Internas

Jorge Larrañaga (PN): "Pretendemos construir mayorías parlamentarias sobre la base del diálogo y del entendimiento"

Esta semana se supo que Sergio Abreu se bajaba de su candidatura presidencia y adhería a la de Lacalle Pou. Esta incorporación acorta la brecha entre el candidato del herrerismo y Jorge Larrañaga, confirmando lo que dicen varias encuestas de que la interna blanca es la más competitiva. El senador Larrañaga conversó con En Perspectiva sobre sus propuestas de cara a junio (y eventualmente a octubre) y cómo percibe la campaña. El líder de Alianza Nacional arremetió contra el precandidato del Frente Amplio, Tabaré Vázquez, al decir que "no puede gobernar al FA y, por ende, no puede gobernar a Uruguay". Sin embargo agregó que él "no actúa en función de los demás ni de otras estrategias" sino de lo que piensa. "No ando buscando controversias con el FA y con el doctor Vázquez" remarcó Larrañaga. Además cree que el mapa político del Uruguay está cambiando y que "va a haber una suerte de rebeldía ciudadana que va a comenzar el primero de junio y se va a materializar el último domingo de octubre".

(emitido a las 8.45 hs.)

EMILIANO COTELO:
El senador Jorge Larrañaga asegura que está "pronto para gobernar". En cada acto que encabeza se presenta como la "alternativa" al "caos y el desGobierno" del Frente Amplio (FA).

Las encuestas siguen mostrándolo primero entre los precandidatos del Partido Nacional (PN) pero, ustedes saben, la interna blanca tuvo movimientos importantes en estos últimos días. Por ejemplo cuando Sergio Abreu resignó su precandidatura y pasó a apoyar a Luis Lacalle Pou. Ahora, parece, la carrera se vuelve más competitiva.

Hasta el momento en Alianza Nacional no se ha realizado una evaluación sobre qué impacto puede tener ese nuevo panorama. Es un punto posible a tratar, pero también hay otros: las propuestas que tiene para convertirse en el próximo presidente de los uruguayos, o más en general cómo percibe esta campaña electoral. De todo eso vamos a dialogar en los próximos minutos con el doctor Jorge Larrañaga.

Durante buena parte de esta campaña Tabaré Vázquez y usted han mantenido una especie de debate a distancia, parece que se han elegido mutuamente para pegarse. Anoche mismo en el acto de la 250 aquí en Montevideo usted dijo: "hoy el FA está absolutamente partido, es una fuerza política ingobernable. Su candidato principal, Tabaré Vázquez, ya no convence a todos los sectores de su partido y si no convence a toda su fuerza política no podrá gobernar al país". ¿Por qué ha optado por centrar buena parte de su discurso en Vázquez?

JORGE LARRAÑAGA:
Porque es un problema que plantea una de las opciones que tiene este país en cuanto a su Gobierno. El doctor Vázquez no puede gobernar al FA y, por ende, no puede gobernar a Uruguay. A mí me preocupa verdaderamente, como debe preocuparle a todos los uruguayos, porque si ningún partido político va a tener mayorías parlamentarias en la primera vuelta -como estoy profunda y visceralmente convencido de que va a suceder- verdaderamente estamos en un dilema en el que los distintos candidatos tenemos que decirle a los uruguayos cómo vamos a formar mayorías parlamentarias. Hoy el FA es el show del caos, las cortinas de humo que se suceden permanentemente, título de algún medio de prensa de hoy: "Empate: Mujica y Astori encontraron equilibrio en el BROU".

EC – Ese es el título principal de La República.

JL – En una suerte de contradicción hasta para el nombramiento de las nuevas autoridades del BROU que tendrán que ir a consideración del Senado de la República.

EC – ¿Pero eso no pasa siempre en un Gobierno?, ¿no hay negociaciones entre las corrientes que integran el oficialismo para determinados nombramientos delicados?

JL – Puede suceder, pero es preocupante. En el caso del FA el doctor Vázquez y su retiro de silencio en acontecimientos de indudable importancia para la vida del país, el mismo que me ha imitado en alguna oportunidad por mi acento del interior, por mi forma de expresarme. Tendría que imitarme en materia de educación cuando sostiene que la educación está bien y yo creo que está muy mal, o que la seguridad es una suerte de sensación térmica y todos tenemos la sensación de problemas en la seguridad, o en que andamos por todo el país rodeados de la gente sin guardaespaldas que le andan pegando a algún periodista. Me parece que son dificultades y problemas de una fuerza política que es completamente diferente a la de 2004, el FA y el Tabaré Vázquez de 2004 son completamente distintos a los actuales.

