Pablo Ferreri: Los nuevos ajustes del IRPF "serán un alivio importante para los trabajadores uruguayos"
La política económica es uno de los temas más debatidos en la campaña electoral. El Frente Amplio ya ha hecho varios anuncios en el tema destinados principalmente a la clase media. Para ahondar en esta materia, En Perspectiva entrevistó al contador Pablo Ferreri. Según el exdirector de rentas, la nueva deducción de IRPF estará "destinada a premiar el esfuerzo, como es la deducción de las cargas sociales o de los aportes patronales en el caso del servicio doméstico". También manifestó su desacuerdo con la eliminación del IASS: "es un impuesto que tiene una carga de solidaridad importante". En cuanto al cuestionamiento de por qué no implementaron estos beneficios antes, Ferreri respondió: "hay cosas que hoy podemos plantear porque hemos generado bases sustentables para poder hacerlo (...) probablemente hace cinco o 10 años eran absolutamente imposibles".
(emitido a las 8.50 hs.)
EMILIANO COTELO:
El 20 de agosto Pablo Ferreri renunció a su cargo como director general de Rentas. Lo hizo, según dijo, para concentrarse en "dejar todo en la cancha" para asegurar un tercer Gobierno del Frente Amplio (FA).
Dio este paso en un momento muy especial, cuando el oficialismo está procesando un "quiebre" en su campaña, apuntando con su mensaje, en buena medida, a un sector en particular: la clase media.
Para conversar sobre esta nueva estrategia, pero también sobre su presente y futuro en lo personal, recibimos al contador Pablo Ferreri.
Usted es un nombre relativamente nuevo entre los dirigentes del FA. Muchos, incluso dentro de la propia izquierda, recién lo conocieron en marzo de 2010, cuando asumió como director general de Rentas, en el comienzo del Gobierno del presidente Mujica. En ese momento usted tenía 34 años. ¿Qué había hecho hasta entonces?
PABLO FERRERI:
Básicamente me había desempeñado en el sector privado. Yo tenía un estudio que hacía consultorías tributarias y contables, por lo tanto tenía una experiencia en el sector privado, del otro lado del mostrador. Lo cual creo que fue de suma utilidad a la hora de dirigir la administración tributaria, porque me parece importante tener la visión de los dos lados del mostrador para entender bien los problemas y sobre todo para entender el razonamiento de la contraparte. Hoy día podría decir que el ciclo está completo en materia tributaria, habiendo visto las dos experiencias.
EC - ¿Y en lo político qué había hecho?
PF - En lo político, yo soy militante del Nuevo Espacio (NE), que integra el Frente Líber Seregni (FLS). Por lo tanto he realizado toda mi militancia en el FA en este sector, acompañando a Danilo Astori, a Rafael Michelini. Básicamente esa fue mi trayectoria personal hasta el momento de la DGI y ha continuado en esa línea.
EC - El mes pasado usted renunció al cargo de director general de Rentas para dedicarse de lleno a la campaña electoral. No era algo obvio, quizás no era de las renuncias esperadas debido a la campaña. ¿Por qué dio ese paso?
PF - Fundamentalmente porque entiendo que estamos a las puertas de una instancia definitiva, decisoria, como son las próximas elecciones, en las que por suerte los uruguayos vamos a resolver el futuro del país de la mejor manera posible: votando y en democracia. Y creo que si bien hay una oferta electoral más amplia, en definitiva la propuesta política se resuelve entre dos modelos de país. Esa es mi humilde opinión, hay un plebiscito sobre dos modelos de país, muy válido cada uno de ellos. El modelo de país que yo quiero está reflejado en la propuesta programática del FA, en la fórmula Tabaré-Sendic, y entiendo que corresponde dejar todo en la cancha por ese Uruguay que uno quiere.
EC - Sí, pero otros directores de otras carteras no renunciaron para hacer campaña. Hay subsecretarios, directores generales de secretaría que siguen en sus puestos. ¿Por qué usted, director general de Rentas, dejó esa responsabilidad? ¿Piensa construir un espacio político propio? ¿Va a ser candidato al Parlamento?
