Entrevistas

Díaz: estamos trabajando para un "nunca más"

El futuro comandante en jefe del Ejército, Carlos Díaz, dijo que desde la presentación de los informes militares, se trabajó metódica y seriamente para dar por terminado el tema de los desaparecidos. Prometió seguir en esa línea. "No creo que sea el momento de salir a pedir perdón" sino el de trabajar en "el sentido de aclarar las cosas", afirmó.

(Emitido a las 9.08)

JOSÉ IRAZÁBAL:
Sin dudas Carlos Díaz Moussampes será uno de los protagonistas del escenario político-militar de los próximos años. El próximo 1º de febrero asumirá como comandante en jefe del Ejército, desde donde podría pasar a la historia como una figura clave en la ansiada reconciliación entre el Ejército y la sociedad civil.

ANDRÉS GIL:
Y como si esa responsabilidad no fuera suficiente, es sabido que el gobierno del doctor Tabaré Vázquez pretende avanzar en una reforma profunda del orden militar, que incluye la Ley de Defensa Nacional por un lado, la Ley Orgánica Militar y una modernización del Ejército, temas que seguramente van a despertar reacciones en la interna militar que deberán ser administradas con suma eficiencia y sumo cuidado.

JI – Para saber cuál va a ser la impronta de su conducción al frente del Ejército, cómo se siente ante este desafío de ser el nuevo comandante en jefe del Ejército en un gobierno de izquierda, vamos a dialogar con el general Carlos Díaz Musans.

***

General Díaz, comenzamos por presentarlo. Usted tiene 56 años, es oriundo del departamento de Colonia, está casado en segundas nupcias, tiene cuatro hijos, tres mujeres y un varón; en la actualidad es el comandante de la División de Ejército Nº 1, cargo que asumió en julio pasado, después de que el general Juan Córdoba renunciara debido a diferencias con el Ejecutivo a propósito de las investigaciones sobre violaciones a los derechos humanos durante la dictadura.

AG – Algunos datos a propósito de su formación. Usted ingresó a la Escuela Militar en 1967 y egresó cinco años más tarde como alférez de Infantería; en 1983 ascendió por concurso al grado de mayor y en 1992 obtuvo el ascenso a coronel; en 2002 fue promovido al grado de general y al año siguiente pasó a ocupar la dirección de la Escuela Militar; en mayo del año pasado, 2005, fue designado director nacional de Sanidad de las Fuerzas Armadas, aunque sin dejar su cargo en la Escuela Militar.

JI – Recordemos que realizó junto con el general Pedro Barneix la investigación interna sobre desaparecidos en la dictadura, hecho que resultó decisivo a la hora de su designación; el mes pasado el presidente de la República salteó el orden de derechas y lo eligió para ocupar el cargo de comandante en jefe del Ejército en lugar del saliente Ángel Bertolotti, puesto en el que se desempeñará hasta el final de esta administración, porque tiene que abandonar el cargo –así lo marca su carrera– en 2010.

Antes que nada una pregunta de rigor, ¿qué podemos saber del estado de salud del general Bertolotti?

CARLOS DÍAZ:
Esta información la da el Ministerio de Defensa o el Comando, yo puedo decirle que ha evolucionado favorablemente.

JI – Como decíamos en la presentación, su designación causó cierta sorpresa en filas militares, ya que el presidente Vázquez, que había asegurado en su momento que iba a respetar el sistema de derechas para designar al comandante en jefe, optó por guiarse por otro criterio. ¿Por qué cree que lo eligió directamente a usted?

CD – La verdad que no sé, habría que preguntárselo al señor presidente. Él me designó comandante en jefe del Ejército pero no le pregunté el motivo por el cual había sido designado yo.

JI - ¿Usted tiene algún tipo de afinidad ideológica con el gobierno?

CD – En principio como militar en actividad el tema político, definirse políticamente, no corresponde.

JI – Según ha trascendido su designación generó cierto malestar en la interna militar, debido a que no se optó por el cargo de mayor antigüedad. También se ha dicho que militares retirados estarían presionando a generales en actividad para que pidan el retiro. ¿Qué lectura hace usted de esa interna, de ese clima militar?

