Intereses ofensivos o defensivos
dentro de la negociación
Jaime
Zabludovsky, ex-embajador de México ante la Unión
Europea entre los años 1998 y 2001, y que fue el principal
negociador del acuerdo de libre comercio entre México y el
bloque europeo, explicó los intereses que se podrían
en juego en una eventual negociación con Estados Unidos.
Asimismo, se refirió a los puntos a favor y las dificultades
que enfrentaría Uruguay en ese proceso.
La que sigue es la conferencia del doctor Zabludovsky
JAIME ZABLUDOVSKY:
Escuche la conferencia
Lo
que hicimos y vamos a presentar a continuación es un ejercicio
en el cual comparamos las disciplinas y la cobertura que el Tratado
de Libre Comercio de América del Norte tiene en sus diferentes
capítulos, que ya han sido mencionados, y que representarían
estas obligaciones y estos compromisos para Uruguay, en el entendido
de que esto pudiese darse en una negociación bilateral o,
en su caso, como está sucediendo, en el seno de las negociaciones
hemisféricas del ALCA. Esta metodología en parte refleja
un trabajo que tanto Herminio como yo hemos estado haciendo de revisión
de la agenda comercial hemisférica para el Banco Interamericano
de Desarrollo (BID).
La metodología es tratar de revisar cada uno de los capítulos
del tratado y ver, en base a fuentes primarias de información,
a las tarifas y los indicadores y las fuentes, las bases de datos
de comercio de las dos partes, los posibles intereses tanto ofensivos
como defensivos en las negociaciones. También revisamos las
legislaciones nacionales y una fuente muy importante de información
y análisis son los diferentes tratados y compromisos internacionales
que tanto Estados Unidos como Uruguay han firmado.
¿Cuál es la lógica detrás de esta práctica?
Creemos que los tratados internacionales son muy buen indicador
del grado de compromiso que un país ha estado dispuesto en
el pasado a realizar. Los tratados, como decía Herminio,
al final de cuentas consolidan los regímenes internos de
política comercial y en la medida en que un país ha
estado dispuesto a asumir compromisos internacionales o compromisos
en un tratado internacional eso refleja el grado de disposición
para respetar esos compromisos. Por el contrario, cuando el país
no es parte de algún acuerdo internacional, el indicador
o el supuesto es que hay algún tipo de problema o de oposición
para asumir este tipo de compromisos.
Los informes que se dan periódicamente en la OMC sobre el
grado de cumplimiento de las disposiciones multilaterales fueron
también una fuente muy importante para el análisis
que hicimos. Estados Unidos hace periódicamente un informe
de los obstáculos o los presuntos obstáculos que encuentra
en los diferentes mercados con los que hace negocios, y eso también
es un acervo que indica cuáles pudieran ser, en su momento,
los principales intereses que perseguiría en una negociación.
Finalmente durante los últimos dos o tres años se
registró un debate muy intenso en Estados Unidos relacionado
con la renovación y la aprobación de la autoridad
para negociar acuerdos internacionales, el TPA, antes conocido como
fast track, y lo que se discutió en ese entorno y finalmente
quedó consagrado también es un indicador muy claro
de cuál sería la agenda negociadora de Estados Unidos,
tanto en los foros bilaterales como en los regionales y multilaterales.
Para el propósito del análisis definimos los intereses
como posiciones ofensivas y posiciones defensivas. Una posición
ofensiva pretende conseguir acceso al mercado de la contraparte,
mientras que una posición defensiva pretende mantener el
statu quo o mantener el mercado nacional. Esto es un poco la jerga
del lenguaje negociador, como lo dijeron Herminio y Ernesto. En
general todas las cuestiones defensivas son cosas que un país
debería hacer, independientemente de que obtenga reciprocidad
o no, pero en la jerga negociadora por lo menos podemos identificar
cuáles serían las mayores sensibilidades o las preocupaciones
más importantes en términos de lo que implicaría
cambiar o modificar en una negociación comercial.
A continuación vamos a presentar una serie de matrices donde
se identifican las principales posiciones defensivas y ofensivas,
tanto de Estados Unidos como de Uruguay, en los diferentes temas.
En el primer tema, acceso a mercados, lo que es de esperar es que
Estados Unidos busque una desgravación rápida y comprensiva
de toda la tarifa, la eliminación de todos los aranceles,
sobre todo en la parte industrial, y con preocupaciones muy sentidas
en algunos sectores en los que es muy competitivo y enfrenta aranceles
muy elevados en el MERCOSUR, básicamente electrónica,
computación, vehículos, automotriz y autopartes.
