Afirmó que la joven Yamila Rodríguez a veces pernoctaba en piezas contiguas a su domicilio. Relató que esa noche ingresó por la ventana de donde la joven dormía, se desnudó y se metió en su cama con el propósito de mantener con ella relaciones sexuales.

Dijo ante el juez que Yamila Rodríguez se negó, algo que hizo que le "ganara la desesperación"; por lo cual la violó. Agregó que le apretó fuertemente el cuello y la joven quedó desmayada, a lo cual le siguieron, minutos más tarde, convulsiones.

"Me asusté. Pensé llevarla a un hospital pero me pareció que iba a quedar hasta las manos si la llevaba. Me ganó la desesperación, fui a mi casa tomé la cuchilla y le efectué un corte en el cuello"; confesó ante el juez.

Admitió que buscó ocultar el cuerpo dentro de la vivienda, sacando tablas del piso, algo que no pudo concretar. Dijo que la joven aún se movía, por lo que la golpeó con un martillo.

El macabro relato concluye con la forma en la que se desprendió del cuerpo. Confesó que lo dejó varios días al costado de su casa, en la entrada de otra pieza. Al ver que los días pasaban y las noticias sobre la desaparición eran constantes, tomó el cuerpo y lo llevó en su moto hasta el lugar donde fue encontrado.

Admitió fríamente que no tuvo en cuenta si la cabeza de la joven se había caído por el camino o no.

Regresó a la casa, limpió todo lo que pudo de la escena y arrojó la cuchilla en un terreno baldío.

El asesino fue remitido a la cárcel y procesado por el delito de homicidio muy especialmente agravado.