EC – Una lectura que se ha hecho a propósito de que usted centre buena parte de sus intervenciones públicas en Vázquez es que está pasando el mensaje de que la competencia real es entre ustedes dos.

JL – Bueno, cada uno elige su estrategia y su forma de comunicarse con la población. Yo integro un partido que se considera alternativa al FA. Por ser un recorredor permanente de Uruguay tengo la sensación de que algo está cambiando en el sentimiento y en el mapa político del país, y que la gente está cambiando, que va a haber una suerte de rebeldía ciudadana que va a comenzar el primero de junio y se va a materializar el último domingo de octubre. Por lo tanto tengo que decirle a la gente, al país, qué veo que está sucediendo hoy en el Gobierno y en la fuerza política que gobierna y cómo se proyecta en los próximos cinco años.

EC – Enseguida vamos a hablar de esos asuntos. Pero antes le consulto por un aspecto que puede considerarse lateral pero que para otros tiene su importancia. Vázquez y usted han coincidido en otra cosa: se han expuesto poco en los medios, participan en actos públicos pero prácticamente no han concedido entrevistas. Acá mismo En Perspectiva hemos pasado más de un año sin entrevistarlo, pese a que hicimos las gestiones correspondientes. ¿Qué pasaba en el caso suyo, había una estrategia deliberada, como la que a veces tienen los candidatos que lideran las encuestas, que es "mejor no tomo riesgos"?

JL – No, no es tan así. Yo no soy de andar midiendo los riesgos, yo no sé precisamente cuánto hace que no vengo a este programa, pero no hay ninguna intención de eludir ningún programa. De hecho yo estoy permanentemente con todos los medios de prensa en todos los departamentos del país, me agarran de parado en cualquier lugar cuando termina un acto. Concurro a las radios, si usted habla de cuánto hace que no vengo a El Espectador y a En Perspectiva, ¿cuánto hace que no viene el doctor Tabaré Vázquez a este programa?

EC – Por eso estoy marcando una cierta coincidencia.

JL – Pero "cierta" no, le pregunto.

EC – ¿Vázquez?, hace años.

JL – Nunca.

EC – No, no, ha venido, pero…

JL – ¿Pero cuándo?, hace diez años…

EC – Pero ahora estoy hablando de la coincidencia en esta etapa de la campaña.

JL – No, no hay ninguna coincidencia, felizmente no tengo en este sentido -y en bastantes- coincidencia con el doctor Vázquez. No hay una estrategia de eludir los medios, yo accedo a las radios, a la televisión, a los medios escritos, a las preguntas de la gente, no eludo el debate, siempre he estado dispuesto en ese sentido. No soy un político calculador, no soy un dirigente dirigido por las encuestas ni por los dirigentes, pretendo dirigir escuchando, conversando, dialogando, cada vez con más paciencia, con más aceptación de que el otro puede tener razón y nutriéndome del pensamiento de gente más inteligente que uno para procurar encontrar las mejores respuestas.

EC – Vamos a ir de a poco en estos temas, pero usted suele afirmar lo que yo mencionaba al comienzo, que está "pronto para gobernar". Pero además insiste en lo otro, que incluso acaba de reiterar, que es la alternativa al FA cuyo modelo -dice- "está agotado". En grandes lineamientos, ¿en qué se diferencia su visión de país a la que puede estar impulsando Vázquez?

JL – La primera gran diferencia es que el FA del doctor Tabaré Vázquez y del actual presidente Mujica ha ejercido el Gobierno con mayorías parlamentarias en manos de un solo partido, y creo que eso se ha ejercido de manera abusiva y radical en muchas oportunidades. Ejemplos me sobran como para ratificar y afirmar esto. Por el contrario, nosotros pretendemos construir mayorías parlamentarias sobre la base del diálogo y del entendimiento.

EC – ¿Qué propone como alternativa a los efectos del manejo de las mayorías?

JL – Que sean mayorías de más de un partido, que tengamos representación de todos los partidos en las empresas públicas, entes autónomos, servicios descentralizados, organismos de contralor, el doctor Vázquez en su Gobierno eludió directa y llanamente toda posibilidad de control de las minorías en las empresas públicas. En nuestro Gobierno no se va sustituir la democracia representativa por la corporativa, como ha sucedido.