CD – En principio eso de que se esté presionando a los militares que están en actividad para que pasen a retiro es algo que leí en la prensa. En cuanto al hecho de mi designación, todos los oficiales generales que en este momento están en actividad en el Ejército me llamaron para saludarme y felicitarme. Con algunos evidentemente conversé un poco más, pero todos me llamaron para felicitarme, no tengo motivos para pensar que en los señores oficiales generales haya habido un motivo de enojo, creo que no.

AG – Pasando a lo que va a ser el inicio de su gestión a partir del 1º de febrero, el gobierno anunció que este va a ser un año de reestructuras profundas a nivel militar. Entre otras cosas, van a estar en discusión la Ley de Defensa Nacional, la Ley Orgánica y la tan comentada modernización del Ejército. Obviamente se va a continuar con las investigaciones en el frente de los Derechos Humanos y en la búsqueda de reconciliación con el pasado. Con estos temas sobre la mesa, ¿cómo encara este desafío, con qué espíritu?

CD – Con el mismo espíritu con que he encarado toda mi vida la carrera militar, con optimismo, pensando que todas estas modificaciones en definitiva van a favorecer al Ejército en particular. La Ley de Defensa Nacional y la Ley Orgánica tienen unos cuantos años, hay que hacerles modificaciones para adaptarlas a la realidad, y por supuesto que la modernización de la fuerza es algo que profesionalmente todos deseamos.

AG - ¿Usted qué siente que tiene para aportar? Se lo pregunto porque dado que no llegó al cargo a partir de una designación mecánica, al haber sido elegido especialmente, supongo que entenderá que tiene algún tipo de particularidad que permite pensar que va a hacer funcional a esta modernización del Ejército.

CD – Sí, creo que sí, debe haber pesado en la designación el hecho de que se van a suceder la Ley de Defensa, la Ley Orgánica de la fuerza y la modernización, pero no es uno en particular como comandante en jefe, hay un equipo de personal superior, los señores oficiales generales, oficiales superiores que van a trabajar en todos estos temas e irán aportando en la medida que sea requerido al Ministerio de Defensa Nacional, la Presidencia de la República los elementos necesarios para lograr esto de que estamos hablando, la modificación de estas leyes, la implementación de una ley de defensa nacional y la modernización de la institución. O sea que en la parte donde pueda aportar uno personalmente, como persona, como individuo, puede aportar la experiencia que tiene, los años, 39 años de servicio cumplo el próximo 1 de marzo. Lo que significa que uno puede aportar, pero no es uno, es un equipo, el Ejército trabaja permanentemente en equipo, los señores oficiales generales, los oficiales superiores, o sea que es un trabajo de equipo que evidentemente va a llegar a lograr lo mejor posible en coordinación con el Ministerio de Defensa Nacional.

AG – Al margen del trabajo en equipo, no es una novedad que el Ejército es una organización bastante vertical y que importa mucho quién está encabezándola. Por eso le preguntaba, ¿usted siente que está más afín que otros generales con este tipo de caminos hacia la modernización del Ejército?

CD – No sé si estoy más afín, no podría decirlo.

AG – Sí considera que está muy afín.

CD – Considero que es algo necesario, la modernización de la fuerza es algo necesario. Evidentemente lo hemos ido modernizando, las misiones de paz y todo eso han ido llevando a tomar conciencia. Estar en contacto permanentemente con otros ejércitos del mundo aporta. Los señores oficiales superiores que vienen aportan un montón de ideas. Evidentemente hay que modernizar la fuerza.

AG – Misiones que no están exentas de polémica; ¿piensan insistir en ese camino?

CD – En lo que me es particular, pienso que para la institución son muy importantes las misiones de paz. La polémica siempre se da, pero no se da a nivel de la fuerza, se puede dar a nivel político, sobre lo cual no voy a emitir opinión.

AG – ¿Y la importancia tiene que ver sólo con una cuestión económica, de la cual se ha hablado mucho, o también con eso que usted decía, que vayan permeando algunos conocimientos que se adquieren en contacto con otras fuerzas?

