Según la Policía de Tránsito, los espirómetros dan resultados "ciertos y reales"
Jefe interino, comisario Daniel Berrone: Los aparatos están correctamente calibrados por la empresa representante. Pueden arrojar pequeñas diferencias, pero son instrumentos confiables internacionalmente. Todo conductor disconforme puede reclamar un examen de sangre, pero eso no ocurre: cuando el resultado es positivo, se lo acepta.
(Emitido a las 08.40)
EMILIANO COTELO:
Los espirómetros, esos instrumentos usados para hacer los controles de alcoholemia, quedaron en tela de juicio a partir de los cuestionamientos que realizó aquí el martes pasado el abogado del contratista Pablo Bentancur, doctor Gustavo Bordes.
Como ustedes recordarán, el 16 de octubre de noche Bentancur fue sorprendido conduciendo a exceso de velocidad en la rambla de Montevideo. Los funcionarios policiales y municipales le hicieron el examen de alcoholemia y éste dio 6,3 gramos por litro de sangre. O sea, claramente por encima de los 0,8 gramos por litro tolerado por la ley.
Bentancur y su abogado rechazan la validez de esa espirometría, ya que esa marca, dicen, es ridículamente alta porque con un índice de 2 gramos de alcohol por litro de sangre una persona no puede manejar, con 3 entra en coma y con 4 está directamente muerta. Según decía el doctor Bordes, es como si un radar detectara que un auto se desplaza a 700 quilómetros por hora: un absurdo.
A partir de este suceso nos propusimos averiguar de qué forma se hacen estos controles, a cargo de quién están, cuál es el procedimiento; en fin, repasar los ingredientes que hacen a su confiabilidad a partir de la sugerencia de que podrían estar dando resultados, quizás, disparatados.
ALFREDO DANTE:
La ley que regula este asunto es la 16.585, que fue promulgada el 22 de setiembre de 1994, en particular el título VII, llamado "De la prueba de alcohol en sangre".
Justamente, el jefe de Policía de Montevideo, inspector Nelson Rodríguez Rienzo, nos dijo que, según señala esa ley -específicamente en su artículo 25-, los únicos funcionarios expresamente autorizados a realizar pruebas de espirometría en todo el territorio nacional son los del Ministerio del Interior. En las zonas urbanas la tarea corresponde a la Policía de Tránsito y en las rutas nacionales la única autorizada es Policía Caminera.
En todos los casos los controles deben ser efectuados por personal especialmente preparado: los efectivos tienen que haber aprobado un curso dictado por técnicos del Ministerio de Salud Pública.
EC - Pero en muchos casos uno suele asociar directamente este tipo de procedimientos con la esfera municipal. ¿Cómo se explica esto?
AD - Rodríguez Rienzo nos explicaba que los controles de rutina que se realizan en zonas urbanas -por ejemplo en la rambla de Montevideo- nunca se hacen a instancia de la propia Policía, sino a pedido de las intendencias municipales, las cuales contratan el servicio bajo el régimen de 222 de la Policía.
EC - Es decir que, en estos casos la tarea de control -es decir, la espirometría en sí- corre por cuenta del efectivo de Policía de Tránsito -el 222-, aunque el procedimiento globalmente considerado corresponda a la Intendencia.
AD - Exactamente. De hecho el procedimiento es dirigido por los propios funcionarios municipales, el formulario que se labra es propiedad de la Intendencia, y esos resultados tienen efectos en la órbita exclusivamente municipal.
Según nos decía el jefe de Policía, hay alguna excepción a esta situación. Por ejemplo en los accidentes de tránsito con heridos la Policía hace de motu proprio los análisis. Y también puede haber exámenes de alcoholemia hechos por decisión de la Policía en otros casos que no tienen nada que ver con el tránsito, por ejemplo delitos, agresiones y homicidios.
EC - Al margen de esta información, que tiene que ver con las competencias en el tema, nos quedaba pendiente otro capítulo: los valores que han estado arrojando los espirómetros y la posibilidad de que se estén dando resultados equivocados, incluso marcando niveles de alcohol en sangre directamente disparatados, como decía el doctor Bordes, quien dudaba de que estuvieran bien calibrados los medidores usados por la Policía.
Sobre este tema hablamos con el jefe interino de Policía de Tránsito, comisario Daniel Berrone, quien en función de esta polémica hizo un relevamiento especial de los casos de alcoholemia positiva que fueron detectados este año, y nos comentó algunos detalles curiosos.
Vamos a dialogar con el comisario Daniel Berrone. Antes que nada, ¿qué grado de confianza se puede tener en estos espirómetros?
DANIEL BERRONE:
Los espirómetros son calibrados e inspeccionados por la firma importadora cada 90 días, lo que nos da la seguridad de que los valores que presentan con reales.
EC - ¿No existe un control externo a cargo de una tercera institución, por ejemplo el LATU?
DB - No, los controles son hechos por la firma que calibra los espirómetros y realiza las pruebas de chequeo y control de que las cifras que están dando son las reales.
