Por primera vez, Luis Alberto Lacalle fue electo presidente del Herrerismo.

Lacalle: el gobierno es "socialista estatista"

Por primera vez, Luis Alberto Lacalle fue electo presidente del Herrerismo, en el marco de una reorganización del sector. Desde ese cargo, definió que la seguridad pública y el empleo deben ser preocupaciones centrales. Criticó duramente al gobierno señalando que es "socialista estatista" y que no es una coalición política sino electoral que muestra fisuras.

(Emitido a las 8.39)

EMILIANO COTELO:
Deliberó el sábado la Asamblea Nacional del Herrerismo, que tenía en su agenda, como uno de los puntos a tratar, la aprobación de una nueva estructura política para este grupo del Partido Nacional (PN). Además se iba a aprobar un documento de análisis de la situación del país.

Estamos en diálogo con el doctor Luis Alberto Lacalle, ex presidente de la República, elegido este sábado como presidente del nuevo Comité Ejecutivo Nacional del Herrerismo.

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Doctor Lacalle, ¿qué importancia tenía esta reestructura de su sector? ¿Qué era lo que estaba en juego?

LUIS ALBERTO LACALLE:
Estaba en juego una adecuación mayor de la estructura, que era muy escueta, consistía en un Comité Ejecutivo y una Asamblea Representativa formada por los convencionales, ante las complejidades de la sociedad actual. Entonces se ha procedido a organizar, por ejemplo, diez secretarías de contacto con distintos sectores de la realidad nacional, la puesta en marcha de una Mesa Ejecutiva pero de un plenario de ejecutivo mayor, con mayor participación. Vale decir que estamos tratando de que en la conexión del Herrerismo con la realidad sea tan multiforme, si cabe la palabra, como la propia realidad, una mejora de contacto con la realidad nacional para conocerla primero e interpretarla después.

EC – El nuevo Comité Ejecutivo tiene 35 miembros, 20 natos y 15 elegidos por la asamblea; ¿puede ser?

LAL – Efectivamente.

EC - ¿Cómo es esto?

LAL – Son natos y elegidos. Los natos son los diputados, intendentes y senadores, y los elegidos son los 15 que eligió la asamblea el sábado pasado.

EC – Usted en particular resultó electo nuevo –no sé si decir nuevo, supongo que ya lo había sido– presidente del Comité Ejecutivo del Herrerismo.

LAL – No, nunca había sido presidente del Comité Ejecutivo del Herrerismo, esa es la peculiaridad.

EC – Me faltaba ese dato, tenía la impresión de que podía no haber sido. Estuvo el ingeniero Cat en más de una ocasión en esa responsabilidad.

LAL – Sí, el ingeniero Cat, y antes estuvo Jorge Silveira Zabala, han estado distinguidos compañeros que por su jerarquía ocupaban ese cargo. Yo hacía más bien de secretario ejecutivo, un poco más lo del día a día. Así que ésta es la primera vez que soy presidente del Herrerismo.

EC - ¿Qué implica esa designación? ¿Es sólo una formalidad?

LAL – Supongo que no.

EC - ¿Para usted qué implica?

LAL – Para mí es un gran honor y un reconocimiento por parte de los compañeros de una tarea que no ha sido corta. En el discurso que usted recibió por Internet oportunamente ve que comienzo diciendo que hace 20 años –por no ir más lejos– que somos una fuerza muy importante en la vida política del país, la única que ha sobrevivido 20 años con presencia fuerte. Para mí es un honor conducirlo, como lo conducía antes materialmente, pero ahora material y formalmente. Además, como lo he nutrido de muchas iniciativas es uno de mis hijos, digamos en términos cariñosos.

EC - ¿Qué implica este nombramiento suyo como presidente teniendo en cuenta lo que había estado en juego durante el año 2004, sobre todo en la campaña electoral, pero también antes, un cierto cuestionamiento a su liderazgo dentro de su propio grupo? Por ejemplo el hecho de que usted no haya terminado siendo candidato a la Cámara Alta, ese tipo de factores que estuvieron sobre la mesa dentro del Herrerismo.

LAL – Si hay alguna duda sobre mi liderazgo no me tiene que preguntar a mí sino al que tenga las dudas y las exprese. Tuvimos una diferencia en cuanto a la estrategia electoral, que ha sido superada, y estamos mirando hacia adelante, no nos vamos a convertir en estatuas de sal mirando el pasado.

EC - ¿Pero en definitiva cómo queda plantado dentro del Herrerismo? ¿Cuál es su papel desde ese punto de vista, el liderazgo?

LAL – Presidente y líder, según dicen los compañeros. Pero los liderazgos no son un cargo formal, son un cargo real. Así que no tengo que autocalificarme de líder, seguramente los compañeros podrán dar más acabada noticia sobre ese tema.

