Entrevistas

Richard Read (FOEB): ausentismo laboral es consecuencia de una pérdida de valores y requiere de una "salida colectiva"

Richard Read (FOEB): ausentismo laboral es consecuencia de una pérdida de valores y requiere de una "salida colectiva"

En el acto del PIT-CNT del 1º mayo, en un tono encendido y bajo una lluvia de aplausos, el dirigente de la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida (FOEB) Richard Read llamó a recuperar la cultura del trabajo y advirtió que no quería "atorrantes" en los sindicatos. ¿Qué repercusiones tuvo ese discurso? En declaraciones a En Perspectiva, Read señaló que "hay una desidia colectiva" que es consecuencia de "una serie de valores y hábitos que están desapareciendo". Descartó haberse referido a algún sindicato o política gubernamental en particular cuando mencionó el tema durante su discurso y opinó que la "crisis enorme de valores" es en parte legado de las políticas de gobierno de la década de los 90. Explicó que en el sindicato de la bebida hace años que se sanciona "a los faltadores", pero agregó, no obstante, que esa medida no ha dado resultado para combatir el ausentismo. "La solución está por otro lado", dijo, asegurando que el problema requiere de una "salida colectiva".


(emitido a las 8.35 Hs.)

EMILIANO COTELO:
El 1° de mayo pasado, cuando estaba por terminar el acto central por el Día de los Trabajadores, Richard Read, uno de los tres oradores designados por el PIT-CNT, sorprendió a muchos con un planteo frontal y muy enfático:

"No podemos estar de acuerdo con que la gente no va a laburar o va y hace como que va a laburar. No nos mintamos. Es un problema. Yo prefiero ser dirigente sindical de un gremio que no me falta nunca y donde la gente labura, que quiere aprender a laburar, aprender el oficio, el orgullo del conocimiento obrero frente a la máquina, historia de los anarcos, la historia de la vida. Eso no lo quiero perder, no quiero el atorrante, el vago, el lumpen. Eso es el junta votos, no quiero en mi sindicato eso, quiero laburantes. El mejor sindicato no es el que más huelga hace, es el que mejor laburantes tiene abajo. Y eso es así, eso es clase obrera, eso es mirar a los ojos y a la cara y decir: ‘Vamo’ arruca. Aquí estamos’. Esto es el sindicato de clase. Por esto hay que pelear. No fomentemos el lumperío, no fomentemos los desclasados. Hay que apoyar a los que luchan. Por ocho mil, diez mil mangos se levantan a laburar en la mañana, miran pa’tras, ven los guachos durmiendo y salen igual. ¡Qué voy a comparar a ese compañero con el que no va los lunes!"

Ese alegato a favor de recuperar la cultura del trabajo y la solidaridad fue interpretado a partir de ese momento de varias maneras. Desde que era una exhortación a los trabajadores a no pensar solamente en sus derechos sino también en sus obligaciones hasta que había allí una crítica a algunas políticas sociales del gobierno que, según esta lectura, estarían fomentando justamente el lumpenaje.

Dos semanas después de aquel discurso nos interesa conocer qué repercusiones ha tenido y por eso es que vamos a charlar esta mañana con el dirigente de la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida (FOEB), Richard Read.

Esa misma mañana del 1° de mayo nosotros habíamos entrevistado aquí a Fernando Pereira y Marcelo Abdala, coordinadores del PIT-CNT, y ellos habían adelantado que ese iba a ser un tema que la central quería marcar en el 1° de mayo. De todos modos, parece claro que usted lo compartía 100% porque lo expuso de una manera muy encendida, muy emotiva.

RICHARD READ:
Para aclarar, a los trabajadores de la bebida el discurso del 1° de mayo capaz que les resultó aburrido y hasta repetitivo. Debe hacer por lo menos seis años, siete –y debe haber como 15 videos– que yo en todas las asambleas de la fábrica menciono este tema. La mitad de las asambleas está dedicada a este tema. En el conflicto de noviembre y diciembre, en el cierre del conflicto en la calle Agraciada la mitad de asamblea estuvo dedicada a este tema. Yo planteé en el secretariado del PIT-CNT que mi intervención iba a estar enfocada hacia el tema de los valores, de los hábitos de trabajo. Y los compañeros aceptaron.

