Entrevistas

Vuelve el debate sobre las diferencias salariales en el Estado

Vuelve el debate sobre las diferencias salariales en el Estado

Lograr que a igual tarea se cobre lo mismo dentro del Estado, parece una odisea. Desde trabas legales a culturas organzacionales, los obstáculos son muchos. El último llamado para el Lavadero del Sanatorio del BSE reabrió la polémica sobre los salarios públicos. Humberto Ruocco, subdirector de la Oficina del Servicio Civil, explicó los planes del Poder Ejecutivo en esta materia.

(Emitido a las 9.11)

EMILIANO COTELO:
Desde el jueves hasta ayer lunes, todo aquel que pasó por la Avenida del Libertador a la altura de Mercedes se impresionó al ver una larguísima cola que daba vuelta a la manzana. Al vencer el plazo, ayer, fueron casi 4.000 las personas que se anotaron como aspirantes para 18 puestos de suplente de ayudante de lavadero en el Banco de Seguros del Estado (BSE).

¿Cuál era el motivo de semejante avalancha de interesados? Para un cargo de seis horas de trabajo, si el suplente trabaja todo el mes, gana un sueldo nominal de 13.925 pesos, más 1.700 pesos de servicios médicos.

Es una remuneración muy interesante, cuando lo único que se exige es tener de 18 a 30 años y tercero de secundaria completo. Mientras tanto, un maestro gana 5.500 pesos y un policía 4.500.

Este caso reavivó un debate ya viejo en nuestro país: ¿cómo se explica que se den estas diferencias de sueldos? ¿Por qué algunos organismos pagan muy bien y otros horriblemente mal?

El asunto fue denunciado con fuerza por el doctor Jorge Batlle en los primeros meses de su período como presidente de la República, hace cinco años. Batlle comenzó a publicar las escalas de salarios en Internet y dio a entender que metería el bisturí a fondo en este problema. Pero al final de su administración no terminaron dándose cambios sustanciales.

¿El gobierno del Frente Amplio piensa hacer algo al respecto? ¿Hay planes para esta cuestión?

Vamos a conversarlo con el subdirector de la Oficina Nacional del Servicio Civil, Humberto Ruocco.

***

Señor Ruocco, hace pocos días un informe aquí en El Espectador, del programa Asuntos Pendientes, daba algunos ejemplos: un funcionario de la Junta Departamental de Montevideo que saca fotocopias gana 25.000 pesos por mes, mientras que la directora del Hospital de Clínicas gana 21.000. Por otra parte, un chofer de Antel gana 24.000 pesos, mientras que un profesor grado 5 de la Universidad de la República gana 14.000 y un maestro, 5.500 pesos.

Podríamos seguir un buen rato con estas comparaciones que resultan tan chocantes, pero lo cierto es que las diferencias salariales dentro de la Administración Pública no son algo nuevo, son un tema de larga data.

Por eso la primera pregunta es si este tema preocupa al gobierno del presidente Tabaré Vázquez.

HUMBERTO RUOCCO:
Sí, por supuesto, es un tema que nos preocupa y que estamos abordando sobre la base de asumir la realidad, como siempre hay que hacer en estos casos cuando uno quiere transformar algo.

A este proyecto le llamamos de Transformación de los Recursos Humanos del Estado porque no podemos dinamitar la existencia que se ha ido acumulando en el proceso histórico y que tenemos la necesidad de cambiar.

Tenemos que tener presentes algunas cuestiones.

EC - ¿Cuáles serían los datos que forman parte del diagnóstico antes de tomar medidas?

HR - Hemos hecho un diagnóstico y por otro lado hemos empezado a tomar algunas soluciones, algunas de las cuales ya tienen respaldo legislativo. En esta estrategia del gobierno para la modernización y la transformación del Estado no pensamos hacer nada dentro de un tubo de ensayo.

EC - ¿Qué quiere decir?