En términos de reglas de origen ése es un tema muy
técnico pero importante. Estados Unidos seguidamente va a
buscar que se use la metodología tipo TLC, basada en cambios
de partida, en vez del método usado más en ALADI,
basado en términos de contenido regional. Probablemente en
este momento no valga mucho la pena profundizar en este tema, pero
un tratado de libre comercio con Estados Unidos en cualquier escenario
implicaría reglas de origen diferentes a las que estamos
acostumbrados a utilizar en ALADI.
En términos de las principales preocupaciones defensivas
de Estados Unidos, una preocupación tradicional desde hace
muchos años es la protección de la industria del transporte
marítimo. Es un sector que tradicionalmente se ha excluido
de las negociaciones comerciales y no esperaríamos que hubiese
una excepción en las otras negociaciones que están
enfrentando. En general esperaríamos que Estados Unidos busque
reglas de origen que tengan implícito un alto contenido regional,
es decir reglas de origen muy estrictas que eviten la triangulación
de productos de terceros países vía las preferencias
que negocien, con la excepción de electrónica y computación,
que dependen de una manera importante de insumos que no se producen
en el continente americano y que por lo tanto probablemente tendrían
reglas de origen laxas.
Uruguay tendría entre sus intereses ofensivos claramente
el textil, prendas de vestir y todo lo que es la industria de lana.
Probablemente buscaría reglas de origen relativamente laxas,
reconociendo que es una economía mucho más pequeña
y que por lo tanto estaría interesada en poder integrar insumos
de otras partes. Y en particular un tema que ha sido muy actual
por el asunto de salvaguardas severas que puso Estados Unidos en
el tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos
y Canadá hay una disposición donde, bajo ciertas condiciones,
las partes del tratado se obligan a excluir de una salvaguarda global
a los otros socios del Tratado de Libre Comercio de Amétrica
del Norte, si las importaciones de las contrapartes no son una fuente
importante de daño bajo inversión de salvaguardas.
En el caso más reciente, Estados Unidos excluyó a
México y a Canadá de la salvaguarda global que puso
a la industria cerealera, al amparo de la exclusión que está.
Creemos que sería un interés importante en cualquier
negociación con Estados Unidos.
Con respecto a las negociaciones defensivas que pudiese tener Uruguay,
como ya tanto Herminio como Ernesto dijeron, el TLC va mucho más
allá de la liberalización de aranceles, hay compromisos
muy importantes de no discriminación en el mercado interno,
en los impuestos. Hemos reportado el Impuesto Específico
Interno (Imesi) porque sabemos que en la OMC, Chile ha presentado
un caso arguyendo una presunta violación de ese impuesto.
Creemos que de encontrarse que este impuesto es violatorio del principio
de trato nacional de la OMC, obviamente sería un tema que
habría que abordar en cualquier negociación que Uruguay
hiciese, tanto bilateral como regionalmente. El sistema de imposición
temporal, la devolución de impuestos para la exportación,
seguramente será abordado en cualquier negociación
y tendría que ser negociado y, en su caso, probablemente
modificado.
Finalmente medidas de inversión donde se condicione la inversión
a ciertos requisitos de desempeño y de comportamiento que
probablemente tendrían que ser negociadas y en su caso adecuadas.
Las reglas de origen, la excepción que Uruguay tendría
es que en la cadena textil, de lana, de cueros, habría la
vocación de tener reglas de origen más estrictas porque
es una industria relativamente más integrada en Uruguay.
En agricultura, Estados Unidos es un gran exportador, el principal
del mundo, también tendría interés en exportar
algunos productos, pero también en este sector es donde tiene
sus mayores preocupaciones, que son de dominio público. No
es ningún secreto (que involucra el) azúcar, jugo
de naranja, tabaco, cacahuate, algunos productos cárnicos
y algunos lácteos. No es extraño encontrar que Estados
Unidos en algunos mercado tiene gran interés ofensivo en
algunos productos, y en otros mercados esos mismos productos son
sensibles, dependiendo de la competitividad relativa del socio con
el que esté negociando.
En el TPA esto se hizo evidente como parte del compromiso que fue
indispensable para aprobar la legislación. Hay un mecanismo
de consultas muy detallado y preciso para revisar toda la cobertura
agrícola, sobre todo los productos sensibles que Estados
Unidos pudiese incluir en una negociación. Y claramente uno
de los grandes temas de negociación son los subsidios y los
apoyos internos a los productos agrícolas, en particular
después de la última legislación, que aumenta
el apoyo interno en Estados Unidos. No creemos que este tema sea
posible o probable atender en negociaciones bilaterales, probablemente
ni siquiera en negociaciones regionales. Es un tema básicamente
multilateral, desde nuestra perspectiva hay que estar conscientes
de eso.
En agricultura también hay grandes intereses ofensivos de
Uruguay, que es un exportador agrícola importante en cárnicos,
lácteos y muy especialmente en quesos y arroz, productos
tradicionales de la exportación uruguaya que enfrentan algunos
de los aranceles más elevados en el mercado de Estados Unidos.
