El documental "Maracaná" invita a revisitar un mito que ha marcado la historia deportiva uruguaya
El 16 de julio de 1950, dÃa en que Uruguay le arrebató a Brasil la Copa del Mundo que organizó en su propia casa, quedó grabado en la memoria de nuestro paÃs casi como una fecha patria. Este jueves se estrenó en salas comerciales "Maracaná", el documental con el que Sebastián Bednarik y Andrés Varela nos invitan a revivir aquel mito. Sus directores dialogaron con En Perspectiva y comentaron detalles de la investigación previa, el enfoque de la pelÃcula y su oportunismo en tiempos de "ansiedad mundialista". Según Bednarik, les "interesaba encontrar el mito en la realidad, no desmitificar, sino encontrar la base de lo que pasó". Una investigación que combina imágenes jamás vistas y la descripción del contexto sociopolÃtico en el que se desarrolló el mundial de 1950.
(emitido a las 9.01 hs.)
EMILIANO COTELO:
Justo en este año 2014, cuando Brasil vuelve a organizar un Mundial de fútbol donde la selección uruguaya también juega y con la intención de ser protagonista. A 63 años de la última gran gesta de la Celeste, que además humilló a la verdeamarelha en su casa, acaba de estrenarse "Maracaná", una pelÃcula de Andrés Varela y Sebastián Bednarik que bucea en aquel triunfo que marcó tanto a nuestro paÃs y a su gente.
La investigación presenta imágenes que jamás vimos, pero también se preocupa por describir el contexto social y polÃtico en el cual transcurrieron aquellos dÃas de julio de 1950 que cambiaron la historia de dos pueblos.
Vamos a revisitar aquel triunfo junto con los directores de este documental.
Quizás, como ellos, encontremos en el "maracanazo" algo más que un grito de gol cuando la pelota de Ghiggia se escapa de las manos del arquero Barbosa…
Vamos a conversar con Sebastián Bednarik y Andrés Varela.
¿Desde cuándo están en este baile?
ANDRÉS VARELA:
Desde hace tres años y medio, aproximadamente, con el inicio de la investigación, los inicios de los encuentros para el guión, con Guzmán GarcÃa –que siempre decimos que es el tercer director–, que es guionista y montajista…
SEBASTIÁN BEDNARIK:
… y Santiago Bednarik, el director de sonido.
AV - Tenés grandes fans en la familia Bednarik que te escuchan todo el tiempo, como Quique Bednarik, que te estará escuchando, el padre de Sebastián.
EC - Los Bednarik son una cantidad y muchos de ellos están involucrados en la pelÃcula, ¿no?
SB - SÃ, sÃ.
AV - En la productora.
SB - Mis dos hermanos; y tengo un tercer hermano que no está todavÃa, hasta que construyamos algo. Pero Santiago hizo todos los archivos, los 70 minutos de archivos del 50, que son todos mudos, Santiago hizo la dirección de sonido y la música original, junto con Hernán González. Hubo que reconstruir, fue un laburo de mucha reconstrucción, y la gente va, lo ve y no cuestiona. A la vieja usanza.
AV - Ve los panes de pasto en coral que usó Santiago para hacer las patadas, por ejemplo, los golpes contra el pasto del zapato cuando le va a dar a la pelota. Hubo un momento en que tenÃamos panes de pasto distribuidos por la productora mientras Santiago hacÃa los roles. Fue un trabajo realmente minucioso y artesanal, bien a la vieja usanza, para recrear todos los sonidos de ambiente.
Y después hizo un trabajo formidable con el tema de la banda sonora. Hay una cuestión muy depurada en la forma de llevar la tensión dramática y el relato a través de la banda sonora, que es como otro lenguaje más, como otra capa más que tiene la pelÃcula. Eso es un logro fantástico de Santiago, que aparte es una persona muy joven y es muy raro que tenga esa lectura histórica a través de la música.
EC - El sonido es muy potente en la pelÃcula, juega un papel. Al mismo tiempo que la imagen, las imágenes, el tratamiento de las imágenes fue algo muy cuidado, muy trabajado, porque impresiona.
Ustedes ya habÃan dirigido otro documental vinculado con el fútbol, "Mundialito", a propósito de aquel campeonato que se jugó en Montevideo en plena dictadura, en 1980. ¿En qué momento y por qué empezaron a pensar que era necesaria una pelÃcula sobre el "maracanazo";?