EC – O sea que fue una iniciativa suya que el PIT-CNT compartió.

RR – Sí, claro. Yo lo vengo diciendo hace años, no tenía la publicidad ni la difusión porque el 1° de mayo es un 1° de mayo. Además estoy convencido de este tipo de cuestiones y lo vivo, porque yo voy a la fábrica todos los días, no la balconeo, por lo tanto tengo la realidad in situ, día a día. Es una situación que me parecía que no solamente el PIT-CNT tenía que tener la valentía de decirlo públicamente, porque es un tema de la sociedad, hay una enfermedad, hay una serie de valores y de hábitos que están desapareciendo. Este, el del empleo, el del trabajo, es uno, hay otros más. Creo que para poder buscar una solución hay que tener un buen diagnóstico, y para eso hay que decir las cosas como son.

EC – Vamos a eso, ¿por qué esta vez en un acto del 1° de mayo se cargó tan fuerte sobre las obligaciones cuando lo habitual es que más bien se hable de derechos?, ¿qué es lo que ha estado ocurriendo últimamente que lleva a que este sea un asunto de preocupación no solo suyo, no solo de su sindicato, sino del propio PIT-CNT?

RR – Creo que fue un acto que fue bastante redondito, porque la intervención de Marcelo Abdala fue muy prolija, muy clarita con respecto a las reivindicaciones y la propuesta, Beatriz [Fajián] hizo un enfoque de género y sobre el tema salud, y yo traté de redondear con el tema salario, que se abordó varias veces en mi intervención, y el tema de los valores, porque yo creo que es un patrimonio que no podemos perder. Tengo las seis horas logradas hace como seis años en la fábrica, lo logramos con el conocimiento de los trabajadores del sector, el conocimiento obrero, el apego, los valores.

Está complicado el tema del ausentismo, en algunos lugares hay un 30%, 38%, me dijeron que en algunas intendencias del interior llega casi a un 40% los lunes. Y eso es un tema no solamente de productividad, de enfoque, de calidad del trabajo, del desempeño, etcétera; eso es un tema de valores, de no tener apego al trabajo. En el 2002, con la crisis, nosotros pedíamos trabajo y no un plato de comida, la comida no había más remedio porque había que paliar la situación coyuntural que se vivía, pero pedíamos trabajo.

EC – ¿Por qué se ha dado el deterioro de la cultura del trabajo bien hecho?, ¿cuándo se dio ese cambio, cuáles son las causas?, ¿qué interpretación tiene usted?

RR – Mi interpretación –debe haber muchísimas, no tengo duda, y deben ser todas muy valederas y respetadas– es que estamos pagando el precio de una generación muy complicada que es la década de los 90. En la década de los 90 este país vivió una crisis enorme, se quiso desestructurar toda la red social, el desempleo, el cierre de fábricas, las unipersonales, el "hacé la tuya", la emigración es la única alternativa. Si uno cuenta cuántas separaciones y divorcios hubo, cuántos pibes quedaron a la marchanta, hay por toneladas. Yo me crié con mi viejo laburando todo el día y mi vieja laburaba en limpieza en una escuela, hoy hay pibes que se criaron con el padre durmiendo hasta las 11, y eso es así. No hay hábitos, si además también la cultura del estudio se ha perdido, y eso tenemos una responsabilidad muchos, porque no se le da importancia, porque vale todo, todo es igual, hacé la tuya.

Pero también creo que hay una desidia colectiva. Cuando hay una alerta meteorológica y se define que es alerta roja, y nadie va a laburar en el día, ¡tenemos un problema! Yo entiendo que durante el peligro de la alerta roja los que trabajan a la intemperie o tienen alto riesgo, que no trabajen, eso es normal, pero, ¿qué tiene que ver el oficinista que está con aire acondicionado y encerradito en un edificio? La otra vez pasó eso.

