Presidente en funciones

En un tercer Gobierno del Frente Amplio, todo el equipo económico estaría bajo la conducción de Danilo Astori

Mientras el presidente José Mujica se encuentra en su gira presidencial por Estados Unidos, Danilo Astori está a cargo de la Presidencia de la República. El ex ministro de Economía y actual vicepresidente se encuentra ejerciendo esta función de manera interina en medio de campaña electoral en la que ya lo señalan como un actor principal en un eventual tercer Gobierno del Frente Amplio. En Perspectiva dialogó con él para conocer sus tareas como presidente en funciones, cómo vio la gira de Mujica, cuál será su desempeño en los próximos años, y también para saber cómo evalúa el caso Pluna y la deuda adquirida por Ancap. En la entrevista, Astori reafirmó su "disposición a colaborar con un nuevo Gobierno del FA" porque "está dispuesto a asumir la responsabilidad" que le indiquen. En caso de integrar el equipo económico, su idea es dirigir todas las áreas. En referencia a la campaña y el discurso de la oposición, el exministro aseguró que carecen de "un enfoque de proyecto nacional en la economía".

(emitido a las 8.46 hs.)

EMILIANO COTELO:
Mientras José Mujica se encuentra de gira por Estados Unidos, donde se reunió con el presidente Barack Obama, en Uruguay el presidente en funciones es el contador Danilo Astori.

Semanas atrás, Tabaré Vázquez confirmó que lo quería nuevamente en el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) en un eventual tercer Gobierno del Frente Amplio (FA). Poco después, el propio Astori confirmó que está dispuesto a asumir ese rol.

¿Por qué y para qué quiere Astori ser nuevamente ministro de Economía? ¿Qué espera de un tercer Gobierno del FA? ¿Qué papel están llamados a jugar él y su sector, el Frente Líber Seregni (FLS)?

De estos y otros temas vamos a conversar con el vicepresidente de la República, por estas horas presidente en funciones.

No vino con la banda presidencial puesta…

DANILO ASTORI:
No, no, no. Los presidentes en funciones no nos la colocamos, porque lo que nos corresponde es simplemente estar a cargo de la Presidencia en tanto se prolongue la ausencia del titular.

EC - ¿Cuántas veces le ha tocado?

DA - Muchas veces, perdí la cuenta. Pero siempre que se ha ausentado el presidente desde el 1.° de marzo de 2010, el vicepresidente, que es mi caso, tiene que asumir el ejercicio de la Presidencia. Realmente no recuerdo la cantidad de oportunidades en que me tocó abordar esta responsabilidad, pero han sido unas cuantas.

EC - Esos períodos han pasado de manera muy discreta. ¿Qué le toca hacer habitualmente al vicepresidente cuando asume como presidente? Algunos ejemplos.

DA - Discreta debe ser siempre, en mi modesta opinión, salvo que se presente alguna situación conflictiva que tenga exposición pública, por ejemplo. Hasta ahora no me ha tocado ninguna situación de ese tipo, lo cual es bueno, es positivo. En lo fundamental, la tarea que nos toca realizar a quienes tenemos que asumir el ejercicio de la Presidencia es ayudar a terminar burocráticamente –en el buen sentido de la palabra– las decisiones que se toman en la Presidencia de la República. Hay allí desde la firma de decretos reglamentarios de leyes, firmas de proyectos de ley presentados al Parlamento, recepción de cartas credenciales de embajadores, designaciones de ministros interinos en algunos casos…

EC - ¿En esta ocasión ya sabe lo que tiene entre manos? ¿Destaca algo en especial?

DA - Por ejemplo, la recepción de cartas credenciales. Seguramente el jueves vamos a recibir a cuatro embajadores de diversas partes del mundo, porque están allí desde un representante de Naciones Unidas hasta el embajador de Vietnam ante Uruguay. Ayer firmé la designación a nivel reglamentario del Poder Ejecutivo de quienes integran la Junta de Supervisión y Regulación del Consumo de Cannabis, de acuerdo con la ley oportunamente aprobada al respecto. Son ejemplos de estas últimas horas, y puede haber más decisiones para completar formalmente entre mañana y pasado. El presidente llega el viernes de regreso. Así que lo mejor es que la cosa transcurra tranquilamente, como debe suceder.

EC - En esta ocasión está de por medio la visita del presidente Mujica a Estados Unidos, su encuentro con Barack Obama, y no solamente esa como actividad en Washington, se está desarrollando una larga agenda. ¿Cómo siguió ayer desde acá el mano a mano entre Mujica y Obama?