HR - Que no lo vamos a hacer en soledad, lo vamos a hacer en medio de la negociación colectiva para que tenga legitimidad. En marzo de 2005, a través de dos decretos del Ministerio de Trabajo, el 104 y el 133, instalamos la negociación colectiva –estoy hablando del marco político de los cambios–, y en el acuerdo marco que hicimos en la negociación colectiva del sector público, de fecha 22 de julio de 2005, entre el gobierno y las organizaciones sindicales, había tres artículos, el 10, el 11 y el 12, que ponían el ojo, la voluntad y la vocación de ambas partes en trabajar sobre el tema de la carrera funcional y las remuneraciones. Y el presupuesto del 19 de diciembre de 2005, o sea la ley 17.930, nos habilitó para trabajar en un proyecto que nosotros llamamos Sistema Ocupacional y Retributivo, en el cual estamos trabajando a partir del momento que tenemos la autorización legislativa.

¿Qué pretende hacer este proyecto, qué estamos encaminados a hacer? El objetivo general es hacer un estudio de diseño, un desarrollo e implantar un sistema integrado de retribuciones y ocupaciones para la Administración Central. Digo esto porque me parece que la cultura que nos ha impregnado es discutir el problema de las remuneraciones al margen de discutir el problema de las ocupaciones.

EC - ¿Qué relación hay entre una cosa y la otra? ¿Por dónde lo encara usted?

HR - Claro, su empresa, ¿a usted por qué le paga? ¿Porque se llama Cotelo, porque tiene determinados méritos, porque es un periodista reconocido, porque es un periodista, porque trabaja muchas horas, porque además tiene una dedicación total? O sea, hay que tomar decisiones de por qué se le paga a la gente y la primera que hay que tomar es por su ocupación. Es decir: necesitamos para desempeñar esta tarea una persona que tenga determinados requisitos, que puede ser un chofer, un profesional del derecho, un ingeniero, un especialista en tal o cual materia, etcétera.

EC - El año pasado cuando lo entrevistamos aquí En Perspectiva, el subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Daniel Mesa, decía: "Habría que acercarse a la tesis de que a igual función igual remuneración y tendríamos que establecer alguna relación entre el salario y el desempeño, que es parte de los problemas que tenemos".

HR - Sí, eso es una parte del proyecto, pero yo voy a arrancar un poco más atrás porque en realidad estamos más atrás, uno puede fijarse una estrategia y un objetivo al cual llegar, pero tiene que partir de la realidad que tiene. Hoy por hoy tenemos solamente en la Administración Central 120 objetos de gasto para remunerar a las personas.

EC - ¿Qué son 120 objetos de gasto?

HR - Usted agarra un sobre o una liquidación de haberes de un funcionario público –elija el organismo público que quiera de la Administración Central– y va a ver que tiene su salario básico, pero puede tener un incremento por mayor horario, por dedicación total, por compensación máxima del grado, por una retribución equis, por alimentación... La retribución que recibe esa persona es un acordeón y el salario básico, que se supone que es donde se debe reflejar lo que vale su ocupación para que paralela y posteriormente se pueda hacer un correlato y ver si esa ocupación vale igual que otra aunque sea de un escalafón diferente, está absolutamente distorsionado, porque todo esto tiene un proceso histórico. No estoy pretendiendo el facilismo de echar culpas a otros, estoy tratando de analizar la realidad.

Si un trabajador no conseguía su retribución a través del aumento de su salario básico, pero sabía que podía encontrar otra forma de hacerlo, como la partida de alimentación, que era equis cantidad de dinero más, evidentemente iba a hacer su lucha dirigida a eso, y quizás el gobierno, que no quería romper su "política económica" desde el punto de vista salarial, estaba dispuesto a darle ese otro dinero por esa otra vía. Entonces, no siendo salarial se transformaba en retributivo.

Lo primero que tenemos que hacer es una política verdad, o sea, ver cómo está compuesta la retribución de los funcionarios, ese es un primer gran tema que está en discusión. Los técnicos lo tenemos analizado en profundidad, podemos saber en cada ministerio... Le voy a dar un ejemplo que puede sonar ridículo; una pregunta que frecuentemente me hacen los periodistas es: ¿en el Estado sobran o faltan funcionarios? Y yo siempre les contesto algo que parece una cosa medio loca, les digo que sobran y faltan. Entonces la segunda pregunta razonable que me hacen es: ¿y por qué donde faltan no ponen a los que sobran? Y yo les digo: "¿sabe una cosa? Si yo saco a alguien de Casinos y lo paso a trabajar a Catastro, con seguridad alguno me va a decir que lo estoy perjudicando y si saco a alguien de Catastro y lo paso a Casinos con seguridad me van a decir que lo estoy favoreciendo, porque es así, trabajando dentro de un mismo inciso, dentro de un mismo ministerio, tienen salarios absolutamente diferentes.