SB - En la investigación para "Mundialito"; descubrimos la historia de Maracaná, estábamos investigando y nos quedó la semilla: la gran historia del Mundialito es una muy buena historia, tiene elementos muy cinematográficos que nos atraÃan mucho, pero la gran historia del fútbol uruguayo es Maracaná, que parece guionada de antemano. Parece más guionada que real.
Luego, un año después, Atilio Garrido nos comenta que está a punto –aunque le llevó dos años más– de terminar su investigación, que se llama "Maracaná, la historia secreta". Es un libro de 450 páginas que nos lo leyó literalmente en dos mañanas junto con todos los documentos que comprobaban lo que dice el libro…
AV - Muy minucioso, con todos los documentos sobre la mesa, nos hizo toda la descripción del pasaje y de su proceso de investigación.
EC - ¡El libro de Atilio Garrido es increÃblemente minucioso y detallista! Está repleto de datos, de nombres, de fotos, de antecedentes que de algún modo cierran el relato, lo completan, de esta historia que venÃa muy manoseada, muy deformada por el hecho de que se habÃa conversado tanto en estos 60 años. PodrÃa decirse que el libro lo baja a tierra (hasta exageradamente).
AV - SÃ, generación tras generación se ha asociado a Maracaná con un montón de valores y productos y virtudes que probablemente no tengan mucho que ver con el análisis histórico real. Cuando hacemos una lectura de lo que sucedÃa a mediados del siglo pasado real, como cuando uno va a una clase de historia, tiene que dejar de lado lo que uno vive en este presente para poder entender contextualmente lo que sucedÃa. En ese sentido, Atilio apunta muy finamente a tener la documentación necesaria y a darnos esas pistas fundamentales para que tuviéramos adonde recurrir y encontrar ese material que fundamentara un relato descriptivo de esa época. Era fundamental poder verlo. Es lo que la gente dice: 'Ahora lo pude ver', 'Siempre lo imaginé, siempre me lo contaron, ahora lo puedo ver'. Es un salto enorme.
EC - Justamente, ¿qué era lo que pretendÃan con la pelÃcula?
SB - Nos interesaba encontrar el mito en la realidad. No desmitificar, quizás todo lo contrario, pero que tuviera una base fundamentada en lo que pasó.
EC - Por ejemplo, ¿se manejaron con la oportunidad? Porque la pelÃcula llega unas semanas antes de que arranque el Mundial de Fútbol de Brasil, que casualmente es el segundo que organiza Brasil, en el que Uruguay va a participar y que obviamente alimenta la fantasÃa de que la Celeste vuelva a ser campeona jugando una final en Maracaná, y si es contra Brasil, mejor. ¿Eso estuvo detrás de ustedes cuando se pusieron a pensar en la pelÃcula?
SB - ¡SÃ, creo que sÃ! Tiene dos variantes, una comercial pero otra artÃstica. La pelÃcula vista hoy –ayer nos dimos unas vueltas por los cines, nos gusta ver las reacciones– genera una metafÃsica con el espectador. La pelÃcula jamás refiere a la actualidad, es un viaje al 50, pero el espectador –el espectador uruguayo, y supongo que le va a pasar lo mismo al brasileño– no puede dejar de asociar con lo que va a pasar dentro de unos meses.
EC - Desde ese punto de vista tuvieron suerte, porque durante el proceso de elaboración de la pelÃcula no era claro que Uruguay clasificara a este Mundial.
SB - En el momento de más inversión en cuanto a tiempo y energÃa, Uruguay estaba fuera del Mundial. Pero ahà ya estábamos tranquilos, porque ya habÃamos encontrado la pelÃcula y sabÃamos que iba a ser buena de todas formas, con Uruguay fuera o dentro.
EC - SÃ, sÃ, pero el gancho no iba a ser el mismo.
SB - El gancho no iba a ser el mismo, la fecha de estreno quizás sÃ, pero Ãbamos a sobrevivir.
AV - La estrategia comercial uno siempre la plantea, uno no estrena en enero, estrena en marzo, abril... si tiene una pelÃcula más chica capaz que también analiza en qué momento del año sale. Como todo espectáculo y como en todo emprendimiento, uno siempre está tratando de llegar en el tiempo correcto y ajustado. Pero esa estrategia se deformó toda desde el momento en que tenÃamos que llegar a diciembre con la pelÃcula pronta y estábamos en febrero peleándonos por poner y sacar cosas.
