Entrevistas

Industriales insatisfechos tras visita del canciller brasileño

"No me queda muy claro cuál es el centro de la cuestión de ese new deal", dijo el gerente general de la Cámara de Industrias, Roberto Villamil, respecto a la visita y anuncios del canciller Celso Amorim. "Quedé con la sensación de que no hubo mucho", agregó. Villamil consideró que "cae mal" la advertencia respecto a un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos porque Uruguay necesita mercados y que un acuerdo de ese tipo incluso sería beneficioso para Brasil y Argentina.

(Emitido a las 9.16)

EMILIANO COTELO:
Fue un verdadero desembarco. El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Celso Amorim, estuvo en Montevideo durante viernes y sábado, acompañado por una delegación importante, integrada por jerarcas de seis ministerios así como por el vicepresidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES).

(Audio)

"CELSO AMORIM:
Hay que hacer una autocrítica sobre cómo fue el Mercosur hasta hoy, por qué el Mercosur no correspondió a las esperanzas de las economías menores y qué podemos hacer para reactivar esas esperanzas. Y ese es el sentido de mi visita."

(Fin del audio)

EC - El canciller brasileño también anunció, después del sinceramiento, que se viene una profundización del tratado de integración regional, un salto cualitativo que, dijo, incluye una nueva forma de acuerdo con las economías más pequeñas del bloque.

(Audio)

"CA - Creo que lo más importante es asegurar que exista realmente, como yo he dicho ya otras veces, una especie de ‘new deal’, un nuevo entendimiento entre los países del Mercosur, sobre todo entre los países chicos y los más grandes. Y hablo por Brasil en ese caso, porque creo que hay mucho más por hacer que lo que hicimos hasta ahora."

(Fin del audio)

EC - Amorim estuvo en Montevideo en los días previos a la asunción de Brasil como presidente del pro témpore del Mercosur. Y también estuvo a pocas horas de que en Washington se comenzara a avanzar en las tratativas entre Uruguay y Estados Unidos para profundizar los acuerdos comerciales vigentes.

Más temprano entrevistamos al canciller Reinaldo Gargano para tener la evaluación del gobierno de esta visita del ministro Amorim, sus anuncios y sus perspectivas. Pero también nos interesa conocer cómo se observó esta jugada desde el sector privado, para lo cual el diálogo es con el economista Roberto Villamil, gerente general de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU).

***

Economista Villamil, ¿qué tipo de participación tuvieron ustedes en esa agenda?

ROBERTO VILLAMIL:
Nosotros, como el resto del sector privado, participamos en un encuentro empresarial que se hizo el viernes por la mañana en el Hotel Sheraton. Fue una actividad que se redujo a tres conferencias: una del subsecretario (de Industria, Martín) Ponce de León, que hizo una muy buena presentación de las opciones de Uruguay como país adecuado para invertir, expuso los instrumentos de que dispone el país para alentar la inversión y algunas oportunidades específicas en algunos sectores de actividad; una presentación del señor Armando Amarante, vicepresidente del BNDES; y el cierre, que estuvo a cargo del presidente de la CIU, el señor Washington Burghi.

El evento abrió con un muy breve discurso –porque tenía que comenzar su actividad oficial– del canciller Amorim. Esa fue la participación que tuvo el sector privado en oportunidad de esta visita a Uruguay del canciller brasileño y toda su delegación.

EC - ¿Qué sensación les quedó de esta movida?

RV - El canciller Amorim empezó hablando sobre lo que usted mencionaba, la necesidad de encontrar una forma de reactivar la fe y las esperanzas de los socios del Mercosur en el acuerdo. Se refirió al new deal, expresión que ni siquiera intentó traducir al castellano o al portugués, dijo que todo el mundo entendía lo que era. Se habló en definitiva de un nuevo marco, de dar ese salto cualitativo que mencionaba hace un rato, y la necesidad de buscar un camino común para los cuatro países.

