Entrevistas

MSP pide endurecer sanciones a conductores alcoholizados

Director nacional de Salud, Diego Estol: Más allá del drama personal y familiar que provocan las muertes, el país gasta U$S 500 millones por año en atender a los politraumatizados. El 90% de los accidentes son por imprudencia y el 3% por fallas mecánicas.

EN PERSPECTIVA
Jueves 08.04.04, 07.38


EMILIANO COTELO:
Las cifras de Semana de Turismo 2004 en materia de accidentes de tránsito son fuertes, y están provocando todo tipo de debates.


ALFREDO DANTE:
Tres personas fallecieron ayer, lo que eleva las muertes a 12. Dos de ellas dejaron de existir en un vuelco que ocurrió en la Ruta 5, muy cerca de la ciudad de Tacuarembó. El otro fue un adolescente que pereció en un accidente de tránsito en Quebracho, departamento de Paysandú.

En 42 accidentes ocurridos desde el viernes en que comenzaron los desplazamientos con motivo del feriado, los muertos ascienden a 12 y los heridos a 51.


EC – Por supuesto que están las advertencias de la Policía Caminera, pero se suma ahora el Ministerio de Salud Pública, pidiendo más dureza para combatir la alta incidencia del alcohol en los accidentes de tránsito.

El director nacional de Salud, Diego Estol, calificó ayer como "conductores suicidas" a los miles de uruguayos que a diario ingieren bebidas alcohólicas y luego salen a conducir sus vehículos en las calles y rutas nacionales.

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El doctor Estol está en línea en este momento. A la audiencia puede llamarle la atención que el Ministerio de Salud Pública se involucre en cuestiones relacionadas con el tránsito.


DIEGO ESTOL:
De acuerdo a las tendencias que registra el país, que además se comprueban en el resto del mundo, el accidente de tránsito ya se está transformando en una epidemia como causal de muerte, en el mundo y en el Uruguay también. Es lo que se llama en el mundo una "epidemia oculta".

En Uruguay, los accidentes en general son la tercera causa de muerte, luego de las enfermedades del corazón, las cardiovasculares, y de los tumores. De esa tercera causa, el 33% son accidentes de tránsito.

Eso quiere decir que esta ha pasado a ser la primera causa de muerte entre los jóvenes de nuestro país, entre uno y 34 años. Eso está afectando a una población importante, estratégica de un país. En un país que tiene una población envejecida y, por otro lado con la emigración que hemos tenido, es una medida primaria de salud pública proteger a ese grupo de población.

Otro tema que también está vinculado con esto es la afectación familiar, del entorno social, de lo que produce eso, y por otro lado la persona que sufre las consecuencias del accidente en forma pasiva. Me refiero a los peatones, que a veces tienen responsabilidad por no respetar las señales de tránsito pero a veces no: usted ha visto accidentes en las carreteras que tuvieron como víctimas a personas que esperaban en una parada de ómnibus y a quienes de repente un automovilista, por una actitud imprudente, atropella y fallecen.

Es un tema de salud pública, es un tema en el que nos debemos poner a trabajar todos, junto con otros sectores vinculados en el Ministerio de Transporte, las Intendencias, porque las consecuencias de este tema llevan a que la tendencia actual puede transformar a este en uno de los temas principales de mortalidad en el mundo.


EC – Usted ha puesto el acento en la mortalidad, y tendríamos que agregar...


DE – ...la morbilidad, la discapacidad, la gente que queda afectada con problemas de recuperación, que incluso a uno no le gusta mencionarlo pero que implican para el país aproximadamente unos 500 millones de dólares por año.


EC - ¿Puede ser un poco más preciso?


DE – El gasto total que implica la atención de politraumatizados graves, la discapacidad por temas vinculados a accidentes implica para el país un costo de 500 millones de dólares por año. Eso dejando de lado el tema prioritario, que es el tema humano de lo que sufre la persona o el entorno por una persona o a veces por una familia entera que fallece por estas causas. El impacto económico que tiene sobre el país es ese, aproximadamente.


EC – Y el costo de atención a los politraumatizados debe complementarse con el impacto social de esos mismos heridos...


DE – El costo de un politraumatizado grave que implican todas las técnicas de resucitación, luego –si la persona no fallece— acciones traumatológicas, cuidados de terapia intensiva, etcétera, está entre los 15.000 y 20.000 dólares promedio.


EC – Pero además, decía, el impacto social, el impacto sobre la vida de esa persona, en su familia; obviamente no es lo mismo la vida a partir de ese momento. Quizá, por ejemplo, ese politraumatizado que queda con discapacidad desde ese momento era el sostén familiar, quizá era el que aportaba los mayores ingresos. Ni que hablar de todo lo que implica para la familia los cuidados que debe recibir alguien que queda con ese tipo de secuelas de un accidente.


DE – Sí, sí.


EC – Estamos hablando, evidentemente, de un tema de salud pública pese a que a primera vista pueda sorprender.


DE – Le digo más: en el nuevo decreto sobre enfermedades de declaración obligatoria, que salió hace unas tres semanas modificando el de 1961, los accidentes de tránsito pasan a ser de declaración obligatoria. Ahora vamos a empezar toda una etapa de información sobre ese reglamento a todas las autoridades sanitarias, médicos, etcétera, a nivel nacional. Porque además nos permite ir actuando en tiempo y forma en el procesamiento de la información y no esperar que pase un año o dos para luego procesar la información y ver las tendencias.

Pero en este caso, la Organización Mundial de la Salud tomó el tema de los accidentes de tránsito ayer, Día de la Salud, como tema prioritario.


EC – Y en Uruguay ¿qué se puede hacer, más allá de debatirlo públicamente y generar conciencia en la población? Usted está proponiendo algunas medidas de gobierno.


DE – Le digo la verdad... Estoy ahora en una zona rural de Canelones. Vine anoche porque tengo un campito aquí, y venía observando la violación de las normas de tránsito en una forma grosera, no esporádica. El pasar líneas amarillas, dos vehículos pasando al mismo tiempo a otro...

Siempre digo que Uruguay es un país inteligente, un país que tiene información, que sabe las consecuencias de las cosas, pero no cambia sus actitudes. Y ahí es donde tenemos que trabajar mucho, en el cambio de actitud; nos pasa con los accidentes de tránsito, nos pasa con otras enfermedades como el Sida: la gente conoce los riesgos pero no cambia la actitud. Creo que si en estos días logramos el mensaje de gente que reciba el problema, que vea el impacto que tiene, para después no lamentarse cuando los hechos suceden, empezar a respetar básicamente las normas de tránsito, estamos logrando mucho.

El 90% de los accidentes de tránsito (lo mencionaba ayer un oficial de Caminera que hizo un informe muy claro y oportuno) es debido al factor humano. Y en esto, el elemento fundamental es imprudencia, no respeto de las normas, y/o estar bajo los efectos del alcohol u otras drogas legales o ilegales. Yo mencionaba ayer que resolví ir de madrugada a recorrer estos lugares clásicos de Montevideo para los jóvenes (el Centro y algún otro lugar que se ha transformado en novedoso). El consumo de alcohol y drogas en esas zonas es brutal. Y uno piensa ¿qué puedo hacer acá: poner quioscos para informar, poner algún mecanismo para tratar de intercambiar opiniones? Porque en definitiva los jóvenes tienen derecho a divertirse; a lo que no tienen derecho es a juntar el alcohol con el manejo. Empezar por "Si salís a divertirte no manejes", que –como hacen en Europa o en Estados Unidos—alguno en el grupo diga "Yo no tomo hoy porque me toca manejar"...


EC – Hay una campaña publicitaria en estos días que promueve ese tipo de conductas.


DE – Ahí está. Empezar a hacer campañas y diálogos constructivos, porque a veces los jóvenes piensan que hay una visión arcaica que trata de evitar la diversión, etcétera. Creo que en ese tema tenemos que trabajar mucho.

En los accidentes de tránsito hay otras causas importantes. El 7% son causas viales y ambientales: incorrecta señalización de las carreteras, y otro 3% por causas mecánicas. Por ahí, cuando todos los uruguayos nos enojamos porque nos obligan a hacer el test de vehículos, hay un aspecto importante que contribuye a evitar esta causa.

Cuando los uruguayos nos enojamos porque un inspector municipal o un oficial de la Policía nos para, nos hace una advertencia, nos explica, nos enojamos. Ahí hay que cambiar la actitud, y entender que esa persona en definitiva está cumpliendo un papel educativo, preventivo; entender que eso es de sociedades civilizadas, que es parte de un Uruguay de hace muchos años en el que esas normas eran respetadas, y que hoy en día tenemos que trabajar todos juntos en un cambio de actitud para aceptar que esas son parte de las reglas de una sociedad civilizada.