EC – ¿Qué quiere decir con eso?

JL – Quiere decir la enorme incidencia, inocultable, de los sectores gremiales y corporativos en el ejercicio del Gobierno; creo que esto es absolutamente evidente. Vamos a procurar que el crecimiento económico se traduzca en crecimiento social y humano, algo de eso en una muy buena expresión ha dicho nuestro amigo el candidato del Partido Independiente Pablo Mieres, y creo que tiene razón.

Entonces, tenemos enormes diferencias. En la forma cómo se eligen las autoridades para gerenciar las políticas, yo creo que ha existido incapacidad en la determinación de políticas, por ejemplo la educativa, y también falta de visión, miopía absoluta en determinar quiénes conducen la educación pública de los uruguayos.

EC – ¿Para usted una de las claves del resultado en materia de educación que está obteniendo el Gobierno del presidente Mujica, resultado que usted obviamente cuestiona, es la forma de designación de las personas a las que se eligió para conducir la educación?

JL – Primero, la falta de política. Segundo, las personas designadas, los cambios que se han sucedido en la integración del Codicen y de los organismos desconcentrados me dan la razón. Y tercero, las ataduras que el FA tiene con la parte gremial. Todo eso conforma hoy una enorme máquina de impedir. Yo no responsabilizo a los docentes del paro educativo del día de ayer, sino al Gobierno.

EC – ¿Pero para usted es aceptable un paro de 24 horas un mes después de haber empezado las clases?

JL – No, por supuesto que no lo puedo aceptar, no lo estoy aceptando. Tampoco estoy en una especie de culpabilización de los docentes y de los maestros, porque demás son coincidentes en criticar la falta de política y de conducción de la educación pública en nuestro país. Nosotros le dimos al país un instrumento que el Gobierno no valoró, el acuerdo nacional por la educación del 23 de febrero de 2011, firmado por todos los partidos políticos. Era un blindaje a la educación, imprescindible para reiniciar un camino que nos permita mejorar sustancialmente la educación de los uruguayos y fundamentalmente la de los hijos de aquellos hogares con más necesidades y dificultades. Sin embargo tiraron por la borda todo eso.

EC – Usted dice que aquél acuerdo multipartidario en torno a la educación era un blindaje, era una forma de darle un respaldo político amplio a determinadas líneas de acción para poder llevarlas adelante pese a las resistencias de los sindicatos, ¿de eso estamos hablando?

JL – Es una forma de lograr la primacía que tiene que existir en un régimen democrático que es la democracia representativa, con poca injerencia de las corporaciones.

EC – Y entonces, cuando usted decía recién que no cuestiona a los sindicatos por el paro de ayer…

JL – No, no culpabilizo totalmente, que no es lo mismo.

EC – ¿Usted dice que en todo caso la responsabilidad es de quien detenta el poder, que resulta tan permeable a ese tipo de presiones? ¿Es ese su razonamiento?

JL – Sin duda, pero además todas las situaciones de privilegio otorgadas en el primer Gobierno del doctor Vázquez a través de la ley de educación y todo lo que ha venido sucediendo en el marco de la relación estrecha entre los sectores sindicales, el PIT-CNT, y el Gobierno. Esto hay que decirlo con todas las letras, ¿cuántos dirigentes sindicales terminan siendo candidatos del FA? Y eso después termina en compromisos difíciles de asumir por parte del Gobierno, que condicionan notablemente todo lo que tiene que ver con la gestión.

Volviendo a la pregunta: tenemos diferencias de proyecto, de ideas, sustanciales, con el doctor Tabaré Vázquez, que yo creo que se tienen que ir dirimiendo. Pienso honestamente, con respeto por todos los otros partidos, porque respeto a todas las otras colectividades políticas, que de la propia elección interna del 1° de junio va a quedar demostrado que la opción, indiscutiblemente, es: o gana el PN o vamos a tener más y peor FA, lo cual significa peor país.

EC – ¿Usted está reclamando un debate, cara a cara, con Tabaré Vázquez?

JL – Pero por supuesto, lo hicimos en los años 2004 y 2009 sin éxito, y lo vamos a volver a hacer después de la elección interna. Si la gente nos respalda, por supuesto, si soy el candidato único del PN, si no será una tarea de quienes asuman esa condición.