EC – ¿Usted dice que hay veces que hay medidas por ejemplo que se toman en dependencias de gobierno o en direcciones de empresas que atentan contra esto de la cultura del trabajo?

RR – Yo hablo concretamente del tema de gobierno, me estoy refiriendo a la última alerta roja de hace unos meses atrás, en agosto o setiembre. Lo pongo como un ejemplo. Los botijas van al liceo, yo tengo gurises de todas las edades, de la que quieras, hay uno que está terminando el liceo, y cada cinco días que va al liceo vuelve dos, porque no hay clase, porque no van [los docentes]... Ahí hay una situación: el gurí, el botija, no mama disciplina, límites, códigos; y en el empleo, en el trabajo, es lo mismo, la alta rotatividad, que hoy hay mucho empleo y si me echan mañana roto en otro lado.

EC – Ese puede ser un factor también, el hecho de que hoy estemos en una situación económica buena en la que el desempleo está bajo, en la que es relativamente fácil conseguir otro trabajo si a uno por alguna razón lo echan del que tiene, ¿eso también juega?

RR – Creo que hay un cúmulo de cosas que llevan a que haya una desidia. No es un problema económico, no es que son faltadores los que ganan poco que porque no están motivados o incentivados. No, porque en la bebida el promedio de sueldo es de arriba de 45 lucas, $50.000 más o menos, y faltan. Yo no tengo la solución, yo estoy detectando el problema. Creo que el PIT-CNT tuvo mucha valentía y sinceramiento en tirar el tema a la sociedad. Por primera vez en 15 días hice un reportaje por el 1° de mayo, nunca tuvo tanta repercusión un 1° de mayo como este, quiere decir que el tema está en la sociedad, faltaba decirlo.

EC – Una de las razones por las cuales charlamos con usted ahora, unos días después, es porque nos interesaba saber qué había pasado desde entonces. Ha habido distinto tipo de repercusiones, yo por ejemplo le menciono una de las interpretaciones que ha habido. En la Tertulia nuestra, por ejemplo, el jueves siguiente al 1° de mayo hubo varias lecturas. Una de ellas sostenía que usted estaba de hecho aludiendo a las consecuencias de algunas políticas asistencialistas que se están ejecutando desde el Ministerio de Desarrollo Social, ¿qué dice usted sobre esa interpretación?

RR – No, esto... uno tira el traje, después cada uno se lo coloca y se lo pone de acuerdo a su talle y a su entender. Yo la escuché esa Tertulia. Me parece muy válido que cada uno le dé una interpretación de acuerdo a lo que entiende más aplicable, yo la que vi fue la realidad de la fábrica, de los lugares de trabajo, de los comercios, del sector público. Yo estoy hablando de eso, no de lo otro. Con respecto a lo otro, yo no estoy de acuerdo con el asistencialismo pero creo que hay momentos en los que hay que sacar al tipo del pozo, no se le puede pedir que trabaje.

EC – ¿Qué piensa usted del asistencialismo?

RR – Creo que el asistencialismo es un elemento muy puntual y coyuntural porque hay gente que necesita sacarlo del pozo y tirar la mano para arriba. Ahora, cuando el asistencialismo se mantiene en el tiempo no es asistencialismo, es otra cuestión, aquello de salir a pescar y después vas a pescar tú. Pero eso es un tema que cada uno lo puede interpretar a su manera.

EC – Una frase suya fue: "No fomentemos el lumperío, no fomentemos los desclasados", ¿a quienes se estaba refiriendo?

RR – A los que no van a laburar, a los que faltan, a los que traen certificado médico, que son fenomenales, tienen una enfermedad crónica, a esos, porque se tolera aunque todos sabemos que aquel falta porque falta, miente y es tolerable, eso es lo que está mal. Creo que no le hace bien ni al laburante ni a su familia, pero lo que deteriora es el núcleo, el colectivo del trabajo, donde hay 50 personas que laburan en una fábrica y ocho o diez están en la joda con el tema de hacer lo que puedan, o muy poco, o ir al baño dos horas. Está mal, está mal porque deteriora la relación humana y de alguna manera, en la jerga interna, es un garrón.

