Entrevistas

Martín Rebella (SMU): "La relación con el sistema de salud después de esta situación va a ser mucho más compleja"

Martín Rebella (SMU): "La relación con el sistema de salud después de esta situación va a ser mucho más compleja"

La noticia de los tres procesamientos por la llamada "Operación Ángeles" se dio a conocer el domingo, al descubrirse que dos enfermeros que trabajaban en el Hospital Maciel y en la Asociación Española habían dado muerte al menos a 16 pacientes, según dijeron, por "piedad". El tercer procesamiento fue el de una funcionaria de la Española que, por lo que ha podido comprobarse, estaba en conocimiento de las acciones de uno de ellos. Frente a esta situación, el Sindicato Médico del Uruguay (SMU) se declaró en sesión permanente. En diálogo con En Perspectiva, su presidente, Martín Rebella, dijo que desde el SMU están "consternados" por la situación y que, pese a que están convencidos de que son hechos aislados "que no representan el accionar del personal de salud de nuestro país", son conscientes de que el hecho generará repercusiones. Rebella insistió en la necesidad de "ayudar a la ciudadanía" a procesar esta situación y destacó el rol de los médicos y particularmente del SMU en esa tarea.


(emitido a las 7.43 Hs.)

EMILIANO COTELO:
La llamada "Operación Ángeles", que había comenzado hace casi 60 días, destapó una verdadera caja de Pandora al descubrirse que dos funcionarios de la salud habían provocado la muerte de decenas de pacientes.

Por estos casos fueron detenidas tres personas. Por un lado, dos enfermeros. Uno se desempeñaba en la Asociación Española y al mismo tiempo en el Hospital Maciel, y otro que también trabajaba en la mutualista. Pero además se arrestó a una tercera funcionaria de esa misma entidad médica, quien, por lo que ha podido comprobarse, estaba en conocimiento de las acciones criminales.

Dice Últimas Noticias esta mañana que "una llamada anónima que dio cuenta sobre extrañas muertes ocurridas en un sanatorio particular fue el hilo conductor de la investigación que dejó al descubierto la acción de estos dos enfermeros" que, coinciden distintos analistas, pueden calificarse como "asesinos seriales".

La investigación a cargo de la Dirección General del Crimen Organizado de Interpol demandó dos meses de vigilancias, durante los cuales se reunió una serie de elementos que permitieron incriminar a los detenidos.

Sin embargo, si bien las sospechas apuntaban a quienes hoy están presos, no fue hasta el pasado lunes 12 cuando los hechos vinieron a precipitarse. Ese día, en dependencias del Hospital Maciel falleció una mujer cuya hija denunció con extrañeza que la misma había sido dada de alta, por lo que no había explicación para su deceso. Las pericias forenses bajo la orden del juez Rolando Vomero determinaron que esa señora había recibido una dosis de una sustancia que le había provocado el fallecimiento. Lo que habían inyectado era lidocaína, según el reporte médico.

Fue entonces cuando los responsables de la investigación pudieron obtener información acerca de quiénes se desempeñaban en el área donde se produjo esta muerte. Entre todos los indagados había una persona que trabajaba en ese hospital, el Maciel, pero también en la mutualista la Asociación Española.

Al ser interrogado por los efectivos de la Dirección General del Crimen Organizado de Interpol, esta persona admitió ser responsable de ese y muchos otros hechos similares, pero acotó que no era el único autor de ese tipo de crímenes. Fue entonces que quedaron al descubierto también otros casos a nivel de la mutualista. Las dos personas se conocían, sabían lo que hacía uno y lo que hacía el otro, pero -dicen- no actuaban juntos. Es más, parecía que había hasta una competencia entre ellos, según confió a Últimas Noticias uno de los investigadores del caso.

Las derivaciones y las repercusiones se amontonan y hay varios puntos de vista, varios ángulos a explorar. En primer término les propongo que hablemos con el Sindicato Médico del Uruguay (SMU), cuyo Comité Ejecutivo se declaró ayer en sesión permanente. En línea se encuentra el presidente de esa institución, doctor Martín Rebella.