EC – Y en esta parte de la campaña rumbo a las elecciones internas, ¿por qué no un debate entre Larrañaga y Lacalle Pou?

JL – Porque me parece totalmente inconveniente, porque dentro de 54 días vamos a tener que estar juntos en una instancia electoral, porque me parece importante que a través de los programas, de los equipos, de las intervenciones, la gente saque las conclusiones con respecto a quién va a ser el candidato único del PN. Yo debato con los adversarios, no con los compañeros del partido que estimo, aprecio y quiero. Esa ha sido nuestra posición, que por otra parte yo he conversado con el propio doctor Lacalle, antes lo había hecho con el doctor Abreu, me parece innecesario un debate.

EC – Hay quienes entienden que sí es necesario: del mismo modo que en la elección nacional conviene contrastar, en una interna también.

JL – En una interna no porque nosotros tenemos que cuidar la unidad de nuestro partido. Es una condición imprescindible para ganar la próxima elección. En una instancia de debate siempre, es natural y humano, uno quiere demostrar que sus ideas y sus razonamientos priman por sobre las ideas y los razonamientos que pueda esbozar el compañero con quien debate. Eso puede terminar en una disputa innecesaria que yo, bajo ningún punto de vista, voy a aceptar. Por eso quiero expresar que no hay una contradicción en mi forma de pensar: con los compañeros, hablamos, con los adversarios, debatimos.

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EC – Enseguida continuamos en En Perspectiva, en esta entrevista con el doctor Jorge Larrañaga.

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EC – Cuando faltan 52 días para las elecciones internas, estamos dialogando esta mañana en En Perspectiva con el doctor Jorge Larrañaga, abogado, tiene 57 años, senador de la República desde el año 2000, antes intendente de Paysandú, por dos períodos, entre 1990 y 1999.

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EC – Doctor Larrañaga, hace unos minutos usted explicaba por qué cuestiona la forma como el FA ha usado la mayoría parlamentaria con la que cuenta. Usted, y otros dirigentes de su sector, hablan de un abuso de esa mayoría. Además daba algunas pautas sobre cómo sería un Gobierno suyo en cuanto a la relación con la oposición.

Ahora, también es cierto que tener mayoría propia es el sueño de cualquier candidato presidencial…

JL – No, a mí no me desvela.

EC – Supongamos que usted gana con mayoría propia, ¿qué plantea como vínculo con los partidos de la oposición?

JL – El mismo vínculo. La misma convocatoria. Más compromiso todavía.

EC – En ese escenario hipotético usted puede sacar adelante las leyes que quiera, ¿entonces?

JL – Pero en un escenario de esa naturaleza igual tendríamos una relación muy fuerte con el Parlamento, de mucho respeto, de diálogo; de participación de la oposición en las empresas públicas, entes autónomos y servicios descentralizados para que controlen todo lo que quiera controlar.

Desde el año 2007, cuando yo le pedí al senador al senador Carlos Moreira que controlara el negocio de Pluna, hasta ahora, ¿cuántas veces dijimos en el Parlamento que se estaban equivocando?, ¿cuántas veces les pedimos comisiones investigadoras?, ¿cuántos llamados a sala dijeron que eran estrategias de desgaste? ¿Cuántas veces le avisamos que la ley de Pluna era inconstitucional?, ¿cuántas veces le expresamos que el negocio era ruinoso, que dar un aval para un remate cuyo postor terminó siendo un impostor, era un desastre, que dejar 900 trabajadores en la calle y cerrar Pluna terminaba siendo una equivocación?

Yo creo que eso hay que expresarlo así. Más allá de las mayorías que podamos tener le digo también que no renunciaría a tener ministros de otros partidos.

EC – ¿Incluso si tuviera mayoría propia usted buscaría ministros de otros partidos?

JL – Aunque tuviera mayorías parlamentarias, buscaría ministros de otros partidos. Yo voy a convocar al Consejo de Economía Nacional, que el FA reglamentó con una ley, que está en la Constitución, y que nunca convocó.

EC – ¿Y por qué lo convocaría usted?

JL – A efectos de que la sociedad civil, los empresarios, los trabajadores, también puedan aportar en materia de conducción económica. Tengo el tránsito suficiente por la vida pública como para advertir que los entornos políticos terminan siendo una celda para el gobernante y para el presidente, de la cual es difícil escapar. Por lo tanto, hay que conversar con todos para encontrar mejores caminos, respuestas y soluciones. De eso estoy profundamente convencido.