DA - Con mucha expectativa. La expectativa nació y creció para todos nosotros desde que se supo que esta entrevista se concretaría. Yo viví otro encuentro presidencial con los Estados Unidos como ministro de Economía durante la presidencia del doctor Vázquez, sé la importancia que eso tiene.

EC - En aquella ocasión le correspondió estar allá.

DA - Me correspondió estar allá así como aquí en Uruguay cuando nos visitó el presidente de Estados Unidos. En esta ocasión esa expectativa, que nació cuando todos tuvimos la certeza de que se realizaría, es muy grande, porque para un país como Uruguay tener una entrevista con el presidente de la primera potencia mundial es absolutamente significativo para consolidar y a veces incluso hacer crecer la imagen de un país en el exterior. Lo cual para un país pequeño físicamente, pero con gran potencial y con aspiraciones de seguir dando saltos cualitativos hacia niveles más altos de desarrollo económico y social, es absolutamente fundamental.

EC - Pero los anuncios que se han conocido después de esa audiencia en el Salón Oval, ¿para usted ya tienen relevancia?

DA - Sin duda alguna tiene relevancia el planteo de los temas que se realizó ayer. Por supuesto, los resultados se verán con el tiempo. Incluso una de las materias planteadas, que para mí es fundamental, tiene períodos de maduración relativamente largos, como la formación educacional superior, que con acierto el presidente planteó ayer. La lucha contra el tabaco, que fue otro de los temas a los que les dio mucha importancia el presidente Mujica. La elección de los temas fundamentales es absolutamente compartible, los resultados los iremos viendo con el tiempo.

Dejo para el final un aspecto para mí crucial –quizás esté aquí jugando la deformación profesional–: todos los temas comerciales que se trataron, no en el día de ayer entre los presidentes, sino con la delegación de avanzada de Uruguay integrada entre otros por tres ministros (el ministro de Economía, el ministro de Industria, Energía y Minería y el ministro de Relaciones Exteriores, que está allí desde hace tres días por lo menos), en el marco del llamado Tratado Marco de Inversiones y Comercio (TIFA, por su sigla en inglés) son absolutamente fundamentales. Uruguay tiene una política comercial con el mundo en su conjunto que ha dado muy buenos resultados. Es increíble que un país como el nuestro esté vendiendo bienes y servicios en 140 países del mundo, lo que se logró en un lapso relativamente corto, en la última década.

Ese TIFA que Uruguay logró con Estados Unidos –que Estados Unidos tiene con muchos países del mundo– no es precisamente un tratado con el que se obtengan resultados comerciales importantes. Y Uruguay los ha conseguido, lo ha conseguido con arándanos, con cítricos, con carne ovina sin hueso, tres productos muy importantes, y ahora estamos yendo por la carne ovina con hueso.

EC - Para usted en particular, el TIFA, que se terminó firmando durante el Gobierno de Tabaré Vázquez, fue un "premio consuelo". Usted había apostado muy fuerte a otro tipo de acuerdo, había sido uno de los impulsores del tratado de libre comercio (TLC) con Estados Unidos, que no terminó saliendo, pese a que había disposición del otro lado, básicamente por resistencias de los socios de Uruguay en el Mercosur y por resistencias dentro del FA, dentro del partido de Gobierno.

DA - Exactamente. Y falta una tercera resistencia: la del Gobierno de los Estados Unidos. No había condiciones en aquel momento para seguir adelante.

EC - Inicialmente hubo buena disposición de la administración Bush.

DA - Pero como "manotón de ahogado", el presidente Bush en aquel momento tenía una fuerte oposición, sobre todo en este tema, del Partido Demócrata en el Congreso. El Partido Demócrata tiene un talante bastante proteccionista, mucho más que el Partido Republicano, que se supone está a la derecha del Partido Demócrata. El Partido Demócrata dificultaba muchísimo las posibilidades de ingresar a recorrer este camino. Y creo que al final como "manotón de ahogado", Estados Unidos le ofreció a Uruguay un formato que no convenció en absoluto, el que entonces se llamó "formato peruano" de TLC.

Más que premio consuelo, diría que el TIFA fue la mejor manera de salir en este tema. Y ahora que conozco los resultados… porque todos entramos en aquel camino con dudas de si realmente el TIFA serviría, más que para reunirse y conversar, para lograr apertura. ¡Y la logramos!

EC - ¿Cuál era el problema del formato peruano de TLC?