Yo lo que he percibido en estos 15 días es gente que hace tiempo que militaba y me llama por teléfono, manda mail, mensaje de texto, la inmensa mayoría –claro, los que no están de acuerdo capaz que no me lo dicen– está de acuerdo, lo ve así, como un problema, un mal, y es necesario que la sociedad le busque solución a este tipo de cuestiones.

EC – Otra interpretación era que Read estaba aludiendo a algunos sindicatos, sobre todo de funcionarios públicos como Adeom [Asociación de Empleados y Obreros Municipales] porque llevan adelante medidas de lucha extremas con mucha frecuencia que perjudican a la población, y por otro lado no se fomenta internamente la vocación de servicio público de sus integrantes, la atención al público de manera amable y diligente, etcétera.

RR – No, eso no, muy rebuscado, eso no. Me circunscribo a lo que dije anteriormente.

EC – ¿Pero había de algún modo también autocrítica sindical? Quiero decir, usted decía que en el gremio suyo, en la FOEB, están permanentemente hablando de esto, ¿todos los gremios, todos los sindicatos, trabajan la cuestión de los valores y de este tipo de valores?

RR – No lo sé, yo no conozco, por lo menos los compañeros que yo invito de los sindicatos a la asamblea se sorprenden por el contenido de las oratorias. Yo no conozco, creo que todos lo deberíamos hacer.

EC – Por eso, de algún modo también había ahí una apelación a ustedes mismos, a los dirigentes sindicales.

RR – Sí, claro. Por ejemplo, en el sindicato de la bebida en Pilsen hace como cuatro años que se sanciona a los faltadores.

EC – Eso iba a preguntarle, ¿qué medidas se han tomado?

RR – Nosotros tenemos una sanción que llega hasta $24.000 anuales, votado por unanimidad por los propios faltadores también. Es un deterioro que hay a la productividad, perdemos dinero, por falta sin aviso, aquellos que no solamente no van a laburar, ni siquiera levantan un teléfono para decir "no voy". Con tres faltas anuales hay una sanción, con cuatro hay otra, y con cinco hay otra. Votada por unanimidad, hace cuatro años que se aplica. No nos dio resultado, se juntó un montón de plata con la que se premia a los que no faltan con viajes, con paseos, pero los que faltan siguen faltando. Por lo tanto no fue una solución.

EC – Una precisión, ese sistema de sanciones es un sistema del sindicato, dice usted.

RR – Del sindicato, sí, y se aplica a rajatabla.

EC – O sea que el sindicato sanciona a los que no tienen contracción al trabajo.

RR – A los que tienen más de tres faltas sin aviso anual. ¿Por qué los sancionamos? Porque después de tres faltas sin aviso anual se afecta el 10% de la productividad que cobramos anualmente. No es justo que yo no falte en todo el año y pierda 10% por culpa del que está al lado que falta sin aviso, que ni siquiera llama para decir que no va. Eso se entendió, se votó por unanimidad, es una asamblea en la que siempre participa mucha gente, hay un 98% de afiliados, y se está aplicando. Ahora, ¿dio resultado?, ¿corrigió?, no. Quiere decir que la solución está por otro lado. Porque ni siquiera la sanción moral del colectivo de los trabajadores sancionando ha hecho al faltador corregir su actitud. Vuelvo a repetir, tres faltas sin aviso. Hoy hay tres celulares por casa, perfectamente pueden avisar, ¿qué sería hace 25 o 30 años con los teléfonos fijos, no?

***

EC – ¿Qué dicen los oyentes? Hay muchos mensajes de elogio, de felicitación, de saludo ante un planteo como este; hay quienes dicen por ejemplo que fue de los mejores discursos de 1° de mayo que han escuchado. Pero también hay algunas objeciones, ¿no, Romina?