¿Por qué el SMU está en sesión permanente?

MARTÍN REBELLA:
Porque sin duda estamos consternados por esta situación que involucra hechos delictivos en el área de la salud. Más allá de que estamos convencidos de que son hechos aislados, que están siendo investigados por la justicia y que no representan el accionar del personal de salud de nuestro país, evidentemente somos conscientes de que esto tiene repercusiones.  

Por lo tanto, debemos trabajar para, con responsabilidad, intentar colaborar en todo lo que se pueda, tanto en lo que corresponda con la investigación y con los ministerios correspondientes como tratando de dar la opinión y ayudar a la ciudadanía para lograr procesar estas situaciones todos juntos.

Evidentemente hay un montón de familiares y de usuarios que hoy están siendo atendidos por esos actores y la relación con el sistema de salud después de esta situación va a ser mucho más compleja.

Y por eso es que en este momento me estoy yendo para el SMU, vamos a tener una reunión con la directiva para analizar qué pasos vamos a dar.

EC - Tengo una cantidad de mensajes que han llegado de la audiencia desde temprano. Por ejemplo uno de ellos, Heber, dice: "Tengo 66 años, recuerdo que siempre se habló en nuestro país de la eutanasia, aceptado en general por todos; si somos honestos es un tema recurrente en las familias uruguayas ‘mejor que no sufra’". ¿Qué dice usted a propósito de esta, que es una de las reacciones que se ha escuchado?

MR - Es muy buena la pregunta. Quiero dejar bien claro: en Uruguay ni desde el punto de vista legal, ni desde el punto de vista de la práctica médica, es aceptada la eutanasia. Lo que sí es aceptado y científicamente validado son los cuidados paliativos. Es una práctica común y una buena práctica en los pacientes que están en etapa terminal para que, como decía Heber, "que no sufran". Eso no quiere decir de ninguna manera que se tomen medidas activas para acelerar el proceso de muerte.

Incluso a los pacientes que están en sus últimas horas, que están en lo que se llama "agónicos", se les da medicamentos para que no tengan dolor y falta de aire, que son los dos síntomas principales que hay que tratar y los que le generan mayor disconfort al paciente. Tiene que ver con el concepto de ayudar al paciente en esa etapa final de su vida a que tenga una muerte digna. Eso es lo que está aceptado por la medicina uruguaya y por la justicia uruguaya.

Por lo tanto, insisto, yo sé que la eutanasia es un tema que muchas veces ha estado arriba de la mesa, que se ha discutido. Pero no me consta a mí, ni como médico ni como presidente de una organización que nuclea a los médicos, que existan prácticas de eutanasia. Y no creo que esta situación que se está investigando, por como se ha dado y por la información que manejan los medios, esté vinculada a prácticas en pacientes terminales. De hecho, estas personas trabajaban en áreas de cuidados críticos e intermedios, áreas donde se utilizan un montón de recursos para tratar de salvarles la vida a los pacientes.

EC - Sí, esa es una precisión, antes de continuar. En un principio se habló de que estas muertes ocurrían en CTI’s de las dos instituciones. Sin embargo, con el correr de las horas se ha ido aclarando que en la Asociación Española esto ocurría en el Departamento de Neurocirugía, mientras que en el Maciel era en la Unidad de Cuidados Coronarios (UCC).

MR - Exactamente. La UCC del Maciel es un área de cuidados intermedios. Son pacientes graves que están por enfermedades cardíacas. No es un área de internación común, tienen una mayor gravedad. Y según la información que nosotros tenemos, en la Asociación Española esta situación se daba en el área de Cuidados críticos neuroquirúrgicos, en CTI neuroquirúrgico.

EC - Allí sí, en la Española era un CTI entonces.