CD – La parte económica es el resultado de una visión muy importante. El hecho de que nuestro país sea el que ha proporcionado mayor cantidad de personal a los contingentes de paz refleja que Naciones Unidas nos tiene como país en consideración. Eso no solamente hace al Ejército, a las otras fuerzas que también participan, Fuerza Aérea y Armada, sino que además es un prestigio para el país que permanente tengamos fuerzas y sean incrementados los contingentes en el exterior. En la parte económica es importante para el personal, es importante para la fuerza, pero también es importante el hecho de tomar contacto con otras realidades, otros ejércitos, otros medios, eso enriquece a todos los oficiales y personal subalterno que participa en esas misiones.

JI - ¿Cuántos efectivos tiene el Ejército hoy?

CD – Estamos en alrededor de 15.000.

JI - ¿La modernización pasa por achicar el ejército, la cantidad de efectivos?

CD – La modernización puede pasar por varias cosas, por achicar...

JI - ¿Puede pasar o está la idea de reducir la fuerza?

CD – No está en este momento en cuestión. El otro día la señora ministra de Defensa Nacional dijo que en este momento no se pensaba en cerrar unidades o achicar. La modernización pasa por muchos aspectos, tiene que ver mucho con la parte humana, tiene que ver mucho con la parte de preparación de la persona como individuo, tiene que ver con el tema del equipamiento, pasa por muchos lados.

JI - ¿Piensa que un país como Uruguay, con la población que tiene, necesita un ejército de 15.000 soldados? ¿Cómo lo ve usted personalmente?

CD – No podría decir que esté bien o esté mal, además no es un Ejército como los que estamos acostumbrados a ver en otros países, que está cumpliendo solamente misiones como Ejército. Acá cumplimos diversas misiones, hacemos guardia perimetral en las cárceles, estamos permanentemente apoyando los planes de invierno en alimentación, apoyamos durante el temporal, cuando hay inundaciones, alojamos, damos comida.

JI – No ha faltado quien ha dicho que esas no son tareas del Ejército. Desde la propia interna militar se ha cuestionado eso, que se utilice al Ejército en todo ese tipo de cosas. ¿Usted cómo lo ve?

CD – Creo que es importante que el Ejército participe en esas actividades, no es la principal función de un ejército pero es una función que hemos cumplido, hemos cumplido bien con las intendencias municipales, que estamos trabajando permanentemente, con el Comité de Emergencia. Es una función que hemos cumplido bien, posiblemente no haya en el país otra organización en este momento que tenga los elementos como para reaccionar rápidamente ante este tipo de emergencias. Y nosotros nos sentimos muy bien en ese tipo de tareas, no nos desmerece en lo más mínimo como Ejército, al contrario, creemos en ese tipo de tareas, en colaborar permanentemente con la sociedad.

AG – Para cerrar el capítulo de las reformas, usted no lo mencionó cuando hizo la enumeración, pero está en juego también la reforma de la doctrina del Ejército. ¿Cómo está viendo ese plano de la modernización del Ejército?

CD – Las doctrinas de los ejércitos son cambiadas permanentemente en la medida de cuáles pueden ser o no las amenazas que puede tener un país. Se está cambiando permanentemente, a veces no se plasma en un documento, pero permanentemente se está cambiando y adecuando a las realidades.

AG - ¿Usted cree que ha sido suficientemente flexible la doctrina del Ejército uruguayo para los cambios que ha tenido nuestro país?

CD – Creo que sí, que hemos aprendido a adaptarnos rápidamente. Por lo menos recuerdo desde el momento en que salí como alférez a la fecha, creo que el Ejército ha hecho un cambio muy importante y se ha adecuado, desde mi punto de vista está adecuado a la sociedad en la que vivimos y al país en el que vivimos.

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JI – Usted asume en una etapa del país muy particular, porque a partir del 2 de febrero los antropólogos van a retomar el trabajo de búsqueda de restos de desaparecidos en predios militares. ¿Cree que se puede aportar más información desde el Ejército para seguir en esa búsqueda o ya se aportó todo lo que se tenía?