PF - Esta decisión fue menos teorizada y menos pensada que eso. Yo sentí la necesidad de dejar todo en la cancha. Después si podemos seguir teniendo actividad en un cargo ejecutivo o parlamentario, siempre dentro del FLS, del NE –no hay ninguna construcción personal, entiendo que la política es una construcción colectiva–, eso vendrá después. Pero me parece que en esta recta de 50 días que faltan, lo fundamental es pelear por el Uruguay que uno quiere, que en este caso se expresa por uno de los dos modelos que van a competir electoralmente.
EC - Mientras hace campaña por su sector, el FLS, además integra el equipo de asesores directos de Tabaré Vázquez. Esa no es una designación menor, ese núcleo es bastante chico, y en economía más reducido todavía. Si el FA vuelve a ganar, ¿se imagina a sí mismo ocupando otro cargo de tipo ejecutivo?
PF - Por mi perfil personal prefiero toda la vida ocupar un cargo ejecutivo, me gusta la adrenalina que dan los cargos ejecutivos, me gusta el servicio público en ese tipo de lugares. Por lo tanto mi predisposición a hacerlo es absolutamente clara, pero quien definirá esto será Tabaré Vázquez cuando sea presidente de la República.
EC - ¿Es sencillo dejar un cargo como el de director general de Rentas? El oyente puede preguntarse: ¿de qué vive ahora Ferreri? ¿El FA o su sector le pagan un sueldo? ¿Cómo es eso?
PF - No, uno siempre ha sido muy prudente en sus cuentas personales, previendo siempre la posibilidad de hacer algo de esto uno va generando sus ahorros. En mi casa me quisieron matar, por supuesto, mi esposa trabaja también y colabora de manera exactamente simétrica con los ingresos de la casa, pero además todos quienes dejan un cargo público tienen un subsidio por un período de tiempo. Por lo tanto entre todas esas cosas complemento mis ingresos personales, que me hacen tener por lo menos unos meses de cierta tranquilidad para poder dedicarme de lleno en este caso a la campaña electoral. Después veremos qué depara el futuro.
EC - El cargo de titular de la DGI no tiene un glamur muy especial. Para muchos usted es el "malo de la película" directamente. Entonces, ¿cómo hace ahora cuando tiene que realizar discursos de campaña para basarse en ese antecedente?
PF - A la primera que le pedí permiso para ocupar este cargo de director de Rentas fue a mi madre –de manera jocosa, por supuesto–, le decía que ella iba a ser mucho más recordada que yo.
Pero en realidad la ciudadanía valora de manera tremendamente positiva no el trabajo personal, el trabajo que hace la administración tributaria. Nosotros medíamos permanentemente la opinión pública, los niveles de aceptación que generaba la DGI, y teníamos niveles de aceptación en el entorno del 85% de la población. Y esto porque si bien es una tarea no simpática –el cobro de impuestos fue algo bastante poco glamoroso desde el inicio de los tiempos–, se valora cuando el servicio es de calidad, cuando se presta de manera eficiente, cuando se notan resultados concretos y además cuando la normativa se aplica de manera pareja para todos y no hay implicancias políticas o empresariales o cuestiones de amiguismos. Eso ha sido bastante claro.
También tuvo que ver en mi decisión, además de una cuestión personal de tomar una opción política, cuidar esa imagen de la administración, esa institucionalidad que tiene, por suerte, bien firmemente asegurada el Estado uruguayo, y en particular la DGI. Me parecía que si yo continuaba teniendo actividad política podía llegar a empañar esa imagen de neutralidad que tiene la administración tributaria, que es un bien de la sociedad que hay que cuidar.
EC - Veámoslo de otra manera: ¿cómo utiliza su gestión en la DGI para llamar a votar por un nuevo Gobierno del FA?
PF - La política fiscal tiene un componente de gasto y un componente de ingresos. Yo pude ver como jerarca público todo lo que tenía que ver con los ingresos, colaborando en el diseño, asesorando al Ministerio de Economía y fundamentalmente ejecutando el sistema tributario, administrándolo. En algunos casos desfilaron por mi escritorio decenas o centenas de evasores, pero también desfilaron centenas de contribuyentes honestos que hacían mucho esfuerzo por pagar sus impuestos. Eso ayuda enormemente a comprender el esfuerzo que en general hacen los uruguayos para pagar sus impuestos.