Y puedo contar detalles más Ãntimos todavÃa que a la gente la van a asombrar, estábamos a dos dÃas del estadio y estábamos peleándonos por la masterización del sonido: que mejor poné este ruido, que mejor sacale esto… Hay un momento en que te enamorás de lo que hacés porque le das mucho tiempo de tu vida que les sacás a otras cosas. Entonces tenés todo un plan organizado, pero cuando llega el momento seguÃs para adelante con ese material y con la convicción de lo que querés hacer.
EC - La pelÃcula aprovecha el momento este del Mundial de Brasil que se viene y del fantasma de Maracaná que sobrevuela, pero al menos yo tuve la sensación de que no da manija con el "fantasma del 50".
SB - No, no solamente no da manija, sino que a su vez contempla lo que le sucedió al antagonista de esta historia, porque el protagonista es Uruguay. Tiene una mirada contemplativa hacia la selección brasileña, hacia la sociedad brasileña, nos interesaba que no fuera una pelÃcula "babosa". Todo lo contrario al espÃritu del "fantasma del 50" como pieza publicitaria. Por ejemplo, nos parecÃa interesante rescatar el liderazgo de Obdulio, ver quién era ese personaje Obdulio Varela.
EC - No en vano la pelÃcula, al igual que el libro de Atilio Garrido, empieza con la huelga del fútbol del año 1949.
AV - Eso es fundamental, porque cuando uno se hace a la idea de lo que era una selección de fútbol en el 50, entiende que provenÃan de la clase obrera y que el gran éxito de esa selección proviene ya de lograr todas las conquistas sindicales que lograron antes del Mundial, comprende también cuál era el entorno y hacia dónde iban esos hombres.
Algo que no tenemos claro muchas veces cuando les cargamos la mochila a los deportistas de elite de hoy al decirles 'a ver si cumplen también con lo de Maracaná'. Son otros hombres, es otro mundo, es otra época y estos jugadores de fútbol viven otra realidad. Aquella realidad eran hombres que tenÃan oficios, que el dÃa que llegó la huelga y no tuvieron más dinero para comer salieron de vuelta a realizar sus oficios; Obdulio Varela estaba de albañil, por ejemplo, meses antes de irse a un Mundial. Entonces es otra la mentalidad también.
EC - Era una época en la que habÃa dirigentes del fútbol que se jactaban de no saludar a los jugadores, por ejemplo.
AV - Claro, es el nacimiento del paÃs clasista también, que no nos abandona.
EC - O, volviendo a Obdulio Varela, un hombre que antes de partir hacia Brasil amenaza con no hacerlo si no le aseguraban un puesto de empleado público, que era la mejor manera que imaginaba en ese momento de tener algún ingreso como la gente.
SB - Pidió una especie de premio anticipado, porque el premio que les habÃan dado a los campeones olÃmpicos… De hecho Nasazzi terminó trabajando con Obdulio Varela en el Casino, en un puesto público.
AV - Eso habla de nosotros, esa relación que tenemos con el Estado y el trabajo y considerar esa forma de éxito, que es tener un lugar seguro. Habla de nuestra idiosincrasia también, y eso es lo que querÃamos reflejar.
EC - DecÃas que la pelÃcula muestra los dos lados del mostrador. Hay mucho material recogido en Brasil, hay testimonios recogidos en Brasil, hubo trabajo, buena parte del trabajo hecho en Brasill. ¿Cómo los recibieron cuando explicaron que estaban haciendo una pelÃcula sobre este tema?
SB - Naturalmente, como si fuese cualquier otra pelÃcula.
EC - ¿Les abrieron las puertas con facilidad?
SB - SÃ, absolutamente, y con muy buena onda. La pelÃcula es una coproducción con una productora brasileña que se llama Aris Multimedia, y se organizaron un rodaje y una pesquisa por diferentes archivos y siempre la mejor onda. El chiste, sÃ, la broma, la chanza, pero creo que lo tienen mucho más superado de lo que nosotros pensamos o de lo que nos gustarÃa. (Se rÃe.) No sé si en eso pesan las cinco copas mundiales que ganaron posteriormente o una cuestión de idiosincrasia de la sociedad. Pero muy bien, todas las puertas abiertas. Eso sÃ, cuando llega la etapa de negociación Brasil es un gigante y asà se comporta.
EC - ¿Qué negociación? ¿La negociación por el pago de los derechos de determinadas imágenes?