Nosotros colaboramos y a mí se me criticó duramente al comienzo de este período de Gobierno porque trasladé ideas en materia de seguridad. Recuerde lo de la cárcel de Punta de Rieles, que era un cuartel, lo del pasaje de militares a la policía, lo de la Guardia Republicana. La época en que el presidente Mujica se aparecía por el Senado, se anunciaba y tocaba la puerta de los despachos. Un día vino el senador Alberto Couriel a decirme: "Está el presidente, quiere hablar con los representantes de la oposición" y nos reunimos con Ope Pasquet, José Amorín Batlle, creo, Luis Alberto Heber y Eduardo Bonomi, en su momento, cuando había problemas carcelarios y en unas cuantas oportunidades. Yo creo que ese relacionamiento del Poder Ejecutivo con el Parlamento tendría que ser insustituible para tratar de equivocarse menos desde un Gobierno.

EC – Usted recordaba el comienzo del Gobierno de Mujica y la actitud que tuvo de cooperación, con planteo de iniciativas y participación en los acuerdos multipartidarios. Luego, el tono de su relación con el Gobierno de Mujica y con el FA en general cambió y hoy es, como mencionábamos hace un rato, una constante en sus discursos la crítica a lo que por ejemplo Vázquez significaría como presidente en el nuevo período. Mientras tanto su competidor en la interna del PN, Luis Lacalle Pou, presenta su campaña como "por la positiva", parece un tiro por elevación al tono de su campaña, ¿cómo lo ve?

JL – Yo no lo tomo de esa forma, cada uno tiene derecho a fijar su estrategia como más entienda conveniente. Yo respeto a los compañeros del partido, cada uno puede expresar su sentir y su forma de llevar adelante la campaña.

Yo lo hago de la forma que entiendo.

EC – Lacalle Pou dice: no iré correteando atrás de las cosas que dice Vázquez.

JL – Bueno, usted tampoco quiera con su inteligencia llevar adelante una suerte de contradictorio a través de su persona con nuestro compañero Lacalle Pou. Son expresiones de campaña, están bien dichas todas y yo las respeto y las aprecio. No actúo en función de los demás ni de otras estrategias ni de lo que convenga o sea políticamente correcto, sino de lo que pienso, de lo que siento. No ando buscando controversias con el FA y con el doctor Vázquez.

Tuvimos una actitud de colaboración con el país porque intentamos probar que aun desde la oposición con un Gobierno que tenía mayorías parlamentarias se podía ayudar y aportar ideas. Además porque, entre otras cosas, uno pensaba en el día después de la elección del último domingo de noviembre. Yo pensaba -y pienso- a partir del 1° de marzo. Algún sedimento quedará de tener legitimidad para reclamar lo que en su momento, teniendo la posibilidad de dar, nosotros dimos, como ejemplo de que tenemos relación. Además convengamos lo siguiente: si el FA pierde la elección nacional va a sufrir tal convulsión interna que obviamente va a haber un FA diferente a partir del 1° de marzo del año que viene. Quizás ahí podamos reencauzar caminos de diálogo y entendimiento con sectores, no solamente del Partido Colorado, con el que creo que podemos tener muchas afinidades, sino incluso con el Partido Independientemente, al que yo valoro enormemente, siempre lo he hecho, y al que he mantenido informado de todas mis conversaciones.

EC – Y dentro del FA, ¿con qué sectores entiende que podría acordar si usted fuera presidente?

JL – Yo no voy a designar sectores porque eso dependerá de las personas y del reacomodamiento interno después del impacto en todos los partidos de toda elección interna y nacional. Veremos, después del cernidor de la población, del voto de la gente, de la democracia de la ciudadanía votando para cambiar, qué es lo que queda en los partidos políticos. Esto seguramente vale para el FA y desde el FA vale hacia el PN y los restantes partidos políticos.

EC – Yo le hacía alguna pregunta recién a propósito de su contrincante en la interna, Luis Lacalle Pou. Completo las referencias a esa carrera: ¿cómo recibió la noticia de que Sergio Abreu resignaba su aspiración como precandidato a la Presidencia y pasaba a apoyar a Lacalle Pou?

JL – Muy bien, cada uno elige el camino que quiere.

EC – Eso es obvio.