Y también lo hace a uno pensar, lo remueve en cuanto a la totalidad de la política fiscal, a cómo podemos hacer para cobrar mejor los impuestos, generar los menos traumas posibles, ser más eficientes para que esto sea más fácil de realizar. Pero también uno toma conciencia de la importancia de la eficacia y de la eficiencia en el lado del gasto público, es decir la calidad de los bienes y servicios que el Estado le brinda a la ciudadanía como contrapartida de los impuestos que paga.
EC - En ese sentido usted ha hecho algún planteo muy frontal, ha declarado que la izquierda debe ser "autocrítica" y actuar con "humildad" en aspectos del Gobierno. Acá tengo una frase suya puntual: "Lo digo porque debemos dar un drástico cambio en la calidad de algunas áreas de la gestión pública". ¿A qué se refería, concretamente?
PF - Creo que eso es así y tenemos que asumirlo, como decía en esa ocasión, con humildad y autocrítica. Hemos mejorado enormemente la situación económica y social del Uruguay, prácticamente en todos los aspectos de la vida cotidiana de los uruguayos. ¿Eso implica que llegamos a un estadio de perfección? Nada que ver, ni mucho menos. Y el país ha avanzado a diversas velocidades en diversas áreas. Por ejemplo –y a mí me gusta titularlo con un concepto que es premiar el esfuerzo–, aquellos que trabajan, aquellos que estudian se merecen que ese esfuerzo esté apuntalado con servicios públicos de calidad. El caso para mí más claro y que es uno de los desafíos más importantes que el Uruguay tiene para el próximo período de Gobierno, quizás con una mirada aún de más largo plazo, tiene que ver con las capacidades humanas.
En el caso de las capacidades humanas hemos avanzado -creo que bien- en construir capacidades educativas en primaria, hemos aumentado en la educación terciaria la tasa de egreso de los estudiantes, hay más carreras, hay un perfil más vinculado a lo tecnológico con una segunda universidad, etcétera. Pero tenemos problemas claros en materia de educación, fundamentalmente en lo que tiene que ver con la educación secundaria, en mi humilde punto de vista, con niveles de repetición o de deserción realmente alarmantes.
EC - Los números que se conocen hoy vuelven a confirmar ese diagnóstico.
PF - Vuelven a confirmar ese diagnóstico. Y no ha sido un problema de no darle importancia a esta materia. Muy por el contrario, el presupuesto en valores absolutos se ha quintuplicado por lo menos en cuanto a la afluencia de recursos destinados allí. Y el dinero que uno le destina a un tema muestra claramente la importancia que le da. Pero no hemos sabido hacer rendir o hacer que esos dineros den los frutos que debieran. Eso tiene que ver con mejorar las capacidades de gestión, con llevar adelante de manera más eficiente lo que tiene que ver con las reformas en materia de educación.
Y podría mencionar otras áreas en las que los uruguayos deben recibir, merecemos recibir de los servicios públicos una contrapartida acorde con el nivel del esfuerzo que hacemos al pagar los impuestos.
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EC - Hace ya semanas que se habla de estas medidas que se van a ir dando a conocer. A grandes rasgos, ¿cuál es la idea?
PF - Un concepto para enmarcarlo antes de pasar a las medidas concretas. Nosotros entendemos que hay una situación fiscal sustentable, que debemos ir paulatinamente moderando el déficit fiscal, pero que es una situación absolutamente manejable. Y la política fiscal la entendemos por el lado del gasto, focalizando el gasto en aquellos que más lo necesitan para sacarlos de las necesidades más emergentes, y en aquellos sectores de clase media brindándoles servicios también de mayor calidad que premien ese esfuerzo. No entendemos servicios pobres para aquellos que menos tienen, sino que los servicios tienen que ser de calidad.
¿Cómo financiamos esto? Continuando con una política fiscal que del lado del gasto mantenga las grandes líneas, el rumbo estratégico de la política tributaria que estamos llevando adelante desde que fue implementada la reforma el 1.° de julio del año 2007.
EC - ¿A qué se refiere concretamente?
PF - Esto tiene que ver con continuar asegurando que sea posible el círculo virtuoso de crecimiento con equidad, de equidad con crecimiento. Nuestro sistema tributario fue reformulado de manera general, con un enfoque sistémico, se eliminaron muchos impuestos, se aumentó la carga tributaria de los impuestos directos con relación a los impuestos indirectos, lo cual le dio más progresividad al sistema. Por lo tanto entendemos que tenemos que continuar en esa línea, siguiendo los principios de suficiencia (que cubra los presupuestos públicos), de equidad, de generar cada vez una mejor redistribución de la carga tributaria y fundamentalmente estímulo a la inversión productiva y al empleo. En esa línea vamos a continuar trabajando.
Creo que nada pinta mejor que la entrevista que tú hacías más temprano con el gerente general de Montes del Plata. Esa es una muestra clara de cómo las políticas públicas acompañan la seriedad del país, la institucionalidad, que ha sido algo ganado por todos los uruguayos. Acá no hay refundaciones, la institucionalidad del Uruguay es algo que viene de mucho y por lo cual montar un esquema de promoción de inversiones como el que se montó en el primer período de Gobierno ha permitido alcanzar niveles récord de inversión, que han generado empleo de calidad con miles de puestos de trabajo con remuneraciones bastante superiores al promedio de la economía nacional.
Por lo tanto, primera pata de la política tributaria: continuar con una fuerte promoción, con un fuerte incentivo a la radicación de inversiones, tanto locales como extranjeras, que estén alineadas con un proyecto nacional de desarrollo, con un proyecto de país productivo, generadoras de mano de obra de calidad.
EC - En ese plano concretamente, dentro mismo del FA existen desde hace meses reclamos para corregir el sistema de incentivos o de promoción de inversiones. Se entiende que debería ser más restrictivo, que debería ser en todo caso una política mucho más focalizada. ¿Qué tipo de cambios se están previendo ahí?
PF - Sí, tanto nuestro candidato a presidente como nuestro candidato a vicepresidente lo han expresado públicamente: vamos a continuar con este régimen de promoción de inversiones porque ha sido tremendamente exitoso y beneficioso para el país. Hace pocos meses salió un estudio del Centro de Estudios Fiscales que habla de que por cada 0,5% del PIB de resignación fiscal por promoción de inversiones se consigue aproximadamente 1 punto de aumento del PIB. Por lo tanto está demostrado numéricamente que es un régimen beneficioso. Puede tener ajustes, pero tienen que ser ajustes en el sentido de focalizar mejor las inversiones en aquellos aspectos más necesarios.
Hemos tenido reuniones con múltiples actores sociales y económicos, y por ejemplo un punto en el cual debemos refinar más la herramienta tiene que ver con la forma en que se puntúa o se premian la innovación y la incorporación de ciencia y tecnología en las inversiones. Estamos hablando de ajustes de esa materia. El rumbo estratégico que le ha permitido a Uruguay estar arañando el 25% del PIB anual de inversiones se va a mantener en términos bien firmes y lo vamos a potenciar, porque el Uruguay precisa continuar con estas inversiones que explican una parte importante del crecimiento.
EC - Por otro lado, ¿qué va a ocurrir con el IRPF y con el IASS (impuesto de asistencia a la seguridad social)?
PF - Nuestro sistema tributario, al eliminar los 14 impuestos que se eliminaron, crear el IRPF y el IASS, hoy está diseñado para acompasar el crecimiento económico generando, a su vez, de manera continua o complementaria, un peso mayor de los impuestos directos con el correr del tiempo. El peso de los impuestos directos cuando el PIB per cápita es de 8.000 dólares es uno, cuando el PIB per cápita es, como es hoy, de 17.000 dólares es otro, y si este continúa creciendo y por ejemplo podemos llegar a que esté por encima de los 20.000 dólares, es otro. A medida que aumenta el ingreso de los uruguayos, el peso de los impuestos directos, vía recaudación del IRPF, del IASS, será mayor que el peso de los impuestos indirectos, generando, sin tocar el sistema tributario, un sistema tributario cada vez más progresivo, más justo, más equitativo.
