Rilla: cuando hablan contra los partidos, se me eriza la piel
El profesor José Rilla renunció a la Comisión Organizadora del Debate Educativo. Para él, fue un error aislar a los partidos políticos de esa discusión. Además, no cree "que los problemas centrales de la educación, que son trágicos, pasen por la ley". "Es una forma de empobrecer el debate", opinó. Remarcó que apoyaría devolver este debate al ámbito partidario.
(Emitido a las 8.54)
EMILIANO COTELO:
El historiador José Pedro Rilla renunció a la Comisión Organizadora del Debate Educativo (CODE), creada por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) para organizar el Congreso de la Educación y encargarse de elaborar las bases de una nueva ley de educación.
La noticia está en los medios desde ayer de mañana. A juicio de Rilla, los gremios de la educación y el movimiento cooperativo se encaminan a tomar el control del Congreso de la Educación y han excluido a otros sectores con incidencia en esta temática, como los partidos políticos, algo que recuerda "los peores antecedentes de los peores momentos que terminaron en una dictadura".
En la carta de renuncia dirigida al director de Educación, Luis Garibaldi, Rilla sostiene que "la definición del porcentaje de representación que tendrán las distintas asambleas territoriales y sectoriales encamina al congreso a la generación de un equívoco".
El profesor José Pedro Rilla ayer prefirió no hacer declaraciones pero hoy está dispuesto a formular algún comentario y con él vamos a dialogar a partir de este momento.
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Profesor Rilla, la carta está publicada en los medios, ¿la síntesis de su preocupación viene por el tipo de opiniones que van a estar representadas a la hora de discutir por ejemplo las bases de una ley de educación?
JOSÉ PEDRO RILLA:
El tipo de opiniones no es una preocupación, en un ámbito plural todas las opiniones tienen su validez. La preocupación es por la composición que va tomando el congreso, que ha tomado, porque si uno examina las propuestas de representación y de representatividad no puede sino llegar a la conclusión de que las asambleas llamadas territoriales, donde idealmente se pensaba convocar al ciudadano de a pie, al ciudadano común y corriente, finalmente están formadas básicamente por personas vinculadas con la educación, por militantes políticos o militantes sociales. Todo eso está muy bien, pero no hay que ser demasiado imaginativo para ver que de alguna forma va a estar marcando la representación de las asambleas territoriales. Y si a eso le sumamos las asambleas llamadas sectoriales, en las que la representación de los gremios y las corporaciones es abrumadoramente fuerte los números están a la vista, tengo derecho a pensar, como vengo pensando desde hace unos cuantos meses, que el congreso va a carecer de la mínima incertidumbre que se necesita, más cuando se trata de definir cuestiones centrales de la educación.
La consecuencia es que uno ya más o menos puede saber cuál es la posición que hoy predomina y que va a predominar en el congreso, primero, y en segundo lugar la centralidad absoluta que va a tomar en el seno del congreso la cuestión de la ley de educación. La CODE tenía como misión organizar este congreso, entre otras cosas para aportar bases para la ley, pero yo me temo que dados los antecedentes y lo que conozco, sea más que bases y tenga además un carácter muy fuertemente vinculante en términos simbólicos con el Parlamento. Realmente hace mucho tiempo que no creo que los problemas centrales de la educación uruguaya, que son absolutamente trágicos, pasen por la cuestión normativa, de la ley, sobre todo planteada como he escuchado tantas veces, quién es el que manda, quién es el que se sienta en los sitios de mando y de gobierno. Me parece una forma de empobrecer la discusión, de alejarnos de las soluciones verdaderas y requiere de un marco diferente que no se ha dado. No dramaticemos más allá de lo que es.
EC - Desde el gobierno o desde el Frente Amplio (FA) se ha marcado que estamos ante una jugada política. Usted pertenece al Partido Independiente (PI), ayer quien salió a explicar su decisión mientras usted no hablaba fue el presidente del partido, Pablo Mieres, casualmente en una semana en la que el PI también promueve una interpelación al ministro de Economía por la reforma tributaria. ¿Qué responde usted?
JPR - Yo soy un adherente convencido al PI, no soy un militante orgánico ni pertenezco a los organismos de decisión, pero cuando se dice que detrás de todo esto hay una intencionalidad política se lo dice con un tono peyorativo, como si fuera malo, deleznable, abominable.
EC - Sí, seguramente está dicho en ese sentido.
JPR - Esta es una de las disidencias fundamentales que tenemos en Uruguay y que habla de lo mal que estamos discutiendo una serie de cuestiones. No es el campo en el que yo me muevo con comodidad, procuro dedicarme a la vida académica pero, ¿cuál es el problema de que esto cobre una dimensión política? Digo más, ¿no será un buen momento para devolver un debate que está siendo objetado al campo de la discusión política, al campo de la política partidaria? Yo no voy a tener una participación de primera fila en ello pero no sería en absoluto un camino errado. Por lo tanto ante una supuesta acusación de que esto tiene un cariz político, devuelvo el argumento y digo que no me parecería mal.
EC - También ha habido cuestionamientos al tono de su carta y al empleo de algunos términos, por ejemplo cuando sostiene que las autoridades de la enseñanza manejan argumentos y criterios que recuerdan "los peores antecedentes de los peores momentos que terminaron en una dictadura". ¿No es un lenguaje un poco excesivo?
JPR - Hago allí una corrección: yo no hablé de las autoridades de la enseñanza sino de argumentos que oí en el seno de la CODE cuando ante mis reiterados planteos de que los partidos políticos, actores fundamentales en Uruguay, no podían estar excluidos del debate. Se me contestaba en los más diversos tonos que esta no era la hora de los partidos, que los partidos eran un circo, que los partidos no merecían estar en el debate, que en todo caso se quedaran en el Parlamento y escucharan. No eran las autoridades de la enseñanza las que decían eso sino algunos de los miembros de la CODE. Excluyo aquí a las autoridades, además escribí la carta con muchísimo cuidado precisamente para evitar esta confusión. Eso fue lo que escuché en el seno de la CODE de parte de algunos colegas compañeros, no del gobierno, y me recuerda los peores momentos. Tal vez los muchachos hablan así porque no los vivieron, no tienen ese trauma que reconozco debo tener y tal vez debería analizar, pero cuando escucho hablar contra la política, contra los partidos políticos se me eriza la piel, y más en un ámbito educativo. Me recuerda los peores momentos previos a la peor dictadura que tuvimos en Uruguay. Y no me bajo de ese caballo.
EC - ¿Qué viene ahora? Desde el MEC no se pierde la esperanza de que usted revise su decisión.
JPR - Sí, he conversado con mucha cordialidad, porque además le tengo un enorme respeto y creo que ha hecho todo lo posible para hacer de este un proceso mucho más amplio, con el maestro Luis Garibaldi, a quien conozco desde hace muchos años. Pero realmente no aspiro ni creo que sea conveniente una marcha atrás en una decisión que además fue compleja, muy pensada y ya tomada. O sea que no podría decir qué es lo que viene, ojalá que el congreso tome los rumbos que desde el gobierno, desde el ministerio se dice que va a tomar. Yo no creo que sea así y por eso di este paso pero deseo lo mejor y no lo descarto, simplemente no lo veo.
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Edición: Mauricio Erramuspe