EC - Yo decía recién que ustedes en Policía de Tránsito hicieron un relevamiento de los resultados de las espirometrías positivas que han tenido lugar en lo que va del año, es decir de aquellas mediciones en las que el test dio por encima de 0,8 gramos de alcohol por litro de sangre, que es el límite que establece la ley.
DB - La ley establece como tope de alcohol en sangre 0,8 gramos por litro.
EC - ¿Qué resultados dio ese recuento que hicieron?
DB - Vamos a precisar un poco a qué apuntamos con la espirometría. En todo accidente de tránsito del que resulta una persona lesionada Policía de Tránsito interviene haciéndoles la prueba de espirometría a los conductores a fin de determinar si están alcoholizados o no. Esa es una de las puntas, y es el caso que nos ocupa actualmente.
Le voy a dar los valores y la cantidad de espirometrías positivas que hemos detectado. Con resultados de 0,8 a 1,5 gramos pudimos establecer 126 espirometrías positivas; de 1,5 a 2 gramos 57 casos; con valores de 2 a 2,5 gramos 55 casos; de 2,5 a 3 gramos 31 casos; de 3 a 3,5 gramos 20 casos; de 3,5 a 4 gramos 15 casos; entrando en el tema de los valores que se consideran disparatados, de 4 a 4,5 gramos 16 casos; de 4,5 a 5 gramos dos casos, e igual cantidad de 5 a 5,5 gramos.
EC - El resumen incluye valores que están por encima de ese nivel que según algunos reportes médicos a nivel internacional hablaría de personas en estado de coma alcohólico, totalmente incapaces de manejar. Eso es extraño, ¿a ustedes no les preocupa ese tipo de resultados tan altos?
DB - No. El valor exacto de alcohol en sangre tendría que ser determinado por una prueba de sangre. El aparato toma una cantidad de aire, descompone químicamente el alcohol, y las moléculas accionan los electrodos que dan el valor. Las mediciones dependen de la capacidad de absorción por parte de la persona, no es lo mismo una mujer que un hombre, de la complexión física, del tiempo que haya pasado desde la ingestión del alcohol; a veces se le hace una espirometría a una persona que está fumando y da valores como si hubiera estado ingiriendo alcohol.
EC - Esas son explicaciones posibles para valores extremos como los que aparecen en la experiencia de este mismo año. El hecho de que se den esos números "disparatados", ¿no desacredita al propio sistema de control?
DB - No, no; de ninguna manera, porque los valores, si bien son altos, demuestran que hay alcohol en sangre. La persona que es sometida a este tipo de espirometría y no está conforme con el resultado que indica el aparato tiene derecho a solicitar una prueba de sangre y se le realiza una extracción de sangre que va a dar los valores reales.
EC - Ese es un punto importante. Estaba revisando la ley 16.585, y en el artículo 30 dice: "La persona que sea sometida a exámenes de espirometría podrá solicitar inmediatamente de las autoridades competentes del Ministerio de Salud Pública que uno de los técnicos habilitados a esos efectos efectúe otros exámenes que permitan revisar los resultados de aquéllos". Ustedes, los funcionarios policiales que hacen los controles de alcoholemia, ¿informan sobre este derecho al conductor que ha sido controlado cada vez que un test da positivo?
DB - Sí; se le informa sobre ese recurso al que puede apelar. Y también se le indica que en caso de que sea positivo y corrobore lo que muestra el espirómetro va a tener que pagar el examen de sangre realizado, que equivale a tres veces el costo de la multa que correspondería por conducir alcoholizado.
EC - ¿Dónde se hace el examen de sangre en ese caso?
DB - En Salud Pública. Salud Pública ha hecho un acuerdo con el Hospital Italiano por el cual este hospital es el encargado de hacer las pruebas de sangre en Montevideo. Si bien la sangre puede ser extraída en cualquier centro asistencial autorizado por Salud Pública por técnicos autorizados para ese tipo de maniobras, tiene que ser trasladada al Hospital Italiano, donde hay 200 paquetes para efectuar espirometrías.
EC - Supongamos que el examen de sangre se hace y da que el conductor no tenía un nivel de alcohol prohibido. ¿Quién paga el examen en ese caso?
DB - Lo paga el Estado.
EC - ¿Y si el examen corrobora que había una alcoholemia alta...?
DB - Lo paga el conductor.
EC - ¿Cómo reaccionan habitualmente los conductores ante esa posibilidad?
DB - No hemos tenido... Creo que tendríamos que remontarnos a los años 1998, 1999, en los que hubo uno o dos conductores que pidieron que se corroboraran en el Hospital Italiano los valores que daba el espirómetro; y les dio positivo.
EC - O sea que habitualmente el conductor acepta el resultado de la espirometría y punto.
DB - Sí. Internacionalmente está aceptado que esos aparatos dan valores ciertos y reales. No es un invento uruguayo.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón