La Tertulia Agropecuaria

El agua y el agro

Por exceso o por falta, el agua casi siempre es noticia en el campo uruguayo. Esta tertulia agropecuaria se planteó la pregunta: ¿el agua es o no es un recurso escaso en nuestro campo? Los ingenieros agrónomos Rodolfo Irigoyen, Leonardo Mesa, Guillermo Villa y Rosanna Dellazoppa lo responden.

(Emitido a el miércoles 29.11.06 a las 09.35)

EMILIANO COTELO:
En Uruguay, cada año llueve, en promedio, 1.200 milímetros. La cifra nos deja muy bien parados en la comparación internacional. Sin embargo, con frecuencia escuchamos hablar de "escasez de agua en el agro"; sobre todo, cada vez que se acerca el verano. Entonces: ¿el agua es o no es un recurso escaso en nuestro campo?

Muchas veces, cuando la sequía ya los tiene acogotados, algunos productores salen a reclamar asistencia del Estado. Esto lleva a que otros ciudadanos, muchos de ellos no conocedores de la actividad agropecuaria, duden, sospechen, se cuestionen: ¿no habrá algo de falta de previsión? ¿Por qué no regar, como se hace en otros países? ¿Es sólo una cuestión económica o falta una "cultura del riego"?

Hoy les proponemos abordar este asunto, el del agua en nuestro campo, la abundancia o la escasez de agua. Vamos aprovechar que el ambiente en esta materia está distendido, que yo sepa, nadie está pronosticando sequías por estos días.

Ese es el tema de nuestra Tertulia Agropecuaria, la penúltima del año.

Recibimos a los miembros permanentes de esta mesa, los ingenieros agrónomos Rodolfo Irigoyen, Leonardo Mesa y Guillermo Villa, y la ingeniera agrónoma Rosanna Dellazoppa, quien tiene a su cargo la coordinación de estas tertulias.

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Rosanna, yo lo mencionaba en la introducción: en Uruguay las lluvias alcanzan, en promedio, 1.200 milímetros anuales. ¿Qué podemos agregar sobre ese dato?

ROSANNA DELLAZOPPA:
Para arrancar, te confieso que el tema nos ha obligado a estudiar muchísimo. Sobre este punto nos apoyamos específicamente en el ingeniero Mario García, que está en la cátedra de Hidrología, el profesor grado 4. García nos comentaba –sobre todo para ver a qué están referidos esos 1.200 milímetros– que con 1.200 milímetros por año casi todos los cultivos son capaces de crecer, producir y reproducirse solos.

Podemos comparar esa cifra con las de otras zonas, por ejemplo la zona mediterránea, que abarca de 400 a 600 milímetros por año, zonas semiáridas donde el riego es obligatorio.

EC - ¿Dónde?

RD - Zona mediterránea, zona de Mendoza. Y por debajo de 200 milímetros se declaran zonas desérticas. García llegó a definir que desde el punto de vista agronómico y para las condiciones de Uruguay, sequía es cualquier evento que disminuya calidad o producción.

EC - Y más allá de las lluvias en sí, tenemos una red hídrica muy densa en Uruguay, que no sé si se da en otros países, y el hecho de que Uruguay está ubicado sobre una de las reservas de agua más grandes del mundo, el acuífero Guaraní.

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EC - Ingeniero Irigoyen, a partir de los datos que veíamos recién, parece que el clima no es un problema para el productor agropecuario uruguayo. Sin embargo, la preocupación por la sequía aparece a cada rato, en especial cerca del verano. ¿Cómo se entiende esta aparente contradicción?

RODOLFO IRIGOYEN:
Hay un malentendido, el clima sí es un problema. No porque Uruguay sea un país de clima seco, lo que justificaría grandes previsiones en el tema riego, sino porque presenta un clima extremadamente variable. Eso introduce una enorme incertidumbre, que es uno de los elementos que hacen inviable la mayoría de las decisiones de inversión.

Un dato muy significativo: en Uruguay hay registros de lluvia de 95 años, La Estanzuela los lleva desde que se fundó, y el promedio de esos 95 años da 1.100-1.200 milímetros, con entre 100 y 200 milímetros de diferencia entre el sur y el norte. El problema es que de esos 95 años no hay uno solo en que la distribución mensual coincida con el promedio. Tenemos un promedio de 1.100 o 1.200 milímetros, pero apostar a que va a llover esa cantidad y con la distribución que nos da el promedio es un evento de probabilidad cero de cumplimiento. Tenemos una enorme variabilidad, que hace que las previsiones sean muy difíciles.

Otro ejemplo: en 2000 hubo una sequía muy importante en este país, pero quien haya tomado previsiones de riego para ciertos cultivos o praderas que habitualmente no lo necesitan de acuerdo con esos datos, se habrá fundido, porque 2001, 2002 y 2003 fueron años extremadamente lluviosos, en algunas zonas del país llovió el doble e incluso el triple del promedio.

LEONARDO MESA:
Además existe una variación de demanda atmosférica estacional muy importante. No es lo mismo que llueva 80 o 100 milímetros en julio a que llueva en enero. La demanda del ambiente, de la atmósfera, por agua, y por ende de los cultivos, en verano es muchísimo mayor. Normalmente tendemos a quejarnos de falta de agua incluso en años en que llueve prácticamente normal y dependiendo del rubro. El potencial de rendimiento de los cultivos de verano, soja, maíz, girasol, sorgo, casi nunca se ve expresado porque casi nunca llueve lo suficiente.

Por otro lado, en invierno, muchas veces el exceso de agua –no porque llueva más que en verano, cosa que a veces ocurre y otras no– acarrea un montón de perjuicios, por ejemplo, que se siembre un cultivo y la semilla se pudra, se ahogue por falta de oxígeno en el suelo. O por problemas de hongos, una primavera excesivamente lluviosa genera problemas sanitarios en los cultivos de invierno.

Es un problema con el que siempre vamos a tener que lidiar, la gran imprevisibilidad hace muy difícil realizar una inversión que deberá amortizarse en una cantidad de años.

GUILLERMO VILLA:
Coincido plenamente con ustedes, estoy de acuerdo en que se padece, pero tenemos que ver la parte positiva. El recurso agua en algún momento del año cae y la topografía de Uruguay nos permite hacer determinadas reservas o acumulaciones, además en el subsuelo hay agua. Me gustaría centrar la discusión en eso: el agua cae –mientras que hay zonas en las que no cae, no hay forma de generarla–, tenemos la topografía para poder acopiarla y tenemos agua en el subsuelo. Entonces, la explicación de ustedes fue muy válida, permite comprender por qué tenemos esos episodios, pero de aquí en adelante es más importante empezar a trabajar con esos recursos para utilizarlos racionalmente.

EC - Está bueno lo que comenta Guillermo porque nos lleva a las salidas, a las soluciones, a lo que se puede hacer. Pero antes vamos a tratar de completar un panorama de introducción.

Me quedé pensando en lo que dijo al pasar Leonardo sobre algunos cultivos: está claro que cuando decimos producción agropecuaria estamos abarcando rubros muy distintos, y no todos igualmente sensibles al problema del agua. Les propongo hacer un repaso rápido, tenemos por un lado horti-fruticultura, por otro agricultura, con los diferentes tipos de cultivos, está la lechería, tenemos la ganadería de producción de carne bovina y la ganadería de producción de carne ovina. ¿Cómo se comporta cada uno de estos rubros con relación al agua?

RD - Voy a comentar un repaso que hicimos con el ingeniero Paysé, que trabajó muchos años en el proyecto Prenader. Paysé separaba grandes secas de períodos de crisis, para el sector ganadero de carne y leche la parte de sufrimiento va por el lado de la falta de forraje y de buena calidad de agua, porque cuando hay períodos de poca lluvia las reservas de agua terminan en charcos embarrados de mala calidad para el ganado.

Si hablamos de cultivos, son fundamentalmente los cultivos de verano, porque las temperaturas suben y hay cultivos cuya floración está directamente asociada con la caída de lluvias, esos serían los períodos más críticos y los más afectados, incluso se están seleccionando materiales genéticos resistentes a la sequía. Y hay resultados, el productor viene aprendiendo, en Soriano el sorgo ha venido demostrando comportamientos bastante diferentes respecto de los otros.

El rubro que menos se puede independizar del riego es la producción hortícola y frutícula, que está pensada para el mercado externo, pero también para el mercado interno. (Mario me decía muy gráficamente: "¿Irías a la feria y comprarías una lechuga con pinta de desgracia?".) Es una producción que ha estado asociada con el riego desde hace cerca de 20 años.

EC - Y además de las diferencias según el rubro de producción agropecuaria, supongo que también hay diferencias entre las zonas del país.