MR - Sí. La información que nosotros tenemos, le insisto, es la que nos llega a través de los medios de comunicación. Hemos hablado con algunos colegas y directivos de las instituciones para intentar colaborar en lo que se pueda a que se procese este tema, y aclarar estas situaciones que están arriba de la mesa, porque justamente ese es nuestro rol. Situaciones como las que planteaba el oyente Heber son las que nos vamos a enfrentar en los próximos días, y que hay que ayudar a ser bien claros.

EC - Acaban de ser procesados dos enfermeros y una enfermera. La enfermera por encubrimiento, o sea porque conocía lo que ocurría. Mi consulta es ¿no es razonable pensar que hay también responsables por arriba de estos enfermeros? ¿Qué pasa con los jerarcas de estos servicios, con los jefes médicos, concretamente? ¿No debieron haber percibido que algo raro ocurría, que morían personas que no debían haber muerto? Por otro lado, dice una oyente: "los médicos firmaban la defunción?" ¿Qué dice usted a propósito de esta otra interrogante?

MR - Sobre lo primero que usted decía yo creo que hay elementos que la justicia va a tener que dirimir y yo no tengo la posibilidad de avanzar en dar opinión porque no conozco en detalle las situaciones, por lo tanto creo que sería irresponsable. Lo que está claro y lo que sí le puedo trasmitir como médico es que los pacientes de cuidados críticos, o cuidados intermedios, son enfermos muy dinámicos y es habitual que, pese a las medidas de sostén, tengan complicaciones que los lleven a la muerte. Eso es un hecho de la realidad.

Sobre lo segundo que preguntaba la oyente, nosotros tenemos la obligación de firmar los certificados de defunción a menos que sospechemos que hay una muerte violenta, que hay homicidio o fue un siniestro de tránsito, o situaciones que hablen de que no fue una muerte natural. Muchas veces nosotros no conocemos la causa última de la muerte pero, si no tenemos sospechas de que hay una muerte violenta, ponemos en el motivo de fallecimiento último "se desconoce" y el certificado se firma igual. Esa es nuestra obligación. Si los colegas no sospechan que atrás de una muerte hay una muerte violenta deben firmar el certificado de defunción. Así como todos los que rodeaban a este paciente no percibieron la situación, el médico tampoco la percibió.

Y le insisto en lo siguiente: los pacientes en áreas de cuidados críticos son muy complejos. Si bien no conozco las situaciones, si usted me pregunta "¿puede ser que ocurra un homicidio de estas características y usted no se de cuenta?", la verdad es que podría pasar. Por supuesto que estamos hablando de hechos que realmente son lamentables, llaman la atención, y uno no puede creer lo que estamos viviendo.

Pero sobre la pregunta concreta que hacía la oyente: probablemente sea por eso que se firmaron los certificados, porque el colega no sospechó una muerte violenta.

EC - Se lo pregunto porque al mismo tiempo hemos consultado a colegas suyos que se desempeñan en este tipo de unidades, y en estas fuentes existía la convicción de que hay responsabilidades más arriba. Mencionaban que siempre que ocurren muertes que no se condicen con la evolución que venía teniendo el paciente hay que investigar qué ocurrió, si se puede con una autopsia y si no por lo menos con una necropsia, o con lo que se denomina "ateneos de mortalidad", instancias de discusión donde médicos debaten sobre por qué pudo haberse producido una muerte que no estaba prevista. ¿Qué dice al respecto?

MR - Varias cosas. Por un lado, yo estoy convencido de lo último que usted decía, que en los servicios debe discutirse lo que ahí sucede. Cuando uno ejerce la profesión vinculada a los sistemas de salud existen errores, algunos evitables y otros no. Es una buena práctica el hecho de discutir lo que uno ha hecho, revisar todo lo que se ha hecho después de que el enfermo fue dado de alta o falleció. Por lo tanto, esa opinión la suscribo cien por ciento.