Pero en el transcurso de las palabras empezó a hacer referencia a la raíz del descontento, de la insatisfacción que el Mercosur les ha generado últimamente a países como Uruguay y Paraguay, y personalmente me dio la sensación de que el canciller Amorim prácticamente considera temas menores las preocupaciones nuestras.

EC - ¿A qué se refiere?

RV - En última instancia, con respecto al tema de las compras públicas y la posibilidad de equilibrar la balanza comercial, decía que Uruguay es un país con reducida capacidad de demanda, lo que hace difícil tratar de equilibrar esos déficits que a veces se dan desde el punto de vista comercial. En lo que hace a opciones de inversión y financiamiento terminó diciendo que en Uruguay realmente hay pocos proyectos interesantes o atractivos para el financiamiento. Con respecto al tema del relacionamiento comercial y las trabas que surgen muchas veces hizo referencia a la normativa vigente en ambos países y dijo que ninguna era mejor que la otra pero que habría que adecuarlas y lo importante era ir hacia un nivel más alto y no reducir la calidad de las normas a efectos de que se pudieran agilizar las operaciones comerciales. Y con respecto al tema de las compras públicas dijo que en última instancia el gobierno federal no tiene control final sobre las decisiones que puedan tomar los gobiernos estaduales, porque al ser una república federativa los gobiernos estaduales tienen cierta independencia en la afinación del gasto, sobre lo cual el gobierno federal no tiene demasiada capacidad de intervenir.

En fin, me dio la sensación de que más que a tratar de comprender verdaderamente el porqué de la insatisfacción de Uruguay con respecto al desempeño del Mercosur estaba orientado sino a tratar de poner las cosas en orden.

EC - "Tratar de poner las cosas en orden..." ¿A qué alude? ¿Qué habría entonces buscado el canciller Amorim?

RV - La coincidencia de esta misión con el comienzo de una serie de negociaciones entre Uruguay y Estados Unidos para ver si es posible profundizar el relacionamiento comercial entre los dos países y el hecho de que Brasil asuma en breve la Presidencia pro témpore del Mercosur me trasmitieron la sensación de que Brasil intenta desalentar cualquier deseo de Uruguay de avanzar en un acuerdo de libre comercio o en la profundización de las relaciones comerciales con terceros estados fuera del Mercosur.

EC - Sí, el ministro Amorim lo repitió en distintas ocasiones durante los dos días que estuvo en Montevideo.

(Audio)

"CA - No puede ser al mismo tiempo miembro de la Unión Europea y tener un acuerdo de libre comercio con Canadá, con Brasil o con quien sea. O es una cosa o es otra."

(Fin del audio)

EC - Ese mensaje pareció formar parte de su agenda de inquietudes principales.

RV - Es cierto. El canciller Amorim había dicho no hace más de dos meses que si en el Mercosur ya tuviéramos una unión aduanera perfecta como la que tiene Europa a nadie se le ocurriría salir a negociar bilateralmente con un tercer país. También dijo que las manifestaciones de insatisfacción indican que tenemos que discutir lo que está ocurriendo, que si Uruguay y Paraguay no ven los beneficios del Mercosur es porque no hemos hecho lo suficiente.

EC - Eso había dicho hace muy pocas semanas, con lo que había abierto la expectativa con respecto a esta visita que sabía iba a tener lugar. La pregunta era: ¿qué trae Brasil en el portafolio? ¿Qué viene a ofrecer a cambio? ¿Qué trae como alternativa a ese descontento, a esa insatisfacción?

RV - Quienes fuimos a ese encuentro en representación del sector empresarial uruguayo vimos muy poco. En última instancia la presencia de gente muy calificada del gobierno federal, de organismos de normalización, de los organismos de energía obedecía más que nada al interés de esas entidades en vincularse o en profundizar sus vínculos con sus colegas o contrapartes uruguayas. Y el BNDES se limitó a hacer una presentación institucional sobre qué es este banco, qué patrimonio tiene, qué proyectos ha financiado en América Latina, incluso en Uruguay, y poco más.

EC - ¿No se presentó en particular como una opción de financiamiento para exportaciones uruguayas a Brasil?