Por lo tanto, las líneas maestras de la reforma tributaria ya están sentadas, están bien sólidas, han sido bien exitosas. Yo vengo de estar en Bolivia contando la experiencia del modelo uruguayo de reforma tributaria porque ellos están pensando en un futuro en ir hacia algo similar. Lo mismo nos ha pasado con otros países que toman como referencia lo que ha ocurrido aquí en Uruguay. Por lo tanto ese es el rumbo general.
Las medidas más concretas tienen que ver con una concepción de un sistema tributario evolutivo, como está establecido en la ley de reforma tributaria. No es algo estático, no es algo inmutable, sino que es algo que se puede ir perfeccionando con el tiempo. Desde el año 2007 a la fecha se ha aumentado el mínimo no imponible, se ha habilitado la opción de liquidar por núcleo familiar, se han agregado deducciones como el alquiler o la cuota hipotecaria para el IRPF. Por lo tanto vamos a seguir trabajando en esa línea de continuar evolucionando y mejorando el sistema. Eso tiene que ver con algunas medidas concretas que se anunciaron ayer.
EC - Veamos en primer lugar el caso del IRPF.
PF - En el caso del IRPF tiene que ver, por ejemplo, con permitir una deducción a la cual le vemos dos cuestiones positivas. En primer lugar, es una medida destinada a premiar el esfuerzo, a ir atendiendo necesidades de la clase media, como es la deducción de las cargas sociales o de los aportes patronales en el caso del servicio doméstico. Una medida que tiene otra ventaja más importante que esa, y es que entendemos que va a ser un elemento importante a la hora de continuar avanzando en la formalización del mercado laboral en materia de servicio doméstico. Esto nos va a asegurar que más uruguayos, sobre todo más uruguayas, que trabajan brindando este servicio tengan un trabajo formal, con los beneficios sociales que se merecen.
EC - ¿Qué es lo que va a poder deducirse?
PF - Las cargas sociales que implica contratar personal de servicio doméstico podrán ser tomadas a cuenta como una deducción del IRPF. Estamos afinando los números y viendo la mecánica de la deducción, pero fundamentalmente esta es la idea, que se deduzcan del IRPF los aportes sociales del servicio doméstico.
EC - Por otro lado, según anunció Sendic ayer, se modifica la forma en que se computan el aguinaldo y el salario vacacional a los efectos del IRPF.
PF - Sí, esto ya lo había anunciado antes Tabaré Vázquez. Hoy tenemos un esquema de liquidación del IRPF anual, en el cual a fin de año se toman todas las partidas que generan el ingreso del trabajador a lo largo del año y sobre ellas, en conjunto, de manera global, se aplica la escala del IRPF. Vamos a desmembrar la forma del cálculo, no quedan exoneradas sino que se calculan por separado. Por un lado irán todas las partidas y por separado irán las partidas del aguinaldo y del salario vacacional, lo que hará que al aplicarles la escala se llegue a tasas menores. Esto es una medida que tiene un costo fiscal de entre 20 y 30 millones de dólares, aproximadamente, por lo tanto será un alivio importante para los trabajadores uruguayos.
EC - Por otro lado hay anuncios con relación al IASS, que forma del debate en la campaña. Por ejemplo, el Partido Colorado (PC), a través de su candidato presidencial, Pedro Bordaberry, propende a la eliminación del IASS, aunque el compromiso para un próximo Gobierno implicaría reducirlo en una tercera parte, según anunció la semana pasada cuando estuvo en el ciclo de Presidenciables de El Espectador y Deloitte. Ustedes hasta ahora no habían hablado del IASS, y sin embargo anoche sí introdujeron una posibilidad en esta materia.
PF - Sí. En primer lugar, manifiesto mi total desacuerdo con la eliminación del IASS. El IASS lo pagan aproximadamente el 19% de los jubilados y pensionistas del total de este universo, es decir, solamente el 19% de mayores ingresos. Además con una particularidad: lo recaudado por el IASS se vierte al BPS para financiar todas las pasividades. Por lo tanto, es un impuesto que tiene una carga de solidaridad importante, lo pagan aquellos que más ingresos tienen y colaboran de esa forma con la financiación de todas las pasividades.