JL – A mí me encanta que se vaya aclarando el panorama, que se polarice, como siempre sostuve que se polarizaba una interna, desde el 96 a la fecha las internas del PN se polarizaron. En el 99 fue entre Luis Alberto Lacalle Herrera y Juan Andrés Ramírez, el doctor Alberto Volonté y Álvaro Ramos quedaron presos de esa polarización. En el año 2004, cuando le gané al doctor Lacalle Herrera, se polarizó. También en 2009, y ahora va a volver a pasar, ya está pasando en la interna.

Por eso yo dije "el que gana, gana", no lo hice como una expresión de menoscabo a los compañeros. Yo soy un combatiente político, si gano soy el candidato de los blancos, y si pierdo, aunque sea por un voto, no soy candidato del PN, así de simple, claro y contundente, porque es una decisión intransferible que pasa por encima de cualquier elucubración.

EC – Ahora, Sergio Abreu venía de Alianza Nacional (AN), fue electo senador en 2009 por esa misma coalición, rompió con usted en un episodio muy sonoro en noviembre de 2011 cuando se discutía en el Senado el proyecto de ley de donación de órganos que impulsaba y que algunos legisladores de AN se negaban a votar. Decidió abrir un camino propio con la corriente Dignidad Nacional y durante meses dijo: "Yo voy por la Presidencia", directamente. Mi consulta es: ¿usted intentó un acercamiento con Abreu o no hubo forma porque el vínculo había quedado muy deteriorado?

JL – No, nosotros quedamos en buena relación, recompuesta, yo por suerte con las personas que puedo tener contradicciones y entredichos -en este caso los tuvo él conmigo y no yo con él-, procuro restablecer relaciones porque me parece fundamental tener amigos y compañeros.

EC – ¿Hubo negociaciones con él?

JL – Nosotros no tuvimos instancias de negociación porque yo creo fuertemente en los proyectos políticos, tenemos un respaldo muy consolidado de intendentes del interior, de diputados, de legisladores, de dirigentes que son de indudable valía y trascendencia en el país. Soy el único candidato nacido en el interior del país, tengo una visión wilsonista, saravista, de cómo gobernar el país, yo quiero hacerlo asociando el Gobierno nacional con todos los Gobiernos departamentales, en una suerte de federalización.

EC – Pero, ¿por qué lo dice ahora a raíz de la pregunta sobre Abreu?

JL – Porque cada uno es libre de hacer lo que desee. Nosotros no andamos en un proceso de negociación. Yo he dicho claramente: no voy a hablar de posiciones y de listas al Senado hasta el 2 de junio, con nadie, eso lo saben mis compañeros y quienes no pertenecen a mi sector. Por lo tanto con nosotros no hay posibilidades de una negociación para sumar dirigentes políticos que se adhieran a mi proyecto.

Además yo creo que el candidato tiene que ir directamente hacia la gente, tengo una relación con la gente y creo que va a respaldarme por encima de que tales y cuáles dirigentes puedan estar con tal o cual candidato a la Presidencia.

EC – ¿Esa es su respuesta a quienes interpretan que ahora, con este pase de Abreu a Lacalle Pou, la interna del PN se convirtió casi en un cabeza a cabeza?

La última encuesta Factum: Larrañaga 51%, Lacalle Pou 39%, Sergio Abreu 7%. Si se suman las intenciones de voto de Lacalle Pou y Abreu da 46%, muy cerca de la que tiene usted.

JL – Es sumar peras con chorizos, no tiene nada que ver. Todos sabemos que quienes estaban dispuestos a votar a un candidato cuando éste resuelve bajarse de la candidatura retoman el proceso de decisión y eso termina partiendo las preferencias. Ese porcentaje de votantes que registraba el senador Abreu seguramente se va a dividir entre Larrañaga y Lacalle, no hay un traslado, no hay un solo politólogo que pueda sostener eso, y si lo sostiene está diciendo un disparate.

***

EC – Si vamos al terreno programático usted ha puesto varios énfasis en lo que va de esta campaña. Algunos los mencionó más temprano: educación y seguridad. Pero también, en una posición importante dentro de su ranking, habla de descentralización, recién daba ya alguna pauta. Me gustaría detenerme en este punto porque quizás es de lo que se ha hablado menos.

Usted le da mucha importancia al hecho de que lo acompañan ocho de los doce intendentes blancos, con ellos ha discutido una nueva forma de relacionar el Gobierno central con los departamentales, que tendrían más recursos y responsabilidades. ¿Podemos por lo menos conocer brevemente por dónde va esa línea de acción?