RV - No en la presentación en el seminario del Hotel Sheraton. La mayoría de las inversiones que financia el BNDES en el exterior están asociadas con la participación de una empresa brasileña, lo cual es natural, es un banco de desarrollo brasileño, no uruguayo. En la medida que haya proyectos de empresas privadas o públicas brasileñas de invertir en Uruguay que al banco le resulten atractivos, seguramente podrá participar en el financiamiento, pero no es que ahora las empresas y el Estado uruguayos dispongan de una nueva fuente de financiamiento como el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial o un club de bancos.

EC - En resumen, para ustedes el new deal no apareció.

RV - Por lo menos en esta oportunidad; no me queda muy claro cuál es el centro de la cuestión de ese new deal. Valoro como importante la visita, el hecho de que el canciller Amorim haya venido a Uruguay, independientemente de que Brasil vaya a asumir en breve la presidencia pro témpore y por lo tanto es natural que se dé una vuelta por el barrio para ver cómo está. Pero quedé con la sensación de que no hubo mucho.

EC - Algo dijo al pasar cuando comentaba la reunión del viernes, pero desde el punto de vista de la CIU, por ejemplo, ¿por dónde tendría que pasar un nuevo relacionamiento? ¿Cuáles serían las medidas concretas que un país como Brasil tendría que adoptar para que a países chicos como Uruguay y Paraguay el Mercosur comenzara a servirles nuevamente?

RV - El sector industrial uruguayo –porque esto no es algo restringido a quienes participan en la actividad de la Cámara– siempre vio en el Mercosur una verdadera plataforma de desarrollo. En primera instancia se lo veía como una opción para mejorar la capacidad exportadora para luego proyectarse hacia terceros mercados, hacia el mundo. Y se vio como una oportunidad al bloque en sí mismo, el objetivo del Mercosur, para nosotros, era alcanzar niveles de desarrollo superiores entre los cuatro socios, que nos pusieran en mejores condiciones de competir con otros bloques económicos. Con el paso de los años vemos que siguen existiendo problemas que impiden que ese objetivo se concrete, no hay coordinación de políticas macroeconómicas, no hay una estrategia de inserción internacional para el Mercosur, siguen existiendo trabas injustificadas al comercio que demuestran que los países grandes ven a los chicos más como una amenaza comercial que como aliados estratégicos para darle representatividad política e institucional al Mercosur frente al mundo.

EC - En ese plano, el de las trabas comerciales, más temprano el canciller Gargano decía que se han limitado a problemas con el arroz, por ejemplo, cuando se han interpuesto argumentos de tipo sanitario que en definitiva eran una forma de bloquear el acceso por parte de gremiales privadas. ¿Qué otro tipo de problemas vislumbran ustedes? Usted dice que los inconvenientes, las trabas, no se han limitado al arroz.

RV - No, obviamente no. Planteado de esa forma parece algo sencillo y que obedece a la presión de las gremiales empresariales brasileñas del sector agropecuario, principalmente del sur de Brasil, de Río Grande. Pero uno no puede hacer un paralelismo con Uruguay, Uruguay ha respetado en forma sistemática la normativa y las relaciones comerciales con todos los países, no es un país de poner trabas porque sí ni porque presionen las gremiales empresariales, el caso de Brasil es diferente. Y además estamos hablando del arroz, que no es un sector menor, no estamos hablando de una empresa.

Pero hemos tenido problemas frecuentemente con exportaciones de la industria láctea, con laboratorios farmacéuticos y veterinarios, con el vino. Hay demoras y trabas para la aprobación de registros de marcas, de productos de importación, con el registro de los productores e importadores, con el manejo a veces discrecional de las licencias de importación, que no son automáticas, con las demoras en los pasos de frontera, que serán por la razón que serán pero que en última instancia perjudican al exportador uruguayo. Dónde se genera el problema, si en una huelga en la aduana o en un laboratorio que en vez de demorar cinco días en hacer un análisis demora 45, para el exportador uruguayo resulta irrelevante, lo relevante es que ese tipo de trabas le perjudican la posibilidad de concretar negocios. Por lo tanto, mientras ese tipo de cosas subsista uno percibe que los problemas de la integración son mucho más profundos de lo que aparentan.