EC - No vamos a reabrir ahora esa discusión, pero en su momento se sostenía que no tenía sentido que alguien que en su vida activa pagó IRPF, una vez ingresado en la vida pasiva también tuviera que pagar, o sea que terminaba pagando dos veces.
PF - Pero esto técnicamente con el sistema tributario que tenemos hoy no ocurre. Porque una de las primeras deducciones del IRPF justamente son las cargas para la seguridad social. Por lo tanto en la etapa de trabajador no se grava y sí se grava después. Además es un problema de quantum, este impuesto recauda aproximadamente 250 millones de dólares, eliminarlo es una carga fiscal muy grande, sobre todo cuando hemos escuchado de los partidos tradicionales una preocupación por el déficit fiscal. Por lo menos no parece coherente.
Lo que proponemos tiene que ver con una cuestión de equidad. Porque en el IRPF ya existe la posibilidad de deducir el alquiler o de tener un crédito fiscal por la cuota hipotecaria. Por lo tanto nos parecía correcto que este mismo beneficio que tienen quienes reciben rentas del trabajo lo tengan quienes reciben pasividades.
EC - ¿Qué se va a poder deducir?
PF - Se va a poder deducir, de la misma forma que en el caso del IRPF, un monto del alquiler pagado o de la cuota hipotecaria pagada. En el caso del IASS no será –esto es un refinamiento técnico– una deducción sino un crédito fiscal. Es exactamente lo mismo pero va por el mecanismo del crédito fiscal. Y como entendimos que aquí se daba una particularidad diferente del caso del IRPF, además de generar el crédito fiscal por el arrendamiento o por la cuota hipotecaria, como hay muchos adultos mayores que no pagan una cuota hipotecaria o no pagan un alquiler pero sí pagan una casa de salud y viven allí, asimilaremos ese pago a la casa de salud como un alquiler, con los mismos topes y demás, para que pueda ser deducido del IASS.
EC - Y yendo de nuevo a la comparación con el IRPF y esta novedad de permitir la deducción de las cargas sociales del servicio doméstico, si el pasivo tiene servicio doméstico o tiene un cuidador, que es algo cada vez más frecuente, la persona no está en una casa de salud pero tiene un cuidador que la ayude en su casa, ¿ahí también se van a poder deducir cargas sociales?
PF - Sí, ahí estamos tratando de que sea equitativo y por lo tanto lo que ocurra en el caso del IRPF también ocurra en el caso del IASS.
EC - Preguntan algunos oyentes, pero además ha sido ya preguntado por la oposición cuando se han adelantado estos anuncios: ¿por qué estas transformaciones tendrán lugar recién en el próximo período de Gobierno, por qué no se hicieron antes? Después de todo, el IRPF, por ejemplo, está recaudando mucho más de lo que se esperaba cuando se lo lanzó. La semana pasada, el candidato del PC, Pedro Bordaberry, en el ciclo Presidenciables de El Espectador y Deloitte, decía: "Quiero destacar que cuando el contador Astori hizo la reforma tributaria y nos trajo el IRPF nos dijo que con este impuesto se iban a recaudar 300 millones de dólares por año, y hoy recauda 1.300, 1.400, según la cotización del dólar. En realidad encontraron un nicho donde recaudar más". ¿Qué responde usted?
PF - Yo le recordaría al doctor Bordaberry que la situación fiscal que heredó el FA del PC fue absolutamente catastrófica, con unas cuentas públicas y una economía que venía de la peor crisis de su historia contemporánea. Por lo tanto hubo que reconstruir este país y eso costó dinero. Generar una mayor carga tributaria por el lado de los impuestos directos nos permitió eliminar impuestos indirectos y bajar la tasa del IVA. Cuando teníamos el IVA y el Cofis, la tasa básica del IVA se encontraba en el entorno del 27%, con el efecto agregado de los dos impuestos, lo cual hacía que fuera una de las tasas más altas del mundo, si no la más alta. Esta tasa hoy está en el 22%, y para las compras que ocurren con tarjetas de débito baja al 18%, siendo la tasa de IVA más baja de los últimos 30 años en el Uruguay. Por lo tanto, más peso de impuestos directos nos permitió bajar de manera importante los impuestos indirectos, y esta era otra línea maestra a la que me quería referir.