CD – El 8 de agosto el señor comandante en jefe del Ejército presentó el informe y a partir de ese momento hemos ido aportando información permanentemente. O sea que no terminó con el informe que se entregó el 8 de agosto sino que permanentemente por requerimiento o porque nos llegaba información la hemos ido aportando, lo que ha permitido en algunos aspectos ir obteniendo los resultados que se han obtenido.

JI - ¿Existe la posibilidad de que aparezca alguna sorpresa en este año 2006?

CD – Sorpresa creo que no, se ha ido trabajando en forma metódica, se trabajó en la parte de información, en este momento no tendría información para decirle que puede aparecer alguna sorpresa.

JI – Cuando se comenzó con el trabajo de búsqueda, ¿usted estaba convencido de que se iba a encontrar restos?

CD – Estaba convencido en principio de que el informe que se había presentado era real, era la información verdadera, estábamos dando una información de acuerdo con lo que habíamos obtenido, confiando en las personas que nos dieron las información, habíamos hecho un informe que reflejaba la realidad de lo que había pasado en ese momento.

AG - ¿Llegó a dudar de la veracidad de los datos que le habían aportado cuando avanzaban las semanas de investigación y de búsqueda de restos y no se encontraba nada?

CD – No, no llegamos a dudar, por eso cuando le entregamos el informe al comandante en jefe con el general Barneix no dudamos, entendimos los dos que teníamos un informe que estaba reflejando la verdad que teníamos hasta ese momento en cuanto a información. No dudé en ningún momento, en ningún momento le planteé al comandante en jefe cuando le entregué el informe "mire que tengo dudas con respecto a esto y esto otro". La verdad que no.

JI - ¿Qué sintió cuando aparecieron los restos?

CD – Es un momento que no es agradable para nadie, como cualquier ciudadano, cualquier persona sensible a ese tipo de cosas, no me sentí bien, a pesar de que sabía que podían aparecer esos restos por la información que teníamos, pero nadie se siente bien ante una situación como la que se vivió.

AG – Seguramente sensaciones encontradas, porque al mismo tiempo era un alivio saber que la información que habían brindado era buena.

CD – Si no se hubieran encontrado restos igual habría tenido la convicción de que la información era buena. No era el tema que aparecieran restos para que la información fuera real, desde mi punto de vista personal estaba convencido de que la información que se había entregado era correcta.

AG – Usted también ha manifestado su firme deseo de que el capítulo desaparecidos se termine de una vez por todas. ¿Qué hay que hacer para terminar de cerrar esta herida a nivel de la sociedad en su conjunto?

CD – Hay que seguir trabajando como se ha trabajado hasta el momento, ha sido muy serio el trabajo desde todo punto de vista, creo que el año 2005 marcó una etapa nueva en este tema, a partir de los informes se ha ido trabajando metódicamente muy seriamente por parte de todos los actores y siguiendo por esa línea va a llegar el momento en el cual podremos dar por terminado esto. Y no es un deseo personal mío ni de la institución, es un deseo de toda la ciudadanía, las propias autoridades del país lo mismo, no es un deseo personal. Cuando algún organismo o una institución tiene determinado problema a toda la ciudadanía le interesa que de una vez por todaa se aclaren los hechos y se termine.

AG – Usted dijo que sólo le compete recibir órdenes del presidente Tabaré Vázquez y cumplirlas. Seguramente ya tuvo algún contacto con el doctor Vázquez. ¿Ha recibido alguna instrucción por parte del presidente acerca de cómo actuar en función de ese objetivo común para la sociedad?

CD – Como usted dijo, tuve una reunión con el señor presidente de la República, doctor Tabaré Vázquez, el día 20 de diciembre, cuando me ofreció el cargo de comandante en jefe del Ejército.

AG - ¿No volvió a conversar con él?

CD – No, no hemos vuelto a conversar con el doctor Tabaré Vázquez y si hubiera tenido alguna conversación evidentemente quien lo debería hacer público es el presidente de la República.

JI – Siguiendo la línea de lo que le preguntábamos recién sobre que se termine de una vez por todas el capítulo de la desaparición de personas durante la dictadura, ¿qué lectura hace usted? ¿Fue un error que cometió el Ejército hacer desaparecer esos cuerpos? ¿Cómo se ve eso en la interna militar? ¿Por qué se toma esa decisión?