RI - Sí, yo mencionaba antes que hay entre 100 y 200 milímetros de diferencia en cuanto a las precipitaciones. Pero también en cuanto al acceso, tú mencionabas lo del acuífero Guaraní, hay bastante mitología al respecto, en primer lugar, a Uruguay le corresponde menos de 10% del famoso acuífero, entre 5% y 7%; y segundo, se ubica en el norte del país, con suelos formados sobre basalto, una lava de unos 1.000 metros de espesor. Entonces puede haber mucha agua –es la que sale en las termas– pero no es de fácil acceso.
 
En cambio en el sur tenemos el acuífero Raigón, con una abundante cantidad de agua, que tiene mucho menos prensa pero está a 50 metros de profundidad, debajo de materiales mucho más livianos y más fáciles de trabajar. Hay una enorme variabilidad también en el territorio nacional en cuanto a la disponibilidad y el acceso a esos recursos.

LM - Es así, pozos incluso de menos de 50 metros, de 30 metros, con muy buenos caudales.

RI - Ubicalo geográficamente.

LM - La zona sería: Río de la Plata, río Santa Lucía, río San José y arroyo Cufré. En esa zona hay pozos de entre 20 y 50 metros de profundidad con rendimientos muy altos que permiten el desarrollo de una zona hortícola sobre la base de una producción de papa muy fuerte. Colonia Wilson, Kiyú y hacia Colonia.

EC - Para complicar la parte de diagnóstico o de descripción de la situación, llegó este mensaje de Laura, de Durazno: "Tenemos campos ganaderos rodeados de polos de forestación y hemos notado que las cañadas y los arroyos alrededor se han ido secando". ¿La forestación puede ser causante de ese problema?

GV - Es una realidad, el monte consume agua, indudablemente hay una demanda agregada de agua por la forestación. No debemos parar la discusión así y decir "dejamos de forestar", hay los recursos como para generar agua en los predios linderos a esos montes y que convivan las dos explotaciones.

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EC - Hablábamos recién del clima de nuestro país, que implica una cuota de incertidumbre importante para la producción agropecuaria. El promedio de lluvias es bueno pero a la hora de la realidad esa no es la regla y hay distintos factores por los cuales la disponibilidad de agua se vuelve muy variable. ¿Es razonable que el país tenga su principal fuente de ingresos, de divisas, de recursos, expuesta a los avatares del clima? ¿Es razonable cuando la tecnología para evitarlo está disponible?

GV - Es una realidad, la producción agropecuaria va a estar expuesta a los avatares del clima. La pregunta debería ser si estamos en condiciones de solucionar esos problemas. Gran parte de los problemas que nos suceden por la seca en parte pasa por la idiosincrasia del uruguayo. Nuestro clima es muy variable y no todos los años tenemos seca, si tuviéramos todos los años seca eso nos obligaría a encarar la producción sobre la base de una solución a ese problema, pero la seca se da un año sí, tres no, dos sí, uno no, entonces en situaciones en que la ecuación económica del rubro ganadero es muy ajustada la idiosincrasia uruguaya prefiere jugarse a no tener el problema y si viene ver cómo se soluciona. El agro está cambiando, está cambiando la producción, están cambiando los sistemas de explotación, las dotaciones, está cambiando todo y vamos a terminar siendo más profesionales en el agua. Antiguamente estábamos con dotaciones de 0,6 o 0,7 unidades ganaderas por hectárea, hoy se supera una unidad por hectárea fácilmente.

EC - ¿Qué significa ese número?

GV - La cantidad de animales por hectárea, históricamente se manejaba entre 0,6 y 0,7.

EC - Estás hablando de ganado bovino.

GV - Bovino adulto por hectárea. En general la cantidad de hacienda que había arriba de una superficie equis era mucho menor que la que hay hoy. El manejo grupal de la hacienda era distinto, entonces los problemas de agua se encaraban distinto. Hoy con los avances que ha tenido la producción el agua es un tema que sí o sí tiene que estar incorporado a nuestras agendas productivas.

EC - La cultura del riego va a tener que entrar en Uruguay, no tenemos suficiente cultura de riego pero está entrando de a poco y va a tener que terminar consolidándose.

GV - Nosotros tenemos cultura del riesgo, no del riego. Hay que separar porque la gente confunde agua con riego, hay que hacer dos capítulos aparte. Un capítulo es la producción agrícola o forrajera con riego, y otra es solucionar el suministro de agua a la producción pecuaria, que es muy importante y más fácil de implementar.