Además de la focalización del gasto a que hacíamos referencia, además de un sistema tributario que iba a ir teniendo mayor peso de impuestos directos, otra línea de acción es continuar generando rebajas de la carga tributaria global, pero fundamentalmente del lado de los impuestos indirectos. Y ahí es importante otra pata, que es la administración del sistema. En la medida en que tengamos una administración cada vez más eficiente, con más apoyo tecnológico y de recursos humanos capacitados, podremos ir reduciendo aún más la evasión y generando espacios para reducir la carga tributaria, logrando ese juego de ganar-ganar, en la medida en que todos cumplan vamos a poder pagar todos menos.
EC - Conceptualmente se entiende, pero la pregunta iba por el lado de que, por lo menos como lo planteaba Bordaberry la semana pasada, el IRPF recauda mucho más de lo que se esperaba inicialmente, cuatro o cinco veces más. Teniendo en cuenta que ya hubo flexibilizaciones, pero a estas que se están anunciando para el próximo período de Gobierno, ¿no se podría haber llegado antes, no se podría haber llegado ahora?
PF - Eso tiene un error conceptual de base. Y es que uno cuando inicia un período de Gobierno fija prioridades y las va ejecutando a lo largo de los cinco años. No podemos hacer todo en un determinado momento, y no proponer cosas para el mediano y largo plazo sería perder la capacidad de pensar el futuro. Hay cosas que hoy podemos plantear porque hemos generado bases sustentables para poder plantearlas hoy, que probablemente hace cinco o 10 años eran absolutamente imposibles. Reitero, Uruguay estaba devastado, estaba de rodillas. Hoy el Uruguay está caminando, mira el futuro con los ojos bien altos y hay metas cada vez más ambiciosas. No podríamos plantear cosas de futuro si no hubiéramos hecho lo que hicimos en estos últimos nueve años. Y sería imposible pensar un próximo Gobierno y pensar que todo lo que queremos hacer lo hubiéramos hecho en el 2005 o en el 2010. Carece de lógica.
EC - Yendo ahora a estos anuncios y su contexto, la campaña electoral, el director de Factum, Eduardo Bottinelli, decía hace pocos días en el diario El País que solo con anuncios referidos al IRPF el FA no va a volver a conquistar el espacio perdido en la clase media. Esto venía a cuento de que, según las encuestas de Factum, por ejemplo según la de agosto, el Frente bajaba seis puntos entre el electorado de clase media, pasando de tener el 48% de las preferencias en el año 2009 al 42% ahora. Para Bottinelli, el FA debe tener en cuenta que hay otras medidas que pueden afectar directamente a la clase media desde otro punto de vista. Y en ese marco mencionó, por ejemplo, "los que sienten estar todo el tiempo vigilados desde el Estado y acosados por la DGI y el BPS. En este rango se incluyen desde profesionales independientes hasta micro, pequeños y medianos empresarios o comerciantes". ¿Qué responde? Usted de algún modo está aludido, usted encabezó la DGI.
PF - Primero que nada, las administraciones tributarias no acosan a la gente, sino que hacen su trabajo. Eso es lo que ocurre en cualquier sociedad desarrollada y civilizada. Hay que generar controles para verificar el cumplimiento de la normativa tributaria. Así y todo, en el IVA todavía tenemos una tasa de evasión del 13% y en el impuesto a la renta empresarial, una tasa de evasión que ronda el 30%. Por lo tanto, vaya si todavía tenemos espacio para hacer que todos cumplan con la ley por igual.
No voy a hacer análisis de análisis, pero creo que el análisis de Bottinelli tiene que ver con una concepción más general a la cual yo hacía referencia al principio de la entrevista y que tiene que ver con la política fiscal en su globalidad. No pasa solo por el lado de los ingresos o de la política tributaria, sino también por el gasto, y tiene que ver con las propuestas de mejoras de servicios que realizamos.
