¿Volvería a hacer marketing político? ¿Volvería a trabajar como asesor de un candidato?

CI - Absolutamente sí. Es una responsabilidad tremenda, para un publicitario es como una responsabilidad superior, porque estás trabajando con lo más importante de la comunicación, que es tu país y el destino de tu país. Con esa responsabilidad sí lo volvería a hacer, naturalmente.

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Transcripción: María Lila Ltaif