LM - Tengo como seis conceptos para mencionar. Primero, más del 80% del área de Uruguay es campo natural, o sea, tal cual la naturaleza nos dio los pastos están ahí, los animales van y pastan. Esa ha sido la tradición pecuaria en Uruguay y nuestro principal factor de competitividad es el bajísimo costo de producción. Es un desastre económico regar el campo natural porque la respuesta es pobre, quizás produzca un 20% o un 30% más y no alcanza para pagar ni la cuarta parte del costo del riego. Pero el hecho de que suban el campo y el precio de la carne, de que suban los precios agrícolas, hace que deba intensificarse la producción en general, básicamente la pecuaria, que es el grueso, nuestro principal producto de competencia en el exterior, la carne, hay muchas etapas antes que regar.

Por ejemplo, el sur tiene muchos predios con 400 kilos de carne por hectárea sin riego y el país en promedio produce 60 o 70 kilos de carne por hectárea. Entonces mucho antes que el riego hay otras cosas para hacer, que ya se están haciendo, como aumentar la proporción de área mejorada, agregar especies y nutrientes a las tierras para que mejore sustancialmente la producción de pasto. Hay diferentes respuestas según las zonas, respuestas del orden del 100% de producción y más, y en algunas hay cero respuesta porque los suelos son demasiado pobres, pero en promedio en Uruguay hay una respuesta muy fuerte a otras inversiones que no son riego. Después, los predios que ya han llegado a ese nivel de producción tienen la posibilidad de estudiar el riego y ver la viabilidad económica de hacerlo. Estamos discutiendo el riego, que es la frutilla de la torta, lo último, y en Uruguay muere ganado de sed en la sequía, eso sí es una falta de previsión, algo imperdonable, y económicamente no hay demasiada lógica para que la gente no haga un mínimo de presión de agua para dar de beber a los animales. El país ha hecho esfuerzos, ha habido créditos de muchísimas instituciones, del Plan Agropecuario hace muchos años, del Banco República, de Prenader, incluso con subsidios para eso.

EC - Pensando en el público urbano, con el ganado a la hora de la sequía hay dos problemas por la falta de agua, uno que el animal no tiene alimento...

LM - Eso es lo menos problemático.

EC - Y el otro es directamente que el ganado no tiene agua para beber.

LM - El ganado no tiene agua para beber, asociado con que está sin comer o con muy baja disponibilidad de forraje, se suma. Lo primero es solucionar el problema de aguadas en el área ganadera. Con la intensificación de que hablaba Guillermo necesariamente vienen las aguadas, porque en vez de media vaca por hectárea hay una vaca y media o un novillo y medio, y eso hace imprescindible, para viabilizar el negocio de producción de carne, que haya suficiente cantidad de agua.

EC - ¿Qué es una aguada?

LM - Es cualquier fuente de agua para dar de beber a los animales, desde hacer una perforación, poner un molino, hacer un depósito de agua, un tanque australiano y bebederos para que los animales puedan beber, hasta hacer una retención en una cuenca, se hace un terraplén de tierra y se junta agua aguas abajo que alimenta, entonces los animales pueden beber directamente del tajamar o, un poco mejor, se cierra el tajamar y se pone un bebedero detrás aguas abajo para que los animales puedan tomar agua limpia y no embarren, calienten y ensucien el agua.

RI - La gran mayoría de las aguadas son los arroyos y las cañadas ya existentes, no implica obras.

EC - Parece claro que hay que desarrollar la cultura del riego, o la cultura del manejo del agua.

GV - Las dos cosas.

EC - Sobre este tema consultamos al ingeniero agrónomo Mario García Petillo, profesor agregado grado 4 de Riego y Drenaje, en el Grupo Disciplinario de Ingeniería Agrícola en el Departamento de Suelo y Agua de la Facultad de Agronomía. García, que además es vicepresidente del INIA, decía lo siguiente.

