Consejos de salarios: la visión patronal
Este lunes se instalan los Consejos de Salario. Raúl Damonte, representante de la Cámara de Industrias, dijo que cualquier mejora salarial deberá contemplar a cada empresa. Aclaró que no ven la negociación colectiva "como algo obligatorio" sino como algo a fomentar. "Sobre el consenso es donde se tejen las genuinas y duraderas relaciones de trabajo", dijo.
(Emitido a las 9.11)
EMILIANO COTELO:
Este lunes instalan por primera vez en 15 años los Consejos de Salarios. Allí sindicatos, empresarios y el gobierno se sentarán a dialogar en busca de acuerdos.
Hace pocos días entrevistábamos a Juan Castillo, del PIT-CNT, para conocer las expectativas de la central de trabajadores, y hoy nos interesa averiguar cómo llegan a esa instancia las gremiales empresariales.
¿Cuáles son sus objetivos? ¿Cuáles son sus preocupaciones? ¿De qué manera se plantarán en las negociaciones?
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EC - Vamos a dialogar con el doctor Raúl Damonte, representante de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU) en el Consejo Superior Tripartito, que en su actividad particular es gerente de Recursos Humanos de Fábricas Nacionales de Cervezas.
Estamos en los días previos a la instalación de los consejos de salarios que, recordemos, no se convocaban desde principios de los noventa. ¿Qué implica esta novedad para las empresas?
RAÚL DAMONTE:
En primer lugar está claro que desde 1990 este marco normativo de negociación a nivel de consejos de salarios estaba en receso. Lo que no quiere decir que haya habido prohibición de negociar, sino simplemente la no obligación de hacerlo en materia de consejos de salarios. La dinámica de la no convocatoria lleva a que haya una cantidad de gente que de por sí, como un mecanismo de autocomposición propio y natural de las relaciones de trabajo, han seguido negociando a nivel de rama de actividad o de algunas empresas.
EC - Hay tres ramas que tienen convenios vigentes.
RD - Exacto, hay ramas que tienen convenios vigentes.
EC - Por ejemplo la construcción, el transporte interdepartamental y la industria metalúrgica.
RD - De manera que el primer enfoque es ese, salimos de una etapa de muchos años de receso de negociación colectiva en términos de lo obligatorio y entramos en esta nueva etapa con una gran expectativa.
La primera lectura que tenemos que hacer creo que es para definir cómo se prepara el empresariado para estas negociaciones, ver cómo está encarando estas negociaciones, cómo las vemos.
EC - Una pregunta previa: ¿qué puede aportar este tipo de acuerdos en la relación entre empresarios y trabajadores?
RD - A eso voy precisamente. Cuando decimos cómo vemos esta convocatoria tenemos dos lecturas obligatorias para hacer, una que sale del propio texto normativo, de lo explícito del marco normativo, tanto el decreto 138 que está definiendo los grupos de actividad como el acta de acuerdo de trabajo del Consejo Superior Tripartito y el propio marco legal establecen claramente que las competencias de este consejo de salarios son la fijación o la negociación de tasas mínimas de salarios por categorías. Eso si vamos al marco explícito.
Pero creo que hay que leer un poco más allá del marco explícito. Si uno analiza no sólo el escenario en el que se enmarca esta convocatoria, sino que además ve concretamente por ejemplo los considerandos de las disposiciones que acabamos de mencionar, vemos dos puntos que no son menores y en los que hacemos mucho hincapié. Uno es la intención de este gobierno de garantizar la participación genuina de los actores sociales en todos los temas que tengan que ver en este caso con condiciones de trabajo y salarios, o sea la garantía de la participación genuina.
EC - ¿Por qué lo subraya?
RD - Lo subrayo porque asegura un tripartismo genuino, no es simplemente una situación como la que se está viviendo hasta el momento por el hecho de la no obligación de negociar, donde el gobierno actúa como mediador o como inspector, pero no hay una realidad de tripartismo genuino.
EC - ¿Y el otro punto que quería destacar?
