Entrevistas

En 2009 creció el número de denuncias por violencia doméstica

El Observatorio sobre Violencia y Criminalidad del Ministerio del Interior dio a conocer nuevos datos sobre violencia doméstica en Uruguay. Entre otras cosas, se informó que se reciben 35 denuncias por este delito cada día, una cada 40 minutos. Ana Nocetti, coordinadora del Plenario de Mujeres del Uruguay, indicó a En Perspectiva que este aumento de las denuncias se debe a un cambio cultural por el cual la sociedad ha tomado conciencia de este fenómeno y de la importancia de erradicarlo. Nocetti también constató una forma de relacionamiento anómala en algunas parejas jóvenes. "Nosotros tratamos de dar claridad: quien me quiere me deja vivir, no me agrede", sentenció.


(emitido a las 7.55 hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
Entre noviembre de 2008 y octubre de 2009 hubo 23 mujeres asesinadas por violencia doméstica en Uruguay. El 87% de los homicidios consumados por violencia doméstica fue a manos de la pareja o la ex pareja.

Además, hay otros datos que dio a conocer ayer el Ministerio del Interior a través de su Observatorio sobre Violencia y Criminalidad. Allí se marca que la cantidad de denuncias por violencia doméstica se incrementó 8% en el período enero-setiembre de 2009 en comparación con el mismo período del año anterior. La cifra es casi el doble de las denunciadas en 2005. De acuerdo a los datos oficiales, en el período enero-setiembre de ese año, la cantidad de denuncias por violencia doméstica en Uruguay había alcanzado las 5.037.


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JAE – Estamos con la coordinadora de la fundación Plemuu (Plenario de Mujeres del Uruguay), Ana Nocetti. ¿Estamos hablando de un crecimiento de denuncias o de delitos?

ANA NOCETTI:
Estamos hablando de un crecimiento de denuncias. No tenemos lo anterior pero lo que vemos era que estaba sumamente tapado y que, a raíz de todas las medidas que se han tomado, las mujeres se sienten mucho más seguras de denunciar y eso permite que haya un número mucho mayor.

JAE – ¿Qué es lo que explica que haya más denuncias?

AN – La sociedad ha tomado conciencia de que este fenómeno existe y que hay que erradicarlo, que repercute en ella en muchos sentidos. La otra cosa es que antes quien denunciaba estaba mal visto, en estos momentos hay toda una aceptación por parte de la sociedad de que esto no se debe tolerar. De hecho uno ve muchas veces que quien mata a la mujer después se suicida, eso es un fenómeno que tendrían que estudiar para ver por qué pasa, porque antes quedaba impune, o sea iba preso pero...

JAE - ...¿usted dice que ese es un fenómeno nuevo que se va instalando?

AN – Sí, desde hace unos años estamos observando eso. No tenemos números ni lo hemos estudiado en profundidad pero vemos que muchas veces pasa esto. Antes como que no había una sanción social para esto sino que el honor quedaba limpio con la muerte.

JAE – Otro aspecto que llamó la atención a las autoridades en el día de ayer tiene que ver con la edad de las afectadas. La mayoría tiene entre 25 y 29 años lo que demuestra que la violencia se reproduce con más fuerza en sectores cada vez más jóvenes. Esto fue lo que se dijo ayer en la conferencia, ¿cuál es su impresión al respecto?

AN – Hay una percepción de que empieza en el noviazgo y que se permite, que hay un crecimiento de este fenómeno. Piensan "bueno, como me vigila, o está atrás mío, o está pendiente, es porque me quiere", esta cosa de valorar los afectos por el control. Nosotros tratamos de dar claridad: quien me quiere me deja vivir, no me agrede.

Este tipo de relación la estamos viendo mucho en las comedias de la tarde, esa reproducción de "él me quiere, por eso me vigila y me destrata", es un fenómeno que me parece que está siendo mucho más aceptado. Y después que empiezan, este tipo de relaciones es muy difícil poder pararlas.