JL – Sí, se lo voy a decir en un ejemplo para que nos entendamos dado el poco tiempo que tenemos. Si tenemos que llevar adelante la construcción o la reparación de una escuela, un liceo, una policlínica o un hospital, y lo hacemos desde el Gobierno central estoy convencido de que vamos a gastar más [que si lo hiciera el Gobierno departamental] y mal. Si, por el contrario, trasladamos esas competencias de construcción y reparación a los Gobiernos departamentales estos van a poder licitar en la órbita de sus departamentos, con los recursos que les traspasemos y con el control de la gente. Estoy convencido de que de esa forma no va a haber una escuela o un liceo que no esté reparado a tiempo, ni una policlínica en malas condiciones. Creo que eso es eficacia, federalizar el país, descentralizarlo real y contundentemente. Aquello que el Gobierno nacional hace mal hacerlo a través de los Gobiernos departamentales, o incluso en las Alcaldías, con el control ciudadano, con las organizaciones no gubernamentales y las agencias de desarrollo regional que yo proyecto, dividiendo al país en un mapa de cinco regiones. Así seguramente vamos a estar en condiciones de poder tener eficacia, que hoy el país no tiene.

Lamentablemente el Ministerio de Transporte y Obras Públicas ha sido un desastre en todo lo que significan los planes de reparación vial, no se ha utilizado el proyecto de participación público-privada para la construcción y el desarrollo de obras de infraestructura, no se ha captado la inversión y el esfuerzo local para potenciar la inversión productiva.

Yo pienso en un presidente gobernando con dos consejos de ministros: uno que va a ser el establecido en la Constitución con los ministros que tenemos, y otro que va a ser una suerte de congreso de ministros paralelo que no vamos a necesitar institucionalizar ni darle norma legal ni infraestructura de ningún tipo, que va a ser con los intendentes municipales para poder llevar adelante respuestas concretas y contundentes para la gente.

EC – O sea, usted propone formalizar y acentuar estas reuniones que el presidente Mujica ha desarrollado con el Congreso de Intendentes a lo largo de este período.

JL – La reforma constitucional de 1996, el Congreso Nacional de Intendentes, la Comisión Nacional de Descentralización con la participación del Gobierno nacional y los departamentales, respetar el artículo 297 en cuanto a fuente de ingreso de los Gobiernos departamentales.

EC – ¿Con qué frecuencia se reuniría con el Congreso de Intendentes?

JL – Con la frecuencia y la periodicidad necesaria, de manera mensual, pero no para comer un asado, no para la foto o para tener Consejos de Ministros como los que tuvo el doctor Vázquez, en los que iba una parafernalia impresionante y después de que se iban no quedaba nada resuelto para el pueblo o el departamento en donde se hacía.

EC – Usted habla de cuando Vázquez hacía Consejos de Ministros en el interior.

JL – Eran totalmente para la tribuna.

EC – Usted propone otra cosa: por un lado, Consejo de Ministros, por otro, reuniones periódicas con el Congreso de Intendentes.

JL – Sesiones de trabajo con el Congreso de Intendentes.

EC – ¿Congreso de Intendentes más Consejo de Ministros?

JL – Con los ministros del ramo cuando, por ejemplo, haya un tema para tratar de vialidad nacional y departamental o tengamos problemas en materia de salud pública. Creo que esa es una forma de tener un diferencial sumamente importante. He sido el único candidato que ha propuesto esto, que lo vengo proponiendo desde siempre, no es un invento de ahora, afiliado a mi condición nacionalista y wilsonista.

EC – ¿Y desde el punto de vista de los recursos?, porque usted lo mencionó al pasar. Esta nueva definición del rol de los Gobiernos locales requiere también que puedan moverse con un presupuesto diferente.

JL – Si usted lo que gasta desde el Gobierno nacional lo traslada al departamental yo estoy seguro de que las obras van a ser mucho más eficaces.

EC – Pero además, ¿las intendencias tendrían otras fuentes de recursos?

JL – Es posible, se puede analizar, yo no estoy pensando en nuevos impuestos, sino en que cuando una obra se construye y se controla desde el Gobierno nacional, desde una oficina de Montevideo, que sale equis cantidad de dinero y termina siendo mucho más cara que si se hace desde el Gobierno departamental.

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