Esta circunstancia se ha dado porque el hecho de trabajar uno en una unidad ejecutora "rica" y otro en una unidad ejecutora "pobre", las posibilidades de presionar que tuvieron uno y otro, al no haber una política general y centralizada de negociación colectiva para los aspectos vinculados con las retribuciones, determinó que unos llegaron a determinados niveles de retribución y otros quedaron estancados en otros niveles de distribución.

EC - Un factor de diferenciación es si el empleado se desempeña en una dependencia "rica" o en una dependencia "pobre", dice usted. Otro factor, supongo, es la capacidad de negociación y el poder del gremio, del sindicato al que pertenece.

HR - Por supuesto, ese es un ingrediente evidente; también pueden estar los intereses propios que pueda tener el gobierno de turno, "esto lo preciso porque percibo en esta unidad [la capacidad para cubrir] tales y cuales necesidades para la administración, y por lo tanto le doy mejores posibilidades retributivas". A todo esto se ha llegado en el transcurrir del tiempo, porque son cosas que no se hacen en dos días, son cosas que se hacen por acumulación. Yo tengo estudios –usted comprenderá que hay un problema de seriedad profesional– desde el año 90 y todos empiezan con la misma situación de detectar que hay cuestiones que empiezan a distorsionarse en el relacionamiento con los trabajadores y eso incide directamente en la organización.

Nosotros aspiramos a la mejor utilización de la gente en la Administración y eso pasa por la movilidad, en el sentido de poder mover horizontalmente a la gente. Pero si mover horizontalmente a la gente significa que la estoy perjudicando o beneficiando, me lo impiden de alguna manera, porque a nadie le puedo rebajar el salario ni puedo decir "aquél lo paso de Catastro para Casinos porque en realidad lo acomodo".

EC - Yo entiendo las dificultades que hoy esconde el entramado de lo que de manera simplificada uno puede decir que es la escala salarial dentro del sector público, hay muchos factores enredando el análisis y por lo tanto, después, la posibilidad de acercarse a igual trabajo, igual remuneración.

HR - No me quiero quedar en eso, voy a seguir adelante, pero pensaba que era una pincelada que le tenía que dar, sobre todo pensando en la gente que tiene menos información que usted.

EC - Está bien, pero ya que usted hablaba de las preguntas que le hacen los periodistas, una que quizás yo como periodista estoy un poco fatigado de hacer es la siguiente: ¿cuándo se va a actuar efectivamente? En 21 años de existencia que tiene este programa se imaginará la cantidad de veces que hemos hablado de este tema...

HR - Me imagino. El otro día le decía a la señora que trabaja en la producción que yo, además de ser director, soy un ciudadano y lo escucho y sé que usted ha trabajado en estos temas.

EC - Claro, y pasan los años, pasan los gobiernos y seguimos en la misma. Con respecto al ejemplo concreto que estos días está en el tapete, estuve haciendo algunas averiguaciones: el ayudante de lavandería en el Sanatorio del BSE gana ese sueldo nominal de 13.925 pesos, más 1.700 por servicios médicos, pero en el Hospital de Clínicas, en el propio Estado, el mismo cargo se paga 5.000 pesos brutos y en los hospitales de Salud Pública lo mismo, o sea casi la tercera parte. ¿Entonces?

HR - Usted sabe, al igual que yo, que el Estado es una cosa muy amplia, porque yo puedo hablarle del Estado pero puedo hablarle de la Administración Central, de las empresas públicas, de los servicios descentralizados, de los gobiernos departamentales, el Estado no es algo que se pueda englobar siempre.

EC - Y además hay dependencias que tienen distinto grado de autonomía, eso está claro.

HR - Existe la autonomía, existen las cartas orgánicas, las leyes orgánicas, hay una cantidad de cosas que no se pueden saltear a la torera para hacer una comparación que puede ser muy efectista pero que en realidad no es válida, aunque se hable de retribuciones y se hable de gente que trabaja en el Estado uruguayo.

Usted me pregunta "¿qué van a hacer?", ya le dije cuál va a ser el marco político en el que lo vamos a hacer y las autorizaciones que tenemos desde el punto de vista de la ley para hacerlas. Vamos a hacer un sistema ocupacional y retributivo.