En defensivas hemos identificado que Uruguay dentro del Arancel
Externo Común del MERCOSUR ha exceptuado algunos productos,
entonces creemos que esto es un indicador de las sensibilidades
relativas que pudiese haber en este país, lo que claramente
está sujeto a la opinión de los que están más
cerca de estos procesos.
Una vez más, si hay disciplina o programas que discriminen
y violen todas la disciplina de no discriminación dentro
de un acuerdo éstas tendrían que ser eliminadas como
parte de una negociación con Estados Unidos o negociadas
explícitamente de manera que se puedan conservar. Pero tendrán
que ponerse en la mesa en su momento.
Éste es un indicador importante de dónde estaría
la negociación comercial. Para explicarles un poco de qué
se trata, son los aranceles ponderados que enfrentan las ofertas
exportables de Estados Unidos y Uruguay en los otros dos mercados.
Se tomó las exportaciones de Uruguay al mundo y se les aplicó
los aranceles estadounidenses; por el contrario, a las exportaciones
estadounidenses al mundo se les aplicó el arancel uruguayo.
En el primer renglón tenemos el total, Estados Unidos en
promedio pagaría casi 11,4 por ciento para entrar al mercado
uruguayo de toda su oferta exportable, mientras Uruguay pagaría
en el mercado estadounidense alrededor de 5,5 por ciento. Si lo
descomponemos por agrícola, textil y manufacturero vemos
que en el sector agrícola es donde Uruguay enfrentaría
los aranceles más elevados, en promedio 7 por ciento; en
extractivo y petróleo los aranceles son muy bajos, menores
a 2 por ciento, y en el manufacturero el arancel sería de
4 por ciento, claramente esto es un promedio, hay picos arancelarios,
sobre todo en el caso de Uruguay en la industria textil y en la
industria de confección y calzado.
Mientras que Estados Unidos enfrenta, salvo en extractivo y petróleo,
en todos los casos un promedio un arancel en el mercado uruguayo
superior al 10 por ciento. Como decía Ernesto estos promedios
esconden muchas cosas. Si uno ve algunos picos arancelarios en Estados
Unidos, son los capítulos en los que tiene aranceles mayores
a 20 por ciento o tasas arancelarias arriba de 10 por ciento. Éstos
son los capítulos de la tarifa en los que Estados Unidos
tiene aranceles muy elevados. Básicamente están concentrados
en algunos productos agropecuarios y en la parte manufacturera,
cosa que no debe sorprender a nadie, en todos los productos relativamente
intensivos en mano de obra, como la industria textil, de prendas
de vestir y calzado, que seguramente serían los temas más
complicados de la negociación, como se ha hecho evidente
también en todo el proceso de aprobación del TPA,
donde ha habido en particular una preocupación por reglas
de origen estrictas por el lado de Estados Unidos que reflejan las
sensibilidades y las preocupaciones.
En energía y petroquímica, Estados Unidos tiene un
gran interés ofensivo en Uruguay, pues habría algunas
preocupaciones porque es un sector que tiene ciertas restricciones
a la inversión, sería un tema que habría que
atender.
Inversión es probablemente uno de los temas y los capítulos
más importantes, lo que el TLC de América del Norte
tiene es un capítulo muy ambicioso, básicamente es
el compromiso de tratar a los inversionistas extranjeros como nacionales,
salvo lo que esté explícitamente reservado en una
lista negativa permanentemente anexada al tratado. Es un principio
de lista negativa, todo está abierto, todo está comprometido
a ser tratado como nacional, salvo lo previsto negativamente. Luego
hay disciplinas muy fuertes de que a los inversionistas extranjeros
no se les puede pedir ni requisitos de comportamiento, es decir
condiciones de valor agregado, transferencia de tecnología,
coeficiente de exportación para condicionar su presencia
en el mercado interno. Por supuesto, también libre transferencia
de dividendos y utilidades y al final de cuentas un mecanismo de
solución de controversias entre el inversionista y el Estado
receptor de la inversión que le da estabilidad y previsibilidad
a las cosas.
En la parte defensiva una vez más Estados Unidos en general
se ha reservado el transporte marítimo y fluvial y ha habido
algunas preocupaciones recientes con respecto al alcance del mecanismo
de solución de controversias inversionista-Estado, porque
para algunos observadores el mecanismo ha sido abusado por algunos
usuarios, en parte porque por primera vez en la historia Estados
Unidos está siendo demandado por algunos inversionistas extranjeros
al amparo de este instrumento.