RD - El otro punto que me interesa destacar es que también está señalado en los considerandos de los decretos de convocatoria a los consejos de salarios que se quiere fomentar la negociación colectiva como un instrumento real de trabajo y desarrollo de las relaciones laborales en las empresas. Esto es muy importante, habla de una etapa que se inicia en la que el gobierno pone foco en el tema del relacionamiento, del diálogo social, de la participación de los actores sociales en los temas relacionados con el empleo, con el trabajo y con las condiciones de trabajo. Y a la pregunta de inicio de cómo nos preparamos para esta instancia yo digo: tomémoslo como un gran desafío porque más allá del marco normativo de convocatoria en forma obligatoria a negociar un salario mínimo, hay implícitamente una cantidad de otros desafíos que tenemos que tomar con un gran compromiso.
EC - Para plantearlo en términos más directos, el PIT-CNT ha reclamado insistentemente el retorno a las negociaciones en los consejos de salarios y a la negociación colectiva en general. Con esta resolución que ha tomado el gobierno del doctor Tabaré Vázquez se está satisfaciendo aquella demanda.
Del lado de los empresarios, ¿se veía esta posibilidad con recelo, con desconfianza, con desagrado?
RD - No. En primer lugar esta convocatoria satisface parcialmente esos objetivos, porque la convocatoria es a negociar salarios y dentro de los salarios tasas mínimas por categoría. Hay en el terreno de lo implícito y de alguna manera en torno a algunas declaraciones que se han hecho públicamente, el interés de incursionar en otros temas que hacen a las relaciones laborales, como por ejemplo la negociación colectiva. Se está trabajando en un proyecto de ley y todos los temas relacionados con los fueros sindicales, las libertades sindicales, y hay mucho más para trabajar en esto.
En esta primera instancia en los consejos de salarios específicamente coincido en que desde el punto de vista de los trabajadores se ha logrado el objetivo de sentar en la mesa...
EC - ¿Y desde el punto de vista de los empresarios?
RD - Desde el punto de vista de los empresarios esto se ve también, más allá de la obligación de sentarse, como un gran compromiso, un desafío y algunas dudas.
EC - ¿Ustedes preferirían que no hubiera consejos de salarios?
RD - En principio como una denominación general de nivel empresarial nosotros no vemos la negociación colectiva como algo obligatorio, tomémoslo como un principio general. A la negociación colectiva hay que fomentarla, no hay que obligar a negociar. Y hay muchas formas o mecanismos de fomentar la negociación colectiva, una de ellas es tomar en cuenta esos considerandos del decreto como herramienta base de desarrollo de las relaciones colectivas de trabajo. Eso tiene que ver con una cantidad de aspectos que trascienden lo meramente obligacional.
A la convocatoria por salarios se va a concurrir, asumiendo como se asumió...
EC - Se lo pregunto porque había una reticencia a negociar salarios mínimos rama. Distintos representantes del sector empresarial argumentaron, por ejemplo, que la cantidad de grupos tenía que ser mayor que la que proponía el gobierno, que había situaciones muy distintas dentro de un mismo sector y que imponer determinados salarios mínimos podía llegar a afectar a algunas empresas de una misma rama, mientras que a otras no las complicaba sino que podían absorber esas resoluciones. A este tipo de consideraciones era que me refería.
RD - Eso está presente, está encima de la mesa. No olvidemos que esto nace ya con una señal muy clara por parte del Poder Ejecutivo, que los empresarios tomamos, que esta invitación a participar desde el vamos, o sea ya desde la propia negociación, en cuáles serían los grupos de actividad. El tema no viene cayendo encima de la mesa como una imposición. Había claramente dos posiciones, una limitación del Poder Ejecutivo en base a un documento de trabajo sobre 16 grupos de actividad, y por otro lado una realidad que viene de 1985, cuando había 47 o 48 grupos de actividad. En el medio de todo esto la dinámica del mercado, los cambios en las condiciones de trabajo, la evolución de las categorías, la tecnología, todo eso incidió para que este tablero de definiciones claras por grupos se fuera moviendo.
Entre la alternativa de optar por la posición del gobierno o quedarse en la posición de los 48 grupos hubo una instancia intermedia en la que las propias partes, en ese proceso de negociación del Consejo Superior Tripartito, definieron esto que hoy es un acta de acuerdo, o sea los 20 grupos de actividad y 70 y pico de subgrupos que van a ser el escenario real de la negociación. O sea que si lo miramos desde el punto de vista operativo, de funcionamiento, de cuál va a ser el escenario de negociación, va a haber más de 70 mesas de negociación instaladas, por encima de aquellas 48 del año 1985.