(Audio)

"MARIO GARCÍA:
La primera causa es la falta de cultura de riego. Hoy el país está en la disyuntiva de que se instale el riego en los cultivos extensivos, el riego de forrajes. Hay una cantidad de factores que están incidiendo en la necesidad de aumentar la productividad, que son: el aumento del valor de la carne (la rentabilidad del negocio ganadero), el aumento del precio de la tierra –hoy ya no es tan fácil aumentar una hectárea más para ampliarse extensivamente–, entonces la alternativa que tienen muchos productores es crecer aumentando la producción de forrajes de los campos. Hasta ahí sería un problema económico. En el mundo desarrollado se han desarrollado –valga la redundancia– máquinas de regar pero tienen un costo de inversión bastante alto y un costo operativo –de energía– medio, digamos. Por lo tanto, muchos de los cultivos –o los forrajes, llevado a carne o a leche– no soportarían el riego con esas máquinas. Entonces, la alternativa lógica, elemental, es el desarrollo de riego por gravedad. Muy barato en términos de inversión y en términos operativos y energéticos. ¿Por qué no se desarrolló el riego por gravedad? Porque para regar por gravedad hay que preparar el campo, hay que sistematizar el campo. Si a un campo, tal cual está, uno simplemente le echa agua, no va a regar, lo que va a hacer son desastres con el agua. Ese trabajo, que requiere sobre todo mucho tiempo de elaboración intelectual, digamos, es el que en general los técnicos y productores uruguayos no están preparados para hacer."

(Fin.)

Lea toda la entrevista con Mario García

EC - ¿Qué opinión tienen con respecto a estos comentarios del profesor García Petillo?

RI - Se ha mencionado la idiosincrasia de los uruguayos, la cultura de riego, todos esos factores; está bien, pero la idiosincrasia de los uruguayos también está moldeada por las inexorables leyes de la economía. Tenemos que tener muy claro cuáles son las dimensiones de la inversión porque, como decía el ingeniero, es barato en términos de embalsar agua, pero toda la obra de infraestructura posterior...

EC - García hablaba de la alternativa del riego por gravedad, ahí no hay que comprar máquinas, no hay que invertir.

LM - Quizás sí, aunque es mucha más barata la inversión en maquinaria.

EC - Es más barato que invertir en maquinaria.

LM - No, es más barata la inversión, pero según el caso, es muy difícil encontrar una buena cuenca para juntar agua alta, para almacenar agua arriba. Normalmente hay que elevar agua hacia un punto y después regar por gravedad. Eso es lo que pasa normalmente, salvo casos absolutamente excepcionales de topografía.

RI - Hay dos partes en el problema, una es el almacenamiento del agua y la otra su distribución posterior. Desde el punto de vista del almacenamiento del agua, es más barato que una enorme perforación, que es costosísima, pero desde el punto de vista de su distribución posterior, en general requiere una sistematización del terreno, un proceso de trabajo sobre el terreno que permita que el agua por gravedad llegue a todas partes porque, si no, llega a porcentajes muy bajos del terreno. Esa otra parte tiene un costo importante. Entonces, de una forma o de otra, sea en máquinas, sea en procesamiento del terreno, son costos importantes.

Es importante lo que dijo Leonardo hoy, hay que centrar en la ganadería, porque estamos hablando de una variabilidad tal de producciones, desde las que son estrictamente bajo riego, de las cuales la única extensiva es el arroz, el caso típico, o las intensivas, como fruticultura y la horticultura de hoja, etcétera, hasta algunas que prácticamente no necesitan agua, como los ovinos, sobre todo para la producción de lana. Entonces tendríamos que centrar un poco la discusión. Es oportuno hacerlo en la ganadería, básicamente en la ganadería de carne, y ver qué posibilidades hay.

EC - Algún oyente nos está marcando que tendríamos que distinguir tamaños de predios y de productores, porque ese factor también incide.

GV - Sin duda, y cuando hablamos de regar, el área que se puede poner en régimen de riego es un porcentaje ínfimo del predio, no es regar toda la superficie, sería absolutamente imposible e inviable económicamente.

LM - Voy a dar un ejemplo concreto de un productor que hace unos 15 años invirtió en riego por gravedad. Eran 300 hectáreas, este productor regó seis o siete años, regaba maíz; hoy hablé con él y le pregunté en qué estaba su riego, y me contestó que se paró en el año 2002 porque le costaba más o menos lo que sacaba extra de cosecha y al precio del maíz en ese momento le dejó de convenir. Pero si bien el uso del combustible es mínimo porque levanta agua de un arroyo hacia un punto alto y de ahí distribuye a 300 hectáreas, la suba del combustible le cambió la cuenta y dejó de regar. Hoy, con el nuevo precio del maíz, con la nueva estructura mundial de precios de oleaginosas y de granos con los cuales se puede hacer combustible, está pensando nuevamente en regar.