DA - No tenía en cuenta aspectos importantes que para Uruguay hubiera sido interesante tener en cuenta, sobre todo dada la experiencia que hemos tenido en los últimos años, en el terreno de los servicios. Los servicios en Uruguay han venido exhibiendo un desarrollo absolutamente espectacular, han crecido mucho más que los bienes en materia de exportaciones. Esto ocurre tanto con los tradicionales como con los llamados globales, que son los más modernos, los que suponen más conocimiento. Cuando digo tradicionales me refiero sobre todo a dos categorías, turismo y logística, y cuando digo globales me refiero a tecnología de la información, servicios de investigación, servicios profesionales. Ese tema no estaba bien abordado, al menos no como Uruguay lo tiene abordado por ejemplo con México. Uruguay tiene un excelente TLC con México, es el único que tenemos bilateral.

EC - ¿Hubiese sido perjudicial para Uruguay un TLC como el que llegó a ofrecer Estados Unidos?

DA - No al nivel que Uruguay aspiraba a tener para experimentar resultados positivos. Porque tampoco se trata de hacer TLC sin saber cuál va a ser el resultado positivo que se obtiene; eso hay que medirlo, valorarlo, y Uruguay en ese momento lo hizo. Creo que se tomó una buena decisión, a pesar de que personalmente estaba a favor de lograr un tratado con Estados Unidos. El camino que surgió fue el mejor, no hemos tenido problemas, hasta ahora al menos, de ningún tipo, y hemos logrado acceso a mercados importantes.

La tarea que realizaron los embajadores de Estados Unidos que hemos tenido en los últimos años, tanto Baxter como la embajadora Reynoso, ha sido excelente desde este punto de vista, han empujado siempre positivamente. Es momento de reconocerlo.

Volviendo atrás para hacer un pequeño cierre: creo que como parte de este viaje los resultados comerciales son muy buenos, porque se sigue avanzando en este camino, y para Uruguay es absolutamente fundamental tener una inserción comercial mejor en Estados Unidos. No hay que olvidar algo que también tenemos con Estados Unidos, que en parte contempla el vacío que señalé del formato Perú, los servicios, que es el Tratado de Protección y Promoción de Inversiones que firmó el presidente Vázquez, en aquella reunión de Mar del Plata, con el presidente Bush. Ese Tratado de Protección y Promoción de Inversiones también contempla la situación de los servicios.

EC - Un tratado que se había negociado en la administración Batlle…

DA - Exactamente.

EC - … que le llegó para terminar al Gobierno Vázquez.

DA - Con un excelente trabajo de nuestro Servicio Diplomático; recuerdo que allí tuvo una muy buena participación el embajador Gianelli, por ejemplo. Es un tratado muy moderno, porque, a diferencia de otros tratados de protección y promoción de inversiones que tenemos con otros países –Uruguay ha firmado unos cuantos tratados de este tipo, es una herramienta fundamental para un país que pretende mejorar su inserción internacional–, contempla ese ámbito fundamental de la economía. Por eso no hay que echar en saco roto tampoco la compañía que este Tratado de Protección y Promoción de Inversiones le hace al TIFA, las dos cosas importan. En el mundo de hoy inversiones y comercio son dos caras de una misma moneda, un desarrollo comercial conduce a la apertura de oportunidades de inversión y la realización de inversiones abre oportunidades comerciales. Y esto es absolutamente importante para un país como Uruguay.

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EC - Enseguida retomamos la entrevista con el contador Danilo Astori, presidente de la República en funciones, ya para hablar de asuntos directamente de Uruguay y de estos días.

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EC - Cuando hablábamos de los asuntos que trata un vicepresidente en estos períodos de interinato usted señalaba que por ahora en las distintas experiencias por las que ha pasado no le ha tocado tener que enfrentar una situación delicada, grave. De todos modos, justo mientras estaba asumiendo se conocieron los números de balance del año pasado de Ancap, los difundió el diario El País: 150 millones de dólares de pérdida, la pérdida más abultada de la historia. ¿Ha tenido tiempo de involucrarse en ese asunto?

DA - No con detalle. Es un tema que merece ser analizado, ya he visto a diferentes actores de la realidad nacional en el ámbito político interesarse por este asunto. Creo que está bien, estamos hablando de una empresa muy importante para Uruguay y de una cifra muy importante también, vale la pena analizarlo. Yo quiero pedir disculpas, no por evitar el análisis hoy aquí, sino sinceramente porque para analizarlo con seriedad es absolutamente imprescindible estudiar primero la composición de los factores que llevaron a este resultado.