EC - Esa variedad, esa amplitud, ¿les da más tranquilidad?
RD - Hay una tranquilidad. No olvidemos que para que la negociación sea genuina, que se atienda específicamente los intereses de cada sector, de cada empresa, las distintas realidades que existen en la muy vasta heterogeneidad de las distintas empresas, medianas, pequeñas, del interior, de la capital, lo más eficiente es ir a la realidad mínima, o sea descentralizar la negociación lo máximo posible para lograr que de alguna manera los interlocutores válidos sepan de qué están hablando. Si usted sube el nivel de negociación a la rama de actividad o del sector es probable que la suerte de los salarios mínimos por categoría esté siendo definida por gente que está muy lejos de la realidad de la empresa. De todas maneras esto es una realidad del mercado, tomémoslo como lo que está, cuando se toma punto de partida la negociación a nivel de salarios mínimos y en este caso de las categorías, se parte también de la base de que hay una cantidad de temas que hay que definir previamente.
EC - ¿Por ejemplo?
RD - Definimos las categorías, de qué categorías estamos hablando. En esos grupos de los que hablamos, e incluso en los subgrupos, hay una cantidad de empresas o de sectores representados, va a haber que definir claramente cuáles son las categorías, qué actualización hubo de las categorías en el término de todos estos años; hay simplificación, una cantidad de acuerdos inclusive recogidos en convenios colectivos donde las partes han acordado otro tipo de definiciones, de formas de trabajo, la capacitación, la empleabilidad, la tecnología incorporada a los sistemas de organización del trabajo. Todo esto ha movido sustancialmente la foto de 1985 en la realidad.
Hay que meterse en el tema, no es tan sencillo como decir: se sientan las partes y en el término de pocos días tenemos salarios definidos por categorías. Creo que hay que asumir el compromiso con mucha responsabilidad y profesionalidad y ponerse a estudiar una realidad que hace no solamente a este tema sino a una cantidad de otros desafíos que se abren a partir de esta convocatoria.
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EC - En reuniones con empresarios y en esta misma entrevista usted ha recalcado que el motivo de esta negociación es establecer un sistema tripartito de fijación de tasas mínimas de salarios por categorías y actividades en el sector privado.
RD - Correcto.
EC - ¿Por qué pone tanto énfasis en esto?
RD - No olvidemos el contexto normativo, a eso estamos convocados por el decreto. Lo que queda claro es que además del compromiso de la convocatoria hay algunos aspectos que hoy por hoy todavía no están resueltos, que suponemos que la semana que viene van a estar arriba de la mesa una vez que se abra la negociación. Por ejemplo pautas sobre de qué plazos de negociación estamos hablando; en función de qué retroactividades se pueden fijar los salarios que se vayan negociando en los próximos 30 o 60 días; qué pasa con los aumentos por encima de las metas fiscales; cómo se contempla la situación heterogénea de distintos sectores de actividad, y dentro de los sectores de actividad incluso empresas de distinto tamaño dentro de la misma rama; qué pasa con los convenios que están vigentes, los que hemos mencionado son tres convenios muy importantes a nivel de ramas de actividad, pero hay un sinnúmero de convenios también a nivel de empresa; y qué pasa con otros temas que seguramente van a estar encima de la mesa de negociación, los temas de las condiciones de trabajo, higiene, seguridad y medioambiente, los temas de las libertades sindicales, en fin.
EC - Usted subraya que no hay pautas en torno a estas distintas cuestiones que ha ido enumerando.
RD - Por el momento no tenemos definido el escenario de negociación. Tenemos la convocatoria, le digo cuál es la competencia y lo que suponemos que va a estar encima de la mesa, pero no hay plazo, no hay fijación de fecha para la vigencia de estos salarios, etcétera.
EC - ¿Y eso es bueno o es malo? Esta libertad para negociar que por lo visto ha quedado definida, ¿es buena o es mala?