SB - Exacto, por derechos. En todo eso son muy prolijos, tienen todo muy catalogado, no como acá, los canales sobre todo, sà acá Cinemateca, pero en Brasil cualquier en canal, por más chico que sea, pedÃs el material y a las dos horas lo tenés, tenés una isla y lo estás visionando con el time call y diciendo "quiero de acá hasta acá";. Después cuando vas a pagar te cobran ese servicio.
AV - Te cobran todo eso, sÃ.
***
EC - Enseguida continuamos conversando con Sebastián Bednarik y Andrés Varela, directores de "Maracaná".
***
EC - Ayer se estrenó en salas comerciales "Maracaná", el documental con el que Sebastián Bednarik y Andrés Varela invitan a revisitar aquel mito que tanto nos ha marcado.
La música que tenemos de fondo fue tomada de la banda de sonido de la pelÃcula. Una música muy ecléctica. ¿Cómo fue esa selección? ¿Por qué música clásica, música uruguaya…?
SB - ¡La pelÃcula mandaba! (Se rÃe.) Tenemos una frase que es 'la pelÃcula manda'. Esa música por ejemplo fue una decisión de Guzmán GarcÃa, el montajista, que la puso como una referencia y una vez que entró Vivaldi no se fue más, fue imposible encontrar algo. HabÃa que encontrar una grabación con derechos a los que pudiéramos acceder y eso fue lo que hicimos.
En un momento pensamos que iba a ser toda la pelÃcula con música clásica, pero después nos dimos cuenta de que no, que pedÃa otros tonos y otros climas que daba más la guitarra, entonces ahà apareció Carlevaro. Luego apareció el tema de Rosita Melo, un vals, "Desde el alma", que después Pugliese hace más conocido, que era la música que escuchaban, con esa música vamos a la intimidad de ellos. Las escenas nos fueron guiando la música, y nosotros tuvimos una actitud desprejuiciada en ese sentido, de que no tiene por qué ser una cosa u otra.
EC - Uno de los desafÃos, en el cual reside buena parte de la fuerza de la pelÃcula, era dar con las imágenes, encontrar las imágenes –muchas de las cuales no se sabÃa si existÃan– que permitieran ilustrar esa historia. ¿Cómo fue esa peripecia?
SB - Y fue… el gran laburo está ahÃ, el laburo de producción y de dirección. Con Andrés siempre decÃamos: 'Esto parece una pelÃcula más de productores que de directores'. Llegamos a tener la versión de la pelÃcula toda en audio, con todo, porque hay muchas voces en off, las entrevistas nuestras, todas en off, y en imagen un 80% de carteles que decÃan 'foto de Obdulio', 'escena del gol contra España', estaba el relato de Solé y un cartel que decÃa 'partido contra Suecia'. Y no sabÃamos si existÃan, tenÃamos pistas.
AV - Te das cuenta del grado de presión de la forma de trabajar… Cada vez que nos escucho decir eso… es increÃble, porque veÃamos esa versión y tenÃamos la obligación de encontrar…
EC - ¡HabÃa que llenar los agujeros!
AV - Claro, porque ese relato funcionaba de esa manera. Si cambiabas una parte dejaba de funcionar, instantáneamente. Hubo que salir a buscar cada una de las piezas de ese puzzle.
SB - Siempre el último recurso iba a ser la reconstrucción, pero por suerte –porque es carÃsimo, además– no hubo que hacer nada.
EC - ¿Qué quiere decir eso? ¿Qué hubiera sido una reconstrucción?
SB - Reconstruir escenas, salir a un rodaje de semificción, digamos. Pero una cosa es hacer algo en la intimidad, en un interior, y otra cosa es reconstruir escenas adentro de la cancha. No tuvimos que hacerlo, en la investigación sobre todo recurrimos a los paÃses europeos que habÃan participado en el Mundial, porque no habÃa nada, en Brasil lo que hubo se quemó…
EC - ¿Se quemó? ¿Se habrá quemado? (Risas.)
SB - Creo que sÃ.
AV - Yo hablé con la esposa de la persona que lo rodó, que era Milton RodrÃguez, y realmente sucedió en un depósito que ellos tenÃan, y no solamente se perdió ese material. Porque en el 50 la gente veÃa las noticias o lo que veÃa audiovisualmente en cines, la tele no existÃa, aparece a fines del 51, entonces la gente recurrÃa a eso. Ahà tenÃamos una pista muy grande, sabÃamos que tenÃamos que encontrar los informativos que estaban direccionados al 50 que estaban recorriendo el mundo en ese momento. Y quedaban muy pocos, y uno de ellos estaba acá, justamente.