CD – Estamos muy alejados en el tiempo de eso, muchos de los actores hoy están fallecidos, son momentos en la historia, es muy difícil juzgar esos hechos hoy. Lo que tenemos que hacer es encontrar la solución al tema, eso ya pasó, ya fue, no podemos volver atrás en el tiempo y hacer que eso no haya sucedido, sucedió y estamos tratando de subsanarlo de la mejor manera posible.

JI – Se lo pregunto porque muchas veces se habla de que se perdieron puntos de referencia, pero esto pareció ser una práctica orgánica, una decisión estratégica tomada por el Ejército en su momento.

CD – No, una práctica orgánica y estratégica tomada como un método de trabajo del Ejército no fue. Si hablamos de un número de desaparecidos con respecto a quienes participaron, quienes fueron detenidos, evidentemente no fue una práctica normal de la institución.

JI – Esto pasó en toda la región, ¿fue una casualidad? ¿Se puede hablar de pérdida de puntos de referencia en toda la región con respecto al tema de las desapariciones, un tema relativamente nuevo para la realidad de la región?

CD – Puede ser, acá en Uruguay los puntos de referencia en su momento se perdieron, ya lo dijo el teniente general Hugo Medina, lo repitió el actual comandante en jefe y se ha venido repitiendo permanentemente el tema de los puntos de referencia, es una forma de decirlo. En Uruguay sí, en otros países puede ser, tengo más o menos una idea de los países, pero en definitiva tampoco es un tema que me competa, a mí me interesa arreglar el tema de la mejor forma posible en nuestra institución, el Ejército. Sí, en determinado momento se habrán perdido los puntos de referencia, si no esto no debería haber pasado, pero si tenemos en cuenta los números no se puede hablar de que haya sido una metodología empleada por la institución.

AG – Usted decía que algunos actores ya están muertos, pero otros están vivos, ¿ha hablado con el presidente sobre la eventualidad de que algunos militares puedan ir presos por esos actos? ¿Qué opina al respecto?

CD – La Justicia es un poder independiente del Estado y hará las averiguaciones y hará los procedimientos correspondientes, por lo tanto en ese tema no voy a entrar. Con respecto al señor presidente de la República, si hablamos o no hablamos el tema, vuelvo a repetir y esto va a ser una norma mía: lo que se habla con el presidente de la República quien lo dirá será el señor presidente de la República.

JI – Está bien, pero en su momento el Ejército archivó los pedidos de la Justicia y no fueron a declarar.

CD – Por eso digo, estamos viviendo el hoy, es otro momento, es una situación distinta, se está dando, vamos a trabajar en ese sentido. No sólo en la institución, en muchas otras actividades también ha habido hechos de determinada naturaleza que se archivaron, después se desarchivaron, es lo mismo, pasó en determinado momento, hoy estamos en el hoy, estamos investigando y estamos tratando de ponerle punto final a esto, que quede la menor cantidad de gente herida en el camino, los familiares, la propia institución y el resto de la ciudadanía, en ese estamos embarcados. No me gusta mirar y juzgar lo que pasó para atrás porque no tenía ni la jerarquía ni el conocimiento completo y cuando pasa el tiempo, en el tiempo las cosas empiezan a cambiar. El hoy es lo que tratamos de solucionar, el hoy y el mañana es lo que tratamos de alguna forma de ir solucionando.

AG – Usted también ha dicho en estos días que no se había puesto a pensar nunca si los militares deberían pedir perdón o disculpas por el pasado. ¿No entiende que puede resultar irritante para mucha gente que quien se dispone a asumir la comandancia del Ejército asuma públicamente que no se ha puesto a pensar en el tema, que no lo ha considerado?