RD - No creo que haya quedado ahí definida; simplemente esto es muy dinámico, en poco tiempo se ha tenido que armar todo este asunto de la convocatoria. El Poder Ejecutivo ha ido fijando, a pesar de que tenemos que reconocer que los plazos han sido muy exiguos, ha ido fijando puntualmente los temas en cada momento. Acá estamos a una convocatoria que va a empezar la semana que viene, y seguramente cuando las partes se sienten a negociar van a tener definidas estas pautas. De manera que no sólo es esperar sino que también hay que hacer un ejercicio de ver para adentro de cada sector. Ya lo hemos mencionado en más de una oportunidad, en lo personal lo hemos manejado cuando tuvimos nuestra conferencia en la Escuela de Negocios de ACDE, lo mismo hemos hecho en el Instituto de Estudios Superiores de la CIU, en la Asociación de Dirigentes de Personal del Uruguay, en reuniones que se han tenido en las gremiales de los sectores.
Tenemos que ver un poco más allá de la simple convocatoria, como le decía al principio, no apuntar a cumplir el objetivo explícito sino generar un mecanismo de ver más adelante. Cuando uno encara un proceso de cambio como hay en el país, se tiene que situar en el contexto en el que se está parado, analizar las fortalezas, las debilidades, hacer un mínimo plan estratégico, aun en estos temas de salarios. O sea conocer la realidad de la empresa, la realidad del sector, la realidad de la gremial, qué pasa con lo que mencionamos recientemente en las categorías, cómo nos hemos ido actualizando, desactualizando.
EC - ¿Están prontos los empresarios para negociar? ¿Han tenido el intercambio interno necesario, han llevado adelante la formación que seguramente requieren quienes van a llevar adelante las conversaciones?
RD - No le puedo decir que haya una preparación a fondo en la totalidad del sector empresarial, insistimos en que hay una heterogeneidad. Los sectores son muy heterogéneos, hay diferentes realidades. Pero se está trabajando en esto, se está insistiendo en ciertos temas, se está capacitando, se está apoyando mucho en una realidad. Hoy por hoy no hay mucha gente que tenga experiencia o gimnasia en estos temas, pero hay un gran compromiso de apoyarse en la experiencia y la profesionalidad. Pasa en todos los sectores, vemos que entre nuestros interlocutores cotidianos de los trabajadores hay gente que tiene experiencia de negociaciones anteriores y de negociaciones que se han ido desarrollando en estos años y hay gente que recién está empezando. Lo mismo pasa con el gobierno, se está preparando un equipo de jóvenes para participar en su carácter de delegados gubernamentales. Y lo mismo pasa en el sector empresarial.
Es una realidad sobre la que hay que ir trabajando en lo diario. Insisto: no es un tema de unos pocos meses, hay que prepararse para una situación de escenario con mucho énfasis en el foco de relacionamiento laboral, y para eso hay que incorporar toda una situación de gestión, de plan estratégico para los próximos años.
EC - Usted dice que es un tema para varios meses, pero desde el otro lado, desde el lado sindical, se viene con aspiraciones muy concretas y de muy corto plazo incluso. Fíjese por ejemplo en este título de hoy en El Observador: "Los gremios públicos y privados acordaron una estrategia salarial común para afrontar los ámbitos de negociación colectiva. El coordinador de la Comisión de Seguimiento del PIT-CNT, Milton Castellanos, afirmó que se llevará una propuesta orientada a que ningún trabajador del país gane menos de 3.000 pesos. También se informó que se buscará que tanto el Estado como los empleadores del sector privado reconozcan como una deuda el salario perdido desde el año 2000 a la fecha".
RD - Es la posición de Milton Castellanos o de la gremial de trabajadores. Claramente es una aspiración. Todos sabemos que cuando uno encara una mesa de negociación va a recibir un determinado planteo, una determinada propuesta de trabajo, lo importante acá es no cerrarse en la defensiva. Además los empresarios también tienen planteos o propuestas propias sobre las que se está trabajando. Sabemos específicamente que hay una limitación del orden de la competencia del consejo de salarios que está teniendo que ver con el famoso tema de las tasas mínimas de categorías, pero hay otra cantidad de temas subyacentes que van a estar encima de la mesa.
Sobre los niveles de 3.000, 4.000, 2.000, es un dato de la realidad, lo discutiremos en su momento. Insistimos en que no se puede hacer un corte transversal de salarios porque las realidades empresariales son absolutamente diferentes dentro de las propias ramas de actividad de los grupos, de los subgrupos y hasta de los sectores. De manera que va a haber que estar a un análisis muy profundo, muy concienzudo, muy profesional.