¿Qué esperamos de esto? Prefiero decírselo porque me encantaría que dentro de unos años, si estamos todavía por acá, usted me pueda pedir cuentas sobre estas cosas que estoy haciendo porque de alguna manera es darle cuentas a la ciudadanía, que es lo que importa. Nosotros queremos que de este proyecto surja una estructura relacional que permita encuadrar todas las ocupaciones de la Administración Central, todas. Porque yo podría contarle anécdotas risueñas. ¿A usted le parece razonable que exista un subescalafón Abogado y otro Abogada? Uno piensa que eso se hizo para que alguien tuviera una facilidad mayor para crecer más rápido en la organización.

Segundo, (pretendemos) una escala salarial única, articulada y coherente con la estructura ocupacional, que tenga viabilidad económica, financiera, social y técnica. Yo he aprendido que los tiempos de gobierno están vinculados con los tiempos constitucionales, porque en muchos casos tenemos que pedir autorización al Parlamento y si usted no llega en junio de cada mes para la Rendición de Cuentas tendrá que esperar al año siguiente, en el caso de que se requiera autorización. Y también hay tiempos de gobierno, de repente cinco años no son suficientes para culminar algunas tareas, pero es absolutamente imprescindible que se comience y se avance lo más posible en ese sentido.

EC - Una primera pregunta que me surge a partir de los anuncios que usted hacía es la siguiente: desde la Oficina del Servicio Civil, donde usted se desempeña, ¿se puede incidir en la escala salarial de los distintos organismos del Estado, en la medida que están de por medio, como recién mencionábamos, realidades distintas, ubicaciones, jerarquías y autonomías diferentes?

HR - Le voy a dar un dato que es simplemente un dato, usted construirá la información: en enero hicimos un ajuste salarial –yo participo junto con Mesa, somos los delegados del Ejecutivo en la negociación con los trabajadores del Estado– y no les dimos el mismo aumento a los entes y las empresas públicas que a la Administración Central, al Poder Judicial, a la enseñanza, dimos aumentos diferenciados. Usted me dirá: "a ese ritmo capaz que terminan dentro de 25 años", pero tampoco vamos a desconocer las señales. Claramente el Poder Judicial, la enseñanza y los funcionarios de la Administración Central tuvieron más aumento que los trabajadores de las empresas públicas y de los bancos. Fue una señal, no podemos incidir de una manera absoluta.

Vamos a hablar del caso concreto que usted ha mencionado porque tiene facetas muy positivas. Vamos a decirlo de esta forma: ¿usted cree que si la gente no tuviera confianza en la cristalinidad del llamado, más allá de la desesperación que siempre puede haber por el trabajo, que la comprendo, se habría presentado tan masivamente para 13 lugares? ¿Usted cree que antes esos 13 lugares se proveían igual, con tantas manifestaciones públicas y tanta gente enterándose? Yo quiero anotar esto por lo menos en el rubro cristalinidad, porque va como de suyo, pasamos de un año a otro y algo que no pasaba en el país ahora pasa y lo incorporamos. Claro, lo bueno es que lo incorporamos, los seres humanos tenemos esa cosa positiva, yo también trato de hacer lo mismo porque me parece que por un problema de salud mental me ayuda.

EC - Usted destaca que el procedimiento de selección implica un avance.

HR - Claro, y creo que hay que valorarlo.

EC - Pero después, en cuanto a la retribución, hay preguntas que llegan desde la audiencia, aunque resulten chocantes: "¿Por qué el llamado para este cargo de suplente de asistente de lavandería no salió con una retribución igual a la que se paga por esa tarea en el Hospital de Clínicas o en los hospitales de Salud Pública?".

HR - Ese llamado se hizo en el BSE, que tiene una carta orgánica, que tiene una negociación colectiva con bancarios añeja, que tiene ese nivel salarial que nosotros no podemos rebajar. Además, siempre vamos a trabajar para que la gente viva mejor. ¿Qué hicimos en la oficina con respecto a ese llamado? No podemos juzgar ni la oportunidad ni el mérito de ese llamado, usted comprenderá que yo no sé si precisa funcionarios ni cómo funciona el lavadero del BSE, tenemos que juzgar la legalidad. Supongamos que tenían vacantes para hacer el llamado; antes de hacer el llamado, ¿tenían que consultar para la retribución? Hay una cantidad de puntos, no voy a marcarle toda la normativa que tuvimos que controlar previo a esto, nosotros controlamos la legalidad de ese llamado, no controlamos ni la oportunidad ni el mérito.