Preocupaciones que pudiese tener Uruguay en este sector. Hay una
serie de condicionamientos, sobre todo en la industria automotriz,
que probablemente habría que negociar para poder mantenerlos
o habría que desmantelarlas gradualmente al amparo de una
negociación con Estados Unidos. Y luego algunos sectores
donde todavía hay reservas o restricciones a la inversión
extranjera que en su momento habría que poner en la mesa.
En servicios una vez más la metodología de negociación
del tratado de libre comercio es de todo sobre la mesa, salvo que
haya una lista negativa. Todos los prestadores y proveedores de
servicios deben ser tratados como nacionales, salvo lo reservado
y por tanto negociado explícitamente en una lista negativa.
Hemos detectado que hay algunas restricciones todavía en
Uruguay. A pesar de que es una economía muy abierta y de
que ha hecho transformaciones muy importantes en los últimos
años, sigue habiendo algunas restricciones que en su momento
tendrán que ser motivo de negociaciones.
Compras del sector público. Hasta donde sabemos no hay ninguna
obligación internacional en Uruguay con respecto a compras
del sector público, y el Tratado de Libre Comercio de América
del Norte tiene disciplinas muy estrictas al respecto, desde el
principio de no discriminación, de tratar a los proveedores
como nacionales, salvo que se reserven algunos programas especiales,
como en su momento lo hizo México -se reservó transitoriamente
cierto porcentaje en las compras de PEMEX para poder tener licitaciones
cerradas-, pero es un proceso gradual de ir eliminando estas reservas.
Salvo lo reservado, hay compromisos muy importantes no sólo
de no discriminación sino de cómo realizar todo el
proceso de licitación y apertura de ofertas, que en caso
de no ser respetado da acceso al mecanismo de solución de
controversias del tratado.
Uno de los grandes temas en la agenda de negociación de
Estados Unidos en cualquier frente -bilateral, regional y multilateral-
es la propiedad intelectual, no tanto en la parte de las normas
y las disciplinas que después de lo que se ha negociado en
la OMC y como casi todo el mundo es hoy signatario del acuerdo de
propiedad intelectual, lo que en sí ya constituye disciplinas
muy importantes, el problema muchas veces tiene que ver con la aplicación
de esa legislación. Este tema está arriba en la agenda
de Estados Unidos en cualquier negociación, entonces en su
momento habrá que estar listo y consciente de que es muy
importante.
Subsidios, antidumping y compensatorios es claramente un tema muy
importante para todos los países que exportan al mercado
estadounidense, muy relevante para los países en general
del mundo en desarrollo, pero también muy sensible en la
relación con Estados Unidos. Creemos que es un tema básicamente
multilateral, si va a haber avances -ojalá los haya- en el
frente de antidumping y subsidios, creemos que será al amparo
de la agenda Doha y que difícilmente podrá ser avanzado
en una negociación bilateral y probablemente regional con
Estados Unidos. Las experiencias mexicana y canadiense nos llevan
a pensar -ojalá nos equivoquemos y se pueda avanzar más-
que es un tema complicado en cualquier negociación bilateral.
Políticas de competencia. Este tema se ha comenzado a introducir
recientemente en los acuerdos comerciales. Básicamente supone
promover el uso de políticas de competencia y de cooperación
entre las autoridades respectivas, reconociendo que en el entorno
de una economía abierta, de una economía que elimina
los aranceles y las barreras a la inversión, es importante
tener mecanismos que eviten conductas predatorias o anticompetitivas.
Sabemos que Uruguay se ha venido moviendo de manera importante en
los últimos años en esa legislación, y una
vez en una negociación comercial con Estados Unidos sería
un instrumento importante para fortalecer estos esfuerzos internos
que se están haciendo de cualquier manera.
Finalmente uno de los temas más importantes en cualquier
negociación es el mecanismo de solución de controversias.
Muchas de las disposiciones del tratado son transitorias -la eliminación
de aranceles, la eliminación de barreras a la inversión
y el servicio, a los servicios-, lo que le da permanencia y certidumbre
de largo plazo al tratado es el marco institucional y el mecanismo
de solución de controversias que garantiza que cuando haya
violaciones de cualquiera de las partes las mismas tendrán
consecuencias. En particular para los países pequeños,
en particular para los de menor tamaño que hacen negocios
con Estados Unidos, dado el tamaño de la contraparte es muy
importante tener un mecanismo de solución de controversias
que garantice que haya cumplimiento de las obligaciones.
Yo concluiría repitiendo lo que hemos dicho: un tratado
es un instrumento muy poderoso, es un aliado muy útil en
cualquier proceso de modernización, permite hacer cosas que
uno de todas maneras quiere hacer y muchas veces es muy difícil
hacer unilateralmente, en el camino uno tiene reciprocidad y le
da permanencia a las políticas económicas y por lo
tanto la certidumbre de largo plazo, y contribuye a la promoción
de los flujos de capital.
Muchas gracias.
|