Creo que explicarlo solamente por la simple variación de precios puede conducir a conclusiones erróneas. No lo estoy afirmando, pero habría que hacer un análisis de la composición de ese resultado –más que del nivel, de la composición– para tener una idea más rigurosa de cuál es la explicación.

EC - ¿Se va a dedicar al tema en estos días? ¿Le va a dar el tiempo para eso?

DA - Creo que todos los uruguayos, sobre todo los que estamos en el terreno político, tenemos que tener en cuenta en todo lo posible los factores.

EC - ¿Se va a comunicar con las autoridades de Ancap?

DA - Personalmente no creo que tenga que hacerlo para pedir información, porque esta información seguramente nos va a llegar a todos. Además estoy seguro de que a su regreso el ministro Kreimerman -quien ya hizo un primer análisis muy general desde Washington- va a suministrar más elementos de juicio en el Consejo de Ministros. En ese consejo yo estoy presente y empezaré a mejorar mi conocimiento de este tema.

EC - El mes pasado, durante una entrevista en el programa Código País, de Canal 12, Tabaré Vázquez dijo que deseaba fervientemente que usted volviera a ser el ministro de Economía y Finanzas si él accediera nuevamente a la Presidencia de la República. Pocas horas después, usted se manifestó "dispuesto" a aceptar el cargo en esas condiciones. ¿Ese era el lugar en el que pensaba para un nuevo Gobierno de Vázquez, o tenía otras intenciones?

DA - Lo señalé. Como el propio Tabaré Vázquez dijo en el programa referido, jamás hablamos sobre cargos en las conversaciones que hemos tenido hasta ahora sobre política, que han sido unas cuantas y han sido muy prolongadas, muy ricas. Nunca nos referimos al lugar que podría ocupar yo en un Gobierno de Vázquez.

EC - ¿No se la veía venir?

DA - Vázquez sabe perfectamente que, primero, estoy absolutamente dispuesto a colaborar con un nuevo Gobierno del FA, y sabe también que estoy dispuesto a asumir la responsabilidad que se me indique. Pero no lo habíamos hablado antes.

Ahora, si veía esto como una posibilidad, la respuesta es afirmativa, totalmente afirmativa. Es más, ya tengo una experiencia como ministro de Economía de Vázquez en la que me parece que nos fue muy bien, tuvimos un balance positivo en los resultados. Entonces era una posibilidad. Ahora, lo que digo hoy, en la actualidad, en el año 2014, es que si el presidente Vázquez, de resultar elegido, entiende que esa es mi responsabilidad, estoy absolutamente dispuesto a asumirla nuevamente.

EC - ¿Para qué? ¿Con qué objetivo?

DA - Para seguir dando un salto de calidad en el proceso de desarrollo del país, de lo cual estoy absolutamente convencido. Estoy convencido de que es una posibilidad cierta, absolutamente alcanzable. Una posibilidad que se fundamenta en lo hecho en estos nueve años largos de Gobierno del FA y se proyecta hacia el futuro realizando nuevas transformaciones que son muy importantes, que podemos agrupar en tres grandes capítulos.

Teniendo un Gobierno que además de abordar esas transformaciones arriesgando como debe arriesgar un Gobierno –muchas veces he dicho que el principal riesgo de un Gobierno no es equivocarse, es hacer la plancha y dejarse llevar por la corriente–, además de seguir transformando desde el punto de vista de la gestión, además de apoyarse en una institucionalidad muy fuerte, cada vez más sólida, ojalá sea un Gobierno ordenado, con un rumbo que creo que existe. El FA ha logrado darle una orientación de base a la política económica, ha logrado encararla como un proyecto nacional.

No veo ese enfoque en la oposición, la oposición no tiene un enfoque de proyecto nacional en la economía. Se está viendo claramente en esta campaña, en esta campaña no se habla de economía, no hay análisis económico. Porque decir "voy a quitar el impuesto a la renta personal" no es hablar de economía, es una afirmación completamente irresponsable de quien la hace. Decir que se va a prestar atención a los problemas inflacionarios del país no es hablar de economía, yo no he escuchado una sola explicación acerca de por qué el país tiene presiones inflacionarias. No he escuchado hablar de política monetaria, no he escuchado hablar de la situación financiera de Uruguay. He escuchado propuestas que nos dicen "para disminuir la inflación hay que disminuir el gasto", sin un mínimo análisis de la posible relación que hay entre inflación y gasto.

No hay un enfoque global de la política económica del país, no se discute de economía. Me preocupa muchísimo eso, y por eso creo, entre otras cosas, que tenemos que lograr un nuevo Gobierno del FA, para que el país mantenga un enfoque global de la política económica que le dé sentido a cada herramienta que forma parte de ella.

EC - Usted decía que está muy satisfecho con los resultados de la conducción económica, en particular en el Gobierno de Vázquez, en el que usted estuvo al frente del ministerio, pero en general de las políticas económicas seguidas en estos dos períodos. De todos modos, ahora que esas políticas se conocen, hay algunos puntos que dan para el debate o hasta para la queja. Por ejemplo, plantea un oyente: "A Astori se le fue la mano con el IRPF (impuesto a la renta de las personas físicas), cada vez pagan más personas y más dinero. Lo sufre la clase media. Son votos que va a perder el Frente". ¿Cómo maneja ese punto, pensando en la campaña electoral y en el intento de llegar otra vez al Gobierno?

DA - En primer lugar, y empiezo por la historia: no fue así en la última elección. En la última elección el nuevo sistema tributario –no el IRPF– no tuvo una consecuencia electoral negativa para el país. Y estoy seguro de que no la va a tener en las próximas elecciones.

Aquí tenemos un muy buen ejemplo de la pobreza de la discusión que plantea la oposición en esta materia. Porque no se puede hablar en Uruguay, desde 2007 en adelante, de un impuesto, aunque sea el IRPF, que ha jugado un papel importante en el país. Hay que hablar de sistema tributario. Porque si bien el sistema tributario está compuesto por diferentes tributos, tiene objetivos.

El primer objetivo de un sistema tributario como el que puso en práctica el FA, con una perspectiva de izquierda en el país, es la justicia, la equidad. Esto es, definir la carga tributaria en función de la capacidad contributiva.

El segundo objetivo, la eficiencia. Llegamos al ministerio con 26 o 27 impuestos nacionales, ¡una locura!, y prueba de que en el pasado nunca se encaró el tema tributario como sistema. Ante determinadas situaciones se respondía poniendo impuestos y no razonando, ni siquiera definiendo que el sistema tributario en primer lugar es eso, es un sistema. Por eso no creamos el IRPF, suprimimos 15 tributos nacionales de los 26 o 27 que existían.

Y el tercer objetivo, el estímulo a la inversión. Con el estímulo a la inversión hemos tenido resultados espectaculares. Uruguay duplicó su tasa de inversión, estamos en 24 puntos del producto de inversión, cuando pasamos décadas en este país con 10, 12%. O sea que este objetivo también se cumplió.

Quiero decir algo importante sobre la carga tributaria. Primero que, manejando el sistema tributario como sistema, nuestro gran objetivo es seguir aliviando la carga tributaria de los uruguayos, especialmente para aquellos que menos capacidad tienen: los trabajadores, las micro, pequeñas y medianas empresas, la gente que necesita que su carga tributaria vaya disminuyendo. Manejando el sistema como sistema nos hemos trazado ese objetivo, porque el primer criterio de diseño del sistema es la equidad, y la equidad no es un concepto absoluto, que no requiera modificaciones en el futuro. El mínimo no imponible ya fue elevado más de una vez en estos años, y eso es coherente con el sistema. Y el número y la calidad de las deducciones que se pueden hacer para calcular el IRPF han aumentado, se han incrementado, se ha progresado en calidad, y sobre todo los sectores más modestos tienen hoy más fundamentos para el descuento de esas contribuciones.

Entonces, hay que plantear la discusión en términos de sistema. Segundo, a la inquietud que se formula en la pregunta –absolutamente válida–, respondo: el objetivo de la evolución del sistema en los próximos años es disminuir la carga tributaria relativa. Ojo, la carga tributaria no es solo el IRPF, ahora estamos poniendo en práctica y lo van a empezar a sentir el 1.° de agosto una disminución del impuesto al valor agregado (IVA), que castiga relativamente más a los que menos ganan.

EC - Esa disminución se va a realizar siempre que las compras se efectúen con tarjetas de crédito o de débito.

DA - En algunos casos sin tarjeta, pero con tarjeta es mucho más importante.

EC - En la oposición le cuestionan al Gobierno del FA ese procedimiento, dicen que no es lo que se había prometido en la campaña electoral.

