"Es bueno que se evalúe este tema" pero "no lo aliento", dijo el diputado Washington Abdala.

Abdala: yo no aliento la ruptura con Argentina

"Es bueno que Uruguay evalúe este tema", dijo el diputado colorado Washington Abdala al precisar sus dichos respecto a una ruptura de relaciones con Argentina. "Yo no lo aliento pero es bueno que desde Argentina se oiga que hay voces en Uruguay que reclamamos por nuestra dignidad y que sostenemos que llega un punto de humillación que uno tiene que rechazar", explicó.

(Emitido a las 8.54)

JOSÉ IRAZÁBAL:
Ayer de mañana aquí en El Espectador escuchábamos al diputado Washington Abdala lanzando su punto de vista con la frase: "Creo que hay que analizar como hipótesis de trabajo la ruptura de relaciones diplomáticas con Argentina como eventual acción, si todo sigue empeorando".

Por supuesto que este planteo, que lleva la situación a un extremo o a radicalizar la postura uruguaya ante lo que está sucediendo del otro lado del río, ha despertado repercusiones. Hoy hablábamos con el senador Sergio Abreu (AN, PN) y con el senador Juan José Bentancor (VA, FA).

ANDRÉS GIL:
Ambos planteaban algunas objeciones al planteo de Abdala, algunos matices, aunque ninguno lo descartaba de plano. Quizás Juan José Bentancor estaba más plegado a la estrategia general aplicada hasta el momento por el gobierno uruguayo, de apostar al diálogo a nivel de los organismos internacionales, de apostar al Derecho Internacional y de manejarse con más cautela. En cambio el senador Abreu decía no pensar en la ruptura de relaciones pero quizás iniciar ese camino llamando a cancillería al embajador argentino en Uruguay.

JI - Abreu decía que hay muchos más pasos por quemar antes de llegar a ese extremo.

AG - Vamos a repasar por dónde venían las preocupaciones que planteaba ayer el diputado Washington Abdala, vamos a conversar directamente con él.

***

Diputado Abdala, ¿tuvo oportunidad de escuchar los comentarios hoy más temprano?

WASHINGTON ABDALA:
No.

JI - Abreu decía que la ruptura de relaciones es una posibilidad, pero que quedan muchos caminos previos a dar ese paso tan radical.

WA - Es verdad. Yo ayer estaba terminando de elaborar el pedido de informes, voy a tratar de darles el foco lo más nítido posible.

El primer punto que le solicito al ministro es cuál es el planteo con el que Uruguay va a ir al encuentro en España, y cuáles son los fundamentos jurídicos que se van a adjuntar para fortalecer la posición uruguaya.

Segundo punto, qué papel vienen desempeñando los servicios de inteligencia uruguayos y qué resultados vienen obteniendo ante las amenazas de eventuales atentados a la planta de Botnia emitidos por asambleístas de Gualeguaychú.

Tercero, qué consideraciones merecen las expresiones del canciller argentino sobre la relocalización de la planta de Botnia.

Y cuarto, si en algún momento de este largo conflicto con Argentina se han ido valoraciones en calidad de análisis para encarar la convocatoria en consulta del embajador uruguayo en Buenos Aires y si se han analizado consideraciones eventuales, también en calidad de análisis, sobre la ruptura de relaciones diplomáticas con ese país.

Estas son las cuatro preguntas que a esta altura se debe estar haciendo un montón de gente. Porque el conflicto no marcha para bien, está marchando para mal. Las expresiones del canciller argentino diciendo que la relocalización de la planta es el único camino posible sentencian mal, sentencian a muerte el encuentro de facilitación en España. Y las expresiones que hemos escuchado y visto de la Asamblea, amenazando, incluso conversando con los carapintada y diciendo explícitamente que la planta no va a operar, no dejan de ser una serie de extremos muy inquietantes.

AG - El gobierno sería responsable por omisión, dice usted, porque tendría que llamar al orden.

WA - Exactamente, porque cuando la Gendarmería tiene que actuar, tanto en Mar del Plata como en otro tipo de circunstancias que hemos visto también por los medios de comunicación, el gobierno argentino actúa. Aquí hay una aquiescencia, una pasividad que está complicando mucho el asunto.

Es bueno que Uruguay evalúe este tema. Yo no lo aliento, no lo estimulo, seguramente no sería sencillo para mí levantar una mano y decir "vamos para adelante con la ruptura de relaciones", pero es bueno que desde Argentina se oiga que hay voces en Uruguay que reclamamos por nuestra dignidad y que sostenemos que llega un punto de humillación que uno tiene que rechazar. Es más, los amigos del gobierno deberían ver con simpatía algo que ellos no pueden manifestar ni expresar pero que desde la oposición algunos de nosotros sí podemos decir. Porque los extremos a los que se está llegando en este conflicto son absolutamente espantosos.

Y cuando se dice cuáles serían las consecuencias de una eventual ruptura: no muchas más de las que vivimos: puentes bloqueados, dificultades pararancelarias de todo tipo, relacionamiento inexistente, vínculos comerciales muy agredidos, empresarios de un lado y del otro en una situación de afectación. Lamentablemente no me parece que las cosas puedan ser muy distintas.

AG - En estas circunstancias hay que manejarse con un equilibrio bastante fino entre defender lo más posible la dignidad y no exacerbar a un gobierno argentino que aparentemente no anda con chiquitas a la hora de responder ante cualquier señal. Está claro que cualquier medida de Uruguay, por ejemplo llamar en consulta al embajador, va a ser inmediatamente respuesta con una medida espejo o un poco más fuerte.

WA - No sería mala cosa que llamaran en consulta al embajador argentino, este señor Patiño Meyer, que en cada oportunidad que de abrir la boca mete el dedo en el ventilador. Sería fascinante (esa es mi posición) que lo llamaran en consulta y tuviéramos la alegría de que por un tiempo estuviera silenciado. No sé si coincidirán conmigo, pero este hombre cada vez que puede actúa metido en medio del conflicto como si fuera un parlamentario, un político más. El papel de los embajadores es exactamente lo contrario. Diferencia notoria con el embajador Bustillo, en Buenos Aires, que es un señor de la diplomacia que en cada oportunidad que tiene, con la reserva del caso, trata de colaborar para generar niveles de entendimiento y aproximación. En cambio cada vez que este hombre abre la boca tenemos dificultades.

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Edición: Mauricio Erramuspe