EC - Pero ese número en particular, según decía Juan Castillo en la entrevista aquí En Perspectiva, que hay 250.000 trabajadores según datos del BPS que ganan menos de 3.000 pesos, o sea agregaba entre 6 y 8 pesos la hora. ¿Ustedes entienden que hay que contemplar estas situaciones?
RD - Hay que analizarlas. Sacándolo de contexto el dato de los 3.000 pesos puede ser una barbaridad tanto para un lado como para el otro. Lo importante es entrar a trabajar; y volvemos a por qué lo hacemos o insistimos en que esto tiene que hacerse de la forma más descentralizada posible, porque yo analizo la remuneración de 3.000 pesos en el contexto de la situación empresarial o sectorial de la que estemos hablando. Hay una cantidad de cosas a definir, está el tema de la viabilidad o el futuro de algunas empresas, está la realidad de los distintos sectores, está todo el tema de la informalidad. En fin, hay una cantidad de aspectos que se cruzan con el tema del salario mínimo. Me parece que con este tema, más allá del tema cuantitativo, hay mucho cualitativo que hay que definir.
EC - Yo mencionaba una aspiración que ya está puesta sobre la mesa del lado sindical. ¿Ustedes llevan alguna reivindicación concreta, alguna aspiración concreta?
RD - No es el momento de adelantar plataforma. Vamos a ir a esta convocatoria con una posición, por lo menos en lo que tiene que ver con los sectores que nosotros representamos, de recibir con amplitud los planteos, trabajar profundamente en los mismos, prepararnos para generar alternativas de discusión sobre otros temas que estén sobre la mesa, tener propuestas propias. Es decir tender el puente hacia el futuro de este relacionamiento entre las partes, que no pasa por agotar la instancia de discutir un tema de salarios; eso es simplemente el primer objetivo de esta convocatoria. El sector empresarial está preparado, seguramente han faltado tiempos, también seguramente tendremos que seguir trabajando en forma muy activa en la próxima semana y en los próximos meses, porque esto es una situación que esperamos que sea muy dinámica, que se vaya desarrollando, que vaya creciendo, y a partir de las propuestas que recibamos y de las nuestras propias vamos a ir generando un intercambio constructivo y no de confrontación al que todos estamos apostando.
EC - Usted ha hecho a los delegados del sector empresarial que van a participar en estos consejos una exhortación a la flexibilidad, al diálogo.
RD - Exacto.
EC - "O convivimos o vamos a salir decretados", llegó a decir.
RD - No es exactamente así, vale la pena apuntar un poco la precisión. Esa frase está tomada absolutamente fuera de contexto. Hay una realidad que se maneja y que surge del propio marco normativo de que si no hay acuerdo, el Poder Ejecutivo tiene la potestad de decretar, es una realidad. Frente a las dudas o las preguntas de qué ocurre si no hay acuerdo, la recomendación que el sector empresarial tiene que hacerles a todos aquellos que integren los grupos de actividad es que no estamos convocados para levantarnos de la mesa, lo importante es hacer esfuerzos en función de llegar al diálogo. Y hubo un ejercicio muy reciente, el mensaje que tenemos que dar las tres partes en este caso tiene un ejemplo muy reciente: se negoció una semana y media con mucha intensidad el tema de los grupos de actividad y se llegó a un acuerdo el viernes 16 de abril en el que claramente el resultado no fue la posición inicial del sector empresarial, ni la posición inicial del sector de los trabajadores, ni siquiera la del gobierno, fue un resultado diferente, fruto de recíprocas concesiones que fueron surgiendo dentro de la propia dinámica de la negociación y da como resultado un mensaje muy claro que todo el mundo tiene que tomar. Acá no hay decretazo, aunque la posibilidad existe, está subyacente. Lo que hay es el espíritu, el esfuerzo y el alto compromiso que tiene que tener cada una de las tres partes de llegar al consenso, porque sobre el consenso es donde se tejen las genuinas, efectivas y duraderas relaciones de trabajo, y no sobre el decretazo.
Notas relacionadas:
Los trabajadores frente a los Consejos de Salarios. Entrevista con Juan Castillo.
Vuelven a deliberar los Consejos de Salarios. Entrevista con julio Baráibar, director nacional de Trabajo (19.04.2005).
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe
Fotos: Alezandra Hahn