Como decía hoy, si Uruguay y Paraguay son una amenaza comercial para Brasil o Argentina, tenemos un problema. Brasil como país más grande, que tiene un desarrollo industrial y tecnológico mayor que el resto de los miembros del bloque, debería asumir el rol de liderar el Mercosur, y el liderazgo no es simplemente que nosotros acatemos lo que resuelva por el hecho de que es más grande. El liderazgo implica asumir algunas responsabilidades que los países de menor tamaño no pueden asumir. En ese sentido nuestra expectativa de que Brasil asumiera ese papel era muy alta, no pretendíamos que se nos regalara nada pero sí que como socio mayor y de mayor desarrollo relativo por lo menos desde el punto de vista industrial y tecnológico hiciera más fuerza para tirar del carro regional.

EC - En este cuadro de análisis, ¿cómo ingresa la negociación con Estados Unidos que se está desarrollando al mismo tiempo? ¿Ustedes son firmes partidarios de intentar un TLC?

RV - Sí, no sólo la CIU, las cámaras empresariales más grandes del país, como la Asociación Rural, la Cámara Mercantil y nosotros, elaboramos un documento en el cual nos manifestamos partidarias de avanzar en la concreción de TLC o acuerdos comerciales mucho más profundos no sólo con Estados Unidos sino con los países que ofrezcan algún tipo de oportunidad para el desarrollo productivo y comercial de Uruguay.

EC - ¿Cómo encaja en ese camino una advertencia como la que hizo el ministro Celso Amorim los días viernes y sábado aquí en Montevideo?

RV - Cae mal, tanto el canciller brasileño como el presidente argentino habían manifestado en más de una oportunidad que ni Brasil ni Argentina tienen derecho a impedirle a Uruguay que consiga en países de extrazona lo que no puede conseguir dentro del Mercosur. Hoy Uruguay necesita más mercados, mercados más abiertos con los cuales poder profundizar sus relaciones comerciales y hacer mejores negocios sin tener que necesariamente renunciar al Mercosur. Esto no implica discutir si vamos a pasar a tener un carácter de miembro asociado, a lo Chile o a lo Bolivia, pero dado que el Mercosur atraviesa una crisis de confianza bastante importante y no hemos logrado superar las fases iniciales, porque ni siquiera llegamos a constituirnos como una unión aduanera, todavía seguimos siendo una unión aduanera imperfecta, entendemos que sería oportuno permitir que por lo menos los socios menores pudieran obtener otro tipo de acuerdos comerciales que les permitieran desarrollar sus negocios fuera de la región. Mirándolo de una forma un poco interesada, incluso a Brasil y Argentina les convendría que alguno de sus socios menores lograra firmar un acuerdo de libre comercio con países desarrollados con los cuales hoy no tienen relaciones comerciales.

EC - ¿Por qué? ¿Cómo les serviría eso a Brasil o a Argentina?

RV - Si Uruguay tuviera un TLC con algún país desarrollado, como Estados Unidos, tal vez sería una buena oportunidad para un país como Brasil, que hoy está promoviendo la deslocalización industrial y alentando la inversión en el extranjero. Uruguay puede ser un destino para esas inversiones productivas que tengan como destino final Estados Unidos, aprovechando las ventajas comerciales que se hayan concedido en la negociación. En última instancia, si Uruguay tiene un TLC con Estados Unidos se va a convertir en un polo de atracción de inversiones. En los hechos el TLC que tenemos con México ha servido para que algunas empresas de fuera de la región vinieran a instalarse a Uruguay para aprovechar la preferencia arancelaria. ¿Por qué Brasil, Argentina o Paraguay no podrían aprovechar lo mismo en el caso de que Uruguay lograra avanzar en un TLC con Estados Unidos?