Sobre el tema de las autopsias y necropsias, yo quiero ser bien claro con esto: si uno no sospecha una muerte violenta, y por lo tanto firma el certificado de defunción, solamente caben las necropsias en el caso de investigar cuál fue la causa del fallecimiento. Estos casos se dan sobre todo en ambientes académicos y para ello se requiere una voluntad expresa de la familia. Y usted sabe que eso implica una distorsión sobre los mecanismos habituales que los uruguayos tenemos cuando un familiar fallece, que uno habitualmente lo vela y demás. Es una situación en la que debe haber una comunicación entre el equipo de salud y la familia, y la familia debe estar de acuerdo en que a su familiar se le realice una autopsia. Es voluntario.

No es fácil, y le digo porque nos han tocado situaciones en las que algunos pacientes se han muerto, después de una evolución que no ha sido la que uno esperaba, y nos ha tocado ir a hablar con familiares para explicarles esta situación. La mayoría de las veces se da una situación muy compleja y no se accede a la necropsia por todas estas cosas que le digo.

Ahora bien, sin duda que si alguien sospecha de una muerte violenta no debe firmar el certificado de defunción. Y eso automáticamente deriva la situación a la justicia, se le da cuenta al juez e interviene el Instituto Técnico Forense.

La situación acá es que evidentemente los colegas no sospecharon la muerte violenta y fue por eso que se firmó el certificado.

EC - Ahora, si efectivamente puede pasar que en tantos casos los médicos responsables del servicio no tengan cómo sospechar que la muerte fue una muerte provocada, entonces creo que la situación da para provocar inquietud en la gente. ¿Cómo se explica que tantas muertes, que ya ni se sabe cuantas son porque los números son todos provisorios, hayan podido concretarse con un método tal que por arriba de ese enfermero nadie sospechara? Eso da para alimentar el pánico de que uno puede estar "regalado" efectivamente en una dependencia como esta, ¿no?

MR - Totalmente, yo entiendo lo que usted dice. Ahí hay dos situaciones. Por un lado, yo no puedo avanzar más porque sinceramente no conozco los hechos y está en proceso de investigación. Por lo tanto hay cosas, como esta que usted plantea, que vamos a tener que analizar luego de saber verdaderamente qué fue lo que pasó.

Por supuesto, yo quiero también ser bien claro con esto: más allá de la investigación judicial y luego de saber qué fue lo que pasó, hayan sido cinco o hayan sido doscientos los casos, no hay la menor duda que todos los servicios en particular deben investigar lo que sucedió y evaluar responsabilidades. Una situación "a" es que las muertes sean 16, como fue la última información que nosotros tuvimos en el día de ayer, y otra situación bien distinta es sin son doscientas, porque en ese caso uno debe pensar incluso que cambió la tasa de mortalidad de esta unidad en particular. Pero todas esas hoy serían conjeturas que estaríamos hablando en el aire. Si usted me dice "mire, en la unidad equis la tasa de mortalidad en los últimos seis meses se triplicó y sobre eso no se investigó y pasó desapercibido", es una situación. Bien distinto es si las muertes implicaron un número mucho menor de hechos sin duda lamentables, pero que no cambiaron la mortalidad de la unidad.

EC - Sí, porque si cambia el índice de mortalidad allí sí hay una distracción de los responsables del servicio, que debieron haber percibido que eso estaba ocurriendo.

MR - Estoy de acuerdo con usted, es una situación bien distinta y que ahí habrá que analizar las responsabilidades que tiene cada uno en sus distintos lugares, desde la gestión hasta la de su accionar clínico.  

Pero le insisto, creo que más allá de la ansiedad que nos genera a todos esto, son situaciones puntuales. Y como la justicia está investigando no tenemos la información. Hay un montón de elementos que vamos a saber y vamos a poder analizar luego de que la investigación concluya.

Lo que sí es bien claro, y por eso es que nosotros estamos reuniéndonos, es que hay elementos que hay que aclarar, como los que hablamos inicialmente sobre la eutanasia, sobre cómo se procesan los certificados de defunción y demás. Eso es interesante discutirlo porque, independientemente de lo que haya pasado con estos casos particulares, es bueno que todos tengamos claro como se hace determinadas cosas en nuestro país.

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