DA - Esa es otra prueba de la inexistencia de debate económico. Porque la propuesta que hacemos ahora y que se aprobó en el Parlamento es mucho mejor que la original. La original era disminuir la tasa básica del IVA en dos puntos para todos los uruguayos. Ahora no solo la disminuimos en cuatro puntos, no en dos, en ciertas situaciones, no solo la eliminamos por completo (100% del IVA) en las situaciones más conflictivas de la pobreza más dura en combinación con las tarjetas que emite y que ha distribuido el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), sino que hemos asociado esta propuesta con lo que llamamos inclusión financiera, sobre la cual no hay una discusión rigurosa en el país.

La inclusión financiera significa dos cosas en este caso. Por un lado, dar acceso a los sectores más alejados de una cuenta de ahorro, de un crédito (las micro, pequeñas y medianas empresas, los trabajadores), que durante tiempo no solo no han tenido ninguna posibilidad de acceder aunque sea una modesta cuenta de ahorro y al mismo tiempo una modesta capacidad de contraer un crédito, sino que no han recibido los beneficios tributarios, porque estos han sido absorbidos por ejemplo por intermediarios. Se disminuyó el IVA, como ocurrió durante el Gobierno del doctor Tabaré Vázquez, y el efecto se notó poco porque esa disminución fue absorbida por el poder de la intermediación. Ahora, con la formalización que imponen las tarjetas de crédito y de débito, el beneficio va a ir entero para el beneficiado, para aquel a quien queremos ayudar. Eso se va a percibir claramente a partir del 1.° de agosto.

EC - Enseguida vamos a otro tema que tiene que ver con los debates de la campaña.

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EC - Los equipos económicos que usted encabezó en los dos Gobiernos del FA resultaron muy solventes en general, en particular en el manejo de la macroeconomía. De algún modo construyeron una imagen de gente eficiente y capacitada para la gestión de asuntos delicados del funcionamiento del Estado. Sin embargo tuvieron un traspié importante en todo lo relacionado con Pluna.

Usted, cuando era ministro, fue quien impulsó y firmó la asociación del Estado con Leadgate y Matías Campiani, que terminó en un fracaso, y Fernando Lorenzo, como ministro ahora en el Gobierno Mujica, tuvo a su cargo el proceso de cierre y liquidación de Pluna SA, que tampoco salió bien: la ley luego fue declarada inconstitucional, la subasta de los aviones terminó en un fiasco y el aval otorgado a Cosmo de manera irregular se convirtió en todo un problema. Al punto de que el propio Lorenzo y el entonces presidente del Banco República (BROU), Fernando Calloia, terminaron procesados. ¿Cómo afectan estos errores las credenciales de Astori y sus colaboradores en materia económica?

DA - En primer lugar, los temas señalados son importantes y no tenemos que esquivar su relevancia. Lamentablemente la experiencia que impulsamos fracasó, sin duda, fracasó, hay que reconocerlo. Teníamos muy poco margen de maniobra para intentar un camino distinto. Creo que lo importante en este caso es asumir los malos resultados de la experiencia, no negarlos, asumir nuestras responsabilidades, cosa que hemos hecho. Y cosa que no ha sido frecuente en el país en el pasado, porque hemos tenido catástrofes en el sistema financiero, en el sistema bancario, con repercusiones muy importantes sobre la economía nacional y yo no vi a nadie que dijera "me equivoqué, cometí un error", nunca escuché a nadie que asumiera una responsabilidad. Por eso me siento bien habiendo asumido esa responsabilidad.

EC - Usted dijo en su momento "me equivoqué" a raíz del acuerdo de asociación del Estado con Leadgate y Matías Campiani…

DA - Exactamente.

EC - … ¿y también dice "nos equivocamos" a propósito de todo el proceso de cierre y liquidación de Pluna SA?

DA - En ese proceso también cometimos sin duda equivocaciones y errores, y algunas de las personas nombradas en la pregunta inicial sobre este tema lo hicieron en particular. Yo he escuchado a Fernando Lorenzo decir "nos equivocamos y asumimos la responsabilidad". Si partimos de esa base creo que podemos tener la tranquilidad de espíritu que buscamos. El mejor camino posible, a nuestro entender, para el país no terminó exitosamente, como es notorio, y nuestra primera obligación es aprender de los errores que se cometen.

EC - Curiosamente, en la campaña del FLS en medios de comunicación ustedes reivindican a Fernando Lorenzo. Se lo hace en un spot en el que habla usted mismo, es un fragmento de un discurso suyo en un acto del FLS, y la pieza muestra simultáneamente la imagen de Lorenzo ubicado entre el público. ¿Cómo se entiende esto?