ROMINA ANDRIOLI:
Si, por ejemplo del diputado Fitzgerald Cantero que en su cuenta de Twitter pone "Richard Read dice que se perdió el hábito de los trabajos en la década del 90", y plantea: "siempre la culpa es del otro, nunca del Frente Amplio".

EC – ¿Qué dice usted sobre eso, Read?

RR – Hay una película que la vi 150 veces, "Volver al futuro", que ve la foto y se la va borrando la imagen. Los blancos y los colorados desearían de alma agarrar un almanaque y que la década del 90 desapareciera. Hay que hacerse responsable, es un hecho que está constatado, está verificado, está documentado. La década del 90 tuvo una crisis enorme de valores producto de una política de gobierno que apuntaba a otro país. Cada uno se pone su saco, también cuando menciono la alerta roja no nombro a los blancos y los colorados, la alerta roja la puso este gobierno el año pasado. No hay que ser tan sensible y hay que mirar un poquito más para arriba, hay que copiar al PIT-CNT y tener la autocrítica que tuvo el PIT-CNT también en los partidos. Sería muy saludable para la sociedad.

***

EC – Seguimos conversando con Richard Read, dirigente de la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida a propósito de su discurso en el acto del 1° de mayo donde uno de los tramos más destacados, el que despertó además un aplauso muy cerrado, una respuesta muy interesante del público, fue ese alegato a favor de la recuperación de la cultura del trabajo bien hecho, cuando dijo además que no quería "atorrantes" en los sindicatos uruguayos.

Me llamó la atención eso, la forma como el público reaccionó, usted terminó hablando entre ovaciones. ¿Cómo vio eso?

RR – Yo creo que es un tema que estaba latente, en una tribuna de trabajadores es un tema que estaba en el debe. Yo lo vi desde arriba, vi que había una adhesión, que era hora de que se hablaran los temas importantes junto con el tema de las reivindicaciones. Creo que tuvo una aceptación el reconocer un problema.

EC – ¿Pero usted esperaba esa reacción del público?

RR – No sé, no lo tenía integrado, no preparé mi discurso para llenar los oídos de los que estaban abajo, creo que había un público que era muy heterogéneo, porque había legisladores de todos los partidos y creo que todos entendieron y cada uno lo interpretará de que es bueno que la sociedad uruguaya empiece a buscar las falencias que cada uno tiene para buscarle solución entre todos. Creo que esa es la salida. No creo que tengamos nosotros la solución a este problema, creo que tiene que ser una salida colectiva.

EC – Estamos charlando a propósito de por qué dijo usted lo que dijo y qué ha ocurrido desde entonces, qué reacciones, qué repercusiones se han producido. Usted ya algo comentaba en ese sentido, pero ayer hicimos una consulta, hablamos con Joselo López, dirigentes del sindicato del INAU y de COFE. Él nos decía que a nivel personal le pareció muy bien su planteo, aunque con matices; explicó que a algunos compañeros de su gremio que estaban en la plaza ese día no les cayó bien, y dijo por qué:

"En el día de ayer [por el miércoles] estuvimos discutiendo sobre eso en la dirección del sindicato. Había compañeros que entendían que no era el lugar más indicado para decir esas cosas y que de alguna manera eso se podía tomar como que en definitiva se estaba haciendo un discurso pro patronal".

¿Qué responde usted?

RR – Es probable que haya compañeros que lo vean así, yo no comparto, obviamente, pero lo respeto. Creo que si algo quedó claro es que no fue pro patronal, se reivindicó la conciencia de clase, la pelea, la organización, la dignidad, y después en todo caso siempre es opinable una concepción sindical. Yo sigo diciendo: ir a negociar con una gerencia de una empresa con trabajadores que cumplen es una papa, ir a negociar con trabajadores que faltan todos los días, que no hacen nada, que tienen hojas llenas de sanciones, es más difícil, es más difícil convencer desde mi concepción que es primar los argumentos, desde mi concepción, que los argumentos son muy fuertes y válidos para llegar a un objetivo. Pero bueno, es opinable, yo lo entiendo, no fue la intención, no fue lo que se dijo, y queda claro para cualquier entendedor que el concepto general de mi discurso estaba muy arraigado a la tradición en la clase obrera.