EC – En esa asamblea del Herrerismo también se iba a resolver sobre las principales líneas de acción del sector en este momento político particular del país.

LAL – Usted tiene en el discurso las tres líneas de acción, Herrerismo, partido y gobierno, que creo que dan material para seguir charlando.

EC - ¿Cómo se posiciona su sector político? Usted ha llegado a decir que es la alternativa al socialismo estatista que representa el Encuentro Progresista-Frente Amplio (EP-FA).

LAL – Yo digo que el PN debe ser la alternativa; si no me equivoco ese párrafo está en el capítulo "El partido", que es el más sustancioso desde el punto de vista de la organización. Creo que el PN tiene que plantearse como alternativa, el 35 por ciento de votos que tuvo no le pertenece –los votos nunca son de nadie–, son votos que vienen por una coyuntura, por una alternativa constitucional que lo plantea como alternativa. Entonces lo que digo en un párrafo que usted habrá visto es primero que nada consolidemos esa gente que estuvo aquí porque la ocasión la trajo, creo que se la puede mantener dentro del PN en la medida que se tenga perfil, se tenga carácter, y ese carácter sea de alternativa al socialismo estatista que estamos viviendo.

EC – Socialismo estatista.

LAL – Sí, señor.

EC - ¿Puede abundar en el análisis o el diagnóstico que hace?

LAL – Supongo que lo del socialismo no lo tengo que elaborar demasiado porque el presidente de la República se dice socialista, el socialismo –y el comunismo, socialismo en sentido amplio– es una muy fuerte contribución a su éxito y también el MPP tiene un fuerte tinte socialista, así que supongo que eso no habrá que explicarlo. Y lo de estatista, creo que este gobierno es continuador del estatismo que durante el siglo XX fue impulsado en Uruguay, ésta es su tercera etapa.

EC – Se lo preguntaba porque hace pocas semanas dieron lugar a polémica unas declaraciones del ex presidente Jorge Batlle, que había realizado un diagnóstico en términos similares a éste, y desde el EP se respondió que socialistas son algunos de los grupos que integran la coalición que gobierna.

LAL – Claro, pero son el motor. Es uno de los dramas que vivimos, no es una coalición política la que nos gobierna, es una coalición electoral, de ahí que se notan los puntos de sutura.

EC – El Herrerismo en particular, ¿cómo se coloca dentro de este escenario político?

LAL – Como lo que ha sido siempre dentro del PN, como una fuerza muy moderna, muy creativa, que se considera custodia de valores que son perennes, como el nacionalismo, el sentido popular y un gran pragmatismo a la hora de las realizaciones. El gobierno que durante cinco años ejercimos es la mejor prueba de la eficacia gubernativa, en ese tiempo la pobreza se redujo a la mitad, se vivió mucho mejor y se hicieron transformaciones muy grandes, todas ellas presididas por un espíritu muy pragmático de usar las herramientas según la tarea teniendo como norte la prosperidad del país. Eso hace que no nos puedan encasillar nunca, usted habrá visto que hay un párrafo en el que hago comentarios un poco irónicos acerca de la manía de etiquetar que se tiene en Uruguay, que a veces proviene de una incomodidad o una inseguridad propia, los que se sienten inseguros de su posicionamiento quieren ponerle etiqueta a todo, y a nosotros no nos cabe otra que la de nacionalistas.

EC – A partir de esa autodefinición, ¿cómo está jugando y, sobre todo, cómo va a jugar de aquí en adelante el grupo que usted encabeza en la relación con el gobierno?

LAL – Creo que vamos a estar –y supongo que así lo querrán todas las corrientes del PN– primero que nada adoptando posiciones en común; en segundo lugar siendo la oposición que somos, que tenemos que rescatar como muy noble actitud y función dentro de una democracia. Una oposición con el sentido positivo que le hemos dado siempre a nuestra manera de pensar, no la manera destructiva que el Frente llevó a cabo durante 20 años sino la de las propuestas. Hoy, por ejemplo, abre usted el diario y estamos proponiendo una solución para el tema de las cárceles. Nos parece errónea la medida de liberación de presos porque están hacinados y amontonados, y proponemos una alternativa, que es la que ha propuesto el diputado Trobo en nuestro nombre, que supongo que usted comentará, pero adelantemos que es lo mismo que se ha hecho en Argentina y Chile, que es la construcción rápida por parte del sector privado de cárceles decentes, modernas, limpias para que los presos estén alojados humanamente, luego vendidas en muy largos plazos al Estado. Siempre que hay un problema proponemos una solución, eso nos distingue, no es el no por el no sino el "no, pero aquí está lo nuestro".