CD – No lo he considerado, no lo he considerado porque estamos en una etapa de investigación, en una etapa de trabajo, al final de este camino veremos cuál será la vía por la cual encontremos, como ustedes los periodistas normalmente preguntan, esa reconciliación. Creo que la reconciliación con la sociedad se está dando todos los días, paso a paso, con otras actividades que realiza la institución y no específicamente en este tema, posiblemente en este tema sí deberá existir una reconciliación con toda la ciudadanía o con parte de la ciudadanía o con familiares o con quienes sufrieron las pérdidas. Entiendo que es un tema que va por ese lado, no veo que tenga que buscar más que seguir adelantando y seguir manejando este tema hacia encontrar los mayores elementos que nos lleven a la verdad.

AG - ¿Pero ni siquiera íntimamente en algún momento se puso a reflexionar durante todos estos años sobre cómo se debería reaccionar en una eventualidad de este tipo?

CD – Vuelvo a repetir, estamos en una etapa de trabajo, y a alguien le dije que el perdón es una calle de dos vías, hablando desde el punto de vista religioso uno pide perdón y la otra vía lo perdona. Esto es de dos vías, cuando se habla del perdón parecería que es algo que pasó en determinado país y que queremos traerlo a nuestro país. Puede ser, no lo niego, no estoy diciendo que no lo vaya a hacer, digo que no lo he pensado, no veo el momento, estoy pensando en otras actividades, en aportar información, hay que terminar este tema, y veremos cuál será la forma en que se termina el tema, recibiremos las órdenes correspondientes del señor presidente de la República y veremos de qué forma ponemos fin a este tema. Pero no es que alguien se sienta herido porque yo no haya pensado en el tema, no lo he pensado como comandante en jefe del Ejército, no lo he pensado para hablar públicamente, pero estamos trabajando en el sentido de primero aclarar las cosas. Desde mi punto de vista no creo que sea el momento de salir a pedir perdón. No lo he pensado por eso, no es que tenga que herir la sensibilidad de nadie.

JI – Hablando de la etapa de investigación, ¿no quedaron archivos del tema desaparecidos o los destruyó el Ejército?

CD – No sé, yo no he tenido acceso a ello, no ha habido una información de ese tiempo; evidentemente, si hubo archivo en ese momento debe haber sido destruido, no contamos en la comisión con eso, habiendo tenido acceso a todos los organismos de información de la institución.

JI – El Ejército es una institución que tiene un mando muy fuerte, una línea de decisión muy organizada, ¿cómo no se puede saber si no hay archivos o si fueron destruidos?

CD – No hay archivos.

JI – Entonces fueron destruidos.

CD – Habrán sido destruidos, pero yo no estuve presente, no sé si no los hubo nunca.

JI - ¿El Ejército no lleva archivo de ese tipo de cosas? Uno supone que sí.

CD – Sí, lleva archivo de ese tipo de cosas, pero le repito, yo no estuve en ese organismo de información para saber si esos archivos existieron y fueron destruidos.

AG – En una entrevista concedida al semanario Búsqueda en diciembre el actual comandante en jefe del Ejército, Ángel Bertolotti, dijo que los hechos del pasado no deberían repetirse, pero expresó que podrían suceder otra vez y que por eso no se puede decir nunca más. ¿Usted comparte esa perspectiva de las cosas?

CD – La opinión del señor comandante en jefe es la opinión del señor comandante en jefe. Es un superior, no voy a emitir opiniones, yo sé que a veces el periodista pregunta y quiere que uno le responda, pero no voy a emitir opinión sobre los dichos de los centros sociales, del señor presidente de la República, de los políticos integrantes del Poder Legislativo ni tampoco de los superiores; no solamente de los superiores, tampoco de los iguales y los subalternos. La institución tiene en sí misma elementos para juzgar cuando un subalterno se equivoca y no tengo por qué hacerlo público, no emito opiniones sobre lo que mis superiores escriben, dicen o piensan.

AG - ¿Pero usted qué piensa personalmente? ¿Hay espacio para decir en algún momento "nunca más", "lo que pasó pasó y no va a volver a suceder"?

CD – La idea mía es que nunca más, estamos trabajando justamente para terminar un tema y que no vuelva a repetirse, que la institución no se vea nuevamente envuelta en este tipo de cosas durante cosas durante años.

Nota relacionada:
La designación de Díaz al frente del Ejército. Informe de En Perspectiva.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe