Satélite uruguayo

Con AntelSat se inicia "una agenda de investigación que va a continuar" y "aporta muchísimo conocimiento al país"

El jueves por la tarde se lanzó al espacio el primer satélite uruguayo. El AntelSat (así es como se le conoce) es muy pequeño, tiene una dimensión de 10 por 10 por 20 centímetros de alto. Facultad de Ingeniería (Fing) de Udelar y Antel fueron las instituciones impulsoras de este proyecto, que viene trabajando desde 2007. En Perspectiva entrevistó a la ingeniera Carolina Cosse, presidenta de Antel; Juan Pechiar, coordinador del proyecto AntelSat en la Fing, y Alicia Cuba, del área Capacitación e Innovación de Antel. Los tres coincidieron en que este hecho histórico deja " toneladas de conocimientos y capacidades que antes no había". También concluyeron: "si queremos un Uruguay que haga uso intensivo del conocimiento en nuevas industrias" tanto empresas públicas y privadas deben demandar más investigación.

(emitido a las 8.54 hs.)

EMILIANO COTELO:
El jueves pasado, de tarde, casi todos los uruguayos estábamos prendidos al televisor, sufriendo e ilusionándonos con lo que ocurría en San Pablo, Brasil, en el partido de la Celeste contra Inglaterra. El encuentro terminó en una hazaña que todos festejamos. Pero tal vez no éramos conscientes de que al mismo tiempo, a miles de kilómetros de allí, en Rusia, se producía otro hecho histórico para nuestro país.

Desde Yasny, una base militar rusa ubicada cerca del Cáucaso, se lanzaba al espacio un cohete que transportaba el AntelSat, el primer satélite uruguayo.

Se trata sin dudas de un avance significativo para la investigación científica nacional. El proyecto, que llevó varios años de diseño, construcción y pruebas, es una iniciativa originada en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República (Udelar) que contó con el apoyo de Antel.

Por eso vamos a conversar con el ingeniero Juan Pechiar, coordinador del proyecto AntelSat en la Facultad de Ingeniería, la ingeniera Carolina Cosse, presidenta de Antel, y Alicia Cuba, ingeniera del área Capacitación e Innovación de Antel.

Yo contaba recién que el lanzamiento fue el jueves pasado, 19 de junio, nada menos, a las 16.11. ¿Cómo vivieron ese momento? ¿Dejaron de mirar el partido Uruguay-Inglaterra?

CAROLINA COSSE:
Sí, en ese momento lo dejamos de mirar. No podíamos mirar otra cosa porque por seguridad los rusos no nos dejaban ver imágenes en tiempo real –no tenemos videos del lanzamiento–, pero estábamos atentos a una conversación telefónica que estábamos teniendo con un miembro del equipo de Italia que estaba allá y estaba a su vez con alguien de California que nos tenía en línea a nosotros. Así que estábamos pendientes de esa conversación y en una red de SMS entre todos nosotros, porque todo nos tenía nerviosos.

ROMINA ANDRIOLI:
Además de los goles de Suárez, supongo que festejaron también con algún grito el lanzamiento con éxito. Todo viene funcionando bien, todo viene dándose como lo esperaban.

CC - Sí, hasta ahora nada de lo que podía salir mal ha salido mal. Venimos etapa por etapa. Pero además en esos minutos del lanzamiento, luego de cinco minutos, de seis minutos, nos iban llegando novedades (a cuántos kilómetros estaba el cohete, a qué velocidad iba), y una hora después, cuando ya empezamos a tener noticias de UniSat, fueron una cantidad de novedades pequeñas que nos iban no sé si sacando los nervios, pero poniéndonos más expectantes de lo que ha sido de repente el signo de unos resultados de un trabajo muy intenso de una gran cantidad de jóvenes de Antel y de la facultad.

RA - El AntelSat es muy pequeño, tiene una dimensión de 10 por 10 por 20 centímetros de alto, es lo que se llama un "cubesat";. Pero no resulta nada despreciable, igual, por más que sea pequeño en tamaño.

JUAN PECHIAR:
Es un desafío poner todo eso ahí adentro. Antes los satélites eran mucho más grandes, incluso los académicos, los experimentales; hoy en día hay que hacer muchas cosas en muy poco lugar. No es fácil.

RA - Últimamente se vienen lanzando muchos de estos pequeños satélites. Son los denominados "satélites universitarios";, ¿puede ser?

JP - No necesariamente universitarios. Hay muchas universidades ahora accediendo al espacio gracias a que existe este estándar que facilita el acceso al espacio. Hace varios años, cuando decidimos hacer un cubesat en facultad, incluso un tiempito antes de que Antel se sumara al proyecto, había ocho cubesats en el espacio. Era un estándar nuevo, un invento reciente. Y si uno se fija en la gráfica de cubesats en el espacio, es bajita, recién el año pasado hubo un bum. Estamos en el bum.

RA - Liderando junto con otros países.

JP - Junto con el mundo.

RA - Vayamos a los orígenes. ¿Cómo surgió la idea de hacer un satélite uruguayo?

JP - En diciembre de 2006 viene una manga de loquitos de la facultad o amigos de la facultad y dicen: "¿Por qué no hacemos un satélite?";. Hubo unas discusiones, argumentos a favor, argumentos en contra… y de repente veo que un montón de dedos apuntan a mí, no por capacidad, sino porque soy el que siempre agarra las cosas raras. Y bueno, me lo puse al hombro, empecé a juntar gente, me gusta mucho trabajar con estudiantes de grado, me gusta la docencia más que la investigación, entonces empecé a juntar proyectos de grado que empezaron a hacer cosas. Desde 2007 hasta fines de 2010 funcionó así.

RA - ¿Qué objetivo persigue la puesta en órbita de un satélite de estas características?

JP - Saber hacer cosas en el país. Un desafío difícil lo hace a uno enfocarse en resolverlo, resolverlo bien. Eso es lo que queda acá, que tengamos ese cosito de 20 centímetros en órbita significa que acá quedaron toneladas de conocimientos y capacidades que antes no había.

CC - Ibamos con otros tres cubesats dentro de un satélite desarrollado por la Universidad de Roma, el UniSat. Para que tengan una idea, nuestros vecinos dentro del UniSat eran dos cubesats desarrollados en Estados Unidos y otro desarrollado también en Estados Unidos pero por un grupo de estudiantes iraquíes que están estudiando allá junto con otros estudiantes norteamericanos. O sea que iba Uruguay con tres cubesats básicamente de Estados Unidos en un satélite de la Universidad La Sapiencia de Roma.

RA - Estamos jugando en las grandes ligas, podríamos decir.

CC - Sí, y con lo que han aprendido estos jóvenes y lo que ahora son capaces de trasmitir, los conocimientos que quedaron por el camino, los descubrimientos que ahora hay que continuar. Porque cuando uno tiene un proyecto de investigación en ingeniería tiene una meta, que en este caso era terminar tecnología apta para el espacio, pero en el camino, para llegar a esto, uno descubre una gran cantidad de cosas. Y no es una persona, son 50 personas trabajando juntas. Ahora todo eso queda acá para seguir trabajando en una agenda de investigación.

RA - Me imagino que debe de ser un camino con muchos desafíos. Porque ahora conocemos el logro y el éxito, pero deben de haber pasado también por dificultades, por momentos de ir aprendiendo de los errores.

JP - Sin duda, hay momentos críticos. Cuando vino la planificación del proyecto, cuando se hizo la colaboración con Antel…

RA - ¿Cómo fue a lo largo de estos años? ¿Por qué distintas etapas han pasado?

JP - Entre fines de 2010 y agosto de 2011 nos sincronizamos con Antel y salió el convenio para efectivamente poner plazos y tener un cubesat en el espacio en estas fechas. Eso viene junto con un plan, un presupuesto, fechas. Y hacer un presupuesto, fechas y un plan para algo que jamás se hizo y que hay que desarrollar, que no es hacer cosas sino inventar cosas, es algo muy jugado. Por suerte la fuimos llevando.

RA - Empezaron con prototipos diseñados por los propios estudiantes.

JP - Claro, desde 2007, cuando empezamos de a pasitos. Emiliano nos hizo una nota en 2010, ahí todavía estábamos largando globos sonda –que era la forma de mandar algo en altura– con proyectos de estudiantes, y ya estábamos empezando a hacer algún prototipo de módulos de satélite. Todo lo que está en el satélite fue diseñado acá.

RA - En esta larga historia, Antel se incorporó en el 2011, con el acuerdo. ¿Por qué en Antel vieron esto como una oportunidad para sumarse a este emprendimiento?

ALICIA CUBA:
No fue solamente el convenio lo que sincronizamos con la facultad, sino que se sumó a este proyecto un equipo de trabajo de Antel, que tenía su expertisse. Creo que otra de las cosas que es muy importante rescatar de este proyecto fue la sincronización de esos dos equipos de trabajo. Porque por un lado la facultad trabajó en lo que se denomina la aviónica, una cantidad de sistemas que hacen que eso funcione, y por otro lado, el grupo de técnicos de Antel trabajaron en la carga útil, que es lo que el satélite hace.

Nos parece muy importante todo ese trabajo de equipo, esa sincronización, esa experiencia. No es solamente el convenio, sino el trabajo conjunto entre la academia y una empresa pública.

CC - Sí, además ir por la vía de los hechos con un proyecto vinculado a las telecomunicaciones generando la práctica de investigación tecnológica dentro de una empresa pública. Toda la investigación o la enorme mayoría de la investigación científica y tecnológica del Uruguay ha recaído sobre la Udelar. Está muy bien que la Udelar haga investigación científica y tecnológica, pero si queremos un Uruguay que haga uso intensivo del conocimiento en nuevas industrias, las empresas privadas tienen que empezar a realizar y demandar investigación y las empresas públicas, que son una enorme herramienta de los uruguayos, no solo tienen que también demandar investigación. Me parece que la forma de refundarse, de cambiar de cara a este siglo es empezar a practicar, a ejercer en algunas áreas investigación tecnológica y científica, porque las empresas públicas tenemos lo que los investigadores más precisan, que son los casos de uso.

RA - Es esa combinación de academia con la práctica de la empresa.

CC - ¡Claro! Esto es un principio exitoso, serio, en algún sentido modesto. ¿Quiere decir que todo Antel se va a volcar a la investigación científica? No, pocas empresas pueden hacer eso. Pero sí quiere decir que Antel ha entrado en un camino que para mí no tiene retorno. Esto es un proyecto en el que hemos mezclado la capacidad de planificación de Antel, su capacidad financiera, con la capacidad de generar conocimiento de la facultad y hemos empezado a ensayar también que trabajadores de Antel participen con la Universidad en investigación. ¿Qué vendrá? No es el único proyecto que estamos haciendo, estamos haciendo otros con Facultad de Ingeniería y con otras facultades. En este proyecto en particular, estamos trabajando en una agenda de investigación que va a continuar y en la que seguramente Antel va a redoblar esfuerzos.

RA - ¿Cuántas personas trabajaron en total en todo el proyecto entre Antel y la Facultad de Ingeniería?

CC - Más de 60.

JP - Desde el inicio del proyecto, más de 60. Claro, muchos estudiantes fueron haciendo sus proyectos y recibiéndose. Últimamente, en el desarrollo final, en este momento, unas 20, 25 personas.

CC - Es un equipo grande para ser un equipo de investigación. Es bueno para los investigadores estar en un grupo de 20 personas.

RA - Y además han pasado muchos alumnos que de repente vieron los orígenes, cuando empezaban con estos prototipos, en 2006, y se deben de haber recibido en el medio, ¿no?...

JP - Muchos de ellos.

RA - … se deben de haber desvinculado incluso del proyecto. Y ahora lo ven, se enteran por las noticias de que está finalmente en órbita.

JP - Sí, en la web del proyecto está la lista de todas esas personas, desde el principio. Son unos cuantos, y cada uno hizo cosas que no se habían hecho en el país antes. Eso es lo importante.

CC - Lo interesante en estas acosas además es que el trabajo de unos se apoya en el de otros o en una parte del de otros, como debe ser. También es un llamado importante a todos nosotros: algo que en el 2006 fue el sueño de unos loquitos, como dijo Juan, o que en el 2005 podía ser un disparate ahora es una realidad. ¿Cuántas cosas deben de estar pasando a nuestro alrededor? Hay que tener cuidado antes de decir que no.

***

EC - Vayamos a la información sobre el contenido y las funciones del AntelSat. ¿Cuáles son los componentes del AntelSat?

JP - El AntelSat es como un paquete de galletitas: es cuadrado y dentro tiene un montón de módulos, cada uno con una función. Básicamente la mitad del volumen es la aviónica (el término viene la aeronáutica), básicamente son los sistemas que dan soporte al satélite. Es el sistema que ajusta la orientación del satélite para que las antenas apunten en cierta dirección, junta energía de la forma más eficiente y la distribuye a todos los demás, se encarga de recibir comandos de tierra y enviar las respuestas a tierra.

Y luego está la otra mitad del volumen, lo que se llama "carga útil"; (en inglés, payload), el módulo que desarrolló Antel, que básicamente es el pasajero del satélite. Tenemos el avión y el pasajero. El pasajero en este caso es el módulo que desarrolló Antel, que cumple su función científica, que tiene dos cámaras de imagen, una de infrarrojo y otra de color. La de color porque a la gente le gusta y la de infrarrojo porque tiene más sentido científicamente, da información más interesante.

Luego hay un módulo que se encarga de comprimir esa información –que es mucha– usando un algoritmo diseñado por uruguayos hace tiempo, que es parte de un estándar internacional ahora, que se llama loco-i, ‘codificación sin pérdida’, no como jpeg que cuando uno comprime la imagen pierde calidad. Esto comprime sin perder ni un bit de la información, porque ya que estamos sacando fotos desde allá arriba, vamos a no dañarlas. Entonces toma las fotos, las comprime, las guarda y las trasmite mediante un sistema de trasmisión en banda S, de 2,4 gigahertz (las frecuencias que usan los wifi). Esas imágenes se van a recibir en la estación terrena de Manga con una parábola bastante grande.

De eso se encargan el módulo de Antel. El módulo de la facultad, que es la aviónica, se encarga de dar soporte a todo eso (energía, comunicaciones, telecomando, orientación).

EC - Juan, ¿qué porcentaje de este satélite es de producción nacional y cuál es importado? ¿Tienen esos números?

JP - Es bien fácil: casi todo es de diseño y producción nacional. Y está aplicado en Uruguay, si alguien quiere la referencia concreta.

EC - Quizás vale la pena subrayar que incluso algunas de esas partes que sí son importadas resultaron útiles para nuestro país desde el punto de vista de la incorporación de know-how. Por ejemplo, el caso concreto de los paneles solares.

JP - Sí, justamente, hay dos cosas que se mandaron comprar afuera. Una es el esqueleto, que es de aluminio anodizado; no hay industria local que pueda hacerlo según las especificaciones, entonces lo compramos. Y lo otro fueron los paneles solares, que son bastante complicados, porque son de uso espacial, de alta eficiencia y además incorporan otros elementos para el control de altitud y el control de orientación. Esos fueron diseñados especialmente para nuestro proyecto por un proveedor en Dinamarca. Eso también fue un diseño conjunto entre la empresa danesa y nosotros específico para nuestro proyecto.

EC - ¿Cuál es la utilidad desde el punto de vista de la incorporación de conocimiento?

JP - Lo importante es que salvo estos dos elementos, el resto del satélite, todo, todas las radios, los receptores, los trasmisores, el sistema de energía, el sistema de protección contra fallos por radiación cósmica, la redundancia, el sistema de energía, todo fue diseñado desde cero acá entre las dos instituciones. Y el software, todo el software, tenemos un sistema operativo propio corriendo ahí dentro. Está todo diseñado ahí y eso significa que mucha gente aprendió muchísimo. No solo eso, cualquier cosa que falle o que se comporte de forma extraña, tenemos el conocimiento completo de todo el sistema para poder resolverlo.

CC - Además de ingenieros, en este proyecto trabajaron integrantes de la Escuela de Diseño de Facultad de Arquitectura. Porque estas placas, las que diseñó facultad y las que diseñó Antel, que tienen que ir en el mismo satélite, además de intercomunicarse desde el punto de vista ingenieril en todo lo que es el funcionamiento, tienen que interconectarse, caber en el mismo lugar, hay orientaciones, cables, conectores que poner, una gran cantidad de cosas. La gente de la Escuela de Diseño hizo, incorporada a este equipo, un trabajo de diseño industrial excelente. Se metieron en el proyecto de una forma excelente y nos enseñaron a todos un aspecto del diseño industrial que creo que muchos de los integrantes del equipo no conocían. O sea que fueron tres componentes, no solo fuimos ingenieros.

RA - Volviendo al tema de para qué sirve este satélite, ustedes decían que primero que nada aporta muchísimo conocimiento al país y es una innovación en lo que tiene que ver con investigación de este tipo. Juan mencionaba las dos cámaras que tiene el satélite, una infrarroja y una común, para sacar información, para acceder a fotografías. ¿Para qué sirve esa información que se va a proporcionar el satélite?

AC - Básicamente, en principio, es para investigación en dos líneas: meteorología y agro.

RA - ¿Qué tipo de información, por ejemplo?

AC - Por ejemplo lo que se llama el "índice verde";, respecto al agro. Es información respecto al estado de los cultivos, el estado de hidratación. Hay una cantidad de información que forma proyectos en los que estamos trabajando para empezar a investigar.

Y desde el punto de vista de meteorología, para contribuir a predecir determinadas situaciones climáticas con información propia.

RA - ¿Quiénes van a poder acceder a esa información? El Instituto Uruguayo de Meteorología y ¿quién para el tema del agro?

AC - Cuando empezamos a trabajar en el proyecto de la carga útil nos asesoramos con técnicos de la Facultad de Agronomía por un lado y de Meteorología por otro respecto a las especificaciones. Entonces ahora, en la medida en que hemos finalizado esta etapa del proyecto de la puesta en órbita, comenzaremos a trabajar en esos proyectos específicos con esas instituciones.

CC - Pero las imágenes van a estar disponibles públicamente.

RA - También las van a poder ver, por ejemplo, las escuelas.

CC - Sí.

RA - ¿Cómo van a trabajar esa parte del proyecto? Los niños van a poder acceder a las imágenes que tome el satélite.

CC - Para nosotros la parte de divulgación con escuelas y liceos ha sido desde el principio una parte fundamental. El propio Juan y otros integrantes del equipo han visitado escuelas y liceos contando el proyecto. Es maravilloso cómo los gurises se prenden, cómo hacen preguntas inteligentes y prestan atención, 80 gurises en silencio durante una hora, una hora y media en un patio de liceo del interior. Y también para nosotros, cuando empiecen a estar disponibles las imágenes, vamos a fomentar el trabajo conjunto con maestros y profesores para ayudar a los estudiantes a generar proyectos. Yo me imagino estudiantes de UTU, de los liceos tomando las imágenes e inventando cosas.

AC - Estamos trabajando incluso con algunos profesores de Geografía, porque nos parece que estas imágenes son potencialmente muy enriquecedoras.

RA - ¿Qué podrán ver en las imágenes?

AC - Por ejemplo se pueden empezar a contrastar imágenes de evolución de determinadas situaciones. Básicamente es muy importante que los chicos incorporen el trabajo de usar imágenes satelitales como una herramienta de estudio, y en este caso particular imágenes que fueron generadas dentro del propio país. El espacio seduce mucho a los chicos y creemos que es un canal muy útil para incorporar tecnología, para que se vayan familiarizando con el uso de eso.

CC - Y motivación.

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EC - El jueves pasado, algunos minutos después de las cuatro de la tarde, y mientras la mayoría de nosotros estábamos pendientes de lo que pasaba con la selección en su partido contra Inglaterra, partía al espacio el AntelSat, el primer satélite uruguayo. Un satélite experimental, no más grande que una caja de zapatos, que va a orbitar a 600 kilómetros de altura y que enviará información que puede resultar muy útil en diversos campos. Por ejemplo el meteorológico, por ejemplo el agropecuario, pero además incluso para proyectos pedagógicos, como explicaban recién nuestros invitados.

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EC - Están en estudios centrales dialogando con Romina el ingeniero Juan Pechiar, de la Facultad de Ingeniería, coordinador del proyecto AntelSat en esa casa de estudios, y por otro lado la ingeniera Alicia Cuba, del área Capacitación e Innovación de Antel, y la ingeniera Carolina Cosse, presidenta de Antel.

Estaban contando a propósito de qué tipo de imágenes, qué tipo de datos va a enviar el AntelSat a nuestro país. ¿Cómo están las cosas en este momento? ¿Ya quedó estabilizado el satélite?

JP - Desde la madrugada posterior a que lo liberaron los italianos, el satélite empieza a mandar lo que se llama telemetría. La telemetría no es ninguna cosa misteriosa: periódicamente, una vez por minuto, el satélite emite una señal que informa sobre todas sus variables de funcionamiento (temperatura, voltaje, energía). Eso lo trasmite toda su vida una vez por minuto o donde esté. Eso es lo que estamos recibiendo hasta ahora, con mucha atención, nosotros y gente que lo recibe alrededor del mundo y nos lo envía.

Hay que ir con calma, porque eso está muy lejos y si metemos la pata podemos tirar abajo la misión. Entonces primero estamos estudiando la telemetría para ver que las temperaturas estén estables, que el sistema de energía funcione bien. Ya enviamos algún telecomando de prueba para asegurarnos de que el satélite recibe comandos, y con calma ahora vamos a ir habilitando servicios. Por ejemplo, iremos habilitando la carga útil y haciendo algunas pruebas de captura de imagen. Vamos a ir habilitando el sistema de control de orientación, que es una de las cosas más complejas de todo el satélite, para ver que esté funcionando bien, que todo ande de forma nominal. Una vez que estemos seguros de que no hay nada roto –porque el viaje en cohete es bastante violento, por eso la cautela de probar todo con cuidado–, de que está todo bien, ahí sí vamos a empezar lo que se llama la operación científica: capturar imágenes, estudiar todos los datos de telemetría, ver cómo funciona todo y aprender de ello.

RA - Ahora ya está ubicado a 600 kilómetros de la Tierra.

JP - A 650 kilómetros.

RA - ¿Cómo es la órbita en la que gira?

JP - Se llama "órbita solar sincrónica";. En principio debería pasar todos los días a la misma hora por arriba de Uruguay. Tiene una pequeña deriva, porque ninguno de los satélites comerciales que iban ahí pidió exactamente una órbita solar sincrónica, simplemente este cohete, el Dnepr, sale en esa órbita, porque sí, siempre.

RA - ¿Esa órbita pertenece a alguien en particular?

JP - No, las órbitas que pertenecen a alguien son las geoestacionarias, que es donde están los satélites de comunicación, que están mucho más alto.

RA - Los grandes satélites.

JP - Sí, son gigantes, porque además tienen que tener control de órbita, propulsión, porque tienen que quedarse en su lugar toda la vida, si se corren están usando el lugar de otro. En esa órbita geoestacionaria están los satélites gigantes de telecomunicaciones adonde apuntan las parábolas que uno ve instaladas por ahí. Eso es otro nivel de proyecto, otro orden de magnitud completamente distinto.

RA - Para otro tipo de funciones.

JP - Sin duda, una función puramente comercial y de mucha plata, fabricarlo, operarlo y cobrar por los servicios. Acá no, acá estamos en lo que se llama órbita baja, 600 kilómetros es nada, es la cascarita de la Tierra.

RA - ¿Cuántas veces pasa por Uruguay?

JP - Pasa unas tres o cuatro veces por día, ahí podemos comunicarnos con él. Por eso, es órbita baja. Si uno de noche ve una estrellita que se va moviendo despacito, esa es la Estación Espacial Internacional, que es tan grande que cuando le da el sol uno la ve desde acá abajo de tarde, de noche. También es órbita baja, y a esa velocidad se está moviendo el AntelSat. Son unos 28.000 kilómetros por hora.

RA - Hay oyentes que dicen: "Bueno, cuando miren para el cielo, sonrían, por las dudas";. (Risas.)

JP - No son tan buenas nuestras cámaras. Imagínense que en ese tamaño de satélite no podemos poner un telescopio como para poder ver nuestras sonrisas.

RA - Tranquilos, entonces. (Risas.)

JP - No hace falta maquillarse.

RA - Algún oyente pregunta también a propósito del tamaño: "¿Por qué el tamaño es tan chico? ¿Hay reglas internacionales?";.

CC - Es un estándar.

RA - Es un estándar, esto que veníamos comentando del cubesat.

JP - El cubesat es un estándar.

RA - ¿Qué tamaño debe tener en general un cubesat? No puede ser mayor ¿de qué?

JP - Es 10 por 10 por 10…

RA - Estamos hablando de una caja de zapatos, más o menos.

JP - Más chico. Una vez el dueño de Pasqualini me hizo notar que es más chico que una caja de zapatos. El cubesat es un estándar, los satélites pueden ser 10 por 10 por 10, 10 por 10 por 20 o 10 por 10 por 30 centímetros; se llaman satélites de una unidad, dos unidades, tres unidades. Ahora se está pensando en más grandes, pero lo común es eso, una, dos o tres unidades de 10 por 10 por 10.

Ese estándar es lo que permite que el satélite viaje junto con otros en estructuras que lo soportan que ya están predefinidas. Si yo hago algo de otra forma, tengo que ir a tocarles la puerta a los rusos y ver cómo atornillo mi satélite al cohete. Eso es muy caro y muy difícil. En cambio, si yo construyo un cubesat, sé que hay intermediarios que juntan clientes de cubesat, los colocan en una especie de vainas y ellos ya tienen la interfaz arreglada con los lanzadores. Entonces puede salir en cualquier cohete, hoy en día cualquier lanzamiento lleva cubesats, no hay que andar inventando la pólvora cada vez.

AC - Está normalizado para poder hacerlo más eficiente.

RA - ¿Cómo es eso?

AC - Un estándar es eso, están normalizados el tamaño y las condiciones para que las unidades de distintas universidades se puedan incorporar fácilmente en esas vainas.

CC - Esa fue la decisión que se tomó al principio del proyecto: seguir ese estándar por lo que decía Juan, porque vamos a tener vainas y toda una estrategia, una cadena de valor para llegar a un UniSat que nos puede lanzar después al espacio.

RA - Decían que ya envió las primeras señales, todo funciona bien. Hay oyentes que preguntan: "¿En qué tiempo se va a poder acceder a las imágenes?";.

CC - En unos días.

RA - La estación terrena es otro gran componente del proyecto. ¿Dónde está ubicada? ¿Qué función cumple?

AC - Hay dos estaciones terrenas, una en la Facultad de Ingeniería y otra en lo que era la estación terrena de Manga, de Antel. Allí se están focalizando las bajadas de las imágenes. Se está trabajando en ambas estaciones y desde una de ellas se está empezando a tirar lo que se llaman los telecomandos, a la espera de poder empezar a comandarlo para empezar a bajar las imágenes.

CC - En aras de nombrar a otra gente que también ha participado y a quienes queremos agradecerles profundamente: los radioaficionados.

RA - ¿Por qué? ¿En qué parte se vieron involucrados?

CC - Por ejemplo, ellos pueden escuchar estos datos de telemetría y nos avisan, nos mantienen al tanto, nos mandan el stream de datos que les llega y los decodifican. Quiero agradecerles especialmente a los radioaficionados de Uruguay, porque realmente nos sentimos muy acompañados.

RA - Debían de estar expectantes de esto.

CC - Sí, y nosotros confiados en que nos iban a ayudar. Lo quiero agradecer especialmente porque han sido una compañía. Además, como nos decodifican la información, están participando con nosotros en este seguimiento. Lo quería contar porque, insisto, esto no es solo ingenieros. (Se ríe.)

RA - No, ya vimos, participaron de la Escuela de Diseño también, hay de distintas disciplinas. Si vamos a los números, ¿cuánto costó el proyecto como tal?

CC - Costó 695.000 dólares.

RA - ¿Ese es un costo alto para proyectos de este tipo?

CC - No, para proyectos de este tipo, según me informan los técnicos, es un "regalo";. En general los países invierten millones de dólares en proyectos de este tipo. Y hemos sido efectivos en el dinero, muy cuidadosos. Por eso el proyecto tenía hitos de control entregables, por eso hubo que planificar, porque estábamos trabajando con dineros públicos, obviamente, somos dos instituciones públicas. Pero además lo que ha rendido: los materiales, el lanzamiento, la sala blanca, la estación terrena para Facultad de Ingeniería, reequipar nuestra estación terrena para esto… y cuestiones que son inconmensurables como todo el conocimiento nuevo que se generó en Uruguay.

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EC - ¿Durante cuánto tiempo va a estar en funcionamiento este AntelSat?

JP - Por ahora ya vimos, por los datos de telemetría, que no se rompió nada en el viaje y está todo andando. Por otro lado, durante todo el diseño fuimos bastante… yo siempre digo paranoicos, capaz que no es la palabra exacta, pero sí. Era nuestro primer satélite, la primera cosa espacial que hacemos, entonces hay mucha redundancia en el diseño, en el hardware y en el software. Se pueden romper casi todos los paneles solares menos uno, gran parte de la electrónica, o un trasmisor, o un receptor, o tres de las cuatro baterías, o las cuatro baterías, y él va a seguir funcionando con lo que le quede. No es una cosa monolítica que algo se rompe y no funciona más, hay bastante redundancia y bastante capacidad de soportar fallos.

Entonces, una vez que está allá arriba y vemos que las temperaturas son estables –los cambios de temperatura son algo que molesta bastante a las cosas, lo que transforma rocas en arena, básicamente–, yo confío en que vamos a tener unos años de AntelSat funcionando. Por lo menos dos años, seguro.

AC - ¡Se la jugó Juan!

EC - ¿Y qué pasará después? ¿Uruguay va a trabajar para poner en órbita un satélite de categoría superior, por ejemplo?

CC - ¿Por qué no?

RA - ¿Hay algo previsto en ese sentido?

CC - Está previsto seguir trabajando juntos, que este equipo va a seguir trabajando en la agenda de investigación. Pasaremos a etapas superiores de trabajo más intenso, Antel se involucrará más, pondrá más gente en esto, contagiaremos dentro de Antel para que haya más investigación dentro de la empresa. Pero no tenemos ningún objetivo de lanzar el siguiente satélite en ene tiempo, todavía.

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Transcripción: María Lila Ltaif