EC - ¿Dónde?
SB - En la Cinemateca Uruguaya, increÃblemente. Aparte estábamos buscando informativos, Emelco y Uruguay al DÃa, y apareció un DVD. Ana MartÃnez Carril –la hija de Manolo–, que lleva el archivo, nos dice: "Tengo este DVD";. Cuando vimos las imágenes no lo podÃamos creer, estaban muchas de esas de los carteles del montaje…
EC - Lo que ustedes estaban precisando estaba todo ahÃ.
SB - Estaba ahÃ. Estaba en DVD, que no nos servÃa, y le preguntamos: "¿Lo tenés en fÃlmico?";. "SÃ, claro, lo tengo en el depósito";. AhÃ…
AV - SÃ, la tolerancia que tuvo Cinemateca con nosotros es remarcable. Y la de Ana ni que hablar, porque pasamos horas en ese archivo donde ellos tienen todo, visionando Emelcos y Uruguay al DÃa, hasta que empiezan a suceder estas maravillas que dice Sebastián. Pero si no tenés esa apertura, gente que esté investigando en medio de todo esto… es imposible llegar a lograr este tipo de resultados.
EC - Es maravilloso todo lo que ustedes lograron recolectar a propósito de la propia selección, de los partidos, de los entrenamientos, de la previa, del viaje, de la vuelta…, es notable todo lo que muestran del Mundial en sÃ, aparecen varios partidos, pero también muestran el contexto, el contexto social, polÃtico, tanto de Uruguay como de Brasil. Y en Brasil entonces recogieron una parte de ese material.
AV - SÃ, una parte bastante importante. De hecho fue una discusión bastante grande que tuvimos sobre cuál era la medida justa para contar ese contexto. Porque tenemos una época muy importante en Brasil, que es la presencia de Getúlio Vargas, un lÃder polÃtico muy significativo en la historia brasileña, muy controvertido también. En un momento hubo un proceso en la parte de guion y de montaje en que habÃa que ser muy equilibrado en qué se iba a contar y cómo, porque además tenÃas la segunda guerra mundial en el medio, Brasil habÃa participado, una cosa muy extraña, habÃa enviado tropas también. Entonces era demasiada la información para saber exactamente qué ibas a contar. Esos mundiales del 34 y 38 de referencia fascista, ese del 50 que toma Brasil con elecciones presidenciales, en las que estaba Dutra y Getúlio Vargas vuelve para volver a conquistar el poder. Para nosotros fue fundamental encontrar todo el material de las manifestaciones de Getúlio Vargas, sus discursos, y hacer una selección concreta, que la gente tuviera un parámetro de lo que sucedÃa. En eso estuvo muy justo Sebastián, que es en la medida en que funciona este equipo, que todo no se puede contar. Está muy justo en esa medida porque también habÃa que contar el Uruguay de esa época.
EC - La pelÃcula es muy gráfica en cuanto a la presión enorme que habÃa en Brasil sobre esa selección y la obligación de ganar el Mundial que le habÃan metido encima. Una presión que era popular pero que era también polÃtica. HabÃa por ejemplo promesas a varios de los jugadores de tener futuros vinculados con la polÃtica.
SB - Candidaturas.
EC - Candidaturas concretamente. El golero, Moacir Barbosa, llegó a Maracaná a jugar aquella final como uno de los candidatos a edil más populares para las elecciones que se venÃan.
AV - Y el director técnico, Flávio Costa, también tenÃa una presencia muy importante. Como lo llaman los brasileños, "vereador";. Cuando estaba entrenando a la selección ya sabÃa que tenÃa una posibilidad de candidatura polÃtica.
EC - Uno de los elementos más contundentes que trae la pelÃcula para reflejar todo aquel ambiente es ese discurso del intendente de RÃo de Janeiro pronunciado el dÃa de la final momentos antes de que se iniciara el partido, cuando les dice a los jugadores que tienen la obligación de ganar. Escuchen cómo lo dice:
(Audio.)
"Brasileros, ustedes dentro de unos minutos serán consagrados campeones del mundo. Ustedes que no tienen rivales en todo el planeta. Ustedes llegaron a este momento como vencedores. Yo cumplà mi palabra construyendo este estadio. Cumplan ahora su deber ganando la copa del Mundo";.