Y volviendo al tema de la cultura del riego, para regar por gravedad tuvimos que ir a Bella Unión a buscar gente acostumbrada a regar por surco, por gravedad, y manejar caudales de agua prácticamente artesanalmente, no se conseguía en todo el litoral una persona que tuviera el más mínimo criterio de cómo se regaba.

***

EC - Rodolfo, tú querías hacer una precisión sobre el problema del agua en el caso de la producción ganadera en particular.

RI - La precisión es que a veces se trata en forma conjunta lo que es agua para que tomen los animales, para beber, y el agua necesaria para generar, a través del riego, los alimentos para el ganado. Es un grave error porque son problemas diferentes de dimensiones absolutamente distintas. Por tirar un número, que no sé si es exacto, lo que se necesita para que tome el ganado es mil veces menos que lo que se necesita para regar una pradera que genere la comida para ese ganado. Son dimensiones totalmente diferentes. Lo de tomar el ganado es absolutamente esencial, ahí no caben las justificaciones económicas que hacía para el otro caso, hay que hacerlo o hacerlo, porque es vital.

EC - No puede ser que el ganado se muera de sed; podrá tener problemas con la alimentación, esa es otra historia.

RI - Exactamente, que tiene muchas soluciones diferentes aparte del riego, y cuyo costo es enormemente superior, y no sólo el económico sino desde el punto de vista tecnológico, porque una cosa es hacer un pozo, que lo puede hacer un pocero, o un tajamar, que hay gente que lo hace con un buey, y otra cosa es hacer un sistema de riego, que es un tema además de muy costoso muy complejo desde el punto de vista tecnológico.

GV - Es muy buena la aclaración, la parte de riego de cultivos pasa por una ecuación económica, hay momentos en que sirve y momentos en que no sirve, como este, el productor lo tiene que encarar desde el punto de vista empresarial. Solucionar el tema de la comida para el ganado puede pasar por regar y producir en el propio predio o por traer grano, hay soluciones que pasan por un tema económico. Lo que no tiene solución y es inadmisible porque es una pérdida para en primera instancia para el productor porque se le muere el ganado por falta de agua, y en segunda instancia para todo el país porque se alteran las cadenas productivas, como pasó estos últimos años, el ganado no se preña, no se producen terneros, son problemas con consecuencias a mediano plazo. Tenemos que distinguirlos porque las soluciones para el tema agua están al alcance de la mano del productor, son factibles, falta un problema de cultura para avanzar.

EC - Ustedes hablaban de la posibilidad de combinar ganadería con agricultura. ¿De qué forma juega un negocio de ese estilo?

LM - Siempre enfocando el tema agua, normalmente cuando hay un año que llamamos seco porque ese verano llovió mucho menos que lo normal, lo que pasa en la lechería es un aumento de costos, pero no cae sustancialmente la producción en la medida que los sustitutos del pasto que tenemos que comprar fuera del predio siguen siendo relativamente económicos frente al riego. Hoy está subiendo el precio de los productos, la leche está a muy buen precio, el maíz está a precios absolutamente excepcionales, la carne está a precios altísimos y con muy buenas perspectivas, probablemente ahora sí muchos empresarios se decidan a regar.

Pero hay otras formas de mejorar la eficiencia en el uso del agua, que es hacer predios mixtos, como la mayoría de los predios lecheros y los predios de producción de carne en la zona sur, en la zona litoral, en la zona promovida donde hay mejoramientos con praderas, que no es campo natural. Es destinar más o menos área al pastoreo del ganado y parte del área agrícola a alimentar el ganado en los años que vienen secos, y en los años que vienen llovedores o relativamente buenos para el suministro de agua destinarla a cosecha y venta.

EC - Para un esquema como ese tenemos que tener buenos pronósticos del tiempo.

RI - Ese tema es esencial, no se nos puede pasar por alto.

EC - Tú estás hablando de modificar el destino de una determinada parte del predio. Si el año viene seco, hay que plantar alimento para el ganado.

LM - No, hay cultivos que son de doble o de triple propósito, por ejemplo el maíz es un cultivo clave, nosotros tenemos tambos súper intensivos que plantan un área de maíz, entonces en los años que vienen secos el maíz se lo terminan comiendo los animales, en los años no tan secos se lo termina reservando para comer en el invierno siguiente o en la seca siguiente, y en los años extremadamente buenos climáticamente sobra mucho maíz y se vende. Estoy de acuerdo contigo en que debemos contar con buenos pronósticos, pero como no los tenemos esto es una buena manera.