EC – Acá tenemos, en la propia declaración de Joselo López, el dato de que en su sindicato se estuvo discutiendo en estos días el discurso suyo y el planteo que usted hizo. ¿Qué más, qué sabe de otras consecuencias?

RR – El secretariado del PIT-CNT evaluó el 1° de mayo y por unanimidad entendió que fue uno de los mejores 1° de mayo que hubo en los últimos años, fue unanimidad, estábamos todos allí. Me costa que en otros sindicatos ha pasado lo mismo; me consta también que ha habido compañeros que tienen matices con el tema. El tema es así, nadie dice que la identificación del problema no es verdad, lo que se está cuestionando es si es valedero decir en un acto público, en una oratoria del 1° de mayo, o haberlo discutido en la interna. Yo creo y el secretariado del PIT-CNT entendió que había que hacerlo público, pero es opinable.

EC – A propósito de lo que se evaluó en el secretariado, mi pregunta es, ¿qué tiene pensado hacer el PIT-CNT para fomentar esa cultura del trabajo bien hecho?, ¿hay acciones que se van a llevar adelante más allá de esto que fue la agitación del tema en un discurso?

RR – Tengamos claro que la población de compañeros que están en esa situación de falta son la excepción, la regla no es esa. La inmensa mayoría va a laburar. Ahora, cuando uno tiene una dolencia, cuando a uno le empieza a doler una parte del cuerpo, no espera a que le duela todo el cuerpo, ataca la dolencia: la diagnostica y luego la medica. Creo que esa es la etapa que hay que transitar.

EC – Pero, pregunto, por ejemplo, ¿se va a dar algún tipo de lineamientos desde la dirección del PIT-CNT?, o, pregunto, ¿los dirigentes intermedios, están preparados para trabajar este asunto con sus compañeros en las empresas, en los sindicatos?

RR – Es un tema de valores de vida, de enfoque. Yo lo practico en mi familia, creo que cada uno lo debe llevar en su casa o en su entorno. Nosotros estamos sancionando a gente por faltar, hasta ahí llegamos, no tenemos más potestad, y lo tenemos por resolución de asamblea. Creo que hay un elemento que es fundamental que es la sanción social. Suceden muchas cosas todos los días, la sociedad mira para un costado, está tinellizada, hasta la política está tinellizada, entonces creo que la peor sanción es la moral. Si a partir del 1° de mayo en algún lugar hay alguien que falta, que no va nunca, que los 40 minutos los hace una hora y media, que está de vivo, y alguien le hace acuerdo "mirá que el 1° de mayo vos eras uno de esos", ya me parece que es un avance identificarlo. Porque la verdad que acá somos todos mayores de edad, no hay menores en el laburo. Nosotros no tenemos mucha potestad de hacerlo, aparte creo que el movimiento sindical ha sido esto siempre en la historia. Creo que tiene que ser una solución colectiva, es un cambio de valores en la sociedad, si cambiáramos eso yo creo que cambian otras cosas que están mal.

EC – Como le decía, hay varios mensajes que están a favor de lo que usted ha estado señalando. Uno de ellos, que firma como Benítez, dice: "Soy tan trabajador como él y comparto sus dichos. No hay duda que con los años se va ganando sabiduría". ¿Cómo le cae eso?

RR – Debe ser algún familiar mío el que lo escribe (risas). No es un tema de los años ni de sabiduría, es de experiencia. Yo tengo 37 años de fábrica, voy todos los días, y conozco esa realidad, por lo tanto es bueno identificarla. Yo creo que lo que tiene de valedero esto es que convirtió en temario un tema que siempre estuvo, pero que nadie se atrevía a tirarlo. La central se atrevió a tirarlo junto con un montón de reivindicaciones que están ahí planteadas y creo que es bueno y saludable que se discuta con respeto, porque es un problema de todos, puede ser mi hijo mañana el que está en esa falta, y son hábitos que hay que sacárselo de encima, son malos.