EC – Y, en particular, dice usted, habría que establecer sanciones más severas para los conductores que ingieren alcohol.


DE – En todas partes del mundo, la gente asocia la educación con las sanciones severas. Yo creo que hay que establecer que las personas que tienen conductas imprudentes, reiteradamente, hay que tomar medidas reteniéndoles la libreta de conducir; hay que ejemplarizar diciéndole "Usted actúa de forma imprudente, está poniendo en riesgo al resto de la población y al entorno, y ahora no podrá manejar por 10 años". Son ideas que tenemos que ir elaborando para ser cada vez más duros en las exigencias de tránsito. Le digo más: yo personalmente he sufrido las consecuencias de recibir alguna multa por infracción, y uno tiene que aceptar que quien me multó tenía razón, porque yo cometí una imprudencia. Todos tenemos que cambiar un poco esa actitud.

Y fíjese respecto al exceso de velocidad: leía el otro día que el primer accidente de tránsito documentado en el mundo en el que murió una persona fue en 1896, en Londres. Era una madre de dos hijos que iba caminando y una persona la atropelló con un auto. Ese conductor iba a "una gran velocidad", según los testigos: 12,8 kilómetros por hora, cuando la reglamentación entonces decía que no debía superar los 6,4 kph. "El conductor, que era un joven que ofrecía paseos en coche para mostrar el nuevo invento, según testigos, estaba tratando de impresionar a una joven pasajera. En la investigación, el funcionario actuante dijo: ‘Esto no debe volver a ocurrir nunca más’".

Si uno pasa de 50 a 80 kph, la posibilidad de accidentes aumenta un 30%, y hoy normalmente en las rutas nacionales la gente en general se desplaza a 120 – 130 kph.


EC – Usted hablaba de endurecer las sanciones para quienes presentan alcohol en una medida superior a la permitida. Pero ¿qué propone en cuanto a los excesos de velocidad?


DE – Creo que hay que establecer, primero, más seguridad en los vehículos; segundo, controles más rígidos sobre los temas de seguridad y en eso hay que apoyar mucho la política que sigue la Policía Caminera; establecer límites claros, velocidades lógicas pero limitadas... Yo viajo mucho por el interior recorriendo hospitales y centros de salud, normalmente a una velocidad aceptable, de 100 a 110 kph en las zonas permitidas, cuando tengo que recorrer distancias largas; pero de pronto a uno lo pasa gente que va a 146 – 160 kph. Y ahí, en carreteras que no son autopistas y que no tienen las condiciones para desarrollar esas velocidades, se pierde todo margen de maniobra.

Analizaba también con los técnicos del sector accidentes, como la doctora Vázquez que lidera este proceso, y observábamos que desde los años 1997 - 1998 hay una caída fundamental de muertes por accidentes en el país. Uno se pregunta ¿cambió la conducta? Y no: es que bajaron las posibilidades de que ocurran accidentes porque como consecuencia de los problemas económicos disminuyó la cantidad de automóviles circulando. En los dos últimos años no hay tantos autos en la calle porque la gente restringió su uso.

Pero, cuando hay oportunidad de utilizar los autos porque hay fiestas, o un feriado como Turismo, cuando la gente destina un monto a vacaciones y sale a veces no acostumbrado a manejar en carretera, a veces con sus vehículos sin estar en condiciones técnicas, y si a eso se agrega el alcohol o la imprudencia en el no respeto de las normas, tenemos el cóctel perfecto para que ocurran los desastres que están ocurriendo esta Semana de Turismo.

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Artículos de la Ley de Prevención y Control de Accidentes de Tránsito que regulan los exámenes de alcoholemia y las sanciones para los conductores alcoholizados.

Texto completo de la Ley de Prevención y Control de Accidentes de Tránsito.

"A propósito de los accidentes de tránsito". Mensajes de los oyentes de En Perspectiva.

Autoridades admiten falta de recursos humanos en Caminera. (Nota del Servicio Informativo, 07.04.04)

En lo que va de Turismo, los muertos en accidentes de tránsito en las rutas nacionales igualan a los de toda la Semana Santa de 2003. (Nota del Servicio Informativo, 07.04.04)


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Transcripción y edición: Jorge García Ramón


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