EC - ¿Y no hay sugerencias que puedan hacerse con respecto a las retribuciones, en la medida que se trata de gente que integra toda el mismo gobierno?

HR - Sí, integra el mismo gobierno, pero el Estado no es una cosa uniforme y no es correcto que la gente haga la misma tarea gane una el doble que la otra.

EC - Usted dice que no sería sano que eso ocurriera en una misma dependencia, allí en el sanatorio del BSE.

HR - Exactamente.

EC - Pero sí se da la diferencia entre ese sanatorio y otros hospitales del Estado.

HR - Sí, pero unos dependen de la Administración Central, otro de la Universidad, otros de las empresas públicas o servicios descentralizados; hay historias diferentes y momentos diferentes. En lo que se refiere al gobierno central, cuando tuvo que tomar una decisión, que fue la negociación salarial, la tomó y fue clara en el sentido de comenzar a romper las inequidades.

Yo entiendo que uno a veces analiza las cosas por el desvío, por la publicidad, es lógico que así sea, pero estamos trabajando hoy sobre un núcleo de la Administración Central de miles de personas que hace años que están rezagadas, porque esto es una cara diferente de lo que usted me plantea, yo puedo trabajar para ir hacia el crecimiento, no sólo el crecimiento retributivo, que sí es trascendente, estamos trabajando para ir al crecimiento de la meritocracia en la Administración Pública. Pensamos generar un escalafón –estamos autorizados por el Poder Legislativo– de conducción, para el cual vamos a poner como condicionante tener una maestría en gestión pública; estamos trabajando en conjunto con la Universidad Pública y para acceder a esa maestría no sólo habrá que ser profesional universitario, podremos requerir otro tipo de idoneidades. La sociedad nos dice que el Estado tiene que tener una coherencia en los proyectos generales, entonces no podemos tener un Estado al margen del país productivo, sería un error absolutamente garrafal, nuestro programa nos exige que nos pongamos a la altura de las circunstancias, tenemos que ir transformando las cosas en su totalidad.

EC - Para ir redondeando y a propósito de los plazos, ¿cuándo se van a ver resultados de esta política de racionalización de la escala salarial en el sector público? ¿Cuándo podremos estar cerca de una escala única, articulada y coherente, como usted decía?

HR - En el quinquenio vamos a tener muestras claras de esto, vamos a tener avances en cada momento presupuestal, pero sobre todo en lo ocupacional, porque de esta manera vamos a empezar a romper lo que le decía del sobra-falta, o sea, si hay equivalencias en los distintos escalafones, en las distintas ocupaciones, posibilitar no sólo la verticalidad en el ascenso sino la transversalidad para que crezcan en la organización y se trasvasen a otros escalafones. Este proyecto da homogeneidad a los aspectos de la carrera funcional. Creo que vamos a poder cumplir con eso que nos exige la ciudadanía, que el Estado sea eficiente, que se ponga de cara al país productivo y que se ponga al servicio de la ciudadanía. No tiene sentido que nosotros servidores públicos estemos solamente para sobrevivir, tenemos que trabajar para servir a la ciudadanía, no tenemos otro sentido. Quiero decir con cierta alegría que esto no es una visión desde el gobierno, los trabajadores también tienen necesidad de tener dignidad y la reclaman. En estos proyectos estamos trabajando juntos y yo tengo esperanzas de que realmente podamos llevarlos a buen puerto.

EC - Como decíamos más temprano, hay que ver los resultados.

HR - Para mí la práctica es el criterio de la verdad. Yo trabajé en la Intendencia de Montevideo, donde recibimos una situación bastante similar –nunca son iguales las cosas, además el Estado nacional es un poco más complicado–, y si se fija, hoy en la Intendencia, con todas las cosas que habrá para resolver, como siempre sucede, existe una escala única, escalafones diferentes, y partimos de situaciones absolutamente diversas, como en el Estado central, por lo tanto tengo confianza en que esto se pueda hacer, porque ya lo hicimos, entonces tenemos que tratar de hacerlo mejor.

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Edición: Mauricio Erramuspe