DA - En ese momento del discurso estábamos desarrollando un concepto que mencioné hace unos minutos, que gobernar es arriesgar. Para Lorenzo, por ejemplo, para el propio Fernando Calloia, gran presidente del BROU, responsable fundamental de haber llevado un banco que estaba en ruinas a los niveles más espectaculares de resultados y desarrollo que recuerdo en la historia del país. Arriesgaron. En ese momento del discurso yo estaba desarrollando que gobernar es arriesgar, que fue lo que hicimos todos. Y estoy totalmente de acuerdo en que se haya seleccionado esto como una pieza comunicacional.

EC - Cuando se arriesga y se falla, ¿no corresponde la renuncia? Ese es un planteo que la oposición ha hecho en infinidad de ocasiones a raíz del caso Pluna SA.

DA - En definitiva Lorenzo lo hizo.

EC - Pero lo hizo luego de que se viniera el procesamiento resuelto por la justicia.

DA - Luego de observar la cadena de efectos que se habían generado. Pero dejemos de lado la renuncia, creo que es mucho más importante reconocer cuando uno ha creído que lo que hacía conducía a un resultado positivo para el país y ese resultado no se produjo.

EC - ¿No habría correspondido la renuncia?

DA - ¿De quién?

EC - Por ejemplo de Lorenzo.

DA - Repito, Lorenzo renunció al ver cómo se desarrollaban los acontecimientos, y lo hizo en un gesto que lo enaltece, porque se puso a la altura de un ciudadano común y corriente, que no tiene ningún fuero especial para defenderse ante la justicia. Y no solo lo hizo, sino que demostró que es, además de un profesional muy solvente, un ser humano excepcional.

EC - Si usted es nuevamente ministro de Economía, supongamos que gana Tabaré Vázquez y lo designa como anunció, ¿le va a asignar responsabilidades nuevas a Fernando Lorenzo en el equipo económico?

DA - ¡Ojalá pudiera! Y digo "ojalá pudiera" porque no he hablado con él, pero es un profesional con el que cualquier ministro quisiera contar en cualquier área vinculada con la economía. Hoy inicié un pensamiento que no pude completar ante la pregunta "¿por qué quiere ser ministro de Economía?". Mencioné un salto cualitativo, pero no mencioné cuáles son las tres grandes áreas de ese salto cualitativo.

Empiezo por la más tangible, la más material: una gran transformación de la capacidad física del país. En castellano simple, infraestructura. En segundo lugar, un gran desarrollo de la capacidad humana del país. Algún oyente podrá decir que esas no son tareas de un ministro de Economía, y yo contesto que el ministro de Economía tiene la responsabilidad de hacer que una y otra sean posibles nada menos que mediante la utilización de los recursos disponibles. Y la tercera es el manejo macroeconómico estable y equilibrado que ha tenido el país hasta ahora y que tiene que seguir teniendo.

Para una tarea de ese tipo, Lorenzo es un profesional espectacular, es uno de los mejores por lejos que tiene el país. También lo es Mario Bergara, que jugó papeles importantísimos en la economía uruguaya como viceministro de Economía, como presidente del Banco Central, ahora nuevamente como ministro de Economía, antes en ámbitos de la regulación de la economía, como la Ursec, con una acumulación de experiencia muy grande.

Yo no estoy convocando a nadie ni entrometiéndome en asuntos que no me incumben, pero ¿quiénes son los equipos económicos de los otros partidos? ¿Quiénes los integran? El FA ya se sabe, en caso de ganar, cómo va a conformar su equipo económico. ¿Cómo se van a conformar los equipos económicos de la oposición? Me gustaría saberlo, porque esta es una prueba, además, de la pobreza del debate económico.

EC - Tal vez a propósito de ese equipo económico que usted de algún modo está delineando en esta respuesta y que empezó a develar Tabaré Vázquez cuando dijo que usted sería el ministro, todavía se le puedan hacer algunas preguntas más o se requerirle algo más de información sobre cómo sería. Concretamente, trascendió que en sus conversaciones con Vázquez usted puso como condición que todo el equipo económico esté bajo su conducción, incluso por ejemplo la DGI (Dirección General Impositiva), el BROU, la OPP (Oficina de Planeamiento y Presupuesto). ¿Es correcto eso?