Por ejemplo, en el primer evento, el de Ciencia, tecnología e innovación, hablábamos de generar mecanismos para que los jóvenes no dejen de estudiar para ir a trabajar. Esto implica generar un fuerte sistema de becas de pregrado, que hoy no existen, o un sistema de becas de posgrado, que hoy ya existe financiado por la ANII, pero el cual queremos por lo menos duplicar para que llegue a 500 el número de uruguayos universitarios que tengan becas de posgrado para las mejores universidades del mundo o para universidades uruguayas, si así lo desean, y que después vuelquen ese conocimiento para el país.
Tiene que ver también, por ejemplo, con una política de vivienda más flexible para jóvenes, para parejas jóvenes con hijos pequeños, que probablemente pueden pagar un alquiler o una cuota hipotecaria pero que no tienen capacidad de ahorro para hacer la entrega inicial. Por lo tanto tenemos que generar políticas de vivienda que permitan la compra sin una entrega inicial. Estoy poniendo ejemplos de cómo tenemos que mejorar.
Hacíamos referencia al caso de la educación. Tenemos que generar una política de innovación muy fuerte. Yo escucho –y creo que esto es un consenso de todos los partidos políticos– que las capacidades humanas y las capacidades infraestructurales son de los principales desafíos. A mí me gusta incorporar la agenda de innovación, de incorporación de ciencia y tecnología al mismo nivel, por lo tanto generar políticas que mejoren las capacidades de innovación en Uruguay también cuesta dinero y también es parte de esos servicios.
Para mí el punto de referencia está en que los bienes y servicios públicos no sean solo para aquellos que no tienen más remedio que acceder a ellos. El tono de la calidad de estos servicios lo da la apropiación que la clase media hace de ellos, porque en definitiva es quien arbitra. Los más humildes los utilizan y los más ricos eligen siempre el servicio que quieren. El que arbitra en un tema de costo-beneficio en función de su capacidad es la clase media, y si la clase media utiliza los servicios públicos es porque estos tienen la calidad necesaria.
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EC - Anoche, en la segunda conferencia temática de la fórmula presidencial del FA, hubo otros anuncios. En particular, se habló de "modernizar las negociaciones de los consejos de salarios incorporando el criterio de productividad". Este es un debate muy intenso en las relaciones laborales del Uruguay de hoy. ¿Qué están pensando?
PF - Varias cosas. En primer lugar, ir incorporando el concepto de productividad. Pero para poder avanzar en ese modelo en el que la productividad esté más incorporada, lo fundamental es tener mejor información no solo general sino por rama de actividad, por rubro de actividad. Por lo tanto vamos a generar un banco de información para la negociación colectiva de calidad.
Tenemos que ver el diseño institucional de ese banco de información. Y hoy por hoy los organismos públicos de Uruguay, que se han modernizado, son grandes proveedores de información de calidad, tanto BPS, DGI, INE, Ministerio de Trabajo, etcétera. Entonces entendemos que generar ese banco de información y ponerlo a disposición de todas las partes va a hacer más simple incorporar algo que igualmente no va a ser sencillo. Es un cambio cultural que excede incluso la mera negociación colectiva. Para el FA es un compromiso mejorar la negociación colectiva de trabajo, y destaco un dato de la última ronda de consejos de salarios, la de 2012-2013: algo más del 85% de las negociaciones terminaron con fórmulas consensuadas entre empresarios y trabajadores. Vaya si es un modelo exitoso.
EC - Pero entonces, ¿cómo van a ser las próximas negociaciones de los consejos de salarios, las que tendrán lugar en el comienzo del primer año de Gobierno?
PF - Van a ser similares a las actuales pero con un banco de información que permita tomar mejores decisiones y con la introducción paulatina de los conceptos de productividad.
EC - No hay plazos, entonces, para que eso se ejecute a fondo realmente.
PF - Tenemos que ir viendo en un proceso evolutivo cómo esto va ocurriendo. Hoy no tenemos una fecha determinada, veremos el diseño de ese banco de información y cuánto tiempo lleva armarlo. Pero entendemos que, gracias a la calidad de información que producen los organismos públicos uruguayos, va a ser algo que rápidamente se podrá poner a disposición de trabajadores y empresarios.
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Transcripción: María Lila Ltaif