(Emitido a las 8.35)

EMILIANO COTELO:
Profundizar la relación comercial con Estados Unidos. Desde hace varios meses el presidente Tabaré Vázquez viene reiterando que ese es el objetivo principal en su relación con Washington.

Pero, ¿qué implica profundizar ese intercambio? El camino parece haberse trazado ayer al mediodía, después de confirmar que entraba en vigencia el Tratado Bilateral de Protección de Inversiones, que estará plenamente operativo en noviembre el gobierno apunta a firmar a la brevedad, sin plazos, un acuerdo marco de comercio e inversiones (TIFA, por su sigla en inglés).

¿Cómo ve este paso la oposición? Vamos a ver el punto de vista del Partido Nacional (PN), con el senador de la Correntada Wilsonista (CW) Francisco Gallinal.

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Senador Gallinal, ¿cómo debe leerse esto de ayer? ¿Es un fracaso, es un adelanto?

FRANCISCO GALLINAL:
Más que lo de ayer, las decisiones asumidas por el gobierno en el transcurso de los últimos días que han significado un paso atrás muy importante con respecto a los avances que el propio gobierno había logrado a partir de la visita del presidente Vázquez a Estados Unidos y su entrevista con Bush. Fue el presidente uruguayo el que consiguió la llave para abrir la puerta que nos permitía un marco de negociaciones que podían terminar en un incremento notorio del intercambio comercial y particularmente favorecer la salida de productos lácteos, cárnicos y textiles, que son parte central de los objetivos que se plantea Uruguay en materia de exportación. Para mí la gran frustración de estos últimos días es que ni siquiera se pudo llegar a la instancia de las negociaciones. Lo que estaba pensado para estas últimas dos jornadas era la búsqueda de entendimientos a través de un camino concreto elegido por el gobierno uruguayo, defendido dentro del país y dentro de la región por el presidente Vázquez, del que se desiste antes de ingresar en él.

EC – El presidente Vázquez argumentó el jueves pasado que lo que Estados Unidos proponía era negociar dentro de los tiempos acotados del fast track –y sus ventajas en cuanto a que no se requería un análisis punto por punto del Congreso de Estados Unidos– un tratado de libre comercio (TLC) sobre la base del firmado recientemente con Perú y que esas condiciones eran inaceptables para el gobierno uruguayo.

FG – Uruguay siempre conoció esas condiciones, quiso recorrer la vía del fast track porque no quería pasar por una aprobación en particular de cada uno de los rubros del Congreso de Estados Unidos, entonces antes de junio del año que viene debía llegarse a un entendimiento de estas características. Fue hacia allí que nos impulsó como país permanentemente y esa fue la base de la discusión interna que tuvo dentro de su propia fuerza política con los sectores que están reticentes a este camino, a los que intentó demostrarles que primero estaba la negociación. La frustración es no haber llegado a la negociación, habría sido más entendible y quizás incluso compartible. El presidente de la República podría haber llamado a los integrantes de su fuerza política y a los demás partidos políticos y haberles señalado: "Hemos tenido unas dificultades tales en las negociaciones, se nos han puesto condiciones de tal magnitud que vamos a desistir de la vía elegida inicialmente y vamos a recorrer un camino más moderado, con no tantas exigencias como es el TIFA", pero no fue eso lo que sucedió, ni siquiera hubo posibilidades de negociación.

Además suceden dos cosas desde el punto de vista formal y sustancial que no son menores. Primero, la negociación no fue encabezada por quienes tendrían que estar al frente del gobierno nacional, que son el ministro de Economía y el ministro de Relaciones Exteriores, que eran los que tenían el trabajo directo en esta materia y son los que naturalmente deben formar parte de una negociación. Pero hay diferencias de tal magnitud entre ellos que el presidente opta por la persona del secretario de la Presidencia para encontrar un término medio y que lo represente más genuinamente.

Y segundo, en cuanto a lo sustancial, los planteos que se hacen en las instancias previas a las jornadas de lunes y martes y durante esas dos jornadas estaban referidos a incrementar sustancialmente las ventas de carne, textiles y lácteos, pero todas esas presentaciones fueron rechazadas porque el TIFA no incluye negociaciones de esas características.

En definitiva el balance que hacemos una vez culminadas estas primeras dos jornadas es que vamos caminando hacia un TIFA que muy probablemente se cierre en el transcurso de este año pero que no agrega mucho respecto de lo que se ha logrado hasta hoy básicamente con el Tratado de Protección de Inversiones. Quizás el avance pueda ser –así lo dejó entrever Estados Unidos ayer- que Estados Unidos no revise el sistema general de preferencias, que está revisando en este momento. Que Uruguay no se vería afectado por esa medida y de ese modo mantendríamos unos 60 millones de dólares de exportación por año.
 
EC – Para usted ese es por ahora el único avance, el único resultado de estas conversaciones.

FG – Puede llegar a ser, según surge de las negociaciones, la delegación de Estados Unidos habría adelantado la posibilidad de no revisar para Uruguay, como está haciendo con otras naciones, el sistema generalizado de preferencias.

EC - ¿Y la otra lectura, la de que con este recurso, con la apelación a un TIFA, el gobierno consigue tiempo y consigue descomprimir la situación que tenía dentro del FA, con discrepancias muy fuertes, e incluso las resistencias dentro del Mercosur para continuar negociaciones que pueden conducir al final a un TLC pero sin la premura de estos plazos que complicaban?

FG – Conociendo la personalidad de Kirchner, este paso atrás nos debilita especialmente en el relacionamiento con la República Argentina y vamos a seguir teniendo problemas importantes en lo que tiene que ver con las papeleras. Ya los habíamos tenido también con Brasil, que nunca aceptó que fuera un problema del bloque, siempre tomó distancia y terminó favoreciendo a la República Argentina diciendo que era un problema de carácter bilateral.

Ahí tenemos un problema mucho más grave, que Uruguay hoy carece de una inserción internacional y de un rumbo para definirla. Queda por el camino la posibilidad de un tratado amplio y claramente beneficioso con Estados Unidos para las exportaciones nacionales, apenas se abrieron algunos canales de diálogo –para justificar el TLC con Estados Unidos– con China y con la India en la búsqueda de un eventual TLC y tenemos diferencias muy importantes dentro del Mercosur que se han venido arrastrando desde hace mucho tiempo pero se han visto agravadas últimamente por las diferencias con Argentina y las manifestaciones públicas del presidente Chávez que ha dicho que nos tiene prácticamente bajo la lupa y que una delegación del gobierno uruguayo va a ir a Caracas a explicarle si va a recorrer el camino de un TLC o no. No tener inserción internacional en un mundo altamente competitivo, con las dificultades que se están atravesando hoy en la región, es un problema grave para el país.

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Edición: Mauricio Erramuspe