DA - Dos comentarios. Primero, es absolutamente incorrecto, yo no hablé de estos temas con Vázquez nunca.

EC - De todos modos, ¿esa es su idea?

DA - Voy al segundo comentario, que ya se está intuyendo: por supuesto que es mi idea. Y no es una novedad en absoluto, porque yo ya tuve una experiencia con el doctor Tabaré Vázquez como presidente y él me dio vía absolutamente libre para la designación de todo el equipo, incluso de responsabilidades como las manejadas en la pregunta. Él está convencido de que tiene que ser así, no es que yo se lo plantee.

EC - Se lo pregunto a raíz de todo lo que se discutió en este período de Gobierno a propósito de la aparente o real existencia de dos equipos económicos, uno de los cuales giraba en torno a la OPP.

DA - Creo que eso nunca ocurrió, a pesar de nuestras discrepancias, que se produjeron en diferentes instancias del desarrollo de este período. Tuvimos discrepancias, por ejemplo, por temas impositivos, como se recordará, pero me parece que las cosas nunca dieron como para hablar de dos equipos económicos. Lo digo con toda sinceridad, nunca sentí que estaba en cuestionamiento, más allá de discursos, de exposiciones públicas, que sí las hubo, que estuviera en los hechos en cuestionamiento la orientación económica. ¿Sabe por qué nunca lo sentí? Porque el presidente de la República nunca lo planteó, jamás.

EC - Si efectivamente usted es el nuevo ministro de Economía, va a designar también al director de la OPP. ¿Quién sería el director de la OPP? Se ha manejado el nombre del contador Álvaro García, que fue ministro al final del período Vázquez, un hombre de confianza de Vázquez. ¿Puede ser? ¿Es un hombre también de su confianza?

DA - Y además Álvaro García fue ministro de Economía, fue el ministro que actuó después de nuestra renuncia, conoce muy bien la labor de la OPP. Pero tengo que pedir disculpas, no puedo seguir ingresando en este terreno sin siquiera haber hablado con Vázquez sobre mi función al frente del MEF eventualmente en un próximo Gobierno. No puedo hacerlo…

EC - ¿Y el directorio del BROU?

DA - … pero no quiero eludir una respuesta acerca de Álvaro García: es un profesional de toda mi confianza, es excelente, tiene experiencia en temas de Gobierno en el país. Esa fue una pregunta concreta y esta es una respuesta concreta, pero no estoy adelantando que vaya ya a conformar el equipo económico, entre otras cosas porque no puedo ingresar en ese terreno ahora.

EC - En el caso del BROU, ¿cuál sería la idea? ¿Que continúe esta representación del FA que asumió el mes pasado luego de la renuncia de Calloia?

DA - Dos comentarios. Primero, la total e integral confianza que tengo en el actual directorio del BROU, y en particular su presidente; como él mismo dijo en esta mesa, no somos compañeros, no somos amigos: somos hermanos. Es el nivel en el cual considero a Porteiro, y entiendo que seguramente va a hacer una labor muy importante junto con las directoras que lo acompañan, que son personas de mucha experiencia en el banco.

EC - Silvia Naveiro, Adriana Rodríguez.

DA - Exactamente.

EC - Esos nombres fueron fruto de una transacción con Mujica, según trascendió. Esa mayoría oficialista en el directorio del BROU es distinta de la que usted impulsó cuando fue ministro de Economía, aquella estaba formada por nombres de su directa confianza y esta es una representación del Gobierno más compartida con el MPP o con el Espacio 609. ¿Para usted igual es una mayoría oficialista que podría continuar?

DA - Asigno y deposito toda mi confianza como ciudadano en el actual directorio del BROU. Realmente no hubo una transacción con Mujica, Mujica se apresuró a decirme –lo aprecio una vez más– que propusiera el presidente del BROU, que es el cargo más importante. En el directorio pasado yo no había propuesto a todos, había propuesto al presidente y al vicepresidente. Y en este caso fue prácticamente lo mismo. Por eso digo que nunca sentí que Mujica hiciera un cuestionamiento importante a la conducción económica. Por eso nunca estuve de acuerdo en lo de los Gobiernos paralelos en economía. Sí hemos tenido debates, pero el rumbo fundamental se mantuvo.

El segundo comentario es que pido nuevamente disculpas, no puedo ingresar en anuncios sobre cómo se va a integrar el directorio del BROU, porque no estoy en condiciones de hacerlo. Eso vendrá después de una conversación con Vázquez sobre estos temas.

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Transcripción: María Lila Ltaif