Hay que tener claro desde un principio que hay cosas que no podemos dejar pasar, esto va en aumento y cuando se le quiere poner un punto ya no se sabe cómo. Es muy fácil para la gente plantear que lo que pasa es que las parejas de ahora no dialogan; es imposible que yo dialogue con quien tengo miedo.

AN – Quiero hacerle una pregunta a partir de los datos conocidos ayer para ir a las soluciones que ustedes ven como factibles y convenientes. Si uno mira el mapa de Uruguay con la tasa de violencia doméstica cada 10.000 habitantes se observa que Montevideo es uno de los departamentos con menor tasa de violencia doméstica mientras que los de mayor incidencia de este delito están en Salto, Río Negro, Soriano, Flores y Florida. ¿Tiene alguna explicación esto?

AN – Por lo general Flores siempre ha sido noticia en esto, no ha habido ningún estudio sobre eso.

JAE – ¿No hay ningún estudio cualitativo ni a nivel público ni privado?

AN – No. En este momento no tengo las cifras del servicio telefónico que nos podrían dar datos un poquito más claros por departamento. Pero como ese servicio ha sido poco difundido las llamadas que vienen del interior no son significativas, siempre la mayoría son de Montevideo. La red contra la violencia doméstica y sexual está haciendo un mapeo y está viendo de incidir en el interior para poder registrar todas estas cosas, trabajar con organizaciones del interior para la prevención y detección de estos problemas.

JAE – Por el lado de las soluciones, ¿qué es lo que más le preocupa en función de la realidad actual? Por ejemplo, en algún momento se habló de soluciones habitacionales reales para que las mujeres maltratadas se vayan de su casa y estén protegidas, ¿qué ha pasado con eso?

AN – El tema de las soluciones habitacionales es un poco complejo porque hay un proyecto de 100 viviendas para todo el país. Me parece que el pensar en una vivienda como algo definitivo o transitorio no es algo que se acomode a cada situación. Tendríamos que pensar un poco más en que las mujeres pudieran salir a un lugar que no tiene por qué ser oculto ni nada por el estilo, a veces la violencia cesa con el solo hecho de salir de la casa.

JAE – Pero ese lugar no existe hoy.

AN – No existe ese lugar pero el que está previsto requiere dos años de garantía de alquiler o de pago de alquiler. A su vez tenemos una dificultad, muchas de las mujeres no pueden pagar esas viviendas, ni siquiera el alquiler. Es una cosa mucho más compleja, esa mujer tiene que tener un trabajo para fortalecerse como persona, tiene que tener un acompañamiento para que no pierda referencia, porque si se la saca de la casa y del entorno en el que vive queda totalmente aislada.

JAE – Otra pregunta con respecto al momento actual. ¿Cómo es la calidad de la información entre una denuncia que se hace y la protección de quien denuncia? Porque se puede recordar algún caso notorio, como ocurrió hace un par de años, cuando una mujer que venía haciendo denuncias terminó siendo asesinada y quien la mató se rebuscó y logró su objetivo.

AN – Eso sigue así porque el primer intento que hacen las mujeres es ir a la comisaría a hacer la denuncia, pero a veces no se valora el riesgo. El tema es: yo denuncio pero ¿soluciono o empeoro las cosas?, ¿tendría que haber actuado de otra manera? Por eso por lo general cuando existe este tipo de problema no sólo se hace la denuncia sino que se le pide que vaya a alguna de las organizaciones que se dedican a esto para evaluar el riesgo y ver cuáles son los cuidados que hay que tener.

JAE – ¿Pero el Estado no ha respondido, no se ha mejorado ese aspecto?

AN – Sí, se ha mejorado pero no se ha llegado a tener una buena respuesta.

JAE – O sea que la recomendación para alguien que esté en esta situación es que haga la denuncia en la Policía pero que a su vez vaya a una ONG a plantear su caso.

AN - No sólo a una ONG, hay instituciones del Estado, la Comuna Mujer y los centros de atención de mujeres. El tema es que se valore el riesgo y que tenga un acompañamiento, hasta para hacer la propia denuncia a veces es mejor recurrir primero a estas instituciones, si es una cosa que viene con tiempo lo mejor es consultar y ahí buscar una estrategia para protegerse.


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