EC - ¡Es impresionante! Primero les dice que ya son campeones, pero después, sobre el final, les termina diciendo "cumplan su deber ganando la Copa del Mundo";.
AV - "Que no tienen rivales en todo el planeta";. Esta persona se creÃa, como dice João Maximo, el periodista en la pelÃcula, el "dueño"; del estadio. Consideraba que era su obra personal.
SB - Le habÃa puesto su nombre, de hecho, era "Estadio Mendes de Morais";.
AV - Con un gran busto afuera, una cabeza gigante. Está la anécdota, que no está en la pelÃcula, de que después de la final esa cabeza termina tirada en una de las lagoas de RÃo.
***
EC - PodrÃa seguir preguntándoles quién sabe qué cantidad de detalles a propósito del guion que armaron y de los secretos que están detrás de la producción de esta pelÃcula. Pero me parece importante destacar que esta pelÃcula tiene algunas diferencias notorias con "Mundialito". Y una de esas diferencias es el tratamiento que les dan a quienes prestan su testimonio, quienes aparecen entrevistados en la pelÃcula, que son muchos: por un lado son jugadores o familiares de jugadores de la selección campeona del 50, y por otro hay periodistas, historiadores, dirigentes polÃticos… La diferencia es que los jugadores se ven y los otros –Atilio Garrido, Jorge Batlle, Gerardo Caetano– solo se escuchan. ¿Por qué?
SB - Porque nos parecÃa que la historia era de personajes y querÃamos que fueran esos personajes los que viéramos. Los otros aportan contexto. Utilizamos una referencia que nos gustó mucho que fue la pelÃcula sobre Ayrton Senna llamada "Senna", que utiliza ese recurso. Dijimos "es por acá", no necesitábamos volver tanto a la actualidad, eso que decÃamos del viaje al 50. Si bien en los testimonios de Obdulio o de Barbosa los vemos veteranos, ya entrados en años, no dejan de ser ellos mismos los que te están contando lo que les sucedió en el 50. Una vez que se va al 50 no querÃamos que la pelÃcula volviera, hasta que se apagara la luz o terminara el último crédito, ahà sà volvés a la actualidad. Entonces incluirlos en testimonio visual nos parecÃa que iba a ser como una traÃda al presente, mientras que al escucharlos uno lo que hace es seguir el relato.
AV - Además ver a los protagonistas dimensiona, le da otra dimensión a toda la historia, y creo que también trasmiten otra emocionalidad. Por ejemplo Gladis, la esposa de Julio Pérez, aparece por una cuestión muy particular…
EC - Esa es una de las perlas de la pelÃcula: el testimonio de la viuda de Julio Pérez.
AV - Ahà uno tiene la necesidad de verla y de escucharla, el espectador necesita generar ese vÃnculo con ese personaje, porque ella se transforma en una protagonista sin haber jugado ese partido. Como muchos de los uruguayos que no lo jugaron y que fueron protagonistas.
(Audio "Uruguayos campeones";.)
EC - No aparece a lo largo de toda la pelÃcula esta canción. Aparece, pero muy medida. Por eso decÃa, la pelÃcula no da manija con el tema y el mito de Maracaná, y ese creo que es uno de sus grandes méritos.
¿Cuándo se estrena en Brasil?
AV - La idea es que se estrene dos semanas antes del inicio del Mundial, también en una clásica estrategia de distribución. Se van a recorrer todas las sedes del Mundial con el Festival Cine Foot, asà que estaremos entre dos y dos semanas y media antes. La semana que viene viajo para cerrar algunos términos de eso con O Globo, asà que va a ser por ahÃ.
***
AV - Si me permitÃs, quiero destacar la importancia del trabajo mancomunado entre las productoras independientes y los canales, porque a veces hay determinados prejuicios y la gente no logra comprender o visualizar lo importante que es para las pequeñas productoras lograr este tipo de trabajos. Eso se logra gracias a determinadas cuestiones como trabajar en coproducción con los canales, que se hace en todo el planeta, como es el caso de esta pelÃcula con Tenfield, como se ha hecho con Canal 12 también, que han aportado directamente para que esto sea posible. Y deberÃa ser un ejemplo a seguir por el resto de los canales para que la producción independiente logre los resultados que necesita para contar las historias que necesita el cine nacional.
***
Transcripción: MarÃa Lila Ltaif