EC - Rodolfo quería agarrar el guante de los pronósticos del tiempo.

RI - Porque me pongo en el lugar del oyente del programa y me estaría preguntando desde hace rato: si el problema es la incertidumbre y hay dudas sobre el retorno económico por la incertidumbre del clima, además de la económica, ¿por qué no ver qué dicen los especialistas? Es un tema que debemos encarar. Y distingo, como en el caso del agua, dos aspectos muy diferentes. Un aspecto es el pronóstico para los dos o tres días que vienen, cualquiera de nosotros entra en internet, en un sitio de estos que anuncian el clima, y si vemos una mancha verde sobre el territorio de Uruguay para mañana, decimos mañana llueve y no le erramos, y el sábado deja de llover y tampoco le erramos o le erramos con muy baja probabilidad. Pero eso no sirve para nada desde el punto de vista de decisiones de producción de mediano y largo plazo. El problema son esos pronósticos que dicen "el verano que viene va a ser seco", "va a ser llovedor" o "el invierno va a ser helador". Ahí sugiero como tema de tesis de graduación para un ingeniero agrónomo o algún licenciado de la Facultad de Ciencias hacer un análisis retrospectivo de los anuncios de los distintos predictores, públicos y privados, y su grado de cumplimiento. No si se equivocaron, porque si se equivocan siempre brindarían una información útil, sino en qué medida esas predicciones se apartan de una distribución al azar la que lograríamos nosotros cinco si nos pusiéramos a hacer previsiones. Y que no se tome como una crítica.

EC - Suena como una visión crítica de la performance de los meteorólogos.

RD - Quiero discrepar.

RI - Redondeo. Hay una visión crítica, por supuesto, pero en el reconocimiento de que es un problema tremendamente complejo y difícil de predecir.

***

EC - Me parece importante, a modo de cierre, hacer un repaso en la rueda de hasta dónde podemos tener una actitud de prevención desde el punto de vista país, qué rol debería jugar el Estado, particularmente considerando políticas sociales hacia los productores chicos.

GV - En cuanto al riego, lo considero un rubro más de una explotación, es un negocio, y el Estado no tiene que tener ninguna participación directa con subsidios y demás; sí tiene que ser consciente de lo importante que es para el país y tomar determinadas medidas indirectas. Por ejemplo, las principales fuentes de energía para el riego, eliminando el tema de la gravedad, son el gasoil y la energía eléctrica, y la energía eléctrica en los últimos tres años ha subido 60% en dólares o más, y el gasoil lo mismo. El Estado no tiene que participar directamente con subsidios sino que tiene que ser consciente de que el riego tiene que formar parte del esquema productivo y ser un facilitador.

EC - Tiene que ser un facilitador, ¿a qué estás aludiendo cuando hablas de energía?, ¿a que el gasoil y la energía eléctrica tienen que tener un precio razonable? No un precio subsidiado sino razonable.

GV - Exacto. Aparte de la energía, hay otro problema referido al agua.

EC - Tú distinguías entre el riego y el agua para consumo de los animales.

GV - El riego no es una inversión en la que el Estado deba participar, tiene que encararla el productor en su esquema de producción y punto. Pero el Estado tiene que tener conciencia de que hay determinados insumos que provee que tienen que son elementos fundamentales para la productividad.

Y el otro tema es que si realmente en el país hay conciencia de que es importante, debemos contemplarlo en la reforma tributaria, no puede ser que haya que hacer inversiones monstruosas y que no sólo no se contemplen sino que no se puedan descontar como gastos.

EC - ¿Y con respecto al agua para que beban los animales?

GV - El Estado tiene que tener un papel activo en determinadas escalas, en la economía de escala de los productores. Hay inversiones que no tiene sentido que el productor las haga por sí solo porque son predios muy chicos que se pueden pensar en conjunto. Pero voy al mismo esquema.

EC - Lo primero que tiene que ocurrir es que los productores pequeños se asocien, se agrupen, para desarrollar algún sistema de aguadas, por ejemplo.

GV - Exacto, sistemas de reserva de agua y distribución.

EC - ¿No alcanza con que los productores se agrupen? ¿El Estado tiene que hacer algo ahí?

GV - Atrás de la cuenca lechera se electrificó todo el sur, la energía es un insumo fundamental en la parte de suministro de agua. Al norte del río Negro la situación no es la misma, el Estado tiene que hacer inversiones indirectas, tiene que ponerse las pilas en electrificación. Antiguamente la UTE daba los postes, los cables; cada vez hay menos rubros para esas cosas y hay que hacerlas a pulmón, el Estado tiene que actuar como facilitador de un montón de cosas, la parte de energía, la parte de descuento de inversiones, tiene que jugar un papel no directo de subsidio sino tomar conciencia de la problemática y apoyar.

EC - ¿Qué dicen los demás? ¿Cuál es el papel del Estado?

RI - Tiene una amplia experiencia, ha tenido proyectos importantes financiados por el Banco Mundial, como Prenader I y II, y también en la actualidad hay proyectos en camino. Coincido totalmente en que el tema inversiones en riego es una decisión empresarial como cualquier otra, que tiene enormes riesgos, incrementados por la inestabilidad climática del país, pero el Estado no tiene por qué asumir esos riesgos bajo ningún concepto, son cuestiones empresariales, cada empresario tiene que decidir.

EC - Si el empresario resuelve no instalar un sistema de riego puede que después cargue con las consecuencias cuando el tiempo viene mal.

RI - Pero hay participaciones del Estado que sería muy bueno estimular, por ejemplo que la intendencia del departamento afectado por la sequía facilite las máquinas para hacer tajamares, pozos, lo que sea, y el productor pague el combustible o el salario del maquinista, es una cuestión conjunta. Hay que estimular esas cuestiones locales.

RD - Eso se está haciendo.

RI - Se hace habitualmente.

RD - Por lo menos en Canelones, estuve recorriendo hace 15 días.

RI - Y en todo el norte también. Tratar de darles a los pequeños productores una solución a través del riego para producción de forraje me parece demencial, son cuestiones de una enorme escala económica y tecnológica y los pequeños productores no cumplen con ninguno de los dos requisitos básicos, entonces no hay solución.

EC - ¿Qué hace el pequeño productor?

RD - Sí agua para el animal, para tomar.

RI - El Estado debe ser un facilitador, si hay necesidad de importar un forraje o una semilla, que pueda hacerse rápidamente sin que esté una semana parado el camión en tal lado. Y a nivel empresarial como facilitador en cuanto al costo de la energía, todos estos procesos son intensivos en energía, que es lo más caro en Uruguay.

LM - En cuanto a los productores pequeños –en el resto estoy de acuerdo con mis compañeros, no subsidiaría créditos para riego ni para otra cosa–, el tema no pasa por el agua, es un problema enorme, discutimos algo en la primera tertulia sobre el acceso a la tierra, el tamaño de las empresas. El Estado tiene la obligación, porque las decenas de miles de pequeños productores son un enorme capital, una riqueza enorme de conocimiento, pero también son un problema. El Estado debe destinar recursos a buscar salidas y soluciones para esos productores, pero no pasan específicamente por el tema del agua. Es un tema para una tertulia completa, los pequeños productores generalmente son los que tienen más altas tasas de producción por hectárea y no les da la escala para poder vivir de eso.

Dos cosas más. El Estado tiene una enorme obligación en la investigación, en Uruguay no se conocen con claridad las respuestas del riego a diferentes cultivos. Por ejemplo sobre pasturas hay muy poca información de respuesta del riego, se sabe que las alfalfas que usamos en Uruguay tienen una bajísima repuesta al riego y un alto riesgo de pudrirse por exceso de agua si regamos y después llueve.

RI - Y cuando se riega una pastura también se riegan las malezas incluidas en las pasturas.

LM - Hay una carencia brutal de investigación, tenemos escala como para gastar dinero en investigar respuestas al riego de las alternativas más comunes o importar nuevas alternativas forrajeras para meter subsistemas de riego.

Lo otro, mucha gente me va a odiar, pero el Banco República está tomando dinero prestado al 0 y algo por ciento y lo está prestando al 9%. No sé quién se lleva la mordida del medio, de 8 puntos y pico, ni cuáles son los gastos, cuáles los impuestos, qué parte es salario y qué parte es no sé qué. No sólo toda la infraestructura vial y la infraestructura de electricidad, también la infraestructura financiera es mejorable. Vale para el riego y vale para todo.


Lea los aportes del doctor Walter Baethgen