EC – Al mismo tiempo ustedes hacen críticas muy severas a la marcha de este gobierno en los seis meses que lleva.

LAL – Claro está, oposición y crítica son dos conceptos distintos. Bueno fuera que tuviéramos que callarnos lo que es criticable.

EC – Usted mismo ha señalado: "¿Cambio? ¿Dónde está el cambio?", y ha hablado de improvisación, de ideologización.

LAL – Sí, y eso no es nada indebido, por lo menos en la concepción que yo tengo del sistema democrático. Tengo todo el derecho a criticar lo que me parezca. La tarea de oposición es algo más orgánico, en lo cual uno, si tuviera más claridad en cuanto a las líneas del gobierno –que no la tenemos–, diría "esta no pero esta sí", o ante los temas "esto está mal y aquí está la propuesta". Nosotros, por supuesto, no somos el gobierno, somos la oposición y vamos a ser la alternativa a este gobierno.

EC – Y en cuanto a temas, ¿cuáles son los que ustedes priorizan? Recién aludía a las cárceles.

LAL – En el discurso al que seguramente usted ha tenido acceso yo marco dos temas en los que el Herrerismo estuvo de acuerdo, que son seguridad y trabajo. Y paso a explicar un poquito, no es sólo la seguridad de que no me rompan el vidrio del auto o no me arranquen la cartera, sino seguridad en cuanto a certidumbre –enmarcada dentro de lo que es certidumbre humana, que nunca es total–, porque hay una sensación de inseguridad, inseguridad en cuanto a la inversión, inseguridad en cuanto a qué va a pasar mañana, en cuanto a qué está pasando con las leyes laborales. Seguridad en ese sentido amplio.

Y el otro es el trabajo, que también quiero explicar, porque no es solamente la relación de dependencia de yo trabajo en tal lado. Es trabajo como actividad productiva genérica y ampliamente considerado, que empieza con una inversión, con un emprendimiento y genera finalmente lo que a veces se entiende por trabajo, que es el empleo o la ocupación de mano de obra. En ese sentido creemos que se va para atrás porque se va a retraer la inversión por las medidas que se han tomado y que a veces han merecido similar crítica dentro del propio gobierno.

EC - ¿Y cómo se entiende que mientras ustedes observan estas incógnitas, en particular en cuanto al clima favorable a la inversión, incógnitas y preocupaciones, el presidente Vázquez y el ministro Astori en esta recorrida que han hecho por Washington y Nueva York no hayan parado de recibir elogios a la conducción económica? Elogios, en concreto, por mencionar uno, del Fondo Monetario Internacional (FMI) y su número uno, Rodrigo Rato.

LAL – Me parece muy simpático que el gobierno esté orgulloso de que el FMI lo aplauda, no hay duda de que es una circunstancia histórica que usted, yo y todos los que oyen esta audición tenemos que poner de manifiesto. La condecoración del FMI al gobierno del FA es algo a destacar, y después del brindis famoso en el cual todos los jefes del FA brindaron con el FMI es la culminación de este proceso.

EC – El brindis fue con el Banco Mundial (BM).

LAL – Primo hermano, agregamos el BM. El Frente se jacta, promociona a través de la Sepredi el hecho de que el BM y el FMI lo aplaudan, cosa que me parece pintoresca, por decirlo de una manera suave.

EC – Va cargado de mucha ironía lo que usted está diciendo.

LAL – Por supuesto que sí, porque yo veo las paredes, ¿o usted no las ve cuando llega ahí a la calle Rio Branco? Las paredes dicen: "No al tratado con los yanquis", "Fuera el FMI". El elogio del FMI no es contradictorio con lo que yo opino, porque el Fondo generalmente atiende los aspectos fiscales y yo creo que el gran fiscalazo que es el presupuesto, con un aumento muy grande del gasto y de la fiscalidad, está dentro de lo que el Fondo le dice: "Usted tenga más ingresos que gastos". Yo atiendo a que no vemos en lo cotidiano que al empresario le convenga tomar un empleado más; es más, cuando uno se le retire, se jubile o renuncie no va a tomar otro porque las normas laborales no incitan ni entusiasman a la ocupación. Esto lo digo yo y lo ha dicho Mujica, una vez en la vida coincidimos.

EC – En este plano, ¿cuáles son las iniciativas o las propuestas alternativas del Herrerismo?

LAL – No pueden enumerarse una por una. La sociedad para funcionar tiene que tener un Estado fuerte en pocas cosas, ausente en muchas otras y tiene que premiar la inversión, que es la que hace funcionar el mundo, aquí, en China, en Rusia, en todas partes del mundo.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe