Entrevistas

Energía nuclear: "es momento de pensar a 20 o 30 años"

Energía nuclear: "es momento de pensar a 20 o 30 años"

"El tema Chernobyl es recurrente. Pero las cosas cambian", sostuvo el ingeniero Álvaro Bermúdez, ex director nacional de Energía y firme defensor del uso de la energía nuclear. "Si Salto Grande no tiene agua no hay alternativas. En el caso de la nuclear, tiene la energía segura. Además tenemos un momento económico muy brillante. Es el momento de pensar a 20 o 30 años y no a corto plazo", argumentó.

(Emitido a las 9.12)

EMILIANO COTELO:
El petróleo cada vez más caro por la guerra en Medio Oriente. El gas natural sube por cuestiones de política regional. La escasez de lluvias trae cada tanto restricciones al consumo de energía eléctrica.

Estos y muchos otros factores hacen impostergable el debate sobre por dónde debe ir la reformulación de nuestra matriz energética.

Por supuesto, las opiniones son muchas y de distinto tipo. Ya escuchamos algunas aquí En Perspectiva y les proponemos seguir recorriéndolas. En particular: ¿es la energía nuclear una solución?

El diálogo será con el ingeniero Álvaro Bermúdez, ex director de Energía y Tecnología Nuclear, del Ministerio de Industria, durante la administración del presidente Jorge Batlle.

El ingeniero Álvaro Bermudez es asesor del Partido Colorado -más concretamente de la Lista 15- en temas energéticos. Es coautor de un Manual de Reactores Nucleares Innovativos, para lo cual fue contratado recientemente por la IAEA, la Organización Mundial de Energía Atómica. Además, ha trabajado en la industria del petróleo, específicamente en la empresa SCHLUMBERGER, firma que inventó los medios nucleoelectrónicos para prospección de petróleo en el mundo.

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EC - El lunes de la semana pasada entrevistamos aquí En Perspectiva al ingeniero Ruperto Long, que llamaba a poner arriba de la mesa el debate sobre la solución nuclear para la generación de energía eléctrica. Pocas horas después, el ministro de Industria, Energía y Minería, Jorge Lepra, negaba que la alternativa estuviera en la agenda, algo parecido a lo que decía el subsecretario Martín Ponce de León cuando lo entrevistamos el martes.

Ponce de León basaba su postura en argumentos de viabilidad.

(Audio Martín Ponce de León)

"Me parece que un tipo de central como la nuclear en todo caso está muy lejos en el horizonte de la razonabilidad técnico-económica".

(Fin del audio)

EC - Usted no comparte esta visión. Usted defiende la necesidad de ir por el camino de la energía nuclear. ¿Por qué? ¿Cuáles son sus argumentos a favor de esa alternativa?

ÁLVARO BERMÚDEZ:
El tema nuclear o no nuclear más bien hay que plantearlo desde el punto de vista de cuáles son las opciones que tiene Uruguay. Yo particularmente no me inclinaría por la nuclear como una persona del ámbito nuclear ni mucho menos. Pero frente a las alternativas y a la realidad regional, si usted piensa que estamos sin petróleo, sin gas, y nuestros vecinos tienen petróleo, tienen gas y además se han dado la energía nuclear, el hecho de que nosotros no nos demos esa alternativa resulta un poco fuera de lugar. Sobre todo teniendo en cuenta las cifras y los problemas que hemos tenido recientemente. Estoy hablando de independencia energética o de extrema dependencia energética, estoy hablando de números grandes de energía. Yo soy un defensor de las energías alternativas, de la energía eólica. Tenemos que apostar también a la biomasa, de hecho lo hemos hecho. La administración nuestra lo hizo y tengo pruebas de eso. Pero estamos hablando de números mucho más grandes. Uruguay está creciendo muy rápidamente, por suerte, y eso implica cantidades importantes de energía.

EC - ¿A cuánto está creciendo anualmente el consumo de energía eléctrica anualmente en nuestro país? ¿Cuál es la tasa?

AB - En su momento se había calculado 3% base y estamos teniendo un crecimiento mayor. Pero también hay que tener en cuenta el movimiento de la industria, que estuvo parada en un momento dado y luego se puso a funcionar de una forma estrepitosa a partir de 2003, muy fuertemente en 2003, tuvimos crecimiento de 11% del PBI. De todas maneras, hoy una industria moderna cualquiera, cualquier inversión como por ejemplo las plantas de celulosa, viene acompañada de mucha tecnología y poca mano de obra. O sea que si no tiene energía no puede producir prácticamente nada. Son todas máquinas lo que hay hoy en una industria. Escuchaba a Agazzi lamentar el tema, pero es así. Y por eso logramos los niveles de producción y los precios más bajos que antes. Entonces, energía es un tema directamente de estatura de un país.

EC - Según el subsecretario de Industria y Energía, Martín Ponce de León, para cubrir las necesidades actuales de energía eléctrica y el crecimiento previsto en el consumo, que hoy anda en el orden del 3% anual, es suficiente con desarrollar la interconexión con los países vecinos (con Argentina ya tenemos 2.000 megavatios, ahora hay que ampliar la interconexión con Brasil, que hoy es muy pequeña, de 70 megavatios y se va a llevar a 1.000); avanzar en las energías alternativas, por ejemplo la eólica; e incorporar centrales de respaldo de tipo convencional. Con eso estaríamos cubiertos.

AB - La política energética nuestra iba en ese sentido. Estábamos a punto de abrir el último sobre para tener una central de ciclo combinado en Punta del Tigre –nosotros elegimos ese lugar, donde ahora se está haciendo otro proyecto– y estudiamos durante un año la interconexión con Brasil. Había 30 ingenieros del lado brasileño, todos nuestros actores importantes –la ADME, la Ursea, la Dirección de Energía y la UTE–, y nuestra línea era de 1.000 megavatios. Además, pensábamos hacer una interconexión desde el cuadrilátero de Salto Grande hacia una conversora ya existente en territorio brasileño que nos iba a dar 1.000 megavatios. Lo que se está planteando ahora es algo muy distinto. Es una de las alternativas que los grupos de estudio conjunto rechazaron, que es la construcción de una conversora y una línea de 500 megavatios de potencia, la mitad, y mucho más cara. Nosotros estábamos hablando de 80 millones de dólares, porque sólo había que hacer la línea, y esto implica la conversora y 180 millones de dólares, la mitad de potencia y casi el doble de precio.

Algo parecido ocurre con el tema de la central en el Tigre. Nosotros planteábamos 400 megavatios a un precio del orden de los 200 o 220 millones de euros. Y ahora se está haciendo de ciclo abierto;  con lo cual la misma cantidad de gas que en ciclo cerrado saca 57% de energía eléctrica, saca 37%. Y en una central a gas, si usted ve las curvas de operación y mantenimiento, el tema del combustible es fundamental en el precio y la vida es muy corta. Si usted compara con nuclear, aunque suba tres veces el precio del uranio, no incide significativamente en el precio final. La vida útil de una planta nuclear es de alrededor de 40 años y más, como se está viendo ahora en Estados Unidos. Se están relicenciando plantas de 40 años.

EC - En definitiva, para usted no alcanza con este esquema que se plantea en principio desde el Ministerio de Industria, Energía y Minería actual. No alcanza con agregar la interconexión con Brasil, con avanzar en las energías alternativas, con centrales de respaldo de tipo convencional.

AB - Por un lado, se puede decir que no alcanza. Pero lo más grave viene por el costo para los uruguayos.

EC - ¿Cómo es esto? ¿Cómo influye aquí el factor costo?

AB - Usted tiene dos problemas. Aparte del costo la posibilidad de tener o no ese combustible en el momento adecuado. Pongamos la famosa represa de Salto Grande. Cuando la gente tuvo que afrontarla era todo un desafío. Desde el punto de vista del costo, un costo exorbitante. Desde el punto de vista del impacto, muy grande. Tuvimos que mover poblaciones y animales. ¿Pero qué está pasando actualmente con Salto Grande? Es el mejor negocio que hayan podido hacer Argentina y Uruguay en los últimos 50 años. Porque nos ha dado muchísimo más de lo que hemos invertido. Y sobre todo nos ha dado en el momento adecuado la energía necesaria. Pero comparando con nuclear, si Salto Grande no tiene agua no hay alternativas. Y en el caso de la nuclear, tiene la energía segura. Como dijo Ponce en su momento, el problema es al revés, usted tiene permanentemente energía nuclear y la tiene que vender.

EC - Usted estaba haciendo la comparación de costos entre la energía nuclear y la energía hidráulica. ¿Cómo dan esos números?

AB - Dan muy bien. La nuclear es levemente superior a la energía hidráulica, teniendo en cuenta todos los costos, los costos de operación y mantenimiento, los costos de combustible...

EC - ¿Está contando la inversión, que es enorme al principio?

AB – Sí. Estoy contando la inversión, que es importante. Es relativamente comparable con lo que puede ser una represa hidroeléctrica.

EC - De 2.000 a 6.000 dólares por kilovatio instalado.

AB - No, difiero.

EC - Eso decía el ingeniero Ponce, que comparaba con 500 dólares por kilovatio instalado en el caso de la central de Punta del Tigre.

AB – Sí. Si compro un Fiat 500 seguramente va a ser más barato que un Volvo, estamos de acuerdo. Pero con el Volvo puedo tener por lo menos 25 años de expectativa y con el Fiat voy a andar muy bien por un cierto tiempo. Son dos cosas muy distintas. En este momento, principios de siglo, con este crecimiento que estamos teniendo, tenemos que pensar como pensó Batlle y Ordóñez en su momento. Tenemos que pensar bastante más adelante. Este tipo de soluciones coyunturales son las que nos han llevado a este problema grave. Fíjese que en pleno verano tuvimos un pico de 1.100 megavatios de potencia equivalente consumida. Necesitamos transportar, comprar 850. Si en este momento tuviéramos esta conexión de San Carlos no podríamos transportar esta energía, hoy, este verano que viene. Uruguay ya necesita cantidades de energía de pico muy importantes. A la vez ocurre que si usted habla con la Secretaría de Energía de Argentina y le dice que va a poner una central de 600 megavatios, le dicen "los vamos a apoyar, les vamos a dar el combustible, vamos a entrenar la gente, todo". Porque ellos están haciendo Atucha II, un proyecto argentino que estaba en cajas, con ingenieros argentinos lo están reviviendo y es apenas del orden de los 600 o 700 megavatios, en un sistema que es 10 veces más grande que el nuestro.

EC - Usted dice que los costos de generación de energía con origen nuclear son algo superiores –pero en definitiva muy bajos– a los de la energía hidráulica, que es la más barata. ¿Al hacer esa comparación usted está teniendo en cuenta también la inversión inicial, que es alta?

AB - Sí, y la operación y el mantenimiento.

EC - Ahí aparece el problema que mencionaba el ingeniero Ponce de León: la ecuación de costos parece incontrastable pero se puede manejar sólo si uno usa la energía el 100% del tiempo; lo que no sería nuestro caso. Usted está diciendo todo lo contrario: que no habría problema en tener permanentemente funcionando esa central nuclear porque si no precisamos nosotros esa energía (porque andan bien las centrales hidráulicas) vamos a tener dónde venderla en la región. ¿Tiene colocación asegurada?

AB – Exactamente. La tiene asegurada hoy a través del cuadrilátero de Salto Grande con Argentina. Y la va a tener a través del enlace que se va a hacer con Brasil, que nosotros vimos muy importante dentro de la política energética del país. Se complementa una cosa con la otra. Nosotros pensábamos en hacer esa conexión no sólo para comprar sino también para vender energía. Tenemos regímenes hidráulicos muy importantes y a veces complementarios con Brasil, en función de eso es que una empresa privada como la española Endesa puso esa conversora, que en su momento fue una inversión muy grande, del orden de 2.000 megas, para poder transportar en un sentido y otro. Porque es back to back: la energía desde Argentina hacia Brasil y desde Brasil hacia Argentina. No estamos inventando nada. Tenemos que hacer apuestas que nos solucionen los problemas, que nos independicen en un futuro. Estábamos en un entorno desde el punto de vista ideológico un poco difícil, teníamos a Lula, a Kirchner, y sin embargo pudimos por primera vez comprar energía en Brasil, pasarla a través de Argentina, consumirla en Uruguay, cosa que incluso en Europa es difícil de hacer, pero lo logramos. Ahora que tenemos un gobierno que tiene esa afinidad ideológica tendría que ser mucho más fácil hacer este tipo de obras. Además tenemos un momento económico muy brillante. Es el momento de pensar a 20 o 30 años y no a corto plazo. Estas centrales, igual que la de La Tablada, tienen corta vida.

EC - ¿Cuáles son las que tienen corta vida?

AB - Las centrales a gas. La Tablada ya hoy tiene un "directing". No produce lo que producía en el momento en que se puso a funcionar. Y la hemos utilizado poco porque nos cuesta un millón de dólares por día. Muy probablemente estas centrales de ciclo abierto que acabamos de comprar desgraciadamente, si nos falta el gas, también van a funcionar a gasoil. Y no hablemos del rendimiento del gasoil. Estos quemadores queman gas y gasoil. Con gas tiene 37% en ciclo abierto de rendimiento. Con ciclo combinado sería 57%. No es el caso, pero con gasoil vamos a tener menos rendimiento y un precio mucho mayor. Roguemos por que no las tengamos que poner en funcionamiento. Todo lo contrario de la nuclear, que la puede usar permanentemente –le conviene no pararla, hacerlo cuando tenga que hacer mantenimiento– y está generando a muy bajo precio.

***

EC - Más preguntas de muchas que surgen en este debate que se está dando a través de los medios y de lo que los oyentes plantean.

Uno de los argumentos en contra de una central de energía atómica es que la tecnología nuclear no se adapta a la escala de un país como el nuestro, que las centrales son demasiado grandes para lo que serían nuestras necesidades; incluso pensando en un horizonte de 15 a 20 años. ¿Qué responde usted sobre este punto?

AB - La tecnología nuclear ha cambiado muchísimo. Ha avanzado, pero ya en los años 70 existían centrales del orden de los 375 y los 600 megas. Y muy cerca de acá. Atucha I es de 375 megas.

EC - Un poco mayor que la de Punta del Tigre que está por inaugurarse ahora.

AB - Y Lacandú canadiense de embalse de Río Tercero es de 600 megas. Estamos hablando de cosas que se hicieron en los años 70 u 80. O sea que ya antes había esa posibilidad. Además hoy tenemos seguridad intrínseca, muchísimo mejores rendimientos y seguridad para el público respecto del manejo de la tecnología.

EC - Ese es otro punto delicado: el riesgo de accidentes. Quienes defienden las centrales de energía atómica destacan como una de sus virtudes, además del costo de generación, el hecho de que no contaminan. Por ejemplo, no favorecen el calentamiento global, las emisiones de CO2 están muy controladas. ¿Cómo es eso?

AB - Si usted compara las emisiones de CO2 con las de nuestra querida Batlle y Ordóñez, son del orden de 500 toneladas al año de polución que se socializan. Porque no se toma ningún tipo de responsabilidad. Y en el caso de la nuclear, se tiene en cuenta incluso en los costos el manejo de los residuos. Y los residuos son tremendamente pequeños, porque tenemos una diferencia energética distinta. En una central tradicional estamos oxidando. Al oxidar tenemos una cierta energía, pero al fisionar con uranio estamos teniendo 100 millones de veces esa misma energía. Por lo tanto, con muchísimo menos espacio y muchísimo menos residuos voy a generar mucha más energía. No hay que preocuparse tanto por ese tipo de cosas, sino por que el manejo que hagamos sea responsable.

EC - Varios de nuestros oyentes han dicho en estos días: está bien, no será contaminante, no emitirá anhídrido carbónico en cantidades inquietantes, ¿pero si hay un accidente? Ya sabemos lo que pasó en Chernobyl. ¿Entonces?

AB - El tema Chernobyl es recurrente. Pero las cosas cambian. Por suerte las cosas van cambiando con el tiempo y se van manejando de otra manera. Además, Chernobyl era tecnología de la Unión Soviética, con una concepción muy distinta de las cosas. Además, por una situación muy especial que se vivió ahí, que hay que estudiar. Es decir que hay una parte tecnológica, pero también una parte humana muy grande que es definitiva. Todo eso está muy superado desde todo punto de vista en las nuevas centrales; que incluso tienen seguridad que no depende de los sistemas de seguridad: seguridades intrínsecas. Un 747 cae sobre la central, por razones simplemente de gravedad, (...) las pelotas que tienen la energía y tienen toda la tecnología, caen, y por una razón física pierden su condición de criticidad. Hacen un pico de temperatura que está previsto y no hay ningún tipo de consecuencias. Hoy estamos yendo hacia una tecnología tan segura que sería comparable con tecnologías muy conocidas como la de una locomotora, que hace poco trajo algunos problemas en el país por un mal manejo.

EC - Sobre el problema contaminación aparece otra consulta. Nicolás, del Cordón, quiere saber si en los costos de generación que usted manejó en el caso de una central nuclear está previsto el basurero nuclear que implica una central de este tipo después de 40 años de uso.

AB - Primero hay que acotar el tema. Se tiene en cuenta a nivel mundial. Tengamos en cuenta lo siguiente: Atucha funciona desde los años 70.  Embalse funciona desde los años ochenta...

EC - Son dos centrales argentinas.

AB - Una está a 80 kilómetros de nuestra frontera. Es decir que si pasa algo ahí nos afecta inmediatamente a nosotros, como las tres que va a tener Brasil, que ya tiene dos funcionando. Ninguna de las dos de Argentina ha tenido que sacar residuos hasta el día de hoy. Los residuos están en la central, en la piscina.

EC - Pero llega un momento en que hay que sacar.

AB - En ese momento hay múltiples soluciones que ofrecen todos los países. Lo más interesante son las ofertas que están haciendo ahora países como Rusia y Francia, que incluyen la posibilidad de no tener que manejar esos residuos personalmente. Ofrecen encargarse del combustible nuclear y de retirar los residuos.

EC - ¿Y los costos?

AB - Los costos suben, pero no tanto. Piense que esos residuos son muy valiosos para países que tienen tecnología nuclear desarrollada. De hecho, Estados Unidos no está muy contento con que Rusia se lleve esos residuos, porque tienen muchos productos muy valiosos que se pueden reciclar y se venden en el mercado.

EC - Más preguntas. Una central de este tipo, ¿mejora nuestra independencia en materia de generación de energía eléctrica? Porque uranio no tenemos.

AB - Lo de que no tenemos uranio habría que verlo con geólogos uruguayos, que en su momento trabajaron en la Dirección Nacional de Minería y Geología (Dinamige), donde se hizo un desarrollo muy interesante en un momento dado. Pero fuera de eso, porque probablemente no nos convenga entrar en el ciclo nuclear, tenemos vecinos que tienen centrales ociosas porque tienen todo el ciclo de combustible desarrollado, si utilizamos uranio natural. Y si utilizamos uranio enriquecido tenemos a Brasil, que está bien avanzado en el tema. Pero además tenemos un mercado amplísimo en el mundo donde comprar sin ningún tipo de problema y nos ahorramos todo el tema del uranio. Insisto: en el caso de una central nuclear la incidencia del precio del uranio es ínfima en el precio final, usted puede triplicar el precio y el efecto es mínimo. No así en una central a gas. El efecto del combustible es fundamental en una central a gas. Usted compra una central que cuesta muy poco pero después depende permanentemente del precio de la materia prima.

EC - ¿Tenemos recursos humanos capacitados como para operar y, antes de eso, participar en el diseño y la construcción de una central de energía nuclear?

AB - Para el diseño no tenemos. Tenemos personal altamente calificado dentro del Ministerio para los controles y la Organización Internacional de Energía Atómica nos ofrece todo tipo de entrenamiento al respecto. Nuestros vecinos van a estar muy interesados en entrenarnos. Los argentinos lo vienen haciendo desde hace mucho tiempo. Han tenido 50 años energía nuclear y nunca han tenido un incidente. No somos muy diferentes ni siquiera en el ADN de nuestros hermanos argentinos y brasileños. No tenemos ningún problema en ese sentido. Sí tendría que tener en cuenta la Universidad estos temas y desarrollarse rápidamente. Porque los ingenieros uruguayos no están formados en el tema energía atómica. Yo venía charlando eso antes. Yo tuve la suerte de formarme en una Universidad que sí me dio energía atómica, física atómica, teoría electromagnética y un reactor nuclear.

EC - ¿Dónde fue eso?

AB - En la República Argentina, en Rosario. El reactor está a 100 metros del bar. Es un reactor importante. Tiene máxima seguridad. Funciona desde hace unos 30 años o más. Pude trabajar directamente durante mucho tiempo. Tuve la suerte de tener físicos que habían trabajado en la UCLA, en Francia, en distintos lugares y que eran del instituto de Bariloche. Yo mismo, como director de Energía, participé en el desmantelamiento del reactor que estaba en Malvín Alto. Lo hicimos junto con Ehrlich cuando era decano, con quien nos llevamos muy bien y resolvimos un problema muy importante que es el tema de los residuos que hay en el país. Y le doy una noticia: tenemos 1.500 fuentes nucleares en Uruguay.

EC – Sí. Pero ahí no estamos hablando de generación de energía eléctrica.

AB - No, pero las bombas de cobalto que se utilizan en los institutos de oncología salvan vidas todos los días. Tenemos grandes cantidades de soluciones que otros países más atrasados no tienen. Así que estamos familiarizados con el manejo de fuentes nucleares y tecnología nuclear. Tenemos una reguladora que permanentemente se prepara y que en su momento me preocupé como director por darle la importancia que tiene, los cursos y la preparación.

EC - A propósito, usted fue director nacional de Energía. Estas ideas que impulsa en energía atómica, ¿por qué las plantea con tanta fuerza ahora?

AB - Lo planteé ya antes. Yo estuve en esta casa con el ministro Villar en su momento y hablamos con usted de energía nuclear.

EC - Pero no hubo una política. No hubo un impulso desde el Poder Ejecutivo al debate sobre la energía atómica, que empieza por derogar una ley. Porque la legislación vigente prohíbe la energía atómica en Uruguay.

AB - Buen punto. Exactamente eso es lo primero que tenemos que hacer. Y hacer un marco legal. En ese momento estábamos desarrollando la integración con Brasil y la central de ciclo combinado, nos parecía que no teníamos que perder el objetivo específico en ese momento para que la gente estudiara este tipo de opciones que son fundamentales. Lo que queríamos era que la opinión pública empezara a trabajar en ese sentido. Por eso decíamos positivamente hacia la energía nuclear, pero no desarrollamos políticas más allá que desarrollar la reguladora, que era muy importante. Porque es el primer paso. Y empezar a conscientizar a la clase política sobre los parámetros de este posible programa nuclear. De eso surge que ahora tenemos, tanto en filas blancas como coloradas,  como incluso del FA, gente que está a favor porque lo ve como única solución. Pero llevó su tiempo. Eso se empezó a debatir en 2003, 2004.

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Vea presentación elaborada por el Ing. Bermúdez sobre energía nuclear (Power Point)