El costo del celíaco en Uruguay: solicitan a MEF beneficios tributarios
El Ministerio de Turismo (Mintur) y la Asociación de Celíacos del Uruguay (Acelu) solicitaron a la asesoría tributaria del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) un tratamiento impositivo diferencial para los productos sin gluten, tanto para el consumo como la producción.
Por Manuel Jarovisky
A partir de un comparativo de precios de productos similares con y sin gluten, constataron diferencias muy amplias que determinan un presupuesto difícil de cubrir para muchas personas con celiaquía o sensibles al gluten. A partir de allí, el Mintur y Acelu solicitaron, en el caso del consumo, la disminución o exoneración del IVA a una canasta básica de alimentos libres de gluten, un tratamiento diferencial para el cálculo del IRPF y distintos tipos de subvención a personas celíacas sin discriminación de ingresos.
Actualmente el INDA brinda una canasta básica cada dos meses de $1.800 a pacientes celíacos en situación desfavorable, la cual es insuficiente.
A modo de ejemplo; la harina Adria de un kilo tiene un valor de $38, mientras que la harina de arroz Blue Patna de un kilo (apta para celíacos), cuesta $74, casi el doble. La polenta Puritas de 450 gramos cuesta $24, mientras que la polenta Nicolli de 375 gramos y habilitada para el consumo de celíacos cuesta $103. La lista comparativa de precios fue realizada el 5 de agosto de este año y extraída de las páginas web de Tienda Inglesa, El Naranjo y Gluteno.
En referencia a la producción de alimentos sin gluten, Mintur y ACELU solicitan regímenes tributarios diferenciales para incentivar la producción nacional de este tipo de alimentos.
Además, el documento presentado por ambos organismos señala que la lista de productos cuyo precio se congelará durante dos meses, no tiene siquiera uno apto para celíacos, perjuicio que afecta a unas 34.000 personas, según datos estadísticos de la Asociación de Celíacos del Uruguay.
Tratar la celiaquía en Uruguay: el consumo en un mercado económicamente perverso
Otra de las dificultades que enfrenta la Enfermedad Celíaca (EC) es a la hora de mantener una dieta (único tratamiento), que no cuentan con el poder adquisitivo necesario para hacer frente a los altos costos de los productos sin TACC (trigo, avena, cebada y centeno) y esto es lo que vuelve a la enfermedad particularmente perversa. Si uno mantiene una dieta estricta y con disciplina, su calidad de vida será excepcional. Sin embargo, para las personas de bajos recursos se les hace muy difícil llevarla adelante, particularmente en nuestro país.
Haydée Fachelli, presidenta de Acelu, explicó a El Espectador algunas limitaciones que se tienen en Uruguay para acceder a este tipo de productos y destacó la sencillez de la elaboración y sus bajos costos de producción.
Sin embargo, la situación en Europa o incluso en los países vecinos es diferente: Eloisa Schmid, que vivió por algunos años en Europa y padece la enfermedad, contó a El Espectador su experiencia: "Todo es diferente. En todos lados hay un menú para celíacos o los productos están subsidiados y los precios, a pesar de ser más costosos, son accesibles. No así en Uruguay, que la principal dificultad de ser Celíaco, es el precio de los productos".
Hasta en la región existen diferencias sustanciales: "En Argentina está todo marcado como corresponde, con una marca que indica que el producto se encuentra libre de gluten. Acá a veces cuesta encontrar en la mercadería el logo que afirma que el producto es sin TACC".
Para ejemplificar, Shmid recordó que en su vivencia en los países nórdicos se encontró con locales de comida rápida que eran aptos para celíacos. "Tenías hamburguesas con panes sin gluten. O se puede ir a un restaurante y comer pan con manteca como todo el mundo. En todos lados hay un plato de pasta, lasaña o lo que sea. Siempre hay platos para celíacos que incluyen harinas aptas";, resumió.
Por último, en la reunión en el Ministerio de Economía se manejaron otros temas como la cobertura de salud de los celíacos, los costos de certificación de productos sin gluten y las dificultades que se presentan en el interior del país para acceder a estos productos.
La idea es que lo solicitado sea estudiado en los menores plazos posibles para su "eventual" inclusión en el presupuesto quinquenal.