EC – Otra pregunta de la audiencia para ir cerrando, Romina.

RA – De la audiencia le preguntan: "¿Qué opina del accionar del sindicato de Conaprole? Defendían a un obrero que fue filmado robando", el año pasado, "y este sindicato toma de rehén a los consumidores".

EC – Y a los productores, también dice, después sigue.

RR – No es tan así, hubo una discusión muy larga... Un gremio entero no se vuelca atrás de un conflicto si fuera tan claro como lo dice el oyente, ahí no fue así. Había un tema de criterio del funcionamiento en la expedición, se pusieron al firme, la empresa no reconocía que estaba aplicando un criterio equivocado que a la corta o a la larga iba a traer sanciones. Lo otro, lo de los rehenes, es parte de la vida. Más rehenes somos nosotros cuando una empresa remarca los precios todos los lunes y vamos a la góndola y cambia no sabemos por qué. Somos rehenes de un precio cautivo producto de las multinacionales o de los que tienen poder de fijar precios. Creo que ese es el peor castigo. Lo otro es un tema de opinión y en todo caso son los sindicatos que en asamblea resuelven qué hacer.

EC – Una más y cerramos.

RA – Hay otros mensajes. Por ejemplo, hay uno que plantea: "Hoy en día las empresa no reconocen ni valoran a aquel que no falta sobre aquel que sí. Llevo tres años, dos faltas, y nunca me han valorado por eso en una empresa privada". ¿Entiende que tienen que instrumentarse de alguna forma incentivos por ese lado?

RR – Cuando uno resuelve un contrato de trabajo ir a trabajar es una obligación. Si yo tengo una obligación que tengo que cumplir puedo pedir que me la premien, está bien, me incentivan para que no falte, ahora, el ir a trabajar es cumplir con la obligación. Por lo tanto yo no espero que me hagan una caravana de aplausos cuando entro todas las mañanas a la fábrica, es mi obligación. El tema está en que el ausentismo es tal que hoy además de la obligación de ir a laburar aparecen estas ideas como que aparece como extraordinario que uno vaya a trabajar, cuando ir a trabajar es la obligación. Después hay que discutir las condiciones de trabajo, el salario, etcétera, que me parece perfecto que se discuta para que la relación laboral sea armónica.

EC – Para terminar hay varios oyentes que hacen directamente comentarios y ejemplos sobre cómo están incidiendo en este problema que a ustedes les preocupa factores como la droga y el alcohol.

RR – Creo que es un compendio de cosas. Lo que yo detecté en el sector bebida es que el ausentismo no está en el tema de las adicciones. Hay una comisión que trabaja sobre estos temas, hay una comisión de alcoholismo y adicciones, tenemos una población joven muy grande. Pero la responsabilidad no está ahí, está en otras zonas, está en hábitos.

Tenemos una lista de ingresos y egresos, lo maneja el sindicato, la empresa solicita mano de obra y el sindicato adjudica la persona que corresponde. Los hijos tienen prioridades, hay un caso, sin dar nombre, que tenía al hijo apuntado hace como un año y medio e insistía "che, ¿y mi hijo?, ¿y mi hijo?". Un día el hijo entra en el turno de las 8 de la mañana, llegó 7.30, fue al vestuario y 8.15 no se presentó en la sección. Cuando fueron a buscarlo, se había ido, lo que transmitió fue "esto no es para mí" y se fue. Estuvo 15 minutos, un laburo de 40 lucas, se fue, y el padre estuvo insistiendo para que el botija entrara. Yo no sé dónde están las cuestiones, hay un tema de educación, sobreprotección, sin duda ninguna que la responsabilidad está en el grupo familiar, entre otros, porque estoy hablando de un pibe de 19 años. Yo no sé dónde están las cuestiones, pero en la experiencia mía no está en las adicciones.

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Foto: Richard Read durante su alocución en el acto del PIT-CNT del pasado 1° de mayo